Daniel Gollan y Nicolás Kreplak: “Un modelo más eficiente deja de lado a aquellos sectores que sacan rentas indebidas del sistema”

El diputado nacional y el ministro de Salud bonaerense hablaron sobre el camino parlamentario que podría atravesar una reforma sanitaria; las diferentes posturas opositoras en ese debate; la difícil situación económica que atraviesa el sector privado y las desigualdades del modelo actual.

La siguiente entrevista surgió de una conversación entre Gollan, Kreplak y el equipo de Fundar.

Ambos vienen militando y trabajando juntos desde hace años. Compartieron el Ministerio de Salud desde los tiempos en que Juan Manzur era ministro. Conformaron la Fundación Soberanía Sanitaria y el Frente Ciudadano por la Salud en el marco del Instituto PATRIA. En 2019, fueron convocados por el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, para los cargos de ministro y viceministro de Salud. Y, en las últimas elecciones, Gollan dejó ese cargo para ser candidato a diputado nacional y Kreplak lo reemplazó al frente de la cartera sanitaria de la provincia de Buenos Aires.

Fundar: Quisiera que nos cuenten el trabajo que vienen haciendo hace años. 

Kreplak: Venimos pensando una idea de un sistema integrado de salud hace mucho tiempo, lo venimos escribiendo y poniendo en foros. La pandemia nos dio la oportunidad de trazar algunas líneas fuertes de integración del sistema. Cuando hablamos de una reforma del sistema de salud, seguramente el Poder Legislativo tiene mucho para hacer y además el territorio de la provincia de Buenos Aires, si bien es importantísimo, tiene un límite que el Congreso Nacional no tiene. Entonces, creo que ahora se abre una nueva puerta en el proceso de transformación del sistema que es muy importante.

Fundar: ¿Cuáles son los condicionantes políticos y los posibles aliados? 

Gollan: En este tema, con el radicalismo tenemos una visión compartida. Sí hay una diferencia entre aquellos partidos que se dicen muy liberales o libertarios. La visión (de ellos) es que cada uno se arregle como pueda y que el Estado se corra en todo, entonces ahí sí hay una clara diferencia. Por eso nosotros tenemos expectativas que, desde el Parlamento –porque hemos trabajado con Ricardo Alfonsín, leyes en su momento que tuvieron media sanción–, se pueda pensar que, desde lo conceptual, tenemos posibilidades de trabajar muchos problemas en conjunto. Sí va a haber algunas resistencias, no del lado de la política, salvo estas que mencioné, sino de algunos sectores que puedan sentir que un modelo más eficiente deja de lado a aquellos sectores que sacan rentas indebidas del sistema. Ese es un tema que habrá que resolver y tensionar cuando haga falta.

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Kreplak: También, siendo un poco más pesimista, si no hay inversión, no hay reforma. No hay reforma que no cueste plata. El problema es que hoy, mucho de lo que se gasta, se gasta ineficientemente, entonces tenemos que hacer un trabajo muy fuerte hacia el sector de la salud, para demostrar que estamos haciendo una transformación que nos permita ser más eficientes. Porque tenemos que incorporar muchísimos trabajadores, sobre todo en la lógica de la atención primaria de la salud de los territorios. Ahora, para hacer eso no podemos estar enmarcados en un proceso de ajuste general. Si te van cayendo los presupuestos de los ministerios, estas cosas son imposibles. Y lo que termina sucediendo, cuando tenemos un país que se la pasa haciendo ajustes en distintas ocasiones, es que, sobre todo las obras sociales –que lo que recaudan es lo que tienen– empiezan a pensar cómo restringen prestaciones.

Fundar: ¿Cómo podrían resumir el diagnóstico que tienen a partir de estos años de trabajo y militancia sobre el sistema de salud?

Gollan: Resumir los problemas del sistema de salud implicaría un esfuerzo intelectual gigante, porque son muchos. Son problemas que empezaron hace décadas, estructurales (…) Tenemos un modelo de atención de cuidado de la salud que es muy ineficiente y un sistema de financiamiento que es tremendamente ineficiente, producto de una desarticulación, fragmentación del sistema, desorganización estructural del sistema buscada por algunos intereses y, en algunos casos, se desarrolla de esa manera y los intereses se instalan bajo esa lógica. Entonces hay intereses concretos que, cuando uno quiere reordenar el sistema, se ven afectados.

Fundar: ¿Cómo ven la relación entre el ministerio nacional y las provincias en un espacio tan descentralizado?

Gollan: Si nos ponemos a analizar, la rectoría que hoy tiene el Ministerio de Salud de la Nación sobre el conjunto de sistemas está muy lejos de ser la gobernanza del sistema. ¿Qué implica la gobernanza? ¿Que el Estado tiene que prestar todo? No. Implica poder organizar el sistema de una forma más racional. Y hoy el Ministerio de Salud de la Nación, básicamente, tiene una misión de decir “hay que hacer”, de tener algunos programas nacionales que intentan homogeneizar algunas políticas territorialmente, extendiéndolas a todo el país, y hasta ahí llega. Pero cuando nos vamos al funcionamiento cotidiano y diario del sistema, las regulaciones existentes son muy pocas, y no hay una verdadera gobernanza del sistema, por lo cual, en un sistema nuevo, habría que pensar en reforzar mucho la gobernanza.

Inequidades en el sector

Gollan diferenció la situación del sistema público, del privado y de las obras sociales: “Tenemos un sistema que, desde lo público, desde la prestación pública, es enormemente inequitativo –por regiones, por provincias, por lugares de nacimiento, por barrios de un mismo municipio de una misma provincia–, pero que tiene una historia que nos da respuestas, y buenas respuestas cuando lo necesitamos, pero con esas condiciones de inequidad. El sector privado prestador hoy está quebrado, prácticamente. Si no hubiera una Ley de Emergencia, mañana quiebran el 95 % de las clínicas y sanatorios por las deudas históricas con el sistema provisional y con la AFIP, entre otras. Además, la pandemia lo dejó muy endeudado con los proveedores también. Y hay un sector financiador, que son las obras sociales, que también están con serias dificultades –con los sindicatos financiando a las obras sociales. Poniendo la diferencia que nos les alcanza de su recaudación”.

Respecto de los plazos que podrían necesitarse para impulsar estos cambios, Gollan concluye: “Los sectores prestadores –grandes, medianos y pequeños– que ponen un capital y tienen un riesgo, están mal. Entonces, decir que nuestro sistema está funcionando bien, evidentemente, es desconocer una realidad, y tenemos que ir a cambiar esa realidad en un proceso virtuoso. No se cambia en un día, claramente, porque, además, al necesitar cambios culturales, se necesitan procesos, tiempos, pero es necesario hacerlo. Eso es lo que estamos planteando, la necesidad de empezar a reordenar este gran lío que tenemos en nuestro sistema sanitario”.

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