Látigo sin billetera, el método Milei para quebrar a los gobernadores

Osvaldo Jaldo debió advertir que murió el grupo de WhatsApp que compartía con los gobernadores peronistas. Al mandatario tucumano lo acusan de filtrar lo que se charlaba en ese chat y, ante esa indiscreción, armaron otro grupo sin él. Se llama “Gobernadores Federales” y, hasta donde se sabe, no hubo –o no se detectaron- más filtraciones de las conversaciones para coordinar, por caso, el zoom que compartieron ayer por la tarde.

Sin Jaldo, el primer libertario, los contactos entre caciques del PJ son fluidos e incluyen planteos recurrentes: datos duros sobre caída de ingresos, el impacto de la suba de tarifas en los gastos corrientes, presiones desde CAMMESA o el malestar con la postura pasiva de sus colegas provinciales y de la UCR. “Está claro que son, sobre todo, antiperonistas”, lamentó un mandatario. Se repite otra regla: de los peronistas ninguno tiene diálogo con los Milei, ni Javier ni Karina. Alguno charla o se mensajea con Santiago Caputo, y casi no hay contacto con Luis “Toto” Caputo.

Todos, eso sí, acceden a Guillermo Francos, pero las acciones del ministro del Interior están a la baja. “Francos estuvo con nosotros en Salta, hablamos del fondo educativo y del fondo compensador del transporte, dijo que lo iba a charlar y, al otro día, Milei sacó un DNU que canceló esos fondos y además frenó lo de las cajas previsionales”, relata un gobernador del norte a Cenital. Más que la sorpresa, lo que impacta es la desconexión. “No sabemos si es a propósito o porque son un desastre gestionando y ni se avisan entre ellos”, completa.

La mala o ausente gestión de Milei quedó demostrada en estas semanas con la epidemia de dengue. Hay provincias como Misiones o Salta que hacen sus propias campañas de vacunación y otras, como Santa Fe o la provincia de Buenos Aires, que fabrican repelente. Una foto más de un contexto de programas desfinanciados y parálisis de las obras de infraestructura. No deja de ser simbólico -más allá de la “ejecución” de Guillermo Ferraro que se atribuye a Nicolás Posse– que Milei haya eliminado la cartera que tenía esa denominación: lo que ni existe no se nombra.

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Ayer, a la hora del té, los gobernadores del peronismo –sin Jaldo– tuvieron una charla vía zoom para discutir los próximos movimientos. Los persigue un karma: el de ser minoría sin capacidad para poder bloquear leyes o avanzar con lo que la mayoría pretende, que es voltear el DNU en Diputados. Pero el número no da: Germán Martínez, el jefe del bloque, avisa que es una construcción posible, pero voto a voto. “Hoy tenemos 109 votos, ni uno más ni uno menos”, se escuchó en el zoom.

En las provincias, pegó con brutalidad el aumento de la electricidad: las últimas facturas tuvieron subas del 390%. A marzo, solo dos provincias no tienen deuda con CAMMESA, Santiago del Estero y La Pampa. En algunos casos, la recaudación propia aun no bajó dramáticamente pero empieza a dar indicios de que así será. En todos lados empieza a sonar una música: leyes de Emergencia, disposiciones especiales y hasta mecanismos para evitar, por caso, el embargo de bienes provinciales.

En marzo, según un informe del IARAF de Nadín Algañaraz, las transferencias automáticas a provincias –incluyen coparticipación, leyes y acuerdos de compensación- cayeron 28,1% respecto al mismo mes del 2023. El principal factor fue la caída de la recaudación nacional en el coparticipable impuesto a las Ganancias.

Acumulado en lo que va del 2024, la caída fue del 19%. La baja de la coparticipación fue menos intensa que la caída por leyes especiales y de compensaciones que en marzo fue del 51,2% para la suma de los veinticuatro distritos. El decreto de la semana pasada que desactivó pagos automáticos por cajas previsionales hasta que haya una auditoría de Anses extenderá una sequía en ese aspecto: las trece provincias que no transfirieron sus cajas previsionales recibieron cero pesos desde la asunción de Milei.

