La guerra de los clones

Clonaron a una loba ártica para conservar la especie. Además, la NASA estrelló un satélite contra un asteroide, nueva evidencia que apoya la semana laboral de 4 días y por qué los científicos deberíamos ser ateos.

Holis, ¿cómo andás? Yo acá, con mis 35 años recién cumplidos, acordándome de la primera vez que me quedé a dormir en mi escuela secundaria. Era el 2001, estaba en primer año. Todo era emoción en esa nueva ciudad adolescente que habíamos armado en las aulas. Nuestra lucha, nuestras reglas. Pero, sobre todo, la sensación de trascendencia, de estar involucrándonos en algo más grande, de ser parte de la historia que hasta ese momento se nos había presentado en relatos de otros estudiantes que nos habían ganado el derecho de hacer lo que estábamos haciendo.

Hoy te escribo viendo que la policía de la Ciudad de Buenos Aires está yendo a las casas de los estudiantes que están tomando colegios porque, a diferencia de lo que dicen muchos, quieren estudiar. Y no se puede estudiar si el techo se te cae encima. Tampoco se puede estudiar con hambre. Y una vianda con una feta de jamón y una banana alivia el hambre pero no la sacia. Y menos que menos, se puede estudiar cuando tenés que ser mano de obra sin costo para el empleador.

Este newsletter, entonces, va dedicado a esos estudiantes secundarios que a veces me responden las cartas y a los que no pero reciben este news. Tal vez alguno me esté leyendo desde el celu en una escuela helada con los pies en la bolsa de dormir que usaba para los campamentos de primaria. Como estos días ya tienen suficientes cosas en la cabeza como para que los torture con disquisiciones filosóficas, va una edición liviana, de mi adolescencia a la suya. Espero que se entretengan un rato y, sobre todo, que siempre sean escuchados.

I keep the wolf from the door (mantengo al lobo lejos de la puerta)

Cuando yo iba a la secundaria, estaban de moda las llamadas “tribus urbanas”, una forma de diferenciarnos entre nosotros y ser iguales a otros pero en grupos más reducidos. Yo era punk and roll, una mezcla de punki y rollinga, un fenómeno único de nuestro suelo argentino popularizado por Ricky Espinosa. Pertenecer a una tribu urbana era manifestar cuál era tu forma de oposición o adhesión al sistema.

¿A qué viene esto? A que a quienes adoptaban un aspecto que evidenciaba su conformidad con la desigualdad social — como rugbiers, chetos o normies que seguían usando la ropa que les compraba la mamá — les decíamos “oveja Dolly”. O sea, clones.

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Dolly nació el 5 de julio de 1996 y su nacimiento fue anunciado el 22 de febrero de 1997. Fue el primer mamífero clonado a partir de una célula adulta. Si algún día estás en Edimburgo, podés saludarla. Está embalsamada en el Museo Nacional de Escocia.

Aunque su cuerpo vaya a existir para la posteridad, decirle “oveja Dolly” a alguien puede estar un poco desactualizado, pero en tiempos de lucha puede ser necesario tener una manera de nombrar a quienes reproducen encarnadamente los discursos dominantes. Así que te presento a Maya, el primer clon de lobo ártico.

A Maya la hicieron con la misma técnica que a Dolly, una transferencia nuclear de célula somática, que es algo así:

Repasando: agarran una célula del animal a clonar, le sacan el núcleo y se lo ponen a un ovocito al que previamente le removieron su propio núcleo (los ovocitos son las células que después se convierten en óvulos). Esto forma un embrión, que se implanta en el donante del ovocito y luego tiene las características del animal que puso la célula somática (las células somáticas son las que forman los tejidos y órganos del cuerpo). Para decirlo sencillamente, en vez de fecundar un óvulo con un espermatozoide y que eso empiece a generar células, se le pone al ovocito el material genético de una célula que por sí sola forma otras. De esta forma, el ADN es de un solo individuo (recordemos que al ovocito se le quitó su propio núcleo) y el animal gestado exhibe solamente sus rasgos. Espermatozoide, quién te conoce.

En el caso de Maya, las células vinieron de una loba que había muerto 10 meses antes de su nacimiento en un zoológico en China y fue gestada por un perro Beagle. Mención aparte merece la cobertura, que en la mayoría de los casos dice que “la empresa pekinesa Sinogene Technology afirma haber clonado un lobo ártico por primera vez”. ¿Alguna vez viste un titular así sobre una biotecnológica estadounidense o europea? Yo no. En general, en vez de “afirma” ponen “anunció”.

