Hay plata: aumento para diputados y senadores en la previa de la rediscusión de la Ley Ómnibus

ADELANTO EXCLUSIVO. Los legisladores nacionales recibieron un aumento del 30% que Menem y Villarruel buscaron mantener en secreto. Milei ofrece reponer Ganancias pero la UCR se niega a votarlo y a cambio pide aumentar las jubilaciones.

El Gobierno dispuso un aumento del 30% para senadores, diputados y autoridades del Congreso. Lo hizo en la antesala de la discusión por el DNU 70/23 y mientras busca la reapertura del debate por la Ley Ómnibus, dos textos que parecían tener la suerte sellada y vieron cambiar su destino en los últimos días, para alivio del presidente Javier Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo.

Fueron los propios legisladores nacionales (un diputado, una diputada y un senador) los que confirmaron a este medio que el aumento fue efectivamente otorgado. Aquí, en exclusiva, te mostramos los recibos que evidencian un incremento del 29,92% entre enero y febrero.

AUMENTO. En la comparación de la dieta entre enero y febrero se registra un aumento del 29,92%.

La decisión, llamativa en un gobierno nacional que considera al Congreso un “nido de ratas” y que asegura (a contramano de la evidencia) que el ajuste lo está haciendo la clase política, se complementa con la designación de Federico Sharif Menem, de 23 años, con un sueldo de casi dos millones de pesos mensuales. “Es la persona en la que más confío, mis ojos, mi sombra, está en todos lados”, explicó ayer al respecto su tío Martín.

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En este contexto, el panorama en el Parlamento para el oficialismo no es el mismo hoy que hace un mes, cuando abruptamente caía la Ley Ómnibus. Tampoco es el mismo que hace una semana, cuando la oposición en el Senado estuvo a dos voluntades de lograr forzar una sesión para rechazar el mega DNU. El llamado al diálogo y la oferta del Presidente de abrir la billetera tuvieron impacto en los gobernadores. “La semana pasada nos faltaban dos para el quórum. Mientras no tengamos eso es difícil avanzar, porque Villarruel lo sabe y por eso no convoca la sesión”, explican en el peronismo en la Cámara alta. El panorama para la Casa Rosada pasó de malo a incierto.

Las manos que le faltan al peronismo para empezar el caminito de voltear el mega DNU responden a gobernadores o líderes provinciales que están negociando con el Gobierno, aseguran. “Públicamente critican el DNU y después pasan por lo de (el ministro del Interior, Guillermo) Francos a cobrar”, se lamentan en un despacho kirchnerista. El escenario, de todas formas, no está cristalizado ni mucho menos. Ayer mismo, Hacemos Coalición Federal (el bloque de Miguel Pichetto, Emilio Monzó y la Coalición Cívica) pidió sesión en la Cámara baja para atar las jubilaciones al IPC y aumentar además esos haberes 20,6% extra por la inflación de enero. Si logra sumar a Unión por la Patria y al radicalismo, el Poder Ejecutivo estará en problemas.

La incertidumbre, de todas formas, alcanza a todos los espacios políticos. El peronismo aparece por ahora abroquelado, tanto en Diputados como en el Senado. Cohesión que los camporistas le atribuyen al criticado cierre de listas de Máximo Kirchner. Y si bien sólo se escaparon de ese esquema los tucumanos, en varios sectores del espacio hay quienes miran con recelo los últimos movimientos del catamarqueño Raúl Jalil, que el viernes fue el único peronista (además de Osvaldo Jaldo) en bienvenir con efusividad el llamado al Pacto de Mayo.

La UCR, dividida desde el cambio de gobierno, sintió el impacto de las listas de traidores publicadas por Milei. El efecto disciplinador fue reforzado el viernes, en el discurso de apertura de sesiones. Un conocedor de los despachos radicales lo resume con ironía: “Están todos regalados. Los quebró el viernes. Es el llanto de (Rodrigo) De Loredo en modo expansivo”. De todas formas, también por ahora, el posicionamiento político del bloque es no votar a favor de la zanahoria que el Gobierno blande ante los gobernadores para lograr la Ley Ómnibus: la reinstalación del Impuesto a las Ganancias a los trabajadores. Ese tributo, que se coparticipa 70–30, significaría una entrada de dinero importantísima para las provincias. Pero, aun así, parece que al Gobierno le va a costar conseguir los votos.

