La política exterior de Milei: ¿batalla contra un socialismo imaginario?

El presidente argentino dirime la diplomacia como un tuitero fuera del Gobierno. Por qué lo hace y qué implicancias tiene para el país.

La reciente escaramuza diplomática con los gobiernos de Colombia y México da cuenta de un modus operandis de Javier Milei: la instrumentalización de la política exterior de la Argentina para fines personales y no institucionales.

El presidente argentino busca posicionarse como la salvaguarda iberoamericana, el remedio, contra un “socialismo del siglo XXI” que hoy existe más en su campo narrativo que en la realidad.

En términos discursivos, no hay teorema de Baglini: opina de la misma forma en que lo hacía cuando no ocupaba la Jefatura del Estado. ¿Cuál es el rol de la canciller, Diana Mondino, en esta lógica aceleracionista de Balcarce 50? ¿Busca Milei ser el sucesor del español Huerta de Soto, su gurú dentro de la Escuela Austríaca? ¿Por qué viaja a un evento de Vox, partido que salió tercero en las últimas elecciones generales españolas? Su doble vínculo con EE.UU.: los encuentros con Donald Trump y la generala Laura Richardson.

Petrificar: dejar a alguien inmóvil de asombro o de terror

Es la definición del diccionario de la lengua española de la Real Academia. Gustavo Petro no se petrificó: ante una segunda tanda de insultos por parte de Milei (“era un asesino terrorista, un comunista”) ordenó retirar al personal diplomático argentino en Colombia. Antes, frente al primer embate, había llamado a consultas al embajador colombiano en Argentina, Camilo Romero. Primero un límite, luego una decisión más drástica. Quien buscó la distensión fue Mondino. Ambas cancillerías emitieron un comunicado donde anuncian relativa paz: Romero vuelve a la Embajada de Colombia en Buenos Aires y la canciller argentina anuncia un viaje a Bogotá a fin de resolver la controversia. En criollo, Mondino volará 6 hs, pondrá cara de circunstancias, y con una sonrisa dirá que todo está solucionado. Limpiará lo que Javier ha ensuciado.

El año electoral mexicano no impidió que el padre de Conan declarase contra Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente que goza con una popularidad sin precedentes en el corto y mediano plazo. Lo llamó “ignorante”. Primero respondió Mario Delgado, máxima autoridad de Morena, el partido de AMLO: “Mientras allá hay devaluación, acá tenemos al súper peso, así que no somos iguales”, dijo el titular del partido oficialista en relación a la apreciación de la moneda mexicana en un 20% durante el sexenio de AMLO. Luego contestó el propio López Obrador: se autoasumió ignorante, dijo, porque no comprende cómo un pueblo tan culto como el argentino eligió a su antagonista discursivo como presidente. Viejo lobo de las relaciones internacionales (pese a su disgusto por viajar al exterior), el tabasqueño aprovechó y metió un 2×1: saludó en el mismo mensaje a Gustavo Petro.

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La novedad fue la aparición en el pleito de Xótchil Gálvez, la candidata del frente PRI-PAN-PRD que competirá con Claudia Sheinbaum (Morena y aliados) por la presidencia de los Estados Unidos Mexicanos. “No le permito a Milei que hable mal del presidente, de eso me encargo yo”, fue la simpática respuesta de Gálvez, que galvanizó una unidad retórica de la política mexicana en defensa del jefe de Estado.

No son martes de carnaval en Brasil

“No son canciones urgentes, no son asuntos pendientes, no son martes de carnaval de Brasil”, canta Andrés Calamaro en Carnaval de Brasil, del disco La Lengua Popular, lanzado en 2007. Por esos años, Jair Bolsonaro era un ignoto diputado y Lula sacaba a decenas de millones de brasileños y brasileñas de la pobreza a través de programas sociales como Bolsa Familia. Once años después, impeachment a Dilma mediante, Bolsonaro ganaba las elecciones y Lula se enteraba por los fuegos artificiales en Curitiba, la conservadora ciudad donde estaba detenido en una celda de 15 metros cuadrados.

Bolsonaro fue el primero en llamar a Javier Milei el día en que se consagró presidente electo de la Argentina. “¿Hola presidente, ¿cómo está?”, preguntó emocionado Milei en una videoconferencia en la que también estaba el armador internacional de Jair, su hijo Eduardo. “Para mí sería un honor enorme si vinieran para la asunción, el 10 de diciembre. Sería algo hermoso”, dijo Milei, incumpliendo una normativa implícita en las relaciones internacionales: invitar en primer lugar a los jefes de Estado y no a la oposición de los países. En la filmación, difundida por la prensa del capitán brasileño, se ve como los Bolsonaro aceptan inmediatamente el convite. “Hablo con Karina y arreglamos todo”, dice Eduardo, haciendo referencia a la actual secretaria general de la Presidencia.

