Yamandú Orsi, en busca de la vuelta de la izquierda uruguaya

El ganador de la interna del Frente Amplio viene de la gestión en Canelones y cuenta con el apoyo de Pepe Mujica. Quién es el candidato mejor posicionado para las presidenciales de octubre.

Allí donde va, sea entrevista, reunión o acto, Yamandú Orsi llega con su mate torpedo y su termo Stanley. Los ataja a ambos en simultáneo con el brazo izquierdo, en el que lleva un reloj. No descuida la montañita típica del cebado oriental, donde queda un segmento de la yerba despalada sin mojar. Es hincha de Peñarol, tiene 57 años y representa la renovación del Frente Amplio, una fuerza política que gobernó Uruguay durante tres lustros consecutivos, hasta la derrota de Daniel Martínez en manos del actual presidente, Luis Lacalle Pou, y su coalición multicolor (además del Partido Nacional, los colorados y Cabildo Abierto, la formación nacionalista de Guido Manini Ríos, exjefe del Ejército). 

Le dicen que tiene un estilo campechano como el del líder de su espacio en el FA, José Mujica. Es que Orsi y su candidatura son impulsados por el MPP 609, el movimiento político que Mujica y Lucía Topolansky encabezan desde hace décadas, cuando tras el retorno a la democracia determinaron –junto a otros líderes como Eleuterio Fernández Huidobro, alias El Ñato– que el mejor camino para lograr la “patria para todos” que anhelaban ya no era la lucha armada sino la disputa electoral. El MLN Tupamaros, entonces, viró a Movimiento de Participación Popular (aunque el sello siguió existiendo, incluso hasta hoy). 

Orsi nació en Canelones, hijo de un trabajador rural y de una costurera. A principios de la década del 90 se recibió de profesor de Historia, justo en el mismo momento en que comienza a involucrarse en la política partidaria. Luego hizo carrera en la intendencia: durante una década acompañó los dos períodos de Marcos Carámbula, siendo su secretario general. Conocedor de la botonera departamental, de la gestión diaria de los canarios, como se les llama a los habitantes del departamento, el paso siguiente fue el obvio. Fue intendente de Canelones por dos períodos consecutivos, al que renunció el 1° de marzo de este año para lanzarse a la precandidatura presidencial. 

En épocas de outsiders en todo el continente, de candidatos prefabricados en Youtube, Telegram y otras redes, Yamandú fue durante décadas de escalón en escalón hasta lograr la candidatura unitaria. Uruguay sigue siendo una excepcionalidad institucional, el último bastión de los nostálgicos de la política tradicional, en el buen sentido: el de la profesionalidad, el del no lugar a los paracaidistas, el de lo analógico. 

La campaña

“¿Querés cámara? ¿Querés fama? Cuanto más lo enchastres, mejor va a ser”. Eso le dijo, dos semanas después de la salida de Orsi de Canelones, Romina Celeste Papasso, militante trans del Partido Nacional, a su amiga Paula Díaz, que es quien hizo luego la reconstrucción de la escena. Así se armó una denuncia falsa contra quien ya encabezaba los sondeos de la interna del FA. “Esto es muy simple. Vos trabajabas en el Parque Roosevelt. Este señor te paró. Estaba alcoholizado y se enojó (…) Vos inventá todo lo que vos quieras. Cuanto peor, peor, peor”, se escucha a Papasso en un audio a Diaz. “Resulta que el loco no te quiso pagar, te pegó en la cabeza, vos te caíste al suelo, quedaste media desmayada y se fue”, siguió Pappaso, que se había hecho conocida nacionalmente por una denuncia (cierta) contra el entonces senador de su mismo partido, Gustavo Penadés, hoy en prisión preventiva e imputado por 22 delitos de abuso sexual contra menores. 

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La causa no prosperó y Orsi tuvo una ventaja: cayó durante la campaña y no después. El intento por generar un manto de duda se revirtió. Los señalamientos ya no fueron a él sino a Pappaso y Díaz. Nunca se terminó de esclarecer si había un móvil político superior o si actuaron por la propia: Pappaso declaró que ambas habían sido manipuladas y que a ella se le había prometido una recompensa política –en concreto una candidatura a diputada– a cambio de sus acciones. Sin embargo lo negó luego ante la fiscal Sandra Fleitas. El caso estuvo en la boca de la política uruguaya durante semanas, a tal punto que los sectores más conservadores aprovecharon para volver a discutir la ley de género. Pappaso fue expulsada del Partido Nacional, detenida e imputada, en tanto Diaz fue condenada a 20 meses de libertad a prueba luego de que fuera hallada responsable de asociación para delinquir, calumnias y difamación. 

