La pelota apunta al 10

La palabra la tiene Ginés. Larreta y Racing.

Hola, ¿cómo estamos?

Dalila Ippolito ya había dejado su huella para siempre cuando entró, en el Mundial, contra Escocia, hizo magia y transformó un 0-3 en 3-3. Ahora pateó el tablero del fútbol femenino de nuevo: desde la UAI Urquiza voló, a los 18 años, hacia la Juventus, donde firmará contrato por las próximas temporadas. Más allá de que en el equipo de Turín juegan Gonzalo Higuaín y Paulo Dybala, su salida resulta una novedad para un país que, desde 2018, con la llegada de Lautaro Martínez a Inter y de Leonardo Balerdi al Borussia Dortmund, no exportaba hacia un gigante de Europa.

Una diferencia está en que Racing vendió al delantero y UAI no pudo hacer lo mismo. Es que en el fútbol femenino la apuesta fue por contratos de un año, la enganche se quedó libre y se la llevan sin poner un peso. El semiprofesionalismo picó en muy poco tiempo y eso es una situación de la que ya se aprovechan algunos representantes. Lo mismo ocurrió con los traspasos de Belén Spenig a Collerense de España, con Solana Pereyra a Unión Tacuense, y con Milagros Menéndez al Granada. Ninguna venta.

¿Los clubes van a apostar a contratos largos para poder exportar y quedarse con algo de lo que invierten en sus jugadores? River ya dio el sí y acaba de extender acuerdos hasta 2022. Otras instituciones elevaron sus billetes hacia la formación de talentos. El talento de Dalila viaja por las mejores ligas. Vean sus gambetas. Este perfil que escribe Ayelén Pujol la rompe. El futuro llegó. Hace rato.  

La pelota siempre al 10

Todos los caminos conducen a Ginés González García. “Vamos a respetar lo que decida el área de Salud”, repiten los actores que rodean al juego. La AFA ya envió y tiene aprobado su protocolo. Hay clubes con convenios con hoteles para concentrarse y entrenarse. “Estamos listos para empezar las prácticas en Primera. Estamos esperando el ok del Gobierno”, anunció Donato Villani, jefe del Departamento médico de la AFA. El Ministerio de Deportes propone el regreso en pequeños grupos. Casi todas las industrias han reanudado actividades. La pelota no ha vuelto a rodar. Por lo bajo, suena la posibilidad de que comiencen el 10 de agosto. Pero falta.

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“Estamos en el medio de una pandemia, hay que ser cuidadosos”, planteó Alberto Fernández, en una entrevista con Reynaldo Sietecase. También citó una parte de su antigua conversación con Marcelo Gallardo, cuando el entrenador le contó que muchos de sus jóvenes jugadores vivían en el Gran Buenos Aires con sus padres y temían contagiarlos. Desde River, eso sonó arcaico: el Muñeco y los futbolistas están desesperados por practicar. El reloj de la fecha de inicio de la Libertadores los desesperó.

El tiempo en una pandemia es eterno: lo que ocurrió en mayo suena a hace años. En Boca, sucedió lo mismo que en su rival: en el sitio web se publicó la revista digital de la institución con una entrevista en la que Miguel Russo dejaba en claro que la prioridad era la salud. La nota tenía la opinión del entrenador de hace algunos meses. Al mismo tiempo, agregaron en un tweet: “Ahora, teniendo fecha de regreso a la competencia oficial, el cuerpo técnico y el plantel ven como una necesidad imperiosa volver a los entrenamientos bajo todos los protocolos que se requieran”.  En parte, fue una manera de expresar las diferencias con la postura que días atrás había marcado Carlos Tevez: «Tengo mi opinión, hay mucha presión de todos lados. El fútbol tiene muchos negocios, pero habiendo gente enferma y muriendo es difícil. Es difícil volver ahora con los hospitales colapsados. No podemos salir de esa realidad, para mí no es momento de volver».   

Conmebol sostiene la fecha de reinicio de la Libertadores. Ese 17 de septiembre ha incomodado el plan de retorno que proyectaban desde el Ministerio de Salud y desde la AFA. “La ansiedad puede volverse un problema serio para un deportista de alta competición”, sugiere un entrenador, que preferiría que la Copa se jugara desde octubre. “En público vamos a quejarnos, pero vamos a ir a jugar donde sea y cuando sea, como siempre”, aclaran desde otro cuerpo técnico implicado. Si alguna vez Ginés reflexionó que el mundo de los runners funcionaba como una gestualidad de flexibilización de cuarentena, en este caso la situación se dio al revés: los clubes se quejan de que volvieron las peluquerías y ellos no.

