Atrasar o no, esa es la cuestión

¿Los subsidios energéticos son una buena medida? En esta edición, analizamos sus ventajas y desventajas. Y, como siempre, algunas cositas más.

Hola, ¿cómo estás? Me imagino que con el mismo entusiasmo que yo, ahora que nos enteramos que Cenital tiene nuevos newsletters. Calzan justo por si volvemos a fase 1.

En estos días se está discutiendo cómo será el aumento de tarifas para el 2021, un debate que no solo se está dando a través de audiencias públicas, sino también hacia adentro de la coalición gobernante.

Recapitulemos un poco para entender lo que está sucediendo. Las tarifas llevan más de 2 años congeladas, desde que la gestión de Cambiemos implementó la medida a principios de 2019. Tras la asunción, el gobierno de Alberto Fernández mantuvo la medida e inició un proceso de revisión integral de las tarifas, buscando respetar “criterios de equidad distributiva y sustentabilidad productiva”, que debía finalizar con el nuevo esquema tarifario, pero que se vio retrasado por la llegada de la pandemia y algunas dificultades técnicas en su implementación.

La contrapartida del congelamiento de las tarifas es el incremento de los subsidios energéticos (que es lo que permite desacoplar el monto que paga el consumidor de los costos de generación y transporte), con lo cual esto lleva al incremento del gasto público. Como se desprende del gráfico, en 2020 se vio una expansión en este rubro, impulsado casi en su totalidad por los subsidios energéticos (aquellos vinculados al transporte públicos se mantuvieron en un nivel similar al de 2019).

Subsidios (en % del PBI)

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Fuente: Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC).

Según lo que figura en el Presupuesto 2021, el objetivo del gobierno es que los subsidios se mantengan constantes -en relación al PBI- respecto de 2020. El problema es que para que eso suceda las tarifas deberían incrementarse alrededor del 40%, como estima acá la consultora Ecolatina. Por lo que se sabe hasta ahora, los aumentos en mayo se ubicarían en torno al 6-7%. El tema es si ésta va a ser la única actualización del año o si habrá otra(s) más adelante.

¿Actualizar o atrasar?

El atractivo de congelar las tarifas (o, en su defecto, de incrementarlas por debajo del aumento de los ingresos) es evidente: eso permite mejorar el poder adquisitivo, lo cual se presenta como una herramienta valiosa, sobre todo en contextos de caída del poder de compra, como es el actual. Ahora bien, ¿es esa la mejor manera de lograrlo? Como se habrán dado cuenta por el gráfico anterior, esta misma discusión se viene arrastrando desde la gestión del kirchnerismo.

En economía siempre hay que analizar una herramienta en términos de costos y beneficios, pero también comparándola contra sus potenciales alternativas. Es decir que la pregunta que tenemos que hacernos es si ese es el modo más eficiente de gastar esa plata ya que, si no fuera así, entonces evidentemente convendría utilizar esos mismos recursos de otra manera.

El argumento más fuerte en contra de los subsidios energéticos es que son una medida “pro-rico” (se le conoce así en la literatura). Esto significa que los estratos de mayores ingresos reciben un monto más elevado -en términos absolutos- que aquellos de menores ingresos. Esto no se debe confundir con el concepto de regresivo, que es cuando la medida beneficia a los estratos más altos (pero comparando el impacto que tiene la iniciativa en relación a los ingresos de cada uno).

Pongamos un ejemplo hipotético para que se entienda mejor. Imaginemos que tenemos 10 personas, ordenadas según su ingreso de menor a mayor (de esa manera, cada persona representa a 1 decil), y que les otorgamos un 10% de subsidio en función de lo que consumen (parecido a como funciona con las tarifas en la realidad). 

El cuadro a continuación resume lo anterior. Fíjense que esta herramienta sería progresiva, dado que beneficia en mayor medida a los estratos más bajos que a los altos (al comparar en relación al ingreso de cada uno), pero sería pro-rico, ya que los estratos más elevados reciben más dinero en términos absolutos (y en relación al monto total otorgado en subsidios, que es de $200). 

