¿Cómo viajamos en AMBA?

Datos duros sobre el uso del transporte público y privado. El furor de la bicicleta. La dificultad del subte para volver a los niveles prepandemia. El estacionamiento en la calle.

Hola, ¿cómo estás? Espero que muy bien. Por acá, un poco cansado. Como que está muy fresco para que sea diciembre. Ah, no, pará. 

Vamos a lo nuestro.

Nuevos datos sobre cómo nos movemos

La semana pasada vieron la luz dos trabajos que brindan información nueva sobre una de las cuestiones que nos obsesiona en este espacio: la movilidad. Por un lado, Federico Poore dio a conocer datos que surgen de un informe de 139 páginas que coordinó el Banco Mundial (que aún no está publicado pero él gentilmente me lo pasó) sobre los patrones de movilidad en el AMBA. Unos días antes, el gobierno porteño había colgado la base de datos con los resultados de la Encuesta de Movilidad Domiciliaria (ENMODO) de 2018. Sí, salió con unos años de demora pero igual nos sirve porque los últimos datos que teníamos eran de 2014.

En Evaluación de la demanda de transporte en Buenos Aires: aprovechar el big data para comprender los cambios en los patrones de movilidad, el BM se centra en los cambios que dejó la pandemia respecto de los modos de transporte elegidos. Entre otras cosas, sostiene que se recuperaron más y más rápido los viajes entre Capital y los partidos del AMBA que aquellos dentro la Ciudad de Buenos Aires. 

En esa línea, el informe señala que el modo que más pasajeros perdió y más le está costando recuperarse es el subte, que fue además el que más aumentó de precio. En contraste, el auto privado no sólo se recuperó, sino que superó los niveles pre pandemia. Una mala noticia teniendo en cuenta lo que siempre decimos sobre el auto privado: menor eficiencia del uso de la infraestructura vial y del espacio urbano en general, más contaminación, más muertes en siniestros viales, menor inclusión social. 

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¿La buena? La participación del uso de la bicicleta aumentó mucho al interior de la CABA, pasando del 4% al 10% su cuota modal. En síntesis podemos decir que una buena parte de la población dejó de tomarse el transporte público, especialmente el subte, y se subió a su auto o, en algunos casos, a su bicicleta.

Tire y empuje

Si pensamos en el desafío de volver a atraer usuarios al transporte público, cuestiones como la frecuencia y el mantenimiento aparecen en el informe del BM como las dos variables clave. Y son justamente dos aspectos que no mejoraron en torno a la gestión del subte porteño. Según el mismo organismo, el 56% de los usuarios totales de transporte privado se tomaría el transporte público si éste les ahorrase apenas 5 minutos de viaje. Y entre quienes no se bajarían del auto incluso ante una suba muy alta y abrupta de la nafta, el 36% también volvería al subte o al colectivo si le asegurasen llegar más rápido a su destino. O sea, pesa más el tiempo que el dinero, al menos en este caso. Este dato es muy útil al analizar la implementación de políticas push y pull para aumentar el uso del transporte público. 

Como señala Federico Poore en la nota que te linkeé más arriba, atraer más gente al subte -y a cualquier otro servicio- sería clave para mejorar el servicio sin necesidad de aumentar ni el precio del boleto ni los subsidios. El informe también sugiere la necesidad de invertir más en infraestructuras que mejoren el transporte público y, además, sostiene que esa inversión se podría financiar con “un pequeño recargo en los peajes” para lograr una transferencia de recursos del sector que usa el auto particular hacia aquel que usa el transporte público, pero además para desincentivar el primero de los modos. 

La historia reciente, y la más lejana también, va un poco en la otra dirección: “En el período 1970-2006, el grueso de la inversión en el sistema de transporte del AMBA se destinó a la infraestructura vial (4.400 millones de dólares), en particular a las autopistas de acceso que conducen del GBA a la CABA, frente a los 730 millones de dólares destinados al ferrocarril y los 1.220 millones de dólares destinados al Subte”, señalan los técnicos del BM.

Esta inversión más alta en autopistas que recorren el AMBA fue uno de los motores de algo de lo que te hablé mucho en este espacio: una expansión de la mancha urbana con baja densidad que tomó la forma especialmente de barrios cerrados, aumentando así el uso del auto particular. Nordelta, tal como señala el reporte, es el ejemplo emblemático: en sus 16 km2, donde viven alrededor de 35.000 personas, no se permitía la circulación de transporte público hasta el 2019, cuando hubo una protesta de trabajadoras que lograron que entre pero solamente en horario reducido y por la vía central del mega-emprendimiento de Constantini.   