Desde las carteras de Salud, la idea de la vuelta del fútbol no se ve con buenos ojos. Ayer, el viceministro de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, planteó que no estaban dadas las condiciones para abrir las fronteras y que, quizás, habría que pensar en 2021.

Todavía la relación entre el Gobierno, la AFA y los clubes sigue siendo muy positiva. Suena lógico por la dependencia económica que han tenido las instituciones deportivas con el Estado –el Ministerio de Deportes acaba de bajar 500 millones de pesos a clubes de barrio–, pero hay que admitir que en un contexto de mezquindad política las partes no abandonaron la resolución colectiva.  

Los Larreta y Racing

Cuando le preguntaron al jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires si había llamado a Alberto Fernández o a Mauricio Macri para el Día del Amigo aclaró que no: “Mis amigos son con los que voy a la cancha hace 40 años”. Más allá de la gambeta y de que Horacio Rodríguez Larreta abandonó, por su trabajo, la frecuencia con la que supo ir durante su niñez y su juventud al Cilindro, la relación de la familia con Racing es tan profunda que hasta su padre fue presidente del club. 

  • Al abuelo de Horacio, el deporte no le interesaba: el tango y la bohemia eran su tierra. Su compañera, Adela Tránsito Leloir Unzué, alias Tita, es el gen académico. A su hijo la pelota le voló la cabeza. Míticos eran los grandes campeonatos en la quinta familiar de Castelar, que comenzaron en los ‘50 y se volvieron tradición por décadas. Desde la familia, explican que el fútbol fue clave para romper el cascarón aristocrático y transversalizar las amistades. De esos picados llegaron a formar parte el padre Carlos Mujica –fanático de Racing– y jugadores del plantel, como Roberto Perfumo o Vladislao Cap.
  • El mandamás porteño tenía dos años cuando el equipo de Juan José Pizzuti ganó la Copa Intercontinental contra el Celtic. Al regresar de Montevideo, donde se disputó la tercera final, se hizo una vuelta olímpica simbólica en el Cilindro. Su madre, María Cristina Díaz Alberdi, estaba embarazada de casi nueve meses de Augusto, su hermano. Aun así, Horacio padre decidió llevar a su pareja a Avellaneda y la hizo caminar por el césped. Doce días después, nació el segundo hijo del matrimonio. Para una familia clásica en la que los nombres se heredan, modificar las nomenclaturas no era fácil: “Le tenemos que poner José, por Pizzuti”, le propuso a su compañera. Que sí, que no: la negociación cerró en Augusto José. 
  • Racing fue la ventana al mundo popular de los Larreta. Iban a la platea B, en un sector donde paraba la farándula. Jorge Porcel y Sergio Renán se volvieron amigos de la familia. Los vínculos se volvieron más frecuentes desde 1977, cuando Horacio tenía 11 años y su padre asumió el cargo de presidente del club. El equipo estaba camino a irse al descenso y la primera decisión fue una apuesta fuerte. Alfio Basile se había retirado en 1975 y había desandado dos brevísimos pasos como técnico en Rosario Central y en Chacarita. A los 34 años, Coco asumió.
  • El 3 de abril de 1977 fue una jornada durísima para los Larreta. Racing perdió 3-2 contra River, en el Cilindro, con goles de Jota Jota López y de Leopoldo Luque para la visita. Pero eso no fue lo terrible: el padre no pudo estar en la cancha. Se hallaba secuestrado en el Pozo de Banfield, uno de los cientos de centros clandestinos de detención instalados por la dictadura a lo largo y a lo ancho del país. Lo habían apresado junto a Hipólito “Tuco” Paz, ex canciller de Juan Domingo Perón, y al periodista Mariano Montemayor. Estuvo en esa situación durante tres días. Hay una versión que sostiene que algún sector castrense le adjudicaba cercanía al banquero David Graiver, apuntado por ser presunto socio de Montoneros y fallecido el 6 de agosto de 1976 en un accidente de avión que siempre arrojó un manto de sospechas. Y hay otra que argumenta que la posición del MID respecto a la dictadura –apoyo crítico en lo político, oposición al modelo económico– le puede haber jugado una mala pasada. Desde el desarrollismo, según confiesa Benito De Miguel, el gerente general de la Academia, tampoco veían bien que Larreta se metiera en el fútbol: “A Frigerio no le gustó nada que nos metiéramos en Racing. Consideraba que ir al mundo del fútbol era una distracción”.
