Que lluevan las inversiones

Nicolás Sidicaro, autor del newsletter Lluvia de Inversiones, cuenta qué se van a encontrar si se suscriben y explica su forma de pensar cada entrega.

Hace dos meses que arrancamos una nueva “aventura”: analizar los sectores económicos que influyen en nuestra economía. Esto va desde las actividades productivas tradicionales, en las que tenemos más de medio siglo de experiencia, a otras que son más nuevas y pueden atraer volúmenes masivos de inversiones -si todo sale bien-. ¿Y que pasa con las que están en el medio? De esas también vamos a hablar. Además, de tanto en tanto, van a aparecer cuestiones más transversales vinculadas a las discusiones sindicales, la razón por la cual exportar y las relaciones comerciales con otros países; todas cuestiones que hacen a la producción nacional. 

La bruja está en la cueva

Allá por la presidencia de Mauricio Macri, parece que fue hace un montón de tiempo, se anunció en reiteradas ocasiones el inicio de una Lluvia de Inversiones motivada por las medidas amigables con el mercado del gobierno. La lluvia fue más bien escasa y el ingreso de dólares estuvo vinculado fundamentalmente al endeudamiento externo. 

Con Alberto Fernández como presidente, una vez pasada la parte más crítica de la pandemia, continuó la búsqueda de inversiones en sectores ligados a los recursos naturales, así como a la biotecnología, la economía del conocimiento y la electromovilidad, en algunos casos con mejores resultados que el gobierno anterior. 

Cabe preguntarse por qué dos gobiernos con tantas diferencias programáticas coinciden en la relevancia de las inversiones -más que nada extranjeras por su volumen- para garantizar el crecimiento y desarrollo económico. Si bien no es una relación para nada lineal y depende de varios factores, la inversión en ciertos sectores puede generar puestos de trabajo bien remunerados, mejorar la situación de la balanza comercial -ya sea mediante un aumento en las exportaciones como una reducción de las importaciones-, incrementar los ingresos fiscales y colaborar en una mayor estabilidad de la economía de nuestro país. 

Más importante aún me parece el hecho de que estos beneficios mencionados pueden llevar a una mayor sostenibilidad del gasto social, tanto en seguridad social, educación, salud y vivienda. También permiten, dados los sectores que vamos a analizar a lo largo de las próximas entregas, pensar en un desarrollo más federal y no tan concentrado en las provincias más grandes. Voy a ser sincero, todo esto puede no pasar o tener impactos bien distintos -en alguna entrega lo podemos charlar más detalladamente-.

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¿Dónde está mi amiga? 

De ocurrir la Lluvia de Inversiones -sutiles mis mensajes subliminales- lo más probable es que ocurra en sectores que nos son lejanos. La mayor parte de nuestras relaciones cercanas están insertas en los empleos más tradicionales, simplemente porque son las actividades que explican la porción más importante de los puestos de trabajo en el país. 

Quizás no les ocurra, pero al menos a mí me pasa que al leer notas sobre cuestiones que de alguna manera me involucran me intereso mucho más -me pasó cuando escribía la entrega de software porque trabajé ahí varios años-. Todo esto para decirles que también vamos a abordar algunos temas más tradicionales de nuestra economía. 

Pero esto no está motivado únicamente por tu felicidad al verte reflejado en la nota, sino por lo clave que resulta analizar sectores en los que trabajan muchas personas. De tanto en tanto, la agenda pública se tiñe de rojo ante el enojo hacia ciertos empresarios y actividades. Para dar un caso, eso sucede últimamente cada vez que se divulga el índice de inflación mensual y se habla de las prendas de vestir o los textiles. 

El gran problema es que, al instalarse en la agenda pública, por lo general los temas pierden granularidad y se discute lo llano y evidente, por lo que se cae en una dinámica un tanto aburrida de buenos y malos. Acá es donde Lluvia de Inversiones viene a intentar salvar el día. Buscando los grises intentamos aclarar un poco el panorama porque, por lo general, todos los sectores tienen aspectos positivos y otros no tanto, así como también dificultades para crecer y desarrollarse. 

¿A qué voy con todo esto? No todo en la vida se reduce a abrir las importaciones y que muchísima gente se quede sin trabajo, pero tampoco a mantener protecciones a sectores que podrían transformarse si se llevan adelante algunas medidas. 

¿No podría hacerlo otro?

Es legítimo preguntarse para qué saber estas cosas si no tenemos ninguna influencia en el discurso público ni en la toma de decisiones. Lejos de esto, cada quien influye a su manera en su entorno y eso afecta -en parte- la discusión general. Así que elijo creer que con este newsletter podemos contribuir a mejorar el debate. 

¿Por qué es importante? Cuando se discuten al aire políticas que terminan siendo nocivas para algunos sectores, en definitiva se está hablando de personas que trabajan en esos rubros. 