Otra noticia impactó en la precampaña: Mujica anunció a fines de abril que padece cáncer de esófago. Lo hizo en una conferencia de prensa donde llamó a la juventud a militar y a participar en política: “Mientras pueda, seguiré militando y entretenido con las verduras. Mientras el rollo aguante, voy a seguir”, prometió, pensando en sus choclos de la chacra de Rincón del Cerro. Fue tratado con radioterapia en el Consultorio de Oncología y Radioterapia (COR ), cuyo fundador fue Tabaré Vázquez, el médico oncólogo que le pasó la banda –y viceversa– en la seguidilla gubernamental por la cual el Frente Amplio completó quince años al mando del Ejecutivo. 

“Para lo que he vivido estoy bastante bien. La verdad, soy desagradecido. Yo tendría que creer en Dios. Tendría que creer porque estoy vivo de milagro. Por eso tengo que gritarle gracias a la vida. Y voy a empinar el vaso de la vida hasta el último minuto”, dijo Mujica el 1° de mayo, en un asado que compartió con Rubén Rada, Yamandú Orsi, Lucía Topolansky y Cristina Lustemberg. 

–¿Tiene miedo? –le preguntó una colega en ese almuerzo, mientras se escuchaba el ruido de los comensales de fondo. 

–¿Miedo de qué? 

–De sentirse mal, de morirse.

–Todo lo que nace, nace para morirse. ¡Yo he tenido una suerte! Tengo balazos a patadas, perdí el bazo, tengo una enfermedad inmunológica. Estoy viviendo gratis. ¿De qué me voy a quejar?

A pesar de las complejidades de la terapia aplicada en el tratamiento, Mujica se hizo lugar, tiempo y energía para participar de las diversas agendas con Orsi. Fue a actos en el interior y compartió escenario con el entonces precandidato en el Galpón de Montevideo. Allí llamó a los dirigentes a vivir como la mayoría del pueblo. Incluso se lo vio bailando, al cierre de la campaña del FA, en el Palacio Peñarol, al ritmo de “Muriendo de plena”, el icónico tema de Rada que comienza así:

Cuando yo me muera

No quiero llanto ni pena

Prefiero que se me vele

Bailando una rica plena

Mujica bailando en el cierre de campaña del FA, al ritmo de Rubén Rada. Fuente: @MPP609 

Ubicación y definición

“Yamandú es de izquierda, moderno, pragmático. Su estrategia es el diálogo. Y cree que ser de izquierda es tener dos resortes que no se pueden separar: igualdad y libertad”. La definición viene de una fuente directa ligada al candidato ganador de las primarias del Frente Amplio, que destaca que la de 2024 es la sexta elección con el FA como el partido más importante del país. Este último dato es importante para dar cuenta de la vigencia del partido de partidos de la izquierda uruguaya. 

No es azarosa la utilización de las palabras pragmatismo y diálogo en ese textual: el orsismo buscó con ambos atributos diferenciarse de Carolina Cosse, exintendenta de Montevideo, de perfil más combativo. Al igual que Orsi, Cosse se destacó por ser una gestora: desarrolló el Antel Arena, un estadio cubierto con capacidad para 15 mil personas, en el límite de los barrios Simón Bolívar y Villa Española. Luego, ya desde la alcaldía, llevó adelante una ciclovía en la avenida 18 de julio. Resolutiva y ambiciosa en la planificación, conformó un marco de alianzas hacia la izquierda del FA, con el Partido Comunista a la cabeza, que instaló su precandidatura presidencial. 

“Mi puntería y mis mensajes son pensando en lo que va a pasar en octubre”, dijo Orsi en el programa En Perspectiva, explicando que no quería desdoblar su campaña en dos fases (la interna y la externa). “El camino es largo: a veces es de confrontación y a veces de aflojar las riendas un poco. Yo he entendido con los maestros de la política uruguaya, de todos los pelos, que la radicalidad en tus planteos no está solo en tu discurso, sino en cuánto lográs avanzar en esta carrera que es de postas”, contestó cuando lo consultaron por el mote de tibio que le endilgaron desde la otra vereda del FA. 

La otra parte de la diferenciación interna surgió en torno a la capital del país. El orsismo buscó encapsular a Cosse en Montevideo, dando cuenta de las complejidades que una candidatura presidencial de ella tendría en el interior del país. El propio Mujica, con espalda propia y verba encendida, sacudió el tablero cuando dijo: “Cosse es buenísima pero no le gana a los blancos porque no la bancan en el interior. Y perdimos las elecciones (de 2019) por el interior”. La reflexión de Pepe refería a una hipótesis: que Cosse gane las internas por la efervescencia que genera, pero luego sea derrotada por el Partido Nacional en el desarrollo de las elecciones generales.