La relación con Lula ya venía tirante. “Dejá de juntar dólares y juntá votos”, le dijo el brasileño al todavía ministro de Economía de Argentina, Sergio Massa, en agosto de 2023, cuando el huracán Milei ya había mostrado potencial de daño significativo en las PASO. Fue tras esa reunión que se produjo el desembarco en Buenos Aires de un equipo de estrategia digital en campañas electorales ligado al presidente de Brasil. La historia contará que el libertario ganó prácticamente sin afiches callejeros, con una campaña audiovisual limitada, pero con mucha presencia virtual: la entrevista de Tucker Carlson fue parte de esa estrategia. “No solo no voy a hacer negocios con China, no voy a hacer negocios con ningún comunista. Soy un defensor de la libertad, de la paz y de la democracia. Los comunistas no entran ahí. Los chinos no entran ahí. Putin no entra ahí. Lula no entra ahí. Nosotros queremos ser el faro moral del continente. Queremos ser defensores de la libertad, democracia, diversidad. De la paz”, le dijo Milei al expresentador de Fox News.

A principios de noviembre, en una entrevista con Jaime Baily, Milei aceleró aún más. “No me reuniría con Lula da Silva. Es un corrupto y por eso estuvo preso. Y es un comunista”. Diana Mondino viajó a fines de noviembre a Brasilia para llevar una carta de Milei y reunirse con el canciller Vieira. Buscaba distender la relación a través de Daniel Scioli, en ese entonces embajador en Brasil del Gobierno de Unión por la Patria, hoy pieza novedosa del tablero mileista. No logró su cometido: Lula pedía, a través de su asesor y excanciller Celso Amorim, disculpas públicas que jamás llegaron.

El tweet de Itamaraty, la cancillería brasileña, informando de la reunión en la que Mondino invitó a Lula, a través de su par Veira, a la asunción de Milei.

Madrid esquina Viena

“Yo me bajo en Atocha, yo me quedo en Madrid”. La canción de Joaquín Sabina, himno madrileño por antonomasia, podría ser parte de la playlist del libertario. Es que en Madrid, Milei tiene dos terminales: la académica y la política. En la Universidad Rey Juan Carlos enseña Economía Política su gran gurú: Jesús Huerta de Soto. En febrero de 2021, Milei dictaba una charla virtual en la Maestría de la Escuela Austríaca de la URJC. Lo hacía concentrado, en su clásica pose recta. Algo lo desarmó. “No lo puedo creer, está el profesor Huerta de Soto”, gritó frente a la pantalla, emocionado, cuando su ídolo (esa es la palabra) se conectó a la charla. “Profesor, profesor, gracias profesor por estar”, siguió. “Es un honor tener la posibilidad de interactuar aquí con usted. Es un shock emocional fuerte”, reconoció Milei.

Hagamos un punto acá. ¿Cuáles son los pilares de la Escuela Austríaca de la cual Jesús Huerta de Soto es exponente? Me lo respondió la economista y escritora Mercedes D´Alessandro:

–Hay dos cosas fundamentales para la Escuela Austríaca. Una es el libre mercado y la otra es la teoría cuantitativa de la moneda. Ellos asumen que el mercado, concebido como el juego libre de la oferta y la demanda, es el mejor artificio que hay para resolver problemas de asignación de las fuerzas productivas. Entonces si vos sos bueno, cuando ofrezcas productos te los van a comprar y el mercado se va a encargar solo de dejar a los buenos participantes a flote.

–¿Qué pasa con el Estado?

–Desde la perspectiva de los austríacos el Estado es corrupción, intervención, sindicatos. Es todo lo malo. Y en el mercado cuando hay muchos que ofrecen lo mismo, algunos se van a fundir y van a prevalecer los mejores. Es una cosa medio darwiniana, de la supervivencia del mejor.

–¿Y la teoría cuantitativa de la moneda?

–Habla de una supuesta neutralidad del dinero. Esto significa que si vos en una economía introducís mucho dinero, cuando la gente tenga más dinero en la mano va a ir a gastarlo, a demandar bienes. Como va a aumentar la demanda de los bienes, los precios de esos bienes van a subir. Y entonces todo ese dinero que se introduce en la economía lo único que va a hacer es subir los precios. Keynes dice todo lo contrario: si vos le das más plata a la gente, va a buscar consumir más cosas, entonces la oferta va a crecer.

