Más ceviche y palta, pero con yerba

El despelote del ballotage en Perú. Al final AMLO no va a ser tan minoritario como se pensaba (y los datos preliminares lo confirman como una excepción mexicana). Primera elección argentina en pandemia: Misiones. Pintorescas y sección recursos.

Hola, ¿cómo estás?

Desde hace cuatro días que vengo pensando en este newsletter. Vamos pocos, este es recién el quinto. Pero venía masticando si dedicarme a un panorama electoral global, o continuar lo que peloteamos hace dos semanas sobre Perú y México. Bueno, los hermanos latinoamericanos me obligaron a decantarme por la segunda opción. De hecho, en el momento que escribo estas líneas (post almuerzo de ayer, miércoles) aún no confirmaron oficialmente a Pedro Castillo como nuevo Presidente del Perú. Esto muestra lo roto (y polarizado) que está ese país. Por otra parte, tampoco hay datos definitivos de la elección legislativa de mitad de mandato en México, aunque el escrutinio provisorio arroja una sorpresa: AMLO es el primer Presidente mexicano en ampliar su cantidad de bancas desde la alternancia del año 2000. A estas dos elecciones, se suma la primera argentina en pandemia: Misiones. Y hoy, para no ser menos que mis compañeros y compañeras, inauguramos memes.

Te cuento que, hace unas tres semanas, por una consulta del Secretario General del Partido, y con sugerencias de una Gringa, vengo trabajando en un informe sobre el desempeño de los oficialismos en elecciones pandémicas. Es muy posible que salga en 15 días, andá calentando motores. Pero hoy se come ceviche con palta (otra vez) y nada de vino: yerba mate. Vamo’ a jugá.

Ya no tengo calificativos para Perú

Tengo que reconocer que tuve un cruce de sensaciones: en ningún momento me pude jugar a saber quién podía llegar a ganar. La entrega pasada adelanté que Castillo (Perú Libre) no la iba a tener tan fácil porque Keiko Fujimori (Fuerza Popular) venía creciendo en las encuestas. Hasta hubo un intento de apuesta por WhatsApp entre amigos, y quienes nos animamos a adivinar la posta cambiamos unas tres veces el pronóstico. 

La realidad es que, con el resultado a esta altura del día, todo parece indicar que Pedro Castillo será el próximo Presidente del Perú, y va a asumir el 28 de julio (un día después de mi cumple, crack). El desafío que tiene por delante es enorme: a sus 37 bancas propias tiene que sumarles 29 de aliados para poder gobernar. De mínima, unas 7 para llegar a las 44 que bloquean cualquier pedido de vacancia de parte de la oposición. Para el ballotage ya encontró apoyos de otros partidos: Democracia Directa, Nuevo Perú, Renacimiento Unido Nacional, FREPAP, Juntos por el Perú (5 bancas), Frente Amplio y Unión por el Perú. De todos los mencionados solo Juntos por el Perú tiene representación legislativa. Le queda trabajo aún, mucho.

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¿De dónde puede pescar? Acción Popular (16 bancas), Partido Morado (3), Podemos Perú (5) y Somos Perú (5) son partidos que no se decantaron ni por Castillo ni por Fujimori. Si suma a todos, aliados declarados e indecisos, le bastaría para lograr una mayoría numéricamente ajustada y no necesariamente estable. Todos los demás  que lograron representación legislativa (¡HASTA EL HISTÓRICO APRA!) declararon apoyo a Keiko, lo cual no indica que se vuelvan opositores a un gobierno liderado por Perú Libre pero ya marcan una pauta importante.

¿Y por qué fue tan peleado el ballotage? En la siguiente tabla pueden ver el punto al que llegaron las elecciones presidenciales en el país del ceviche.

Fuente: elaboración propia en base a datos ONPE. Los datos del 2021 corresponden al 99,79% de las actas procesadas.

