Lisandro López, los últimos partidos del viejo sabio

A los 41 años, Licha juega en Sarmiento de Junín. Lo decidió para acercarse a su madre y a Rafael Obligado, su pueblo. Infancia, amor y pesca, anticuerpos ante tanto fútbol-negocio.

En 2019, mientras investigaba para escribir una nota sobre la depresión en el futbol a partir del suicidio de Julio César Toresani, me encontré un cable de la Agence France-Presse (AFP). Era de 2011. Lo había publicado el diario deportivo Al Día, de Costa Rica. Informaba -con escritura fluida y precisión en los datos- acerca de la internación de un DT alemán por depresión y de la renuncia de otro por estrés. La salud mental no era entonces un tema de agenda. 

Era el fútbol de Alemania dos años después del suicidio de Robert Enke, el arquero de la selección que había atajado en el Barcelona. Las agencias de noticias son un servicio social. No corren detrás de las modas ni del clickbait, sino -siempre en el mejor de los casos- de la práctica primigenia del oficio. AFP, la agencia más antigua del mundo (1835), mantiene acuerdos con privados pero es una organización pública cuyo mayor financiamiento proviene del Estado de Francia. La sensación placentera de leer un texto con rigor informativo me volvió a traer a aquel cable porque el gobierno de Javier Milei anunció el aniquilamiento de Télam, la agencia de noticias del Estado argentino.

Lisandro López, viejo sabio

Lisandro López mira la platea detrás del banco de suplentes local. Está en plena práctica de Sarmiento de Junín. “Yo iba allá -le señala con el dedo a su compañero-, debajo de las letras”. Las letras dicen “Estadio Eva Perón”. Licha fue desde los 7 hasta los 14 años a ver a Sarmiento, ya que nació el 2 de marzo de 1983 en la localidad de Rafael Obligado, a 30 kilómetros de Junín. Se ubicaba con los amigos en el último escalón y le entraban a los paquetes de garrapiñadas. En la década de 1990 era lo más cercano a ver un partido entre profesionales, la única cancha que podía conocer.

Volvió a instalarse en sus tierras a principios de 2022 -después de salir campeón con el Porto en Portugal, con el Lyon en Francia, con el Inter en Brasil y con Racing en la Argentina, después de jugar en la selección, de salir ante Hungría para que entrara el debutante Lionel Messi en 2005– porque quería vivir cerca de su madre, María Emilia, quien había sufrido un ACV (su padre, Miguel Ángel, había muerto en 2021, víctima del Covid). “Lichi, te felicito -le solían decir cada vez que volvía a Obligado-. Pero si jugaras la mitad de lo que jugaba tu viejo…”. Miguel Ángel había dejado de patear el año en que nació Lisandro.

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Que Licha López se haya reencontrado con Sarmiento antes del final de su carrera en la élite cuadra como un asombro en el fútbol-negocio, como un stop ante el avance del fútbol moderno, cada vez más histérico. Eligió mimetizarse con el club de su infancia. Sarmiento se proyecta en Primera, aun con una vuelta a la B, desde el ascenso de 2015. “La infancia en los pueblos son, o por lo menos eran, en las calles. Nos tenían que gritar las madres o las abuelas para ir a comer, a bañarnos, porque era algo de todo el día todos los días –cuenta-. A mí siempre me gustó, quería jugar con los más grandes. Jugaba con chicos de cinco, seis años más que yo, desde los 13, 14. Quería jugar los reducidos con los grandes. Siempre tuve esa personalidad de calentón, de querer ganar, de competir siempre al máximo”. Cuando Lisandro habla de “los reducidos” se refiere a los tradicionales campeonatos de fútbol siete que se jugaban en los pueblos de la zona. Él, antes de llegar a los 18 años a Racing, ya grande, con edad de Quinta, jugó en el Club Atlético Jorge Newbery de Rojas. Había rebotado en pruebas en San Lorenzo, Boca, Lanús -dos veces-, Vélez, Central y Newell’s.