En fin, además de que el ovocito de la clonación de Maya vino de otra especie, la principal diferencia entre su clonación y la de Dolly es el objetivo. Mientras que en el caso de la ovejita se hizo ciencia básica, es decir, se probó una técnica para investigar mecanismos de reproducción asexual, en el caso de Maya la clonación se pensó como una herramienta para mitigar las tasas de extinción del lobo ártico y, potencialmente, de otras especies. A la lobita la van a llevar a Harbin Polarland, hábitat natural del lobo ártico, donde tal vez no se pueda integrar a la familia que ya vive ahí. Esto es parte del experimento porque hay que ver si la clonación puede ser una estrategia de preservación efectiva que funciona en condiciones reales, pero en este momento soy este:

Para terminar, te recomiendo ver el videito del anuncio que te linkeé, pues ninguna explicación es más relevante que las imágenes de la hermosa Maya, especialmente en las que está jugando con el Beagle que la gestó.

Don´t look in the mirror at the face you don’t recognize (no mires en el espejo a la cara que no reconocés)

Muchas veces, cuando tengo que tomar una decisión importante, me imagino qué pensaría la Agostina de 15 años. Es una especie de “caretómetro” que uso. No me gusta nada la idea de que la adultez es resignación, que madurar es abandonar la rebeldía. Yo me pienso como una continuidad de esa adolescente, no como una continuación. Por eso, lo que sigue es una actualización de temas de los que ya hablamos, de cosas que en los tempranos 2000 pegué en paredes con engrudo casero y hoy son habitantes de mi barra de marcadores. La insistencia del interés como resistencia de una enana cocorita.

1- El DART (Test Doble de Redirección de Asteroides) finalmente se realizó el lunes. En este news te conté de qué se trató la misión pero vamos rapidito: estrolaron un satélite contra un asteroide que se orbita mutuamente con otro para ver si así cambia su rumbo.

*El meme dice: Bruce, empecé a leer un libro sobre antigravedad/¿está bueno?/no lo puedo bajar (en inglés tiene mucho más sentido). Es de Armageddon, una película de mi adolescencia sobre una misión para desviar un asteroide.

¿Por qué? Porque, hasta ahora, si un asteroide se dirigía hacia la Tierra no había plan. ¿Pero esto no puede hacer que el asteroide al que le pega la nave se desvíe y venga hacia nosotros? Sí, pero por eso le pegaron al asteroide más chico de los dos, de forma que siga ligado al más grande.

Bueno, señora, pero ¿qué pasó? La misión salió bien, efectivamente lograron pegarle al asteroide. Acá te dejo un video del momento y acá la conferencia de prensa del equipo que llevó a cabo la misión. Lo que todavía no se sabe es si efectivamente el asteroide se desvió de su órbita, hay que monitorear durante un tiempo, que no creo que sea mucho. Cuando se sepa te aviso.

2- En esta edición hablamos sobre las pruebas que se están llevando a cabo para ver los efectos de la reducción de la jornada laboral de 5 a 4 días. Esta semana se publicaron los resultados de un programa piloto en Reino Unido del que están participando 70 empresas. Desde junio, 3300 empleados están recibiendo su salario completo trabajando el 80% de las horas acordadas, habiendo asumido el compromiso de mantener al menos la misma productividad que antes del programa.

Las encuestas realizadas durante estos meses revelaron que el 46% de los empleadores reportó que la productividad de sus negocios se mantuvo, el 34% que mejoró levemente y el 15% que mejoró significativamente. El 86% afirmó que “muy probablemente” o “probablemente” va a considerar continuar con la jornada de 4 días cuando el programa termine.

3- De los efectos en el ciclo menstrual de las vacunas de COVID te hablé en quichicientas ediciones, pero qué le hace una mancha más al tigre ¿nocierto? La semana pasada salió un estudio nuevo que analizó información proveniente de varios países sobre 14936 personas que habían recibido vacunas y 4686 que no, de las cuales ninguna estaba tomando anticonceptivos orales o tenía ciclos irregulares antes de vacunarse ¿Qué encontraron? Que las personas vacunadas habían percibido, en promedio, un atraso de un día en sus menstruaciones y que estas diferencias tendían a desaparecer luego de un ciclo (las que no se vacunaron menstruaron sin modificaciones).