“Si tú vas a una parrillada en cualquier parte de Uruguay, estás comiendo Canelones: los frigoríficos están ahí, el vino es de ahí, y la ensalada es de ahí”, sigue el interlocutor de #MundoPropio, destacando la importancia del departamento del cual Orsi se fue con una imagen positiva cercana al 70%. Así como Minas Gerais es definido como un Brasil en miniatura dentro del país, Canelones parece cumplir un rol similar en el Uruguay. Tiene la parte metropolitana conectada a Montevideo: allí viven siete de cada diez habitantes del departamento. Pero también tiene un sector rural, vinculado a la actividad agropecuaria. La buena gestión del profesor hacia ambos segmentos se expresó en la votación de ayer. 

La elección

La interna del oficialismo fue menos atractiva y competitiva, algo que le pasó factura en términos de participación (además, obviamente, de la propia gestión que desgasta). Álvaro Delgado se coronó como candidato del Partido Nacional: el ladero de Lacalle Pou venció a sus oponentes internos con comodidad. Ahora buscará que la polarización con el FA le permita una continuidad. Dentro del Partido Colorado ganó Andrés Ojeda, un candidato también cercano al jefe de Estado que sorprendió a las estructuras internas. 

Uruguay viene de dos elecciones parejas: el ballotage de 2019, donde el actual presidente venció por 30 mil votos de diferencia a Martínez; y el referéndum por la Ley de Urgente Consideración (LUC), donde el NO del oficialismo ganó por 1% de diferencia. Pero para el FA hay varios datos esperanzadores de movilización política, social y electoral. El número de comité de base activos casi duplica al de cinco años atrás. Y la propia elección interna 2024 fue muy superior a la de 2019: unos doscientos mil votos más, con un crecimiento sustancial en el interior del país. “Hoy hay que festejar, pero mañana hay que arremangarse para lograr un cambio en octubre”, dijo en el búnker de La Huella de Seregni el senador Alejandro “Pacha” Sánchez. Cuando a las 21 hs, el senador del PC Óscar Andrade twitteó “hay candidato y hay fórmula” se despejaron cualquier tipo de dudas previas respecto a Cosse (algunos especulaban con otro mandato de ella en Montevideo, cosa que no sucederá).

“La gente vivió mucho mejor en nuestros quince años que lo que está viviendo ahora. Los salarios y jubilaciones estuvieron estancados durante cuatro años. Eso no se recupera. Lo que se perdió está perdido, se pinte de la manera que se pinte. Y la gente lo sintió en carne propia y está buscando una alternativa”, mencionó en tanto el excanciller Rodolfo Nin Novoa, otro de los presentes en el bunker frenteamplista, ante las cámaras de TV Ciudad. El intendente Andrés Lima, que salió tercero en la interna del FA, insistió con una idea: la de vencer en octubre. “Con esta participación tan masiva hay enormes posibilidades en primera vuelta y con mayoría parlamentaria, es un escenario distinto”, afirmó optimista, ante La Diaria. 

Cosse y Orsi en La Huella de Seregni, el búnker frenteamplista. Foto: La Diaria

“Se siente, se siente, el Yama presidente”, coreó la muchedumbre que desafió la helada en las afueras del búnker montevideano. Antes se cantó “hay que saltar / hay que saltar / el que no salta es del Partido Nacional”. A las 22 hs tomó la palabra Orsi y se la pasó a Cosse de volea. “Vamos a volver. A la gloriosa militancia del Frente Amplio: gracias. Hoy el FA empezó a volver. Y a partir de mañana con todo”, dijo con garra, como acostumbra, la exintendenta de Montevideo. 

Luego el ya candidato habló de su compromiso para que no se difundan noticias falsas en la campaña venidera. Desigualdad, pobreza, inseguridad, problemas de salud y estancamiento económico, los ejes sobre los que aseguró que el FA va a trabajar. Detrás se leía la frase: Venimos a unir. Es que Orsi se propone como garante de la unidad: para ganar y para gobernar. “Unir a la capital con el interior”, esbozó. “Al país rural y agropecuario con los servicios y la industria de las ciudades”, dijo. Hacer crecer jubilaciones y salarios. Y luego destacó la abrumadora votación, por encima de todas las expectativas. 

Así finalizó en Montevideo la noche en la que el FA, siempre agnóstico, creyó en su propia resurrección. El 27 de octubre las y los uruguayos dirán. 

Se dedica al periodismo político internacional desde hace más de una década. Es politólogo y magíster en Estudios Sociales Latinoamericanos (UBA). Escribió el libro "Lula, de la cárcel a la presidencia". Es hincha y socio de San Lorenzo.