Las propuestas aperturistas que se ponen en la mesa no implican necesariamente la destrucción de los puestos de trabajo, ya que por lo general todos los sectores son bastante heterogéneos y se observan casos que pueden competir internacionalmente, así como otros que no pueden. Sin embargo, es tal la cantidad de trabajadores que hay que pensar dos veces -o pensarlas bien para variar- antes de tomar alguna decisión. Veamos algunos números. Hasta diciembre de 2022 en el sector automotriz trabajaban 78 mil personas, otras 70 mil vinculadas a la producción de caucho y plástico -una parte de esto son las cubiertas de autos-, 90 mil en la industria textil y de prendas y otros 65 mil puestos en productos electrónicos. Son 222 mil puestos de trabajo formales -y otros varios miles más informales- que constantemente son sometidos a discusión sin mucho más que buenas intenciones para los consumidores.

Fuente CEP XXI en base a AFIP. Los datos corresponden a puestos de trabajo asalariados registrados según el domicilio de residencia.

Sin embargo, no todo es tan lineal. Pensar en reformular ciertas políticas de protección puede tener efectos positivos en los precios, permitir la aparición de otras actividades o mismo que los puestos que existen actualmente se transformen para bien. 

En definitiva, cada sector tiene sus particularidades, desafíos y cuestiones a analizar, por lo que adentrarnos en el mundo de las industrias tradicionales también es un foco de este newsletter

También la lluvia 

Ya me fui un poco por las ramas, así que volvamos a lo que nos llevó al nombre del newsletter. ¿Por qué vamos a discutir los sectores que pueden atraer inversiones?  

Quizás no es algo que les suceda habitualmente, pero siento que en muchas ocasiones terminamos discutiendo lo mismo una y otra vez. Con alguna que otra variante estamos en una especie de día de la marmota en algunos temas. 

Que si el litio lo regalamos o si se hacen baterías. Si la minería a cielo abierto contamina o es necesaria. Que los hidrocarburos que tenemos hay que exportarlos o son para consumo local. Si los agroquímicos son perjudiciales para la salud o si es la única forma de producir a la escala que tenemos. 

En fin, varias de estas discusiones probablemente te las hayas cruzado en repetidas ocasiones. La de la minería a cielo abierto de mínima que la escucho cada cierto tiempo hace más de 12 años. 

Entonces, ¿por qué hablar de estos temas? Por lo general se cae en ciertas antinomias que se prefieren evitar antes que saldar la discusión. Es mucho más legítimo definir que determinada actividad no se va a hacer o va a tener una característica particular que esperar que decante por arte de magia. 

No pretendemos que el news sea una resolución de estos problemas, pero sí que sea un marco para discutir seriamente y escuchando voces opuestas cada uno de los temas. 

Solo la organización vence al tiempo 

Ya sabrás -y si no te estás enterando ahora y es una buena oportunidad para pegarles una mirada- que en Cenital hay otros tantos newsletters. En particular hay dos con los que vamos a dialogar de tanto en tanto porque los temas se vinculan: Rolloverde Juan Manuel Telechea- e Infinito Punto Verde -de Elisabeth Möhle-. 

El primero suele discutir temas vinculados a la economía en su conjunto, como la inflación, la dolarización, la deuda externa, entre otros. Es claro que esto influye de diversas maneras en la política productiva y en las inversiones. Escenarios económicos más inestables suelen ser ámbitos complicados para invertir, ya que tienen un riesgo mayor que otros espacios más estables (ya sea regiones, naciones o incluso provincias). Para darte un ejemplo, en la entrega de Vaca Muerta mencioné las demoras en la realización del gasoducto y las complejidades de hacer una planta de GNL. Ambos temas están claramente atravesados por la inestabilidad económica en la que vivimos hace años y que genera problemas para pensar en cuestiones de mediano plazo. 

El segundo news -de Eli- nos convoca en la medida en que cada uno de los sectores económicos que vamos a abordar tienen un impacto mayor o menor sobre el medioambiente. Ya sea el efecto sobre los ecosistemas o sobre la población que reside en la zona, ninguna actividad está exenta de esto. Es el caso del litio, por ejemplo, que también tuvo su entrega. En ella hablamos de ciertos beneficios que puede traer el desarrollo de las explotaciones litíferas en el norte, pero que sin dudas tienen varias cuestiones no deseadas y que ya habían sido abordadas por Eli en el dossier sobre el tema del año pasado. 

En conclusión, casi todas las entregas van a tener un punto de coincidencia con estos dos news. Así que mi recomendación es que leas los tres. Con eso sin duda vas a poder decir que algo de estos temas manejás y vas a poder dar la discusión donde sea que se dé. Si ahora que sabés de qué va querés suscribirte al newsletter, podés seguir este link. Nos estamos leyendo.

Escribe sobre temas de sectores y desarrollo productivo y trata, todo lo posible, de cruzarlo con datos. Le importa que estos sectores impulsen el bienestar social. Estudió economía en la UBA, está terminando una especialización en políticas sociales en UNTREF y arrancó una maestría en desarrollo económico en UNSAM.