Dejemos Viena y volvamos a Madrid. En el ámbito partidario español la referencia directa es Vox, el partido del ex PP Santiago Abascal. La afinidad es tal que Milei ya confirmó su presencia en el Palacio Vistalegre, un estadio con capacidad similar al Movistar Arena (lugar en el que cerró su campaña el año pasado). En esas instalaciones, donde Pablo Iglesias de Podemos entrenó varias veces el concepto de casta del que Milei se apropió, habrá un evento llamado Viva 24, el 18 y 19 de mayo próximos.

Milei ya participó, en 2022, de ese mitín con los ultras españoles. “No tengan miedo. Vayan y den la batalla contra el zurderío que se la vamos a ganar. Somos superiores productivamente. Somos superiores moralmente. Vayan y den la pelea. Esto no es para tibios”, gritó exultante contra los socialistas, con su característica campera de cuero. En ese entonces Vox parecía comerse el mundo. Tan solo un año después, perdió una veintena de escaños en las elecciones generales y no pudo ayudar al PP a conformar gobierno: Pedro Sánchez, el socialdemócrata que llevó al PSOE más a la izquierda, repitió en Moncloa con el apoyo de independentistas y ex podemistas.

Javier y Karina Milei con Santiago Abascal, en el Viva 22. Fuente: Vox España.

Young man, there’s a place you can go

YMCA de Village People fue la banda de sonido del abrazo entre Milei y Donald Trump, en el marco de la CPAC. Es uno de los temas que suele utilizar el magnate en sus actos, para bailar y sacudir la modorra de los asistentes. Con esa canción de fondo, Milei se metió en la campaña estadounidense: “Usted fue un gran presidente y espero que lo vuelva a ser”, le dijo luego de abrazarlo efusivamente, tanto que el fortachón Donald tuvo que mostrar cierto límite corporal ante el desborde emocional de su partenaire.

La reciente visita de la generala Laura Richardson a la Argentina sirvió para que Milei busque también canales directos con la actual administración de Joe Biden, a modo de contrapeso de su declarado trumpismo. En una fría medianoche, vestido de militar en una base naval de Ushuaia, el libertario habló de una afinidad natural entre ambos países. “Hoy el mejor recurso para defender nuestra soberanía y abordar de forma exitosa estos problemas es precisamente reforzando nuestra alianza estratégica con los Estados Unidos y con todos los países del mundo que defienden la causa de la libertad”, endulzó el presidente argentino el oído de la jefa del Comando Sur estadounidense. ¿El contexto? El anuncio de la construcción de una base naval integrada en Tierra del Fuego, provincia próxima a la Antártida, en medio de la disputa geopolítica entre EE.UU. y China.

Javier Milei y la generala Laura Richardson.

“Es una política exterior que tiene objetivos claramente definidos y bastante simples: alinearse con Estados Unidos y con lo que el gobierno define como Occidente. No hay mucha sofisticación en eso”. El textual es de Alejandro Frenkel, Doctor en Ciencias Sociales por la UBA, para #MundoPropio. De acuerdo a su interpretación, la dimensión ideológica estaría marcada por un diagnóstico de “una civilización occidental amenazada por elementos extraños, externos, que atentan contra determinados valores”. Frenkel es agudo al señalar que, paradójicamente, en muchos casos es una suerte de política exterior no gubernamental: Milei tiene mucha actividad, vínculos y accionar diplomático con actores políticos y sociales que no están en otros gobiernos. “Por momentos es un gobierno que tiene una política exterior que pareciera ser la de un partido político que no gobierna”, resume sobre este punto.

El próximo viaje de Milei a Madrid confirmará la hipótesis de Frenkel: el presidente irá al evento de un partido que salió tercero –lejos, lejísimos del PSOE y el PP– y que no gobierna en ningún lugar representativo de España. En términos de amistad personal, lo enaltece: estará con Abascal en las buenas y en las malas. En términos de diplomacia, muestra lo raquítico que es organizar una política exterior basada en la afinidad ideológica con la extrema derecha global.

Se dedica al periodismo político internacional desde hace más de una década. Es politólogo y magíster en Estudios Sociales Latinoamericanos (UBA). Escribió el libro "Lula, de la cárcel a la presidencia". Es hincha y socio de San Lorenzo.