Vicentin, ¿una salida por arriba al problema de la falta de dólares?

Nos metemos con el tema de la semana, la expropiación de Vicentin, pero desde un ángulo diferente. La deuda, en stand by. Los indicadores de la semana y algunas cositas más.

Hola, ¿cómo estás? Por un tema de probabilidad, calculo que mejor que yo, que vivo en el conurbano bonaerense y soy de los pocos que sigue sin poder salir a correr. 

Sin dudas el tema de esta semana es el proyecto de expropiación de la empresa Vicentín, así que vamos a arrancar con esto. Ya hay mucha –y buena– información circulando (sobre lo que hace la empresa, los motivos por los que quebró, las irregularidades del cuantioso préstamo que recibió por parte del Banco Nación durante la gestión de Cambiemos, con el agregado de esta empresa fue la principal aportante de fondos para la campaña presidencial de Macri en 2019, y por último las controversias acerca de la cuestión legal de aplicar la expropiación en lugar de proseguir con el concurso preventivo).

Así que me gustaría detenerme en una cuestión que me parece sumamente importante para incorporar al marco de esta decisión, y que por lo que vi hasta ahora no está tan presente en los medios: la importancia estratégica de la empresa desde el punto de vista macroeconómico, y en particular, como una herramienta adicional para el manejo y la estabilización de la economía argentina.

Desde hace ya varios años que el principal problema que enfrenta la economía es la escasez de divisas, algo que se manifiesta con las recurrentes devaluaciones del tipo de cambio (o sea, el valor del dólar sube porque hay más demanda que oferta, como te conté en esta edición del newsletter).

Esas devaluaciones llevan a saltos en la inflación, que a su vez provocan la pérdida de nuestro poder de compra. Las empresas venden menos y eso desemboca en una recesión, aumento de la pobreza, el desempleo, etc. Por eso es que resulta tan importante para el Banco Central tratar de tener el tipo de cambio bajo control. Si lograra hacerlo por el tiempo suficiente, la inflación se iría reduciendo paulatinamente hasta lograr ser estabilizada en torno a valores acordes al resto de la región (si estás sacando cuentas acerca del tiempo que eso llevaría, te adelanto que estamos hablando de por lo menos un par de años).

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¿Cómo se logra esto? La respuesta no es unívoca ni sencilla (si no, ya lo hubiésemos resuelto hace tiempo). El gran obstáculo que presenta la estabilización del tipo de cambio es que requiere mucho tiempo, y durante todo ese lapso pueden ir apareciendo problemas externos que metan presión al dólar –como por ejemplo una pandemia– o incluso que las propias medidas que se adopten terminen siendo contraproducentes; por ejemplo, el endeudamiento en moneda extranjera permite la estabilización del tipo de cambio (ya que deriva en un incremento significativo de la oferta de dólares), pero si esos dólares no se utilizan correctamente –como suele suceder– terminan provocando una devaluación.

Además, eso puede derivar en comportamientos especulativos por parte de las empresas y la población agravando el problema. Si por algún motivo creen que el tipo de cambio en el futuro se va a devaluar, la respuesta lógica sería comprar una mayor cantidad de dólares ahora (que están más baratos), ya sea para atesorarlos o incluso para venderlos luego más caros. Paradójicamente, al hacer esto están forzando una devaluación (porque se incrementa súbitamente la demanda de dólares), algo que en economía se conoce como “profecía autocumplida”.

Este tipo de comportamientos se pueden dar de manera involuntaria y generalizada (sobre todo en casos donde la mayoría crea que la devaluación es inminente), pero también puede suceder que algunos grandes jugadores del mercado –sabiendo estas cuestiones– busquen forzar la devaluación. En ambos casos, pero sobre todo en este último, el BCRA podría evitar la devaluación, aunque a costa de sacrificar parte de sus reservas internacionales (ya que debería salir a ofrecer dólares en el mercado para equiparar el incremento de la demanda).

Todo muy lindo, ¿pero todo esto qué tiene que ver con Vicentín? Es que, precisamente, la participación estatal en la empresa resulta clave por dos motivos. En primer lugar, el gobierno incorporaría una nueva fuente de divisas que puede servir como complemento del BCRA para asegurar la estabilidad del tipo de cambio en el mediano plazo. Para tener una idea, durante 2019 las exportaciones de bienes generaron un ingreso de divisas por USD 68.000 millones. De ese total, casi el 50% provino del sector oleaginoso y cerealero, donde Vicentin fue la sexta empresa que más exportó, con una participación del 9% (alrededor de USD 2.600 millones).

