Massa, 100 días fuera del poder: Greylock, Cristina y Kicillof

El excandidato presidencial, que habla asiduamente con la exvicepresidenta y atraviesa una temporada de cortocircuitos con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, cuenta por qué trabaja para un fondo de inversión extranjero. Además, el motivo por el cual culpa a Alberto Fernández por la derrota electoral de 2023.

¿Quiere ser candidato en 2025? ¿Cómo ve al gobierno de Javier Milei? ¿Está trabajando para un fondo buitre? ¿Se peleó con Axel Kicillof? ¿Por qué está tan callado? Las preguntas seguirán acumulándose. El silencio de Sergio Massa, el dirigente que el año pasado encolumnó a todo el peronismo y quedó a tres puntos de un triunfo en primera vuelta, se va a extender más allá del 18 de marzo, cuando se cumplan los cien días de plazo que se impuso antes del inicio del nuevo gobierno. Sus primeros cien días en el despoder.

En medio del recrudecimiento de la crisis, Massa está convencido de que debe mantener el perfil bajo, hasta que el proceso económico decante y el sistema político complete la primera etapa de su reconfiguración. “El electorado me escuchó durante seis meses y, con Milei en el gobierno, pasó lo que dije que iba a pasar. Las ideas ahora las tienen que defender los que resultaron elegidos y tienen responsabilidades institucionales”, respondió, algo molesto, a dirigentes del Frente Renovador que lo vieron el 2 de marzo en el congreso partidario provincial, en Roque Pérez. “Hoy estoy para acompañar, no para conducir”, dijo, a los que le pidieron que hable, que ejerza la representación del 44% que lo votó.

Hablar ahora, explican a su lado, solo serviría para alimentar la polarización que sostiene la alta popularidad de Milei, el presidente que en su discurso de apertura de sesiones incluyó a Massa entre los “jinetes del fracaso”. Sus detractores dentro del peronismo, envalentonados en las últimas semanas, teorizan que todavía le pesa la derrota, de casi doce puntos de diferencia en el ballotage, y que si no habla es porque no sabe dónde ubicarse en el nuevo mapa político. “Está incómodo. Cristina [Kirchner] publicó su carta, mostró centralidad; Axel gobierna, Massa no sabe dónde pararse”, dice un actor de peso del peronismo bonaerense. “No necesito hablar ni aparecer para existir”, responde el exministro de Economía.

Un dato que dejó trascender el propio Massa contribuye al desconcierto. El jefe del Frente Renovador empezó a trabajar para Greylock Capital, un fondo de inversión al que jugadores del sistema financiero califican como un “fondo buitre”, entre otras cosas, por intervenciones hostiles que tuvo en renegociaciones de deuda de distintos países, entre ellas la que hizo la Argentina en 2005. El dueño de Greylock Capital, Hans Humes, era uno de los líderes del comité de bonistas y respaldó los fallos de la justicia de los Estados Unidos contra el país.

Se congració con las autoridades argentinas en el canje de 2020, cuando mostró una actitud colaborativa. Nadie en el peronismo lo cuestionó en público, pero dirigentes de su propia fuerza se muestran incómodos con la novedad. Massa se enoja con las críticas que le llegan. “En la Argentina, donde todos violan la ley de ética pública, yo decidí cumplirla. Estuve un año y medio a cargo de la regulación de todos los actores económicos, no me queda otra que trabajar para el exterior”, responde a quienes le preguntan, y detalla que trabaja en proyectos de inversión en República Dominicana, Guatemala, Belice, Colombia y Perú.

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Su reaparición pública no tiene fecha cierta. En el calendario de Massa figura, primero, el congreso nacional del Frente Renovador, convocado para el viernes 22. Después, el lanzamiento de su fundación, Encuentro, donde ya está trabajando buena parte del equipo que lo acompañó en el ministerio. Las primeras actividades serán después de Semana Santa, incluidos un seminario al que asistirá como invitado Carlos Melconian y una charla sobre transporte con intendentes de distintos partidos. Pero Massa ya avisó que no será de la partida. El sábado 11 de mayo, presentará su libro en la Feria del Libro, en La Rural. ¿Ahí tampoco va a hablar? Es probable que no. La exposición estará a cargo del escritor Juan Becerra, editor de la obra que publicará la editorial Planeta, con título a definir.