  • Horacio empezó yendo a la cancha con su padre. Cuando era un adolescente, sus progenitores se separaron. Su madre se puso en pareja con el director de cine y de teatro Emilio Alfaro. Cosa del destino, también fanático de Racing. Por lo que, le tocara con quien le tocara quedarse, iba igual a la cancha. Por esos años, comenzó a ir a la popular. El Cordobés, histórico líder de La Guardia Imperial, sabía quién era y una tarde se le acercó, le sacó una cadenita de oro que tenía colgada y se la dio: “Horacito, guardatela, acá te la van a afanar”. 
  • De niño, su ídolo era Roberto Díaz, alias el Ropero, hábil y potente wing. De más grande se fanatizó con el uruguayo Rubén Paz. Su mayor momento de fanatismo coincidió con el descenso de Racing. A los últimos partidos en la A no fue, bajoneado por los malos resultados: ese día, su hermano aparece en la tapa de El Gráfico siendo reprimido por la policía. Horacio sintió un sacudón y decidió acompañar a su equipo a todos lados en la B hasta que volviera a ascender.
  • El 3 de agosto de 1983 fue una espantosa noche para el fútbol argentino. En un Boca contra Racing, desde la popular local, voló una bengala que cruzó toda la cancha. Impactó contra Roberto Basile, que murió en el acto. Los Rodríguez Larreta estaban en la tribuna visitante, con miedo por lo que estaba sucediendo y por lo que pudiera llegar a ocurrir. El partido se jugó y salió 2-2. La Guardia Imperial aseguraba que a la salida irían a buscar a La 12, por venganza. Cuando el árbitro pitó el final, la hinchada xeneize ya se había ido. La leyenda cuenta que la policía arregló la salida para evitar más desmanes.
  • Larreta todavía recuerda como uno de los días más gloriosos de cancha el 6-4 a Boca, en La Bombonera, el 3 de diciembre del 95. Aquella tarde de magia de Rubén Capria, con Diego Maradona todavía como jugador, se convirtió en un hecho fundamental para la vida política de la Argentina: esa tarde, Mauricio Macri ganó sus primeras elecciones xeneizes y se convirtió en presidente. Claro que no suponía que ese episodio, de alguna manera, cambiaría su vida. Tampoco sabía que en su misma tribuna, alentando los mismos colores, estaba Máximo Kirchner.
  • En marzo de 2015, Rodríguez Larreta ya era jefe de Gabinete y sería jefe de Gobierno. En una de sus charlas barriales, necesitaba un lugar grande para hacer un evento de más de 500 personas en Villa del Parque. Racing le prestó su sede. En esa misma jornada, desde el club aprovecharon para involucrarlo en tres proyectos: la reparación de la fachada de la sede, una escultura en Puerto Madero que rindiera homenaje al primer campeón del mundo y una serie de actividades con el espacio de Racing Integrado, el departamento oficial de discapacidad del club. Todos se llevaron adelante. 
  • Rodríguez Larreta posee un abono en la platea A de Racing, adonde suele ir con su familia. Salvo su hermano Mariano, que es hincha de Independiente, el resto son académicos. El 9 de febrero, estuvo en el Cilindro y vio el gol de Marcelo Díaz para ganar el clásico. En 2005, el día del golazo de Agüero, estuvo en la popular visitante en la Doble Visera, acompañando la derrota 0-4.

La pelota no entra por azar

El Maracanazo de 1950 en el que los uruguayos le ganaron una final impensada a Brasil construyó una ilusión sobre el juego (o la vida): en el césped puede ocurrir cualquier cosa. Dante Panzeri, una de las plumas más imponentes de la historia del periodismo deportivo argentino, escribió Fútbol, dinámica de lo impensado y apenas el título alcanzó para justificar la mirada fantasiosa sobre un posible resultado. Durante años, la ciencia no puso el foco en el deporte para explicar por qué pasaba lo que pasaba. El Big Data hoy permite algunas pistas a la hora de pensar un deporte que el mercado quiere reinar.

