Nadie se muere en las vísperas

El gasoducto, un vaso de agua en el desierto de la macro. Cruces entre Cristina Kirchner y Mauricio Macri, ¿qué dicen los datos? La primera etapa de la campaña de Sergio Massa. Expectativa radical en Santa Fe y CABA, ¿se puede abrir un nuevo ciclo político en Argentina?

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El acto por la inauguración del Gasoducto Néstor Kirchner generó escarceos previsibles con la particularidad que, en este caso, el intercambio se dio entre las dos principales figuras del sistema político argentino. Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri se acusaron públicamente por la temporalidad de la implementación de la obra, en un reconocimiento involuntario del líder opositor de la magnitud e importancia del proyecto. Un ejercicio de reivindicación interpartidaria de cara al futuro que, llamativamente, no eligió ninguna figura relevante de Juntos por el Cambio.

Los años kirchneristas heredaron una infraestructura razonablemente funcional y moderna, con mucha capacidad productiva disponible, principalmente por la fuerte recesión que provocó la implosión del 2001 y la posterior devaluación sobre los niveles de consumo y producción. No extraña que, en esas condiciones, hubiera superávit energético. Durante los 12 años del kirchnerismo, ese superávit se convirtió en déficit, al ritmo del aumento de la demanda de energía por el incremento de la producción y el consumo. Cada punto de crecimiento significó, durante aquellos años, un empeoramiento del balance externo y, por lo tanto, un techo a la sustentabilidad del proceso.

Como el déficit energético es apenas un resultado, conviene sin embargo revisar valores absolutos. Los datos del período kirchnerista permiten una mirada amable a la hora de revisar la infraestructura de transporte de energía. El período K fue -como señaló CFK- el de mayor kilometraje en construcción de gasoductos, que contrastan fuertemente con los muy escasos números de los cuatro años de Macri. Pese a toda la publicidad sobre la magnitud y cantidad de obras durante el mandato de JxC, no sólo no se construyeron gasoductos -algo para lo que el expresidente presentó al menos una explicación- sino que tampoco se avanzó en otras áreas como la infraestructura de transporte eléctrico, que constituye el principal cuello de botella para dejar atrás las evidentes deficiencias del servicio. En este segmento, también, los avances durante el proceso kirchnerista fueron contundentes, si uno se pliega solamente a los datos.

La discusión se vuelve mucho más espinosa para el oficialismo, en cambio, cuando se analiza el proceso de desinversión que acompañó los declinos en los números de petróleo y gas entre 2003 y 2015. Incluso en 2021, la producción de gas era todavía inferior a su pico histórico, de 2004. En petróleo, fue en 1998. Nada del crecimiento observado en la infraestructura de transporte se refleja en la producción hidrocarburífera, cuyo comportamiento fue declinante. Tanto es así que la preocupación por la pérdida de capacidad de producción energética fue abordada en la última etapa de CFK como presidenta con el desembarco de Axel Kicillof y su equipo en las áreas correspondientes.

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El esquema de priorización que privilegiaba al mercado interno como destino de la producción y la fijación del nivel de precios internos muy por debajo del mercado mundial era incompatible con la inversión de empresas multinacionales para revertirlo. La decisión política de re-estatizar el 51% del paquete accionario YPF fue una herramienta útil, que se combinó a su vez con importantes cuotas de pragmatismo como la recomposición de precios de los combustibles y el decreto que viabilizó la asociación con Chevron y la adopción de tecnologías de punta para desarrollar los recursos hidrocarburíferos no convencionales de Vaca Muerta. El decreto permitía mantener cuotas garantizadas de la producción para ser destinadas a la exportación y acceso irrestricto a las divisas obtenidas de esas operaciones en el mercado de cambios.

Si bien es cierto que en 2015 no había gas para llenar un nuevo gasoducto, también lo es que ya estaban las herramientas que permitirían desarrollar Vaca Muerta. Durante el mandato de Macri, el aumento de la producción de gas fue de un 15%, un buen resultado que se explica principalmente por el yacimiento Fortín de Piedra, un proyecto apalancado en un esquema en el que el Estado premió el crecimiento de la producción con un subsidio que fue adjudicado íntegramente a Tecpetrol -la empresa petrolera del grupo Techint- y, en menor medida, a CGC, la empresa de Corporación América. La producción gasífera de YPF mientras tanto se contrajo un 10%.

La historia de la política energética de los últimos veinticinco años es imbricada y poco presta a linealidades. Una política que durante una década generó infraestructuras y descuidó la producción, pero que -al momento del cambio de gobierno- había comenzado a revertirse aún con los límites de la macro argentina y la caída de precios internacionales de 2014. Del otro lado, un gobierno que reivindica la construcción de obras imaginarias que y que logró hacer crecer la producción de gas a golpe de subsidios.