En ese texto, dará su versión de su paso por el Ministerio de Economía, contará la trastienda de la campaña electoral y se detendrá en los errores no forzados que, cree, desembocaron en la derrota. Massa está convencido, por ejemplo, de que si la mayoría de los gobernadores peronistas hubiese unificado sus elecciones provinciales con la presidencial, él habría ganado en primera vuelta. Pero no culpa a los mandatarios provinciales, sino al entonces presidente, Alberto Fernández. “En una reunión de principios de 2023, en la que también estuvo Santiago Cafiero, Alberto les dijo a los gobernadores, ante una consulta de (Raúl) Jalil, que hicieran las elecciones cuando quisieran”, contará Massa, palabras más, palabras menos.

El silencio no implica quietud. Massa sigue ejerciendo la jefatura del Frente Renovador y mantiene activo su sistema de relaciones con todo el universo peronista. Un grupo de gobernadores lo fue a ver el viernes de la semana pasada, justo después de la reunión en Casa Rosada con el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y con el ministro del Interior, Guillermo Francos. En sus oficinas de la Avenida del Libertador también recibió esta semana a diputados de bloques provinciales que podrían ser decisivos en el tratamiento del mega DNU. “Se vienen los meses más complicados. Lo más complejo de lo que estamos viendo es la pauperización de la clase media. La caída de ingresos es peor a la de todo el gobierno de (Mauricio) Macri”, dijo, en uno de esos encuentros.

Como durante todo el gobierno pasado, Massa privilegia su vínculo con Cristina Kirchner, con quien habla todas las semanas y de vez en cuando se junta a comer, en el Instituto Patria. “Comparten la preocupación por la situación económica”, contó un testigo de una de esas reuniones. El exministro de Economía y la expresidenta tienen, además, grandes coincidencias sobre la agenda que debe plantear el peronismo hacia adelante. El documento de trabajo que Cristina Kirchner publicó el 14 de febrero se alinea con los diez puntos que lanzó Massa en su campaña y expresa buena parte de las conversaciones entre ellos. “En enero y febrero hablaron como veinte veces por teléfono”, cuenta alguien que los conoce bien a los dos.

La relación de Massa con el mundo Kicillof atraviesa, en cambio, una zona de turbulencias. El excandidato presidencial niega que exista una pulseada y cuenta que habla con el gobernador todas las semanas. Las tensiones entre las dos principales figuras electorales del peronismo en 2023 quedaron expuestas, sin embargo, con episodios que se encadenaron desde el 10 de diciembre: la exclusión del massimo en el directorio de Aubasa (el ente provincial de autopistas), el desaire de diputados del Frente Renovador al gobernador en la primera sesión del año en la Legislatura bonaerense y la designación fallida de Malena Galmarini al frente del Grupo Bapro.

Ese nombramiento fue anunciado por Kicillof en diciembre, cuando dio a conocer su gabinete, pero nunca se concretó, por decisión de Galmarini. “Ni se va a concretar”, confiaron a Cenital cerca de la expresidenta de AySA. “La paritaria entre Sergio y Axel está suspendida hasta nuevo aviso”, cuenta un funcionario del gabinete bonaerense, y atribuye las tensiones a la disconformidad de Massa con los lugares que le ofreció el gobernador. Un diputado del massismo corrobora esa versión, pero culpa a Kicillof: “Sergio siempre fue generoso, a la provincia nunca le faltó nada, y Axel no se porta de la misma manera”. Massa prefiere no profundizar en esos análisis. Cuando vuelva a hablar, procurará no tener que responder sobre estos temas. Camino a Gualeguaychú, para una reunión con dirigentes de Entre Ríos, suelta: “No quiero discutir espacios de poder. Nadie me va a comprar la voluntad con un cargo. Prefiero caminar tranquilo, sin dar explicaciones ni pedir permiso a nadie para decir lo que pienso”.

Es periodista y politólogo. Conduce el noticiero central del canal IP y el programa ¿Cómo la ves?, en Futurock. Es autor de Los secretos del Congreso (Ediciones B, 2019).