Sumado a eso, el gobierno pasaría a tener información de primera mano en uno de los rubros donde siempre se sospecha que existe este tipo de comportamientos especulativos, dada la capacidad de retener y no liquidar los dólares de las exportaciones. Por ejemplo, a pesar de la cosecha récord, en lo que va de 2020 la liquidación de dólares por parte del sector agropecuario es un 18% menor a la del año pasado y la más baja desde 2007.

Liquidación de divisas por granos y subproductos

Fuente: Agrofy News

En definitiva, una arista más para agregar a la siempre compleja discusión que trae aparejada este tipo de decisiones, que de todos modos ahora deberá someterse al debate en el Congreso.

Los indicadores de la semana, en cuarentena

La situación del empleo: El Ministerio de Trabajo publicó la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) para el mes de abril y los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) para el mes de marzo, que confirma el deterioro del mercado laboral frente al COVID-19. Los datos del SIPA muestran que durante marzo se perdieron 105.000 puestos de trabajo respecto del mes anterior (-0,9%). Esto estuvo explicado fundamentalmente por la contracción del empleo asalariado privado y el de los monotributistas, donde se perdieron 48.000 y 45.000 puestos, respectivamente.

Por su parte, la EIL (que es una encuesta realizada a empresas privadas con más de 10 trabajadores y que sirve como indicador para anticipar los datos del SIPA) mostró en abril una caída importante y similar a la del mes anterior (-0,6%). Otro dato interesante que surge de la encuesta es que el 19% del total de las empresas relevadas no abrió sus puertas y el 38% de las firmas operó a menos del 50% de su capacidad productiva.

Índice de Producción Manufacturero (IPI): El INDEC publicó los datos de la industria para abril, que mostró una caída que duplicó a la de marzo, reflejando el efecto de la cuarentena (33,5% anual y 16,5%, respectivamente). Como se puede ver en el gráfico a continuación, el impacto es bastante heterogéneo al analizar por sectores, en función de aquellos que son considerados esenciales y los que no.

Evolución de la producción industrial por sectores

Fuente: INDEC

Recaudación: La AFIP publicó los datos de la recaudación de mayo, que no solo son importantes por su impacto en las cuentas fiscales –como vimos la semana pasada– sino porque también de alguna manera reflejan el desempeño de la actividad económica (siendo uno de los primeros indicadores que sale en el mes). El resultado mostró un incremento del 12,4%, que en términos reales se traduce en una caída de aproximadamente 20%. El peor desempeño fue para los derechos de exportación, que se redujeron casi 60% en términos reales (la menor recaudación está vinculada con lo visto en la sección anterior).

Relevamiento de Expectativas del Mercado: El BCRA publicó el REM con las proyecciones realizadas por las consultoras durante el mes de mayo, que mostraron una mejora por el lado de la inflación (pasó de 44,4% a 43,3% para fin de año) pero con una caída más pronunciada para la actividad económica en 2020 (pasó de -7% a -9,5%) que de confirmarse sería la más fuerte desde la crisis del 2001.

¿Más economía?

¿Pensaste que me había olvidado de la deuda? Claro que no, el tema es que no hubo demasiado para contar. Por ahora las negociaciones siguen en secreto, con lo cual son más que nada especulaciones hasta que haya algún comunicado oficial. Según esta nota, durante el transcurso de esta semana Guzmán presentaría la nueva oferta mejorada, lo que automáticamente llevaría a una prórroga por diez días más para lograr un acuerdo.

Varias personas se tomaron en serio lo de hacer una sección titulada “¿qué hago con mis pesos?”, así que acá va una nota que explica las diferencias entre las distintas alternativas para ahorrar en moneda local (plazos fijos y fondos comunes de inversión).

Si te interesan los temas vinculados con el sector productivo y el energético, te recomiendo esta conferencia (ya disponible para ver completa) con personas que saben mucho del tema. En formato podcast, también este capítulo del programa Los números también hablan que analiza cómo la cuarentena cambió nuestra manera de consumir. Por último, el martes que viene hay un webinario muy interesante sobre políticas de cuidado en Argentina, un tema sumamente importante que muchas veces no se le suele dar la relevancia que amerita.

Hasta acá llegamos por hoy. Ojalá que algo de todo esto te haya servido para que ahora entiendas un poco más de esta cosa tan difícil que parece la economía argentina. 

Espero tu respuesta. Te mando un abrazo grande.

Juanma

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Se dedica a estudiar la macroeconomía argentina, algo que en este país debe ser similar a tener un doctorado en física molecular. Es magister en Desarrollo Económico en la UNSAM y está haciendo el Doctorado homónimo en la UNQUI. Padre de gemelas y docente universitario.