En negrita se resalta quienes ganaron la elección presidencial en cada instancia donde se llegó al ballotage (solo las elecciones de 1980, 1985 y 1995 no tuvieron doble vuelta), al igual que las situaciones donde hubo reversión del resultado. De primera mano, se observa que todos ganaron votos entre una vuelta y otra, salvo Toledo en el 2000, que debe ser el único caso de la historia de la humanidad que perdió votos propios en una segunda vuelta. Lo otro, y más importante aún, es que las segundas vueltas peruanas se han vuelto cada vez más y más competitivas, más y más peleadas, más y más disputadas. Eso se aprecia en la columna donde se indica la diferencia en el porcentaje de votos entre candidatos. Un dato de color más: nunca en la historia de ninguna elección en el mundo se estuvo tan pendiente del voto extranjero. Imaginen lo que hubiera pasado si esos apoyos a Keiko la hubieran hecho Presidenta, y no el voto nacional en Perú. De modo que, si Castillo quiere gobernar, no solo tendrá que lograr mayorías estables, sino también ayudar a despolarizar la competencia política. Porque cada vez aumenta más. 

Más o menos así lo espera su primer día de trabajo:

Porque así fue el tono de la campaña:

Hay dos cuestiones adicionales que me quedaron en la cabeza a partir de estos análisis de Tomas Dosek y Jair Alva Mendoza sobre la elección en Lima y a nivel nacional. En cuanto a la primera, los datos de Tomas y Jair muestran que el voto a Fujimori en 2021 replica el mismo comportamiento que en 2016 (correlaciona, le dicen los nerds de la política). Esto abre la pregunta: si hay un fujimorismo como actor social que busca representación y está concentrado mayormente en Lima, ¿Keiko es la última Fujimori de ese fujimorismo? Lo digo por la dispersión que tuvo ese voto en Lima en la primera vuelta de estas elecciones que ya están terminando y, también, porque perdió tres ballotage seguidos. Esto cobra sentido si se cruza con este análisis de transferencia de votos que hizo Franco Galeano. Marida muy bien con la nota que compartió Tomi Olava sobre el voto en las regiones. Todo calza.

La segunda es la dinámica latinoamericana de las elecciones presidenciales. No digo que ocurra en toda la región, pero hay datos para pensar que las capitales sudamericanas suelen inclinarse por candidatos y candidatas presidenciales con programas más liberales en lo económico, y los interiores hacia fórmulas políticas más redistribucionistas. De vuelta, no tengo información certera pero es un dato generalmente aceptado entre analistas, y se está viendo que la demografía electoral cada vez hace que estas diferencias impacten en resultados electorales más peleados. En países donde las capitales concentran mucha población, recursos económicos y mediáticos, y no existen ciudades tan o similarmente grandes en el resto del país, la lógica polar se refuerza más aún. Eso después hay que gobernarlo, seas liberal o redistribucionista. Te la dejo picando.

AMLO se la bancó en la cancha

Andrés Manuel López Obrador (AMLO para los amigos) tuvo sus primeras (y únicas) legislativas de mitad de mandato. ¿Por qué? Porque México es, junto a Paraguay, el único país de Latinoamérica que tiene la reelección prohibida. Esto no quiere decir que si deja pasar un mandato puede postularse más adelante (como Sebastián Piñera o Michelle Bachelet en Chile, o Tabaré Vázquez en Uruguay), sino que nunca más puede competir por un cargo público. Herencia de la Revolución Mexicana contra el Porfiriato: “Sufragio efectivo, no reelección”. Por eso cobraba vital importancia para su proyecto político, autodenominado “la Cuarta Transformación”: una victoria marcaría una posición de fuerza para quien sea el heredero de sus logros en tres años cuando se abra de vuelta la carrera presidencial, la renovación del Senado de la República y, otra vez, la totalidad de la Cámara de Diputados.

El sistema electoral para esta última es bastante interesante, y la disciplina lo suele clasificar como “mixto”. De las 500 bancas que componen el recinto, 300 son elegidas en distritos uninominales a mayoría simple (el que gana se lleva la banca en juego, principio mayoritario) y 200 restantes siguiendo una fórmula proporcional en distritos plurinominales en listas que se presentan a nivel regional (varias bancas en juego, principio proporcional). La combinación de ambos le da el componente mixto, como debe ser el flan. Dentro de los estudios electorales, el mexicano se ubica entre los mixtos que no compensan ni nivelan entre sí, sino que ambas arenas están separadas y disociadas (a diferencia de Escocia y Gales, como ya peloteé con vos vía e-mail cuando abordamos el tema). En América Latina, si no me falla la memoria, solo Bolivia tiene hoy en día un sistema similar para, también, la Cámara de Diputados.