El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, le puso palabras a ese escenario. “Tengo muchas dudas con eso”, dijo. “Hubo un ajuste importante y sectores medios y bajos no la están pasando bien, con el aumento de tarifas, quita de subsidios, congelamiento de salarios, tenemos que discutir cuáles son las categorías”, advirtió ayer. Pullaro le contraofertó a Francos que quienes tienen bienes en el exterior y más ingresos paguen un impuesto por única vez para enfrentar la crisis. La Casa Rosada empezará el viernes a testear el clima, cuando Francos, Caputo y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, reciban a la primera tanda de gobernadores.

Quien también piensa alternativas para que las provincias recuperen algo de lo perdido desde el 10 de diciembre es la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. En sus análisis de la actual coyuntura política y económica, el tema es central. “No sé qué están esperando los gobernadores. La única respuesta posible en este escenario es bajar el decreto 70/23”, repasa ante quienes frecuentan el Instituto Patria. Muy activa políticamente, con la convicción de que el peronismo debe contraponer al oficialismo actual una coalición lo más amplia posible “con todo el que quiera construir un país industrial y con clase media”, Cristina cree que los mandatarios provinciales deberían unir fuerzas en el Congreso no sólo para rechazar el mega DNU sino también para reemplazar los fondos que el Poder Ejecutivo les quitó. ¿Cómo? Forzando la coparticipación del Impuesto PAÍS (que aumentó exponencialmente su recaudación, a contramano de la tendencia general, debido a la devaluación) y la reinstalación del Fondo Federal de la Soja.

El dato que la asombra y alarma por estos días es la caída de la recaudación (que febrero contra febrero fue de 11 puntos descontada la inflación, según el IARAF). “Los gobernadores deberían estar haciendo las cuentas”, avisa.

Cristina coincide con el Presidente respecto del futuro inmediato. Milei ha dicho que estos dos meses serán los más duros. Ella asiente: “Lo peor todavía no llegó”. Ve en la dolarización un proceso difícil de revertir, pero no imposible: “Los argentinos somos capaces de todo, hasta de tumbar la moneda de reserva de los Estados Unidos”, ironiza, convencida además de que es necesario instalar discursivamente la posibilidad de una salida si Milei, como ella cree, dolariza. “Es que si no dolariza se le cae todo”, reflexiona en la intimidad del Patria.

La ex presidenta cree que los gobernadores deben asistir a la convocatoria al diálogo del mandatario, aunque cada uno debería hacerlo con sus propuestas. Ayer, de hecho, la provincia de Buenos Aires se encargó de aclarar que Axel Kicillof participará de esa conversación si es efectivamente una “reunión de trabajo”. Cristina habla con Axel a diario. Entre sus contactos frecuentes también están los gobernadores Ricardo Quintela y Gerardo Zamora, Sergio Massa y una sorpresa: Jorge Yoma. A Milei le reconoce franqueza y audacia. “¿Cómo no va a tener audacia? No tiene nada que perder. No tiene historia, ni partido político, ni hijos”, analiza para matizar la concesión.

¿Existen los arrepentidos de Milei? La consultora Trespuntozero detectó algunos, pero en un número no demasiado significativo. Según el último estudio que publicaron, Milei perdió 5 de los 55 puntos que sacó en el ballotage. La lectura de Cristina coincide con ese resultado. “Está hace doce semanas, nada más. Nadie tiene una desilusión tan grande en tan poco tiempo”.

Es periodista, licenciada en Comunicación Social. Conduce el noticiero central del canal IP. Es docente titular de la cátedra Televisión en la Facultad de Ciencias Sociales de la UNLZ. Es autora de El Otro Yo, la biografía de Nicolás Caputo (Planeta, 2017).