En efecto, como muestran J. Puig y L. Salinardi en este trabajo del CEDLAS, los subsidios energéticos en Argentina son una medida progresiva pero pro-rico (salvo para el gas envasado donde son pro-pobre). Fíjense que en los deciles de menores ingresos (1, 2, 3) el impacto que tienen los subsidios en relación al ingreso de estos sectores es mucho más grande al comparar contra el decil de mayores ingresos (la línea negra), pero este último recibe una porción mayor en relación al monto total otorgado (las barras).

Incidencia distributiva de los subsidios a la electricidad por deciles de ingreso per cápita familiar

Fuente: Puig y Salinardi (2015).

Como mostramos en el ejemplo, básicamente esto se explica porque los sectores de mayores ingresos consumen más energía, y por ende en términos absolutos el beneficio que reciben es mayor. 

En dicho trabajo los autores encuentran que los subsidios al servicio de agua son progresivos y pro-rico, al transporte en colectivo son progresivos y pro-pobre, en ferrocarril son progresivos y pro-rico y en avión son regresivos y pro-rico. El hecho de que la mayoría de los montos destinados a subsidiar los servicios públicos caigan en manos de los sectores más pudientes de la población sugiere que no son una buena medida, o que hay mucho margen para que sean mejoradas y más focalizadas (reduciendo los montos que reciben los estratos más altos). Esto es precisamente a lo que apuntaba el gobierno con las tarifas segmentadas, pero parece que se encontró con muchas dificultades (técnicas, por el cruce de datos, y legales, por la protección de los datos).

Sumado a lo anterior, existe un problema adicional que es el desincentivo a la producción y a las inversiones en el sector, que derivan en un aumento de las importaciones de energía. Como señala este trabajo realizado en 2020 por la Oficina de Presupuesto del Congreso: “La decisión de mantener prácticamente congeladas las tarifas luego de la devaluación de 2002 generó una caída de la producción y un incremento en la cantidad de importaciones, tanto de gas natural como licuado, con un máximo registrado en el año 2014”. Es ese, precisamente, el año de mayores subsidios a la empresa Integración Energética Argentina S.A. (IEASA).

Producción local de gas natural e importaciones (miles de millones de m3)

Fuente: Oficina de Presupuesto del Congreso (2020).

En suma, los subsidios energéticos no solo son una medida donde los montos gastados van destinados en su mayoría a los sectores de mayores ingresos, sino que, además, desincentivan la producción local y fomentan las importaciones de energía, dos lujos que Argentina no puede darse en un contexto de pandemia y escasez de divisas.

¿Más economía?

Te recuerdo que todos los sábados agregamos una nota sobre los indicadores económicos que salieron durante la semana. Va un resumen: En febrero, se frenó el repunte sostenido de la actividad económica, aunque los datos adelantados de marzo muestran que esto sería solo transitorio. Los precios mayoristas y los de la construcción se mantuvieron en niveles elevados en marzo, pero desaceleraron respecto del mes anterior. El frente fiscal muestra una reducción sostenida del déficit, de la mano de una mejora en la recaudación y menores gastos asociados al COVID-19. Se mantiene el superávit externo, pero preocupan la dinámica de las importaciones, que crecieron de manera muy significativa. La podés leer completa acá.

Hoy a las 18, la Escuela de Economía y Negocios de la UNSAM presenta un nuevo ciclo de encuentros sobre Finanzas. El primero estará a cargo de Emmanuel Álvares Agis y Marina Dal Poggeto, que van a dialogar sobre las perspectivas macroeconómicas en pandemia. Más información, acá.

El podcast de esta semana no podía ser otro que el primer capítulo de Off The Record, donde Iván entrevista a Miguel Ángel Pichetto. Lo pueden escuchar acá.

Hasta aquí llegamos por hoy. Ojalá que algo de todo esto te haya servido para que ahora entiendas un poco más de esta cosa tan difícil que parece ser la economía argentina. Si no aguantás hasta la semana que viene, la seguimos por acá.

Espero tu respuesta. Te mando un abrazo grande.

Juanma

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Se dedica a estudiar la macroeconomía argentina, algo que en este país debe ser similar a tener un doctorado en física molecular. Es magister en Desarrollo Económico en la UNSAM y está haciendo el Doctorado homónimo en la UNQUI. Padre de gemelas y docente universitario.