Una gira entre la excentricidad y el pragmatismo

Tras una parada singular en Rusia que causó perplejidad en Washington, el gobierno se llevó un logro importante de la República Popular China. Los principales proyectos dentro y fuera de la Franja y la Ruta. Los temas de la reunión entre Alberto Fernández y Xi Jinping. Habla Sabino Vaca Narvaja. Los debates que surgieron a partir de la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque.

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Los náufragos no eligen puerto*

Casi en simultáneo con la renuncia del diputado Máximo Kirchner, Alberto Fernández inició su gira internacional que al momento lo tiene en Barbados donde espera dar un mensaje en relación al riesgo ambiental, como presidente de la CELAC y como parte del acercamiento a las numerosas naciones del caribe -históricamente semi ausentes en nuestra diplomacia, por cuestiones geográficas, históricas y culturales. El peso de estas naciones en el sistema interamericano y en la organización regional, -dado por su número así como por el potencial para desarrollar lazos comerciales que a priori, podrían ser ventajosos para la Argentina- dan interés al viaje del Presidente. La Comunidad del Caribe abarca 14 países miembro y más de 15 millones de habitantes.

La gira inició en Rusia, un viaje cuya oportunidad, hasta el momento, resulta difícil de explicar, aunque según pudo saber #OffTheRecord tiene que ver con la búsqueda de algún financiamiento directo adicional del país gobernado por Vladimir Putin al Fondo Monetario Internacional. Respecto de acuerdos en inversiones, las principales autoridades argentinas ya recibieron -hace pocas semanas- a una nutrida delegación oficial y empresarial encabezada por el Fondo de Inversión Directa Ruso y no hubo hasta el momento anuncios que justifiquen una visita tan cercana. Por lo demás, la relación bilateral es buena y la apuesta argentina por la vacuna Sputnik V ha sido tan provechosa para nuestro país como para la Federación Rusa. En cambio, la oportunidad del viaje, su adición relativamente reciente al ya programado a la República Popular China y las enormes tensiones en la frontera con Ucrania eran buenos motivos para preguntarse por el momento de la escala, también para nuestro país que está ultimando un acuerdo con una institución multilateral orientada por el rival de Rusia en la gresca ucraniana. 

Según pudo saber #OffTheRecord, todos los interlocutores en Washington que hablaron con funcionarios argentinos manifestaron desde “perplejidad” a “malestar” por las declaraciones del primer mandatario. El señalamiento directo a los Estados Unidos al hablar de la necesidad de diversificar vínculos fue tan innecesario como inoportuno. El ofrecimiento del país como puerta de entrada de Rusia en América Latina, además de una excentricidad, puede haber causado resquemores tras la experiencia venezolana. No lo sabremos a ciencia cierta, ya que más allá de los voceros informales del Departamento de Estado, la única reacción oficial fue un encuentro sonriente y casi simultáneo del flamante embajador Marc Stanley y el jefe de Gabinete Juan Manzur. 

En los Estados Unidos, las únicas referencias a la Argentina provinieron de legisladores republicanos y no aludieron a Rusia sino al verdadero rival sistémico de los Estados Unidos. El senador por Idaho, Jim Risch, uno de los más conservadores de la Cámara alta, llamó a la Argentina a no construir la cuarta central nuclear con tecnología china, mientras el representante de Florida, Matt Gaetz, -un trumpista furioso con  serios problemas legales-, acusó a la Administración Biden de haber «perdido» a la Argentina a manos de China y habló de una ruptura de la Doctrina Monroe por la cooperación nuclear y espacial. La representatividad de los legisladores republicanos sólo debería ser tomada como relevante en un futuro posible pero distópico en el que fueran a triunfar en 2024. El Comité Nacional Republicano declaró oficialmente hace cuatro días que el intento de desconocer las elecciones presidenciales y tomar el edificio del Capitolio constituyeron un ejercicio de «legítima libertad de expresión». Un posicionamiento difícilmente digerible para los gobiernos democráticos y progresistas latinoamericanos.

