¿Hasta cuándo?

Hola, ¿cómo estás? Espero que llevando esto lo mejor posible. Acordate: evitá la exposición excesiva a noticias y buscá información de fuentes oficiales. Hoy es el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia y por una cuestión comunitaria lo vamos a […]

Hola, ¿cómo estás? Espero que llevando esto lo mejor posible. Acordate: evitá la exposición excesiva a noticias y buscá información de fuentes oficiales. Hoy es el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia y por una cuestión comunitaria lo vamos a recordar cada uno y cada una desde nuestras casas. Atravesamos una situación muy difícil, pero transitoria: también esto pasará.

Argentina

Ayer a la tarde el gobierno anunció la creación del Ingreso Familiar de Emergencia de $10.000 por única vez –por ahora– para asalariados y cuentapropistas informales, trabajadoras de casas particulares y monotributistas A y B. Este universo, que contiene a 3,6 millones de hogares, es compatible con la AUH, pero no con que en el grupo familiar haya alguien que perciba ingresos por jubilación o empleo formal. El marco que utilizó el Gobierno para orientar la política es que la tasa de pobreza en los hogares elegibles con estos criterios es de alrededor del 70%. En cambio, en la de los hogares que quedan afuera del programa es de alrededor del 20%.

Según explicó Daniel Schteingart, en la población destinataria del programa la posibilidad del teletrabajo es prácticamente nula. De acuerdo a la Encuesta de Condiciones de Empleo, Trabajo, Salud y Seguridad, la probabilidad de teletrabajar es mucho mayor en personas formales y de alto nivel educativo. Las ocupaciones con mayor porcentaje de teletrabajo son analistas de sistemas, investigadores de CyT y becarios, directivos de empresas, profesores universitarios, consultores o asesores. Casi todas estas tareas son realizadas por el 30% de mayores ingresos. Por el contrario, las ocupaciones con nulo porcentaje de teletrabajo son peones rurales, encargados de