El gasoducto, al que Macri se negó a llamar por su nombre oficial, en cambio, tiene una historia más sencilla. Para el momento en que el anterior gobierno dejó diseñada la licitación -la resolución está firmada el 31 de julio de 2019- bajo una figura de asociación público-privada y garantizando precios internacionales, el esquema no resistía el descontrol macroeconómico y la crisis cambiaria, de deuda y financiamiento, que había generado. Un dato lo explica solo: para 2019, todas las empresas habían solicitado la redeterminación de la licitación.

La inauguración del GNK se transformó rápidamente en un acto de campaña en el que, a excepción de la mención de Massa, estuvo ausente el reconocimiento a las empresas del sector. La obra, que fue un ejercicio virtuoso de articulación público-privada, tuvo -según pudo saber #OffTheRecord-, un seguimiento particular y sistemático de Paolo Rocca. “Es para lucirse”, dijo el hombre de acero en la comida anual de la T ante varios centenares de empleados a finales del año pasado. El mismo espíritu le imprimieron los Mindlin -Damián y Marcelo-, Ricardo Torres y Gustavo Mariani, los accionistas de SACDE, ex empresa de la familia Macri que hoy existe por fuera del holding Pampa. La UTE entre Techint y SACDE realizó el 80% de la obra. El resto, BTU de la familia Mundin.

El ministro de Economía, por su parte, practica en su primera etapa de campaña un ejercicio de elongación envidiable. Ungido por Cristina, linkea el gasoducto a la recuperación de YPF, el acuerdo con Chevron y el aporte extraordinario de las grandes fortunas. Y, gracias a su gestión, Argentina está por pagarle al FMI con dinero de China. Grabois hubiera frenado antes. Esta primera parte de la estrategia electoral apunta, evidentemente, a movilizar y consolidar el voto más fiel de Unión por la Patria cuya mayoría está contenido por la figura de una Cristina Kirchner que, en tándem con su hijo Máximo -quien le había pedido que se sume a la campaña-, llenó de elogios al tigrense en la inauguración del GNK. Tanto interés deposita Massa en lo simbólico que se lo expresó ayer a Hugo Moyano en el encuentro que tuvieron en el Ministerio de Economía: “Ya sé que están haciendo campaña con Malena en Tigre, pero necesito que estés muy presente en lo nacional”, le dijo Massa al líder camionero.

La primera etapa de la campaña de Massa -incluso, si los números lo acompañan, hasta luego de las generales- estará casi íntegramente focalizada en la gestión. La negociación con el Fondo avanza en forma tensa. La confirmación del postergado viaje de los funcionarios técnicos de confianza del ministro da razones para prever un desenlace moderadamente optimista sobre una resolución que incluya recursos para fortalecer la situación de las reservas. Antes, desde Argentina, Massa intentó movimientos peculiares. La reunión con el ministro de Finanzas egipcio, Mohamed Maait, fue un pico de la estrategia de marcar al máximo los problemas con el organismo. Egipto es, junto a Pakistán y nuestro país, uno de los clientes crónicos que quedaron en la cartera fondomonetarista y el segundo deudor de aquella después de Argentina. El programa vigente, que sí preveía ajustes reales de gasto público, chocó contra una precaria situación de reservas, agravada por la guerra, que causó también una inflación elevada -cerca de 36% anual, una bicoca- impulsada por los precios de los alimentos importados. El Fondo pidió, como parte del programa, una unificación cambiaria y una flotación libre de la Libra, a la que, tras la última escalada inflacionaria, las autoridades egipcias comprensiblemente se niegan.

La conversación de Massa con su par egipcio no debería leerse como un homenaje a Alan García y el intento de formar clubes de deudores ante las crisis de deuda al estilo de la década del ’80. Ninguno considera la idea de un default conjunto. El pago con yuanes provenientes del swap con China -aún sin entendimiento- para evitar atrasos con el organismo de crédito es elocuente sobre las intenciones argentinas. En el caso egipcio, la falta de acuerdo significa la imposibilidad de acceder a inversiones y financiamiento de sus acaudalados vecinos petroleros de la península arábiga. Tampoco el enorme volumen de nuestras deudas conjuntas alcanza para perturbar seriamente las finanzas de un FMI cuya capacidad prestable excede el billón de dólares. Se trata en cambio de un intento de poner en común condiciones y demandas políticas para maximizar la presión sobre un organismo que por distintos motivos -también políticos- debería estar comprometido con evitar una caída tanto de Egipto como de Argentina.

Por su doble rol y un remanente de desconfianza en parte del electorado, la necesidad que se le impone a Massa hoy es unificar los apoyos de las figuras más relevantes del peronismo kirchnerista que habitaron esa tribu durante los últimos 20 años. Por eso, entre otras cosas, la foto con Daniel Scioli, que seis meses atrás hubiera sido impensada. Para esto cuenta, hasta el momento, con la inestimable ayuda de la campaña de sus rivales internos: Juan Grabois y Paula Abal Medina eligieron como objetivo, en lugar del votante kirchnerista rígido -que demanda ruptura con el Fondo, una nueva ley de medios y promesas de estatización-, un sujeto imaginario con inquietudes por los debates históricos con microtargeting.