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En Argentina, por ahora con otros modos, también existen las deliberaciones intrapartidarias. La renuncia de Kirchner revivió un debate dentro del peronismo que, en general, y por motivos varios, se da puertas adentro. En los últimos días se escuchó una musicalidad similar a la que, en la última década, fue el vector de los deseos de un sector del justicialismo -entre los cuales el porteño se oye, por razones obvias, con más fuerza-: un peronismo sin Cristina. Esa hipótesis en algún momento la corporizó lateralmente Francisco De Narváez, más tarde Sergio Massa -artífice del Frente de Todos junto a Eduardo “Wado” de Pedro, el propio Kirchner y Alberto Fernández-, luego un sector de lo que se supo llamar sciolismo y más acá en el tiempo generó expectativas en ese universo Felipe Solá -canciller del FdT y la propuesta a vice de CFK por parte de Alberto en las elecciones de 2019. En algún momento ese deseo se materializará, naturalmente. Seguramente antes que la revolución siempre anunciada de la izquierda, pero con el mismo espíritu que con su estilo habitual patentaron los ingleses: un reloj que está parado acierta la hora dos veces al día. 

Barrida la hojarasca, de lo que se trata es de ganar. Para que esa empresa sea exitosa -y hasta el momento los más prácticos han sido los gobernadores: desde Gildo Insfrán a Gustavo Bordet pasando por Sergio Uñac o el espasmódicamente cristinista Omar Perotti- los mandatarios no rompieron con el kirchnerismo en su construcción local a pesar de tener innumerables diferencias. ¿Por qué? Porque todavía conserva -a pesar suyo si uno juzga algunos movimientos de los últimos 24 meses- eso que el peronismo que es más del hacer que del pensar desea: votos. 

Si uno convalidara la tesis sobre un rechazo sistémico del justicialismo tradicional a la cosmovisión kirchnerista, surge una pregunta más interesante: ¿por qué no quieren a Cristina o Máximo? Una de las respuestas posibles es porque los consideran poco pragmáticos. Porque dan peleas innecesarias. En el fragor de la lucha hay complementariedades que se olvidan: o el kirchnerismo es un espacio sobreideologizado que no mide las consecuencias o es un dispositivo que ante una incomodidad le retira el trasero a la aguja. Como ambas no pueden convivir, nada esconde más que lo evidente: la discusión de fondo es con quién se pagan esas consecuencias. Si con los tomadores de decisiones o con la sociedad a la que el peronismo tiene que representar. Si bien esto no indulta las posiciones del kirchnerismo sobre las tarifas o el acuerdo con el FMI –la entrega anterior versó largamente sobre ambos temas-, pone de manifiesto una discusión un poco menos estética. Un debate que al peronismo, evidentemente, le es más fácil saldarlo en la oposición que en el gobierno.   

Este tipo de dinámicas en general ocurren cuando Cristina Kirchner está en silencio. Ante la ausencia de la vice, ese lugar lo ocupan quienes fantasean con su extinción.

“Es como dice Liotti: con una carta se vuelven a guardar todos”, se reía ante #OffTheRecord un ministro albertista que no reniega del volumen de la vice.

Es posible que sobre esa pintura se recorten las declaraciones del Presidente en Rusia y la filtración de la chanza a su par chino: “Si usted fuera argentino sería peronista”. Mensajes para un electorado local presumiblemente herido por el acuerdo con el FMI y la renuncia de Kirchner. Una hipótesis. En términos netamente políticos, en la comitiva argentina destacaban que la bilateral de Xi con Fernández fue la más larga de las 11 que mantuvo el líder asiático. “Estaba prevista para 20 minutos y fue de una hora”, celebraban. La visita de la comitiva al Museo de la Historia del Partido Comunista Chino -que se inauguró el año pasado por los 100 años de historia del PCCh- y la coincidencia de ambos como autoridades partidarias fue celebrada por el mandatario anfitrión y permitió una vinculación alternativa. Al margen de lo simbólico, el Presidente argentino le pidió a su par chino la ampliación del swap y la utilización de los Derechos Especiales de Giro, temas sobre los cuales el apoyo de Xi “fue total”, según alguno de los presentes. It´s a developing story.

Así las cosas, atribuir al viaje China alguna cuestión de oportunidad, mérito, conveniencia o afinidad ideológica es, desde Buenos Aires, un absurdo. Para la Argentina, China es un destino. La simple contrastación de lo actuado por Mauricio Macri mientras era Presidente frente a las declaraciones incendiarias de algunos de sus ex funcionarios da cuenta de la vocación de estos últimos por pasar vergüenza en forma voluntaria. La elección de la fecha -la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno, boicoteados diplomáticamente por los Estados Unidos- tiene en este caso el mérito de una buena lectura de la coyuntura china. La política de cero COVID mantenida por el país asiático ha alejado al presidente Xi Jinping de los eventos presenciales, incluso los de alto nivel en temas prioritarios para China como la cumbre ambiental de Glasgow o del G-20. La cita olímpica, con China como anfitrión, ofreció una oportunidad para el encuentro presencial que quizás no vaya a repetirse durante lo que resta del mandato de Fernández. 


