Que el sol caliente el agua de tu casa

En el camino al uso eficiente de la energía, los calefones solares son el futuro. Energe es una empresa nacional que produce estos termotanques, hablamos con ellos para conocer más de su producción.

En el marco de la preocupación por el cambio climático —la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso eficiente y el costo de la energía—, se suele hacer foco en la transición respecto de la producción de energía a gran escala, y así se deja de lado un artefacto cotidiano importantísimo en el consumo hogareño que es pasible de reemplazarse por una versión libre de emisiones: el termotanque solar. 

La energía solar térmica consiste en el aprovechamiento de la energía del sol para producir calor, que a su vez puede servir para la producción de agua caliente destinada al consumo doméstico, ya sea agua caliente sanitaria o calefacción.

Su uso permite un ahorro energético importante que se refleja en una reducción del costo energético. Según el especialista Pablo Bertinat, “en zonas donde no hay red de gas y se usa electricidad o garrafas, se amortizan en 2 a 4 años”. El Banco Nación tiene una línea de crédito para promover la instalación de este tipo de equipos.

En nuestro país hay un par de empresas que se dedican a la producción de  calefones solares. Una de estas empresas es la mendocina ENERGE. Hablé con Marcos Naso, su gerente general, para comprender un poco sobre este tema. 

¿Por qué es importante reemplazar los calefones tradicionales, cuál es su impacto? 

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Nuestro termotanque solar va desde los $180.000 para abastecer de agua caliente a 2 personas hasta $300.000 para 6 personas. El impacto principal es el ahorro del 80% de energía. Por ejemplo para una vivienda tipo de 4 personas en zona centro de Argentina el consumo total de energía es de 2.041 kWh y con el termotanque solar reducimos 1.625 kWh de ese consumo. Además, la utilización de un termotanque solar evita 600 kg/año de CO2 que es igual a plantar 600 árboles.

En principio los calefones solares se pueden instalar en cualquier tipo de vivienda, así que el potencial es cada hogar de Argentina. 

¿Cómo funciona un calefón solar?

El captador solar absorbe la radiación del sol mediante las aletas de aluminio. Esa energía se transmite al caño de cobre que está soldado a las aletas por ultrasonido, de manera que el calor fluye sin inconvenientes hacia el líquido contenido en el captador (agua con glicol). El líquido calentado es más liviano que el líquido frío, y por lo tanto tiende a subir por la tubería hacia el tanque. Luego el líquido caliente entra en la camisa del tanque calentando la pared del tanque interno que contiene el agua de consumo. 

De esta manera la energía es transmitida muy rápidamente al agua de consumo y el líquido de la camisa se enfría y se torna más pesado por lo que tiende a descender por la tubería retornando al captador por su parte inferior. Así se completa el circuito, y luego vuelve a calentarse. El caudal se regula automáticamente con la radiación sin necesidad de bombas.

(En este video se explica de manera más sencilla)

¿Cuándo nació la idea de ENERGE de empezar a producir los calefones solares? 

Esto sucedió en el año 2007, en un escenario en el que las tarifas energéticas en Argentina estaban altamente distorsionadas. Nosotros veíamos que ni en Latinoamérica ni en ningún lado los esquemas de tarifas eran como los nuestros. Entonces sabíamos que eso en algún momento iba a tener que cambiar. Y lo entendimos como una oportunidad de transformar la matriz energética, además de que veíamos que particularmente en el mundo en ese momento estaban creciendo exponencialmente los sistemas de agua caliente solar.

¿Qué insumos necesitan para la producción y cuáles son los mayores obstáculos que encuentran para ampliarla?

Los componentes esenciales del termotanque son acero inoxidable, aluminio, cobre, policarbonato o vidrio templado y poliuretano. Esos son los insumos principales, después hay otros muy secundarios. De todos los que menciono, en Argentina se produce aluminio y el policarbonato, el acero inoxidable y el cobre son importados. 

Los mayores obstáculos para ampliar la producción tienen que ver más con una cuestión de mercado que con una restricción interna. Nuestros productos premium tienen un valor bastante más elevado que los productos importados. Lo que estamos haciendo para evitar esta cuestión es fabricar el producto de distinta forma para hacerlo más económico y así aumentar la demanda. Y por otro lado, estamos buscando reemplazar componentes importados como el acero inoxidable por polipropileno o acero negro vitrificado.

¿Hay alguna política pública a nivel nacional o provincial que fomente la adquisición de este tipo de equipos? Y en esa línea, ¿quiénes son sus mayores compradores? 

Desde el 2021 hay un Programa de Desarrollo de la Industria Solar Térmica, el PRODIST. El programa está fomentando que todas las viviendas que construye el Estado tengan termotanques solares que cumplan con la normativa vigente del INTI y el IRAM. Hoy hay 5 fábricas nacionales que cumplen con estos requisitos. Y así se va fomentando la demanda interna de este tipo de productos de fabricación nacional.

Son una empresa B, la línea ambiental es inherente a los productos que venden, pero ¿de qué manera abordan la parte social?

Nuestro principal aporte en materia social tiene que ver con poder brindar oportunidades laborales de distinto tipo: buscamos que muchos jóvenes tengan su primer empleo en nuestra empresa. La mayoría de las personas que han ingresado son chicos que hacen su primera experiencia con nosotros, tanto en fábrica como en administración. 

También tenemos algunos programas de pasantías para personas con discapacidad. A su vez, trabajamos el tema de compras inclusivas donde buscamos proveedores de la economía social en rubros como ropa de trabajo, obsequios de fin de año, bolsas y otros. Apuntamos a que sean otras empresas B las que puedan proveernos.

Por último, llevamos adelante algunas acciones de donación de productos en sectores que lo necesitan. Hemos donado a escuelas, comedores y ese tipo de organizaciones que a veces los necesitan y no tienen los fondos para adquirir los productos por sí mismos.

A veces nos preguntamos qué acciones podemos llevar adelante como individuos. Esta es una opción que cierra por todos lados: reduce el consumo de combustibles fósiles y disminuye el gasto en energía a la vez que impulsa la industria nacional, la economía y los trabajos verdes.

Soy licenciada en Ciencias Ambientales, magíster en Políticas Públicas y becaria doctoral en Ciencia Política en la UNSAM. En todos los ámbitos que puedo me dedico a sumergirme en los dilemas que nos presenta el desarrollo sustentable, uno de los mayores desafíos que enfrentamos en este siglo.