El 2 de marzo, justo en su cumpleaños 41, Lisandro marcó un gol en la derrota 1–2 de Sarmiento ante Unión en Junín. Se subió al top 3 de los futbolistas más veteranos en anotar un gol en la historia de la Primera División argentina (el primero es José Sand, que convirtió a los 42 años, 10 meses y 11 días, y el segundo, el uruguayo Santiago Silva, a los 41 años, 7 meses y 22 días). El 10 de febrero de 2022, Licha también había marcado un gol, en su debut con el Verde de Junín, un toque sutil por encima del arquero, porque sus goles nunca pierden la clase. Ese día, además de llevarse el índice contra la sien, su festejo característico, lagrimeó. “Necesitaba estar cerca de mi mamá. Por eso decidí regresar”, había dicho cuando había vuelto por segunda vez a Racing, en julio de 2021, desde el Atlanta United de Estados Unidos -apenas jugó cuatro partidos-, tras la muerte de su padre. Ahora lloraba porque tenía a su madre aún más cerca. Sarmiento, que arrancó 2022 último en los promedios, se salvó del descenso. Ya en Racing, y ahora a veces, no lo llaman Licha: es “El Viejo”.

Lisandro es un sabio del fútbol desde antes de ser “viejo”. Se hizo querer en base a compromiso, respeto, lealtad y calidad, y no sólo entre los hinchas de Racing, del que se fue en 2005 y al que volvió para ser campeón de la Superliga 2018/19 y del Trofeo de Campeones 2019. “El festejo nació en 2008 -contó en relación al índice contra la sien-. Fue una dedicatoria a un amigo y me dio resultado. Al principio lo usé como cábala y después me quedó como una marca. Mi amigo me decía que siempre intente pensar antes de definir o que pensara mucho antes de definir. Por eso salió ese gesto y ahora quedará hasta el final”.

El gesto del festejo apareció en el Mundial de Catar 2022, cuando el francés Aurélien Tchouaméni marcó un golazo desde afuera del área en los cuartos de final ante Inglaterra y se llevó el índice contra la sien. “De pequeño era hincha del Bordeaux y era delantero. Hubo uno que me inspiró muchísimo: Lisandro López en el Lyon. Tenía su camiseta, era realmente top”, había relatado Tchouaméni cuando jugaba en el Mónaco, antes de que pasase al Real Madrid. Lisandro fue campeón con el Lyon de la Copa de Francia 2011/12 (y el goleador). Es, hasta hoy, el último título del club. El Lyon merodea los puestos de descenso en la Ligue 1. Licha no se olvida.

Israel Damonte, de vuelta entrenador de Sarmiento, había dicho: “Si tengo que elegir entre Mbappé y Lisandro López, me quedo con Licha. Ya lo conozco. Andá a saber cómo es Mbappé…”. El crack francés, sin embargo, es socio de Sarmiento. Con contrato hasta fines de 2024, la curva en la historia de Lisandro entra en el final. Y será donde todo comenzó. “Así nos saluda en su debut oficial. ¡Qué decir de este soberano jugador de fútbol! Muchas gracias. No podríamos haber conseguido en el mundo un mejor refuerzo. Jugadorazo, líder, inteligente, responsable, idóneo. Un futbolista del bien. Querido Lisandro López”, lo saludó Manuel Moretti, el cantante de Estelares, nacido en Junín, hincha del Verde. “Lo de Lisandro, con 41 años, aguantando pelotas y generando espacios, es descomunal. Es tan bueno que no te das cuenta que aguantó casi 60 minutos haciendo el trabajo arriba, ensuciando”, se emocionó Moretti tras el triunfo 0–1 de Sarmiento ante Racing en Avellaneda por la Copa de la Liga 2024. Fue la tercera visita de Licha como futbolista de Sarmiento al Cilindro de sus amores.

Lisandro heredó la paciencia del pescador de su abuelo y de su padre. La trasladó al área y a la vida. La cultivó -y la sigue cultivando- en los arroyos, en los canales y en las lagunas de la provincia de Buenos Aires (en Junín, en Laguna de Gómez). El mate, algún salame de campo, un plato de madera con cuchillo y tenedor dentro de una funda, la caña y el cebo. De boina y alpargatas, o en short, musculosa y ojotas. Alguna novela dramática o romántica (Marianela, de Benito Pérez Galdós, o La tregua, de Mario Benedetti). Alguna canción de fondo (Jairo, Dyango, Miguel Poveda, Concha Buika, Ana Gabriel). Y a pescar.