Esta combinación de reglas permite a los partidos políticos poder combinar estrategias electorales complementarias: 1) candidatos y candidatas muy competitivos y competitivas para las bancas uninominales, dado que el que sale primero se la lleva; y 2) una lista que tenga balance interno entre distintas líneas partidarias en la competencia proporcional para dejar a todos contentos. También permite colar en las listas a aliados circunstanciales para lograr cierres de acuerdos que faciliten la construcción de coaliciones electorales, como ya te conté hace 15 días. De esta manera, es posible encontrar en algunas listas a candidaturas de otros partidos que compiten por una que le permite acceder a una banca y, después, ir al bloque deseado. Borocotearla toda, en resumen. Aunque te sorprenda, esto es culpa de la ley, la cual impide que los partidos políticos tengan un 8% más de bancas que los votos que lograron. Como mecanismo institucional me parece espectacular.

¿Qué pasó con AMLO en estas elecciones? Todo lo contrario a lo que venían diciendo los diarios: no se volvió un Presidente minoritario más, sino que ganó la elección. No cómodo, pero ganó. Armé este gráfico para comparar con presidentes anteriores desde 1988 (año en el cual comienza el declive del PRI y empieza a cocinarse la transición) hasta la fecha. Recordá que el mandato presidencial dura seis años (sexenios) y el de diputados, tres. La primera elección es presidencial.

Fuente: elaboración propia en base a datos INE. Los datos 2021 corresponden al PREP (conteo provisorio). El % de bancas se visualiza en el eje izquierdo y cada porción de la barra corresponde a cada partido, mientras que la participación electoral se visualiza con la barra derecha.

En negrita podés ver quién era oficialismo en cada elección. Salvo en la elección de 1991 (también muy controvertida), en donde el PRI creció en bancas ganadas, en todas las demás los oficialismos de turno perdieron legisladores en la Cámara de Diputados: la porción de la barra en la elección legislativa intermedia es más chica que la lograda en la elección presidencial. El único que no lo hizo fue (adiviná) AMLO con MORENA. El conteo provisorio le da 198 bancas frente a las 191 que había ganado cuando fue electo presidente. Si a eso le sumás sus aliados (PT y PVEM, metidos en “otros”) entonces tiene lo que no tienen los presidentes peruanos últimamente: paz y comodidad. De modo que, no llegó a los 2/3 necesarios para adoptar reformas constitucionales, pero sí mantuvo mayoría propia. Ojo que la oposición tampoco está disgustada: PRI, PAN y PRD querían evitar, justamente, que pudiera llevar su “Cuarta Transformación” a la Carta Magna mexicana.

Esta victoria histórica, igual, tiene sus pinzas, como todo en política. Juan Cruz Olmeda (Juanco) me cuenta en este audio que el dato certero para ver en detalle es la cantidad de votos alcanzados, porque es común entrar por una lista y pasarse a otra, como consecuencia de la regla electoral que te conté antes. Para saber cómo va a quedar conformada la Cámara de Diputados hay que esperar al recuento definitivo (podés seguirlo por acá), y que cada uno y cada una se sienten donde tengan ganas. En términos generales, igual, aclara que no hubo una caída de votos de Morena, así que está bien que AMLO descorche.

Dos cosas más para contarte sobre México. Una, es sobre la participación electoral (volvé al gráfico para ver la línea gris punteada). En los ‘90 rondaba el 70%, algo normal para países con voto obligatorio, como es el caso mexicano. Sin embargo, a partir del 2000, cuando el PAN logra la primera alternancia en la historia del país, cae por debajo del 60%. Esto me llamó la atención un montón. Juanco me contó que si bien la Constitución de México indica la obligatoriedad del voto y el registro en el padrón, en los hechos ir a la casilla de votación termina siendo optativo porque no está reglamentado el artículo constitucional. Latinoamérica, lo entenderías.

