Tarifazo fase 2: menos subsidios a hogares para bajar un gasto de USD 6800 millones

Afectará principalmente a los sectores de ingresos medios y bajos, con aumentos importantes en las facturas de electricidad y gas. El Gobierno busca reducir un esquema costoso mientras enfrenta desafíos en la provisión de energía durante el invierno.

La quita de subsidios a la energía se centrará ahora en los hogares de ingresos medios y bajos, quienes enfrentarán un aumento significativo en sus facturas de electricidad y gas durante el invierno. Según estimaciones oficiales, las facturas de electricidad podrían incrementarse hasta un 155%, mientras que las de gas podrían subir hasta un 33%. Estos porcentajes se suman a los aumentos de tres dígitos ya establecidos entre febrero y abril de este año.

El Ejecutivo busca desarmar un esquema que le costaría, hasta fin de año, casi USD 6800 millones, equivalente al 1,1% del PBI, según la consultora Economía & Energía. Los próximos pasos no están claros: el presupuesto para pagarle a Cammesa el costo de la energía eléctrica ya está casi agotado y debería recomponerse para encarar los siete meses que quedan hasta terminar el año.

Los incrementos llegan luego de una serie de contramarchas del Gobierno. En las audiencias públicas de principios de año, el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, presentó una Canasta Básica Energética (CBE) que buscaba subsidiar solo una fracción mínima de los consumos de los hogares de ingresos bajos. La semana pasada, el decreto 465 que firmaron el presidente Javier Milei y el ministro de Economía Luis Caputo mandaron la CBE al freezer.

Energía también había fijado un precio estacional para el gas del invierno de unos USD 4,5 dólares por millón de BTU, que ahora acotó a USD 3,3 dólares. Ese será el costo que pagarán los usuarios residenciales, comerciales e industriales sin subsidios.

Por último, Energía mandó a boxes el esquema de indexación mensual que debía regir desde comienzos de mayo. Economía quiere reemplazarlo por una fórmula basada en la expectativa de inflación y no en un indicador duro del mes previo, como el IPC o el Índice de Precios Mayoristas. Esto se aplicaría a partir de julio, según trascendió.

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Mientras Rodríguez Chirillo pujaba por una mejor remuneración a los generadores de energía y una quita de subsidios agresiva, el Gobierno demoró la puesta a punto del Gasoducto Néstor Kirchner y previó una importación de GNL módica, que no alcanzó para satisfacer la demanda mayor que provocó el frío polar de mayo. Debió importar un buque de emergencia, que demoró en iniciar su descarga y motivó el corte total a industrias y estaciones de GNC el miércoles pasado. Fue energía a mayor costo y menor actividad industrial y comercial, que supondrá menos recaudación.

En medio de estas idas y venidas, Energía sí tomó una medida sensible que le permite empezar a desarticular el esquema de subsidios. El decreto 465 eliminó un esquema que limitaba los aumentos de tarifas para hogares de segmentos medios y bajos (N3 y N2). Estos no podían superar un porcentaje de la evolución del Coeficiente de Variación Salarial.

Ese esquema impedía trasladar buena parte del incremento del costo de la generación de energía -que se disparó luego de la devaluación de diciembre- a los hogares N3 y N2. Según el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la UBA y el Conicet, estos usuarios pagaban, en abril, entre 4 y 5% del costo de la energía eléctrica y entre 14 y 20% del de gas. Los usuarios N1, a los que sí se les había aumentado el precio de generación, cubrían con sus facturas el 51% del costo del gas y el 65% del de la electricidad.

Una vez despejado ese escollo, Energía informó los precios estacionales de la energía eléctrica y del gas natural para los próximos meses para comercios, industrias y hogares con y sin subsidio. También redujo sensiblemente los bloques de consumo subsidiado para usuarios residenciales N3 y N2. Como referencia, los segmentos medios tenían un bloque de 400 kwh por mes de electricidad subsidiada y ahora tendrán 300 kwh. Y los segmentos bajos pagarán precio pleno por arriba de los 250 kwh mensuales. Los límites para zonas sin gas natural son mayores.

Según la información oficial, los hogares de segmentos altos tendrán aumentos promedio de 22,8% en la factura de electricidad y de 9,2% adicional en la de gas. Estos ya tuvieron incrementos fuertes en la generación en los primeros meses del año. Los hogares del medio registrarán subas promedio de 155,8% promedio en electricidad y de 9,2% en gas. Los de ingresos bajos afrontarán facturas promedio un 99,3% y 33% más caras, respectivamente. Los aumentos del gas serán más moderados porque el Gobierno fijó un precio mayorista más acotado. Estos consumos se pagarán a partir de julio o agosto, según el corte de las facturas.

Si bien todos los usuarios residenciales recibieron aumentos fuertes en la primera parte del año, la carga para los N2 y N3 se concentró en la parte de la factura que paga el transporte y la distribución, que no reciben subsidios. El Gobierno optó por mejorar mucho la remuneración para estas empresas antes que empezar a desarmar el costo que paga el Estado.

Gradualismo en medio del ajuste de shock

Así y todo, los aumentos son inferiores a los estipulados al inicio de la gestión de Rodríguez Chirillo. El gradualismo, tan repudiado por la administración del ajuste de shock, llegó a la quita de subsidios. Según Economía y Energía (EyE), la consultora de Nicolás Arceo, el Gobierno se encaminaba a terminar 2024 con una cuenta de subsidios energéticos equivalente a 1,1% del PBI: USD 6769 millones.

Y eso teniendo en cuenta el “ahorro fiscal” que obtuvo Caputo al pagarles a las generadoras la cuenta de los primeros dos meses con un bono a 2038, que las empresas pueden hacer plata a la mitad de su valor nominal. “La decisión de abonar con títulos públicos dos meses de la transacción de CAMMESA implicará una disminución en la erogación de subsidios, en el presente ejercicio fiscal, de aproximadamente USD 533 millones”, indicó EyE.

La decisión de prorrogar el Presupuesto 2023 para este año hace que las partidas presupuestarias se agoten rápido. Los fondos destinados a Cammesa para pagar la parte de energía eléctrica que abona el Estado se ejecutó en casi 98%, según registros oficiales. Con el bono que evitó los pagos de enero y febrero, los créditos alcanzaron para marzo, abril y mayo. El Gobierno deberá ampliar el fondeo en breve.

Por lo pronto, este jueves destinó una ampliación presupuestaria de casi $ 150.000 millones para que Enarsa avance con la reversión del Gasoducto del Norte. La obra no estará lista, al menos, hasta septiembre. Eso implica más importación de GNL por un tiempo.

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Periodista especializado en Economía. Pasó por La Nación, Bae, El Cronista y TN. Actualmente es columnista en Mejor País, en Radio Con Vos.