El economista Stefan Szymanski y el periodista Simon Kuper estudiaron la inversión de cuarenta equipos británicos, entre 1978 y 1997. La estadística, publicada en Soccernomics, una obra maestra, revelaba dos datos: la plata en traspasos sólo modificaba el 16% de su posición en la liga, el capital en salarios variaba el 92% del lugar en la tabla. Si la inversión media era 1:

  • El Manchester United estaba en 3,16 y su media era el segundo puesto. 
  • Chelsea estaba en 3,5 y le correspondía el tercero. 
  • Liverpool estaba en 2,68 y cuarto. 
  • La diferencia la hacía Arsenal, que bajo la conducción de Arsene Wenger como entrenador y director deportivo, estaba en 2,63 y una media de segundo.

En España, la Liga dispone un tope salarial por equipo: desde 2013, se implementó que a finales de abril –en años sin pandemia– los clubes deben informar cuánto piensan gastar en honorarios del fútbol profesional en el mercado de verano (invierno en Argentina). La idea es controlar las posibilidades financieras para que no haya ni lavado de dinero ni promesas incumplibles. Analítica Sports presentó un trabajo al respecto.

Real Madrid, campeón, y Barcelona, segundo, encabezan el torneo y los topes. Atlético Madrid y Sevilla le siguen en inversión y en rendimiento. Valencia rompe con la lógica: los cuatro entrenadores y los tres directores deportivos durante la temporada atentaron contra el rendimiento estimado. El Villarreal, conducido por Javier Calleja Rejilla, hizo una campaña que se corresponde con la inversión –para la próxima temporada, el DT será Unai Emery–. Resulta particular el caso del Espanyol, que por su patrimonio no tendría que haber perdido la categoría: la argumentación se ajusta a que las contrataciones y la disposición de billetes se realizaron en la segunda mitad del campeonato: destinaron 40 millones de euros en fichajes recién en enero.

El fútbol argentino camina en la misma línea, con excepciones. Una primera diferencia está en el control sobre los pagos: Independiente, por caso, es la tercera entidad que más presupuesto le asigna al pago de sueldos. Los casos de Silvio Romero, Gastón Silva y Martín Campaña, los tres en conflicto, evidencian que el rojo no está al día y sostiene deudas de hasta cuatro meses. El salario del delantero que llegó desde México ronda los 1,5 millones de dólares (libre, sin tope por devaluación). Difícil de poder abonar para un club que en 2019, 2020 y 2021 no participa de la Copa Libertadores, el torneo que más ingresos genera (tres millones de dólares por estar en la fase de grupos, más la venta de entradas).

Boca es la institución que más paga, con casi 40 millones de dólares anuales y eso fundamentaría que ganó tres de los últimos cinco torneos locales. River es el segundo, casi en 30 millones, y pese a que su última liga la obtuvo en 2013, en el medio celebró dos Libertadores, avanzó a la final de una tercera y se quedó con la Copa Argentina en 2016, en 2017 y en 2018. 

San Lorenzo está en el cuarto lugar. Su situación en los últimos años tuvo semejanzas con Independiente: sus jugadores y sus cuerpos técnicos han llegado a acumular hasta cinco meses de deuda. La gestión de salarios en los casos de los cuerpos técnicos de Claudio Biaggio, de Jorge Almirón y de Juan Antonio Pizzi fueron llamativos: a todos le adeudan dinero.

“Los clubes tienen todos un presupuesto, algunos tratamos de cumplirlo, otros los violan año tras año; eso después produce una adición, más cuando se administra una pasión como es el fútbol. Esto corroe la economía a futuro de la institución”, plantea Víctor Blanco, presidente de Racing, a Cenital. La Academia está quinto en sueldos, pero está al día con esos pagos. El reflejo parece claro: de los últimos seis torneos locales, se impuso en dos y ha participado en cuatro de las últimas seis Libertadores (en 2017 y en 2019, fue a la Sudamericana).

Para quienes son fanáticos de estos temas, este análisis sobre el rendimiento en la Copa Libertadores en la última década es muy bueno y muy sofisticado.