Acá, sin embargo, hay otro dato para que AMLO siga descorchando. Como ves en el gráfico, la participación electoral cae en cada elección legislativa de mitad de mandato: se sitúa en torno al 60% en las presidenciales, y cae por debajo del 50% en las intermedias. Bueno, resulta que AMLO es el primer presidente que tiene elecciones legislativas que superan el 50% de participación electoral tres años después de ser electo. Well played.

La otra, es sobre las elecciones subnacionales, dado que también se renovaron 15 de las 32 gobernaciones el domingo pasado en los comicios más grandes de la historia del país, por la cantidad de cargos en juego (federales, estatales y locales). MORENA, antes del domingo tenía seis gobernaciones: de acuerdo a los resultados preliminares, ganó once (puso una en juego) y pasaría a tener dieciséis, la mitad del país. Mientras que el PRI, que usó este espacio como resistencia política cada vez que perdió la Presidencia, perdió ocho de las once que dominaba. Durísima derrota, se viene la autocrítica. Lo que sí fue positivo para la representación política fue la implementación, por primera vez, de la paridad horizontal en las candidaturas ejecutivas subnacionales: entre cinco y seis Estados serán liderados por mujeres (tres de ellas de MORENA). Hasta ahora solo ocho gobernadoras habían sido electas en la historia del país, coincidiendo nada más que dos en un mismo mandato. Con mejores reglas se hace una mejor y paritaria democracia.

Misiones arrancó el partido largo

La provincia de Misiones fue la primera que salió a la cancha en el calendario electoral extendido que tendremos en Argentina este 2021. Es una de las doce provincias argentinas que tienen renovación parcial de sus legislaturas (las otras 11 son: CABA, Provincia de Buenos Aires, Corrientes, Formosa, Chaco, Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja, San Luis y Mendoza). Se renovaron 20 de las 40 bancas del recinto.

Respecto de quiénes compitieron y el resultado no hay mucho para decir: ganó el oficialismo, sorpresa. Desde el 2003 que las riendas del poder misionero recaen en el Frente Renovador de la Concordia, una coalición originaria entre peronistas y radicales provinciales, liderada por Carlos Rovira, quien fuera gobernador de Misiones, y quien actualmente preside la Cámara de Representantes provincial y el Partido de la Concordia Social, integrante de la coalición junto al PJ, Frente Grande y otros más chicos. Enfrente tuvo a Juntos por el Cambio versión local y al Frente Agrario Social, espacio que se identifica con el kirchnerismo a nivel nacional y generalmente se ha enfrentado al oficialismo en el distrito.

Desde la creación del Frente Renovador, nunca perdió una elección ni ejecutiva ni legislativa nacional o provincial. Esto habla de dos cosas. Una, la fortaleza de los oficialismos provinciales, como bien indiqué más arriba. Por momentos es más fácil ganar el París Dakar que desbancar a algún incumbent local argentino. Dos, con un sistema partidario fluido como el que caracterizó a la Argentina post 2001, algunas fórmulas provinciales han traspasado las divisiones partidarias tradicionales y se han construido acuerdos amplios que nuclean a dirigentes políticos tanto radicales como peronistas, junto a algunos más que andan sueltos por ahí. Misiones se parece en eso a Río Negro (Juntos Somos Río Negro, por ejemplo) y a otras experiencias similares, las cuales han redundado en beneficios gubernamentales, sin dudas.

Lo que sí quiero destacar de estas elecciones es la participación electoral (parece una obsesión, pero no). El domingo pasado fue a votar poco más del 60% del padrón electoral, cuando nunca bajó del 75% post 2001. Son guarismos similares a los nacionales. Esto es un llamado de atención: puede ser por miedo a la pandemia, por cuidado personal o por falta de interés, pero hay que lograr que la mayor cantidad posible de ciudadanos y ciudadanas se acerque a las urnas porque así vive, se nutre y crece la democracia. Misiones es la primera alerta nacional de votar en pandemia. Por ahí sería bueno pensar más medidas para las próximas que se vienen, especialmente las nacionales: LGV sigue militando por el desdoblamiento del día de la elección, como hicieron en Chile o siempre hacen en Italia.