Para moverse mejor

Con respecto a la ENMODO 2018, aún no hay tanto análisis hechos porque solamente subieron la base de datos. Por suerte, nuestro amigo Rafa Skiadaressis armó algunos gráficos. Me sorprendió mucho que dentro de CABA gran parte de los viajes en auto son para hacer distancias bastante cortas, la mitad para hacer 3km o menos y casi el 70% para hacer 5km o menos. Muchas de esas distancias podrían ser recorridas en bicicleta o incluso caminando (un 30% usa el auto para hacer menos de 2km). Claro, para alguien que lleva a sus hijxs a la escuela quizás esa no sea una opción. Pero ahí hay otro tema a evaluar: la distancia de las escuelas de los hogares (falta de vacantes, familias que optan por recorrer más distancia en búsqueda de mejor calidad educativa) y la falta de incidencia de los sistemas de transporte escolar. Bueno, si te animás podés ir por acá

Es probable que esto esté relacionado, en parte, con otro gráfico que nos muestra Rafa: el 65% de quienes hacen viajes dentro de CABA estacionan el auto en la calle, ocupando una gran parte del espacio público de la ciudad que podría aprovecharse para otros usos. Cabe preguntarse cuántos de esos viajes se seguirían haciendo si no tuviesen esa posibilidad o si tuviesen que pagar por hacerlo. De eso se tratan las políticas “push” que te mencioné antes, que se complementan con las “pull” como la mayor inversión en transporte público que menciona el informe del BM.  

El otro gráfico que me pareció interesante es menos porteño. Como es de esperarse, el auto particular tiene más incidencia en los viajes dentro de la provincia de Buenos Aires, el colectivo y el tren se usa más para ir de una jurisdicción a otra y las movilidades activas (caminata y bici) para moverse dentro de CABA o PBA. Que el subte sea tan poco mencionado para viajes interjurisdiccionales tiene que ver obviamente con que la red no llega más allá de la General Paz, pero también con que probablemente haya una baja intermodalidad subte-tren o subte-colectivo. 

Rafa también hizo estos mapas que me parecieron elocuentes. Si los miramos, la primera conclusión que podemos sacar es que en las comunas con alta incidencia de auto/moto particular hay baja incidencia del uso de transporte público (oeste y algo del sur) y viceversa (este, Recoleta y Palermo). La segunda conclusión podría ser que ese fenómeno se debe a que en el primer conjunto de comunas hay menor presencia de opciones de transporte público, principalmente porque no llega el subte.  

Bonus track

  • La semana pasada me di el gusto de ver cómo quedó la Confitería del Molino restaurada. Fui una de las 16.000 personas que visitaron la obra de Francisco Gianotti que vio desfilar a personalidades como Gardel, Eva Perón, Roberto Arlt y hasta Madonna. La verdad es que está quedando espectacular. La próxima apertura al público va a ser durante la Noche de los Museos, así que no te distraigas que las entradas vuelan. Se rumorea que la Confitería va a recuperar su función original recién en 2024. Acá podés ver algunas fotos.
  • Seguramente habrás visto este video sobre la ciudad lineal de 170 km. que supuestamente planea hacer Arabia Saudita en el medio del desierto. Mis sensaciones fueron dos: claustrofobia y ganas de distribuir la renta petrolera mundial porque evidentemente tener mucha plata hace mal. De forma más productiva, Alejandro Csome no solo aprovechó para desmenuzar este delirio (y obviamente criticarlo) sino para hablar de otros conceptos de ciudades lineales a lo largo de la historia.  
  • El viernes que viene hay un planazo. En Estudio Lerma y organizado por la editorial Bifurcaciones y Cooperativa Espacial van a conversar personas muy grosas de los estudios urbanos: Adrián Gorelik, Francisco Liernur, Inés Moisset, Julia Ramos, Ramiro Segura, Ricardo Greene y Lucía de Abrantes. Para participar te tenés que anotar acá.  

Eso es todo por hoy.

Que tengas un lindo fin de semana.

Abrazos,

Fer

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Escribo sobre temas urbanos. Vivienda, transporte, infraestructura y espacio público son los ejes principales de mi trabajo. Estudié Sociología en la UBA y cursé maestrías en Sociología Económica (UNSAM) y en Ciudades (The New School, Nueva York). Bostero de Román, en mis ratos libres juego a la pelota con amigos. Siempre tengo ganas de hacer un asado.