¿Por qué sube el dólar paralelo?

En los últimos días se dispararon las cotizaciones de la moneda por Mercado Electrónico de Pagos (MEP) y en contado con liqui (CCL), con aumentos por encima del 15% respecto de fines de marzo.
¿Qué significa?

El dólar MEP (por Mercado Electrónico de Pagos) es la manera legal de hacerse de dólares. Por legal nos referimos a que quien tiene sus ingresos declarados por lo general los adquiere de esta manera, ya que se compran con un par de clics desde su cuenta (bursátil). La diferencia con el dólar CCL (contado con liqui) es que este último se utiliza para transferir esos dólares hacia cuentas en el extranjero, mientras que con la operatoria MEP quedan depositados en una cuenta local. Al margen de esta salvedad, su comportamiento suele ser muy similar.

¿Por qué se disparó?

Lo primero que hay que aclarar es que la gran mayoría de las operaciones de compra de divisas (para importaciones, pagos de deuda) y de venta de divisas (liquidación de exportaciones, emisiones de deuda) se siguen realizando en el mercado oficial de cambios.

Las regulaciones cambiarias impactaron directamente en un segmento en particular: la compra para atesoramiento, donde toda esa demanda se volcó a canales alternativos para su adquisición. También es verdad que una parte de la «oferta» (quienes tienen dólares y por diferentes motivos deciden venderlos), también se volcó a estos canales. Entonces, podríamos decir que lo que sucedió es que esta parte del mercado dejó de utilizar los canales cambiarios oficiales y pasó a un mercado «paralelo». Así, las cotizaciones del dólar MEP y CCL estarían reflejando el comportamiento de este segmento.

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Un primer problema, estructural, es que la demanda de este segmento suele ser persistentemente más alta que la oferta, como se muestra a continuación. Salvo dos años puntuales -donde además el superávit fue prácticamente nulo-, en todos los casos hubo una salida neta de divisas a través de este canal, con la gravedad de que se fue profundizando en los últimos años, llegando a niveles récord en 2018 y 2019 (casi USD 28.000 millones de dólares). Por tales motivos, resulta evidente que, al restringir esas operaciones, las cotizaciones del dólar MEP o el CCL van a ser más elevadas que la del oficial.

Evolución de la Formación neta de Activos Externos (FAE)

Fuente: BCRA

La contrapartida de esto es que también le imprime una tendencia hacia la baja sobre la cotización del tipo de cambio oficial, precisamente por ese componente que antes presionaba al alza y que ahora no ejerce más esa presión. Por ende, las regulaciones cambiarias generan, simultáneamente, la apreciación del tipo de cambio oficial y el incremento del dólar MEP/CCL.

Nota: Para el dólar MEP se utilizó el tipo de cambio implícito que se desprende de la compra/venta del Bonar 2024.

Ahora bien, una cosa es explicar por qué tiene un valor más elevado y otra es por qué está subiendo en este momento. Para ello, debemos analizar la coyuntura actual, donde hay factores externos e internos que podrían explicar esta dinámica.

Arranquemos por los externos, que son los más importantes dado que la gran mayoría de los países sufrieron devaluaciones de su moneda a partir de la irrupción del COVID-19 (México 28%, Brasil 24%, Colombia 15%, Chile 8%, tomando la cotización entre el día de ayer y principios de febrero).

Como se puede ver en la parte izquierda del gráfico a continuación, existe una relación bastante estrecha entre el tipo de cambio de los países emergentes (la línea azul) y el riesgo país de los mismos (la línea roja). Lo que sucede es que, ante contextos de elevada incertidumbre y fragilidad financiera a nivel global, el riesgo de estos países suele incrementarse abruptamente y eso lleva a que los capitales «de portafolio» extranjeros desarmen sus posiciones allí, tratando de anticiparse a una posible devaluación del tipo de cambi, ya que eso impactaría de lleno en su rentabilidad. Lo paradójico es que frecuentemente terminan siendo estos mismos capitales los que provocan la devaluación, ya que para salir deben transformar sus posiciones (que estaban en la moneda local) a dólares, presionando fuertemente al alza el tipo de cambio.

El gráfico de la derecha compara los últimos 5 casos de contextos globales adversos y el comportamiento de los capitales extranjeros en cada uno de ellos. Como se puede apreciar, el shock actual del COVID-19 es el que generó la mayor (y más abrupta) salida de capitales, desencadenando la devaluación del tipo de cambio en estos países.

Fuente: FMI y BIS.

Nota: el BIS adopta la convención anglosajona para la medición del tipo de cambio, que es inversa a la que se adopta en Latinoamérica. Por ende, cuando el tipo de cambio baja (la línea azul), eso significa que se está devaluando.

Si bien debido a las regulaciones cambiarias en Argentina no se observó una salida de capitales de portafolio, el mecanismo podría darse precisamente a través del desarme de posiciones en bonos locales, trasladándose a la cotización del CCL y del MEP. En línea con lo visto en el párrafo anterior, esto estaría explicado en buena medida por el drástico incremento del riesgo país local, que se duplicó durante el último mes (pasó de 2000 p.b. a casi 4.000 p.b.).

No obstante, esto último no obedece solo a cuestiones externas, ya que el país se encuentra atravesando un proceso de reestructuración de su deuda. Por ende, en nuestro caso las condiciones internas también son relevantes. Hay otro factor que también podría contribuir: el incremento en la cantidad de dinero en circulación que, como vimos en esta nota anterior, puede desembocar en una mayor demanda de dólares.

¿Qué impacto tiene esto en la economía?

A partir de lo que sucedió en años anteriores, existe cierto consenso de que en el corto plazo esto no debería tener un impacto significativo en la economía. La variable por excelencia a monitorear es la inflación, por su estrecho vínculo con la cotización del dólar. No obstante, como la gran mayoría de las operaciones se realizan al tipo de cambio oficial -sobre todo las importaciones de insumos-, éste sigue siendo la referencia para las empresas a la hora de fijar sus precios.

El problema surge cuando la brecha se mantiene persistentemente en niveles elevados. Eso lleva, por un lado, a que las empresas exportadoras desarrollen estrategias de evasión y subfacturación de sus exportaciones, con el objetivo de liquidar esos dólares no declarados al tipo de cambio paralelo (más alto). Por el mismo motivo, también incentiva a que las empresas importadoras sobrefacturen sus importaciones. Ambos factores (menor oferta y mayor demanda) presionan al alza la cotización del tipo de cambio oficial, lo que finalmente tendría un impacto en los precios. Además, aplicando este mismo razonamiento, las empresas incluso podrían subir antes los precios, buscando anticiparse a los hechos.

En suma, si bien el fuerte incremento del dólar MEP/CCL obedece fundamentalmente a factores externos, y esto por lo pronto no repercute negativamente en la economía (además de que hay cuestiones más importantes a resolver en la agenda gubernamental), es menester que a medida que la economía vaya regresando a su normalidad, el Banco Central modifique la política monetaria para lidiar con este problema. Eso implica un gran desafío, ya que debe encontrar el nivel justo para fijar la tasa de interés donde se provea la liquidez suficiente para el correcto funcionamiento de la producción local, pero donde al mismo tiempo eso no genere mayores incentivos a canalizar el ahorro hacia la compra de dólares.

Me dedico a estudiar la macroeconomía argentina, algo que en este país debe ser similar a tener un doctorado en física molecular. Soy magister en Desarrollo Económico en la UNSAM y estoy haciendo el Doctorado homónimo en la UNQUI. Padre de gemelas y docente universitario.