En el encuentro con los Moyano -gestionado por Julián Domínguez, una figura que crece silenciosamente en el universo massista-, el anfitrión y el hijo adoptivo del SMATA -Domínguez se desempeña aún hoy como secretario de Interior del gremio que conduce Ricardo Pignanelli- coincidieron en que las encuestas que les llegan la da a Patricia Bullrich ganando con comodidad la PASO a Horacio Rodríguez Larreta. Massa dijo en ese encuentro que, al revés de lo instalado, su candidatura sería más competitiva en un ballotage contra el jefe de Gobierno porque no absorbería la totalidad de los votos de Bullrich. Brujería. En todos los escenarios, el oficialismo se vuelve más competitivo contra la titular en licencia del PRO.

En los números que comunica el dispositivo de Larreta, la paridad se impone en lo nacional -esta semana se publicará una encuesta de Poliarquía con H como ganador de su interna que se sumaría a la de Zuban- y Martín Lousteau “entre 3 y 5 puntos abajo” de Jorge Macri. “Dos abajo, empate técnico”, replican en Evolución. Hoy, el comando de campaña del economista recibe la primera encuesta presencial post cierre. Cualquiera de los dos escenarios se presenta menos holgado de lo que debería para un Macri (p) que cuenta con el apoyo de la comandancia del partido y abre una posibilidad para Lousteau si logra convencer al electorado kirchnerista de ejercer el “voto útil” en las PASO y luego acompañar la boleta que encabeza Leandro Santoro en las generales.

Bullrich, por su parte, empezó una campaña con un discurso y un ethos más claro e identificable que el de su rival interno, pero con dos traspiés sobre dos piezas comunicaciones. Cien por ciento de efectividad. En el primer spot, aparece una señora lamentándose por el hambre en nuestro país: resultó que el testimonio fue grabado durante el gobierno de Macri para un documental de FiloNews. En el segundo, elige el relato en carne viva de Ariel, el hijo de Bruno Picco, un jubilado de 68 años asesinado en la zona del centro cívico de la Ciudad de Córdoba en el 2019, cuando Bullrich era ministra de Seguridad y la provincia la gobernaba un aliado de su administración.

Last but not least, la elección del domingo en Santa Fe tiene una relevancia muy singular incluso por fuera del volumen electoral de la provincia. Si bien las encuestas sugieren una paridad muy fina -en ambos comandos se entusiasman con un triunfo-, el crecimiento de Maximiliano Pullaro seteó la campaña, también, de Carolina Losada que eligió acusarlo de narcotraficante para galvanizar a sus presuntos votantes. Tanto Santa Fe como la Ciudad de Buenos Aires, en caso de quedar en manos de los candidatos vinculados al armado del radicalismo local que comanda políticamente Emiliano Yacobitti, podrían inaugurar un nuevo ciclo político en la Argentina. Si el PRO, a Córdoba le suma una derrota en Santa Fe y CABA, ¿cuánto demorarán Bullrich o Larreta, en caso de ganar, en relegar al partido y recostarse sobre la UCR? Es una incógnita.

Esta semana, antes de concluir, quiero contarles del acuerdo que suscribimos entre Cenital y FLACSO para generar instancias de formación para los integrantes de nuestra comunidad. Es una forma de agradecerles a nuestras lectoras y lectores por el apoyo que nos dan para que podamos seguir haciendo periodismo. En esta primera experiencia, los Mejores amigos de Cenital pueden participar del sorteo por 5 becas para realizar el posgrado virtual de Literatura y Discurso Político a cargo de Fernando Pittaro y Violeta Serrano. La cursada se organiza en 13 clases que se realizarán entre agosto y diciembre, ocho de las cuales son asincrónicas con dinámicas de participación a través de un foro, y cinco son en formato charla/entrevista por streaming con distintos especialistas. Si forman parte de nuestro círculo de Mejores amigos y les interesa participar, solo tienen que escribirnos a [email protected] y avisarnos. El sorteo se realizará el viernes 14 de julio. En caso de no salir sorteados, los Mejores amigos de Cenital igual pueden acceder a un descuento del 10% en las cuotas mensuales presentando su credencial digital. Y si todavía no son parte de nuestro círculo de MA, este puede ser un buen momento.

Ojalá hayas disfrutado de este correo tanto como yo. Estoy muy agradecido por tu amistad que, aunque sea espectral, para mí no tiene precio.

Iván.

Es director de un medio que pensó para leer a los periodistas que escriben en él. Sus momentos preferidos son los cierres de listas, el día de las elecciones y las finales en Madrid. Además de River, podría tener un tatuaje de Messi y el Indio, pero no le gustan los tatuajes. Le hubiera encantado ser diplomático. Los de Internacionales dicen que es un conservador popular.