Recordemos algo: que el promedio en una muestra significativa sea 1 significa que hay muchas personas a las que se les atrasó varios días. Cuando el equipo analizó los datos de los participantes en tres ciclos menstruales consecutivos antes de la vacunación y al menos un ciclo después, descubrieron que los de las personas vacunadas eran, en promedio, 0,71 días más largos después de la primera dosis y 0,56 días más largos después de la segunda. Quienes recibieron las dos dosis durante el mismo ciclo menstrual experimentaron un cambio mayor: sus ciclos se retrasaron, de media, casi cuatro días. En este subgrupo, 100 personas notaron un retraso de ocho días o más. Dado que los ciclos menstruales volvieron a la línea de base un mes después de la vacunación, es poco probable que estos cambios afecten a la fertilidad actual o futura.

Al haber contado con datos de muchos países, el estudio observó personas inoculadas con distintas vacunas y no había diferencias significativas. Y ya que estamos repitiendo, vamos de nuevo: si les pasa a muchas personas levemente, hay bastantes a las que les pasa intensamente. En este caso, los efectos no parecieran ser permanentes y avisar que es una posibilidad podría ser muy tranquilizador.

Dragging out the dead (arrastrando a los muertos)

El otro día, leí esto sobre la adolescencia en este libro sobre Simone de Beauvoir (que si andás con ganas de trabajo intelectual te recomiendo mucho):

“Lo que caracteriza la situación del niño es que él se encuentra lanzado a un universo que no ha contribuido a constituir, que ha sido formado sin él, y que se le aparece como un absoluto al cual solo le cabe someterse (…) El adolescente descubre el carácter humano de las realidades que lo rodean: el lenguaje, la indumentaria, la moral, los valores tienen su fuente en esas inciertas criaturas; ha llegado el momento en que va a ser llamado a participar en su operación; sus actos pesan tanto como los de los otros hombres, debe elegir y decidir”.

Todavía me sorprendo cuando alguna amiga me cuenta que en algún momento de la secundaria decidió ser atea. Para mí, el ateísmo es parte del universo al que fui lanzada y sobre el que no pude decidir. Sin embargo, en mi infancia ser atea era más una ausencia, la falta de presencia de una religión en mi casa, alguna cena en la que le pregunté a mis papás si creían en dios y me dijeron que no. Durante la adolescencia, en cambio, decidí ser atea como presencia, un lugar ocupado por la convicción.

Muchas veces, la gente piensa que mi ateísmo es lógico por la incompatibilidad cognitiva que hay entre las ciencias y las religiones. Sin embargo, en mi opinión, esa incompatibilidad es la menos importante. De hecho, muchos científicos religiosos afirman que existe una separación entre su labor científica y sus creencias, que considerar que existe un dios no es creer que actúa sobre absolutamente todos los procesos que se dan en el mundo.

Para mí, en cambio, la incompatibilidad mayor entre las ciencias y la religión es moral. Si el conocimiento es un bien de la humanidad, tiene que servir a propósitos de emancipación. Y es mi más férrea creencia que las religiones no son emancipatorias en tanto sus dogmas fomentan la sensación infantil de que hay un mundo dado.

En este video, le preguntan al cómico Stephen Fry qué haría si al morir llegara a las puertas del cielo y se diera cuenta de que todo lo que dice el cristianismo es cierto. Van algunos fragmentos de la respuesta:

“No quisiera entrar en sus términos [los de dios]. Ahora, si muriera y estuvieran los 12 dioses griegos sería distinto (…) [los dioses griegos] no hacían de cuenta que no eran humanos (…) no se presentaban como omnipresentes, totalmente sabios, completamente altruistas. Porque si este universo fue creado por un dios, este es claramente un maníaco egoísta. ¿Tenemos que pasar nuestras vidas de rodillas agradeciéndole? (…) Sí, el mundo es hermoso, pero también está lleno de cosas horribles que podría fácilmente no haber creado. No se trata solamente de no creer en dios, ponele que existe, ¿qué clase de dios es? Uno monstruoso que no se merece ningún respeto”.

La ciencia, como la adolescencia, es el proceso que nos vuelve responsables de las posibilidades de acción con las que contamos. No descubre el mundo, lo hace.

Te mando un beso enorme, a vos y a los docentes y cuidadores que te están acompañando,

Agostina

p/d: las refes de este news son de una de las bandas que sentía que hablaba de mí cuando era adolescente

p/d2: también te dejo esta canción, el himno de las tomas escolares durante las mías

Soy comunicadora científica. Desde hace tres años formo parte del colectivo Economía Femini(s)ta, donde edito la sección de ciencia y coordino la campaña #MenstruAcción. Vivo en el Abasto con mis dos gatos y mi tortuga. A la tardecita me siento en algún bar del barrio a tomar vermú y discutir lecturas con amigas.