La trituradora libertaria es genérica. El gobierno activó un método para disciplinar a los gobernadores que consiste en látigo sin billetera. El recorte de fondos es uniforme y, salvo algunas asistencias puntuales, no hay consideración especial para los gobernadores aliados o amigables. La caída de obra pública es indiscriminada. Es uno de los reproches de Mauricio Macri a Milei: que debería tener una consideración especial con los legisladores y los gobernadores del PRO. Hasta acá fue mínima.

Jaldo, el peronista tucumano, integra ese club: si bien fue alcanzado, como todos, por la reducción de transferencias automáticas, fue uno de los pocos que recibió ATN junto a Jujuy, Corrientes, Chubut -por el incendio del Parque Los Alerces- y Entre Ríos -por las inundaciones-. Tucumán obtuvo, al igual que Chaco, anticipos de “copa” para el pago de salarios. El renglón ATN es interesante porque se trata de fondos para asistencia excepcional a los distritos que, en la cuenta general, corresponden a las provincias: si Nación no les da destino podrían distribuirse proporcionalmente entre los distritos.

En lo que va del año, para la cuenta ATN se recaudaron 116 mil millones y solo se distribuyeron 7300 millones; los 108 mil restantes están en la cuenta “superavitaria” de Caputo-Milei. Para dimensionar entre los dos procesos: Gustavo Valdés, gobernador radical de Corrientes, muy alineado con la Casa Rosada, recibió 1000 millones de ATN pero reclama deudas acumuladas por 100 mil millones, un cuarto de eso correspondiente a la compensación para la caja previsional. Este martes, durante el acto por el aniversario de Malvinas, Valdés confirmó la demanda ante la Corte por las transferencias pendientes y dijo que Milei, al incumplir las leyes, “comete un delito”.

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Hoy a las 14, Francos y Posse recibirán a nueve gobernadores de ese animal mitológico que alguna vez se llamó Juntos por el Cambio (JxC). El décimo, Jorge Macri, enviará a su vice, Clara Muzzio, porque tenía agendada una cumbre con Caputo para ver si logra un guiño sobre los fondos nacionales que, fallo de la Corte mediante, debe enviar Nación.

Por lógicas puntuales, sobre todo vinculadas con las leyes especiales y de compensación, CABA fue el distrito en el que la baja de fondos fue menos pronunciada, mientras que, en el otro extremo, la que tuvo la pérdida más grande fue la provincia de Buenos Aires.

JxC se convirtió en un colectivo difuso. En la UCR, lo que expresa Maximiliano Pullaro de Santa Fe no es lo mismo que dicen Valdés o el mendocino Alfredo Cornejo. Y en el PRO, aunque hacen una cuenta de cinco gobernadores, el puntano Claudio Poggi y el sanjuanino Marcelo Orrego se mueven con lógicas propias y autonómicas. De hecho, en la mesa chica que Macri planteó para el PRO no hay butaca destinada para ninguno de los dos: solo hay espacio para Macri, Rogelio Frigerio y “Nacho” Torres.

A la cumbre con Francos y Posse, los nueve gobernadores + Muzzio llegan con la bandera blanca sobre la Ley de Bases y el Pacto Fiscal, pero con objeciones respecto a la ley fiscal, sobre todo con Ganancias, y demandas específicas sobre la caja de jubilaciones, un tema que inquieta, además, al cordobés Martín Llaryora, que se mueve silvestre. “No se dan cuenta que nos van a cazar de a uno….”, dice un peronista sobre sus colegas de JxC.

“Vamos a ver si esta vez el gobierno cumple, pero es muy probable que nos caguen otra vez”, se anticipan al marasmo desde una provincia amigable. Si hubiera alguna señal, se activarán las conversaciones para convertir en leyes los distintos aspectos del DNU y eliminar un fantasma para Milei: que le rechacen el mega decreto. Puras gestualidades de la oposición amigable frente a un presidente que los destrata en los modos y en las formas. El libertario remixó el método de presidentes como Carlos Menem o Néstor Kirchner, que ejercían un liderazgo pero premiaban la lealtad con obras y asistencias de fondos. El libertario, hasta acá, no usó ese manual: aplica látigo a los disidentes pero no abre la billetera para los que lo apoyan. ¡Látigo sin billetera para todos, carajo!