“Obligado es muy pero muy chiquito, casi un paraje. Traté de vivir en todos lados casi de la misma manera que viví durante toda mi adolescencia, la que vivo ahora también. No cambia mucho mi manera de vivir con respecto al lugar, siempre muy casero, muy tranquilo -le dijo a la periodista Inés Lucía Vergottini en 2016, en El Equipo, de DeporTEA-. A la pesca realmente la hago con mucha entrega y pasión, como lo hago en el fútbol. Pero es un momento de desconexión, de tranquilidad, que lo disfruto muchísimo, cosa que en el fútbol no me pasa tanto. A la pesca, en cambio, la disfruto siempre, por más que sea exitosa o no. La similitud puede ser con la entrega que lo hago y lo que me genera o lo que me hace sentir”. En la novela El viejo y el mar (1952), de Ernest Hemingway, hay un diálogo entre Manolín, el muchacho que quiere ayudarlo, y Santiago, el viejo.

-Santiago -dijo el muchacho.

-Sí -respondió el viejo.

Sostenía un vaso en las manos y pensaba en muchos años antes.

-¿Puedo ir a traerte las sardinas de mañana?

-No. Vete a jugar béisbol. Yo todavía puedo remar y Rogelio tirará la red.

-Quisiera ir. Si no puedo pescar contigo me gustaría ayudarte de alguna manera.

-Ya me invitaste una cerveza -dijo el viejo-. Ya eres un hombre.

Lisandro López fue el muchacho y el viejo. Ya es un hombre.

Pizza post cancha

  • Canal. El de Julio Argüelles sobre la historia del fútbol argentino. En @GardelianShit encontramos perlas, como goles y mejores jugadas del Charro Moreno, parte de La Máquina de River. Acá.
  • Entrevista. “Estoy tan cansado del juego… Lo sentí cuando estuve en Barcelona como entrenador, pero sólo quería comprobar una vez más lo que ya sabía. Las exigencias son muy altas. Fue terrible la forma en que despidieron a (Ronald) Koeman, la forma en que nos despidieron a nosotros. Estoy cansado del juego porque ahora más que nunca se trata de dinero. Entiendo que gané mucho dinero con mi carrera. No puedes compararme con un trabajador de una fábrica. Pero a mí, como profesional, nunca me importó el dinero. Se trataba de jugar al fútbol, ​​del amor por el juego”. Henrik Larsson, el goleador sueco de las rastas en el Mundial de Estados Unidos 94, campeón con el Barça de la Champions 2006. Charla con Michael Butler en The Guardian.
  • Video. Manu Chao fue a Villa Fiorito y cantó, junto al rapero local Rayo a.k.a Big Buda, “La vida tómbola”, porque, como dijo Messi en los últimos días en Apple TV, “para Argentina, Diego Maradona es lo más grande que había, lo más grande que hay y lo más grande que va a haber”. Lo registró Diario Conurbano.
  • Hilo. El de Manu Rojo acerca de las transmisiones en el fútbol argentino, a cargo de ESPN (Disney) y TNT Sports (Mediapro).
  • Artículo. “Entrar en nuevas historias, tener espacio en blanco en nuestras cabezas y que cada partido nos sorprenda. Equi Fernández, burlón de nuestra ignorancia”, escribe Brian Medina Masanet en Ponto Futuro, gran sitio de análisis del fútbol-juego.

Es periodista especializado en deportes -si eso existiese- desde 2008. Lo supo antes de frustrarse como futbolista. Trabajó en diarios, revistas y webs, colaboró en libros y participó en documentales y series. Debutó en la redacción de El Gráfico y aún aprende como docente de periodismo. Pero, ante todo, escribe. No hay día en la vida en que no diga -aunque sea para adentro- la palabra “fútbol”.