Hablamos de la visita con el embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja.

¿Cuál fue el saldo de la visita y el significado de ser parte de la iniciativa de la Franja y la Ruta?

El saldo de la visita del presidente Alberto Fernández fue muy positivo y la considero histórica, no solo por el ingreso a la Iniciativa de la Franja y la Ruta sino también por las reuniones bilaterales, los anuncios de inversión directa y los 13 convenios que firmamos con distintos ministerios y su contraparte china. Es una visita que ratifica la fuerte visión federal que tenemos desde la Cancillería y la Embajada, a partir de la presencia de tres gobernadores de nuestro país y los presidentes de las comisiones de Relaciones Exteriores de Diputados. Es una visita que continúa la línea de lo firmado por los presidentes Néstor Kirchner y Hu Jintao en 2004, cuando Alberto Fernández era jefe de Gabinete, elevando la relación bilateral a Estratégica; y en 2014, con Cristina Fernández de Kirchner y Xi Jinping, a Estratégica Integral. Este 2022 es otro hito en las relaciones bilaterales ya que se ingresó formalmente a la nueva Ruta de la Seda, de la que participan numerosos países del mundo y de nuestra región, naciones gobernadas por dirigentes de diferentes miradas ideológicas, pero que entienden los beneficios que tiene para sus pueblos esta iniciativa.

¿Qué perspectivas abre para Argentina?

Las perspectivas que abre esta visita para el país son muy positivas porque la nueva Ruta de la Seda no solamente implica inversiones y financiamiento para obras de infraestructura, sino que hay informes hechos por el Banco Mundial de cómo ha crecido el volumen comercial con los países que han ingresado a esta iniciativa. Argentina tiene mucho potencial para ampliar el comercio bilateral y estamos trabajando mucho con las plataformas de comercio electrónico, que en China son muy importantes, para ampliar la oferta exportable de la Argentina. Por ejemplo, con JD.com, la mayor empresa de comercio minorista de China, con más de 550 millones de usuarios activos, abriremos un Pabellón Nacional de la Argentina este 2022. Esto va a ser clave para muchas Pymes de nuestro país que exportan productos de alta calidad.

De los financiamientos acordados, ¿cuáles considera los más importantes y por qué?

Destacaría los acuerdos alcanzados entre la empresa china Jiangxi Nuclear Power Co., subsidiaria del Grupo SPIC, y el INVAP de la Argentina, para la construcción y desarrollo conjunto en la provincia de Jiangxi de reactores para la producción de radioisótopos medicinales. Se trata de exportación de tecnología argentina y abre importantes posibilidades para la cooperación científica en un campo en el que el país es pionero y China necesita crecer, en el marco del plan “China Saludable 2030” del Gobierno central. Algunas de estas cosas fueron las que abordamos en la reunión que en noviembre del año pasado mantuve con Zhang Kejian, viceministro del Ministerio de Industria y Tecnología de la Información y ministro de SASTIND (NdeR: State Administration of Science, Technology and Industry for National Defense). De ese diálogo surgió una visita al lugar donde será desarrollado el proyecto. INVAP y la empresa están avanzando sobre el proyecto, tienen firmado un acuerdo General y están avanzando en el específico. La gobernadora Arabela Carreras mantuvo una reunión de trabajo con la empresa China que está avanzando con el proyecto.

De los proyectos productivos vía IED, ¿cuáles son los más importantes y por qué?

Una de las iniciativas que más me entusiasma es el anuncio del acuerdo alcanzado entre la empresa argentina SPACESUR y la China Great Wall Industry Corporation (CGWIC), la única organización comercial autorizada por el gobierno chino para proporcionar satélites, servicios de lanzamiento comercial y cooperación espacial internacional. El objetivo estratégico es desarrollar un modelo de exportación de tecnología satelital chino-argentina para brindar servicios de soluciones de transformación digital y productos de valor agregado para abastecer al mercado latinoamericano. Argentina tiene mucho potencial en el rubro satelital y cuenta con empresas muy prestigiosas en el rubro.