Final FA CUP: Lampard va por su primer título 

Harry Redknapp ya no quiso morderse las palabras. Era 1996, era el entrenador del West Ham, estaban en un foro y un hincha levantó la mano para increparle una decisión. Tenía miedo de hacerle daño a su cuñado y a su sobrino que, a su lado, lo miraban, traduciendo nervios en risas. “Te lo voy a decir ahora, no hay comparación de lo que Frank y Scott Canham conseguirán en el fútbol. No lo debería decir porque está a lado mío, pero él va directo a la cima, llegará a lo más alto”, sentenció para explicar por qué había elegido a un juvenil sobre otro. Su apuesta había debutado hacía un año, recién andaba por los 18 años y ya la rompía. Vean el video, él se está riendo: ni en ese momento, ni nunca, a Lampard le molestó haber comenzado en el equipo del que su papá era su ayudante de campo y su tío, el entrenador. Al contrario, aprendió todo.

Mil partidos en Primera. Tres Premier y una Champions League. El récord Guiness que, sin careteadas, guarda con orgullo por ser fanático del libro: es el futbolista que le marcó a más clubes rivales, 39. Un test de inteligencia realizado por el médico Bryan English, con un resultado de IQ 150, muestra valores del nivel de Albert Einstein o Bill Gates. Tres mundiales jugados. Lampard llegó al Chelsea en 2001 y se quedó hasta 2014. Todavía aclara que su mejor referente fue Juan Sebastián Verón. A los cracks, la sed nunca se les acaba: hoy, a las 13.30, en la final de la FA Cup contra Arsenal, por ESPN, podrá ganar su primer título como entrenador.

Lampard comenzó su carrera como técnico en la temporada 2018/2019, en la segunda división, al mando del mítico Derby County. Logró el 54% de los puntos y podría haber pasado sin hacer ruido, pero su primer episodio mediático lo enlaza con Marcelo Bielsa. En la previa de un enfrentamiento contra el Leeds, denunció al Loco en una conferencia de prensa por haber mandado espías a su práctica. Su enojo se tradujo en el festejo por haber ganado: les prometió a sus jugadores que pagaría una fiesta a cambio del triunfo y la cuenta le salió 2800 libras, que incluían 209 cervezas, 75 Jaggers y 65 vodkas. La metodología no fue una excepción. Suele gestionar el plantel desde lo económico, premios por ganar y multas frente a errores: 2500 libras si se llega tarde al micro, 1000 si les suena el celular en una reunión, 10 mil si esconden una lesión. Lo que recaudan, se dona.  

El ex mediocampista llegó para reemplazar a Maurizio Sarri, que tras ganar la Europa League decidió regresar a Italia, a la Juventus. El Chelsea prometía un escenario complejo: tenía prohibido incorporar futbolistas tras una sanción por Fair Play Financiero. Lampard aceptó esa condición: disponer de un buen plantel, pero no el indispensable para disputarle al Liverpool y al Manchester City. La primera temporada pintaba como proyecto arquitectónico y, desde los resultados, se dio bien: pelea con el United el tercer puesto y está prácticamente clasificado para la Champions. Con un escenario futuro guiado por una billetera aplastante: en un mercado de pases que prevé una caída del 28%, con Florentino Pérez asegurando desde el Real Madrid que no habrá inversiones, el club del ruso Roman Abrahamovic ya fichó al mediocampista Hakim Ziyech, del Ajax, por 40 millones de euros, y a Timo Werner, del Leipizig, por 55 palos verdes. Casi cerró a Kai Havertz, figura del Bayern Leverkusen. En su carpeta, aparecen también Robin Gosen, de la revelación Atalanta, y Jan Oblak, del Atlético Madrid.

Es imposible no detenerse en las libras y en el plantel ofensivo del Chelsea. Tanto nombre explica una piedra angular del equipo: a veces, no le hace falta ni hacer jugadas para hacer goles. Acumula tanto que no le entran a la vez: Christian Pusilic, Pedro, Willian, Oliver Giroud, Tammy Abraham, Michy Batshuayi, Mason Mount y Callum Hudson-Odoi (un nigeriano, un congobelga, un ghanés: los azules de Londres son el equipo con más negros de la Premier League). La calidad y la velocidad de sus atacantes construyen algo desordenado. Quizás, sea esa la principal razón de sus extrañas estadísticas: marcó 69 goles en la temporada, con 625 disparos al arco; comparado con el City –102 goles y 745 tiros– o con el Liverpool –85 tantos y 591 tiros– su efectividad es baja. A diferencia de los conjuntos de Pep Guardiola o de Jurgen Klopp, no es tan frecuente verlo sosteniéndose sobre el campo rival. 