Elecciones pintorescas

  • Hubo elecciones en Somalilandia, que no es Somalia (la de Back Hawk Down, peliculón para viernes a la noche). Yo aprendí hace poco que es un país distinto, a tal punto que hay bandera de Somalia en WhatsApp, pero no de Somalilandia (mirá, probá). Queda por acá, justo al norte de Somalia. Resulta que Somalilandia era la parte colonizada británica, mientras que Somalia era la italiana. Con la independencia se unificaron, pero a comienzos de los ’90 se pudrió todo, con tiros, sangre y muerte. Somalilandia no es reconocido por todos los Estados del mundo, pero tiene elecciones y aparenta ser más ordenado que Somalia. A tal punto que su constitución permite solo tres partidos políticos para que no se desmadre todo. Acá te lo cuentan con lujo de detalle y acá hay una nota al respecto.
  • Siguiendo en el mundo de las elecciones, nivel “¿no podrían ser menos obvios?”, nos encontramos con Mongolia. Ayer, miércoles, hubo elecciones presidenciales. Cuando los comunistas se fueron, a comienzos de los ‘90, el país adoptó un semipresidencialismo. Resulta que, desde entonces, hay un predominio casi absoluto del Partido Popular que, seguro se imaginan, es el heredero de la estructura partidaria comunista, y hoy son socialdemócratas. En 2017 los populares tuvieron crisis por corrupción y abrieron la puerta para que pasaran a crecer los del Partido Democrático (liberales). Estos ganaron la elección presidencial, pero se tuvieron que enfrentar a un parlamento dominado por el Partido Popular (mayoría de 2/3). La convivencia fue atroz, con revoleo de platos incluido. A tal punto, que el Poder Legislativo aprobó hace poco una enmienda que prohíbe la reelección, sacando de la cancha al Presidente de turno, Khaltmaagiin Battulga, líder demócrata. Bueno, los resultados preliminares muestran que la movida les salió bien porque ganó Ukhnaagiin Khürelsükh, del Partido Popular, por afano: 72,24% de los votos, seguido no por uno del Partido Democrático (que salió tercero con 6,38%), sino por Dangaasürengiin Enkhbat, de un partido nuevo escindido de los populares, con el 21,38%. Acá ven cómo viene todo y acá hay más de la previa. Busquen el nombre del partido que salió segundo y van a entender todo.

Recuelectorales

Acá te voy a ir compartiendo cosas random que encuentre y que me gusten. No son necesariamente noticias, pero sí recursos electorales. Parece una sección dedicada a la obsesión que tengo con Chile, pero no, es pura coincidencia.

  • Chile comienza a trabajar con la reforma constitucional. Te conté que estaban discutiendo todo su sistema político. Bueno, van a pelotear si mantener el presidencialismo (aunque moderándolo, porque la Constitución le asigna una masa de poder que no tienen otros presidentes en la región); si pasan a un semipresidencialismo (tipo Francia, Portugal o Rusia) o si van directo al parlamentarismo (propio de la Europa continental occidental). Acá podes ver la posición de cada convencional respecto del sistema de gobierno. Sacá cuentas.
  • Si te quedaste con ganas de más Chile, te recomiendo esta nota sobre el juego coalicional de bloqueos y apoyos en la Convención Constituyente que se viene. Nasganas de ir a ser politólogo allá por nueve meses (extensible a tres más).
  • Si te quedaste con ganas de más México, también te dejo este análisis detallado y profundo que me compartió Juanco sobre el resultado de las elecciones del domingo pasado, con comparativa 2018. Ya un día te voy a poder compartir los mapas hechos por mí. Dame hasta agosto, por favor.

Recordá que, por ser parte de este prestigioso club electoral, podés estar al día con el Google Calendar Electoral (acá desde tu compu y acá desde tu celu) y/o con una lista de Twitter que nutre a La Gente Vota.

Un abrazo electoral, cuidate y nos vemos en dos semanas,

Facu

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Politólogo, consultor e investigador independiente. Hoy lo encuentran dando clases en UBA y UTDT. Le encantan las elecciones y le sacan menos canas verdes que Racing. Un hobby que tiene es aprender la historia de los partidos políticos. Cree que la política marida muy bien con un tinto.