¿Qué valoración hubo del principio de acuerdo con el FMI y qué posibilidades abre con China? ¿Cree que puede lesionar la negociación con el FMI esta visita del Presidente y su incorporación al BRI?

Para China es muy importante que la situación financiera de la Argentina sea sostenible y por eso hubo un respaldo muy fuerte de China a las negociaciones argentinas con el FMI, en un contexto en el que el presidente Xi Jinping habló sobre su apoyo a la postura argentina sobre los derechos especiales de giro. También ante el pedido del presidente Alberto Fernández, Xi Jinping dijo que iba a dar instrucciones para avanzar en la ampliación del swap de monedas y la posibilidad de su uso de manera más eficiente, en eso vienen trabajando el Banco Central de la República Argentina, con Miguel Pesce, y el Banco Popular de China, y en estos días tendremos información sobre la cantidad y el formato. No solo creo que no va a lesionar la negociación, China nos ha respaldado y transmitió su apoyo a la negociación y acuerdo al que llegó Argentina. Con respecto a la BRI solo hay que ver la relación de países como Chile, Uruguay, Ecuador, etc. que ingresaron antes que Argentina a esta iniciativa y no vieron afectado su vínculo con Estados Unidos ni con los organismos de crédito. Argentina cree en el multilateralismo y acompaña el reclamo junto a otros países por un orden internacional más armónico y equilibrado donde ningún país imponga sus posiciones sobre otro.


La adhesión a la iniciativa de la Franja y la Ruta, un deseo que Macri no pudo sacar adelante durante su presidencia, busca blindar a la relación entre China y Argentina de lo que ha sido una progresiva retirada del financiamiento chino a nivel global, mientras intenta avanzar en una agenda de inversiones productivas y crecimiento de la relación comercial. China es, desde hace ya varios años, el principal socio comercial de América del Sur. Para Argentina es el segundo, por detrás de Brasil, pero una mirada sobre el potencial de la relación muestra que, en cualquier escenario en el que las exportaciones argentinas crezcan lo suficiente como para minimizar las trabas que la restricción externa impone a nuestro crecimiento económico, se convertirá, casi con seguridad, en el principal socio comercial para llevar adelante dicha empresa. 

China es el principal demandante a nivel global de litio, de cobre y de gas natural licuado. Son los sectores de mayor potencial para las exportaciones argentinas. No es casual que, como parte de la agenda de trabajo bilateral, se haya presentado a los chinos, además de los financiamientos, un esquema de proyectos productivos elaborados por Matías Kulfas y su equipo, donde podría crecer la inversión extranjera directa de ese país. El más importante apunta a la construcción de una planta de licuefacción de gas, para exportar recursos de Vaca Muerta desde los puertos atlánticos. Se complementa con anuncios existentes en minería, energía y electromovilidad.

En cuanto al financiamiento, China aparece como la mejor alternativa para el desarrollo logístico y de infraestructuras necesario para el crecimiento, con el atractivo de que los préstamos no contienen condicionamientos macroeconómicos. La apertura de la discusión sobre el grado de participación de proveedores locales y la confirmación de miles de millones de dólares en financiamiento para obras, es un saldo virtuoso de la actuación argentina. China viene reduciendo su exposición al otorgamiento de nuevos préstamos a nivel global, y especialmente en África y América del Sur, algo que ha afectado particularmente los acuerdos con países que, como Argentina, enfrentan problemas financieros y de solvencia. La adhesión a la Iniciativa de la Franja y la Ruta es, al contrario de lo que postula parte de la oposición, un gesto de pragmatismo exitoso. No cabe esperar de los Estados Unidos otra cosa que la comprensión que dispensan a países como Chile, Brasil y Perú, especialmente cuando el crecimiento de los lazos económicos bilaterales con China es condición necesaria para que Argentina pueda cumplir con el repago de su deuda externa.

*Le tomé prestada la figura al profesor Rafael Bielsa.

Ojalá hayas disfrutado de este correo tanto como yo. Estoy muy agradecido por tu amistad que, aunque sea espectral, para mí no tiene precio.

Iván

Soy director de un medio que pensé para leer a los periodistas que escriben en él. Mis momentos preferidos son los cierres de listas, el día de las elecciones y las finales en Madrid. Además de River, podría tener un tatuaje de Messi y el Indio, pero no me gustan los tatuajes. Me hubiera encantado ser diplomático. Los de Internacionales dicen que soy un conservador popular.