A Lampard le gusta el juego de bandas. Empezó la temporada con un 4-3-3, que trajo de su paso por Derby County. Siempre con los laterales ocupando la raya y los extremos volcándose hacia adentro. El francés Giroud es un muro que, de espaldas, da la pausa para que avance el vértigo. Hace unos días, un entrenador me planteó que cada vez más los centrodelanteros ganan en inteligencia y en técnica, mientras los extremos, proporcionalmente, mejoran en velocidad. En Chelsea, eso se cumple. Aunque, claro, todo es más fácil cuando Pulisic o Willian son los que traccionan diagonales.

Su faceta más débil es la de los defensores. Tan gigantes como toscos. Antonio Rudiger, Kurt Zouma, César Azpilicueta, Fikayo Tomori o Andreas Christensen garantizan enorme mano a mano y gran cabezazo, pero son lentos y eso genera el rasgo de hundimiento y transiciones. Algo que le ha costado mucho a la hora de imponerse con otros grandes. Sin embargo, en las últimas semanas, Lampard pateó el tablero: cambió el 4-3-3 por un 3-4-3. Eso hizo muy fuertes las bandas –el español Marcos Alonso es un especialista como carrilero–, logrando superioridad –en la jerga tacticista, se le dice así a poseer, en una zona de la cancha, más jugadores que el rival, un desbalance que con buenos toques puede ser incontrolable– contra los casos como Mané, un extremo perezoso para retroceder.

Chelsea recuperó algo del estilo que tuvo con Antonio Conte. La semana pasada, hizo un partidazo contra Liverpool, aunque perdió 5-3. En ese encuentro, latió un enigma táctico muy interesante: los de Klopp juegan con tres volantes por adentro y eso descompensaba en la mitad de cancha (3vs2), pero a la vez les daba margen para contener las subidas de los interiores rojos, teniendo un defensor de más para atender a quien arribaba. Estar o llegar: esa es la cuestión.

Willy Caballero le ganó la pulseada a Kepa y viene atajando en gran nivel. Esa es la frutilla del postre de la final de hoy: en Arsenal, ataja Emiliano Martínez. Dos argentinos cuidando los tres palos de una final británica. Algo que se vuelve más llamativo considerando que en Manchester United está Chiquito Romero y en Tottenham, Paulo Gazzaniga. Curioso: ninguno de ellos superó los 30 partidos en nuestro país.

Pizza post cancha

  • El miércoles fue el aniversario de la muerte del médico René Favaloro. Gimnasia y Esgrima La Plata, el club del que era hincha, lo homenajeó desde sus redes sociales. Esta entrevista con el médico, en 1993, de El Gráfico está buenísima.
  • Hinchas. Pasión y política en River Plate (1996-2013) es el nuevo libro del sociólogo Rodrigo Daskal. Recorre el pasaje de ser simples hinchas a ser parte de la arena política y sus formas de militancia, la cultura del aguante y de la solidaridad. Lo consiguen acá.
  • “París sigue siendo de románticos”. La entrevista a Ander Herrera, mediocampista del PSG, la rompe. En la hermosa revista Líbero.
  • El Archivo General de La Nación publicó hace semanas en su cuenta de Twitter un fotón, de una bandera roja con la hoz, flameando sobre un paravalancha. Me la pasó Fer Bercovich –que hace el genial Trama Urbana que sale los viernes– y tiramos hipótesis sobre el origen del trapo. El Beto Parrottino sacó una historia de la galera.  
  • Mañana es un nuevo aniversario de la muerte del futbolista y entrenador José Pastoriza. El cuento Señor Pastoriza, de Eduardo Sacheri, es emocionante homenaje.

Esto fue todo.

Si te gusta este laburo que hacemos en Cenital, podés colaborar acá. Hay un equipazo de gambeteadoras, pisadores de pelota, muchísimo sacrificio y el arco entre ceja y ceja.

Abrazo grande, 

Zequi

Soy periodista desde 2009, aunque pasé mi vida en redacciones con mi padre. Cubrí un Mundial, tres Copa América y vi partidos en cuatro continentes diferentes. Soy de la Generación de los Messis, porque tengo 29 y no vi a Maradona. Desde niño, pienso que a las mujeres les tendría que gustar el fútbol: por suerte, es la era del fútbol femenino y en diez años, no tengo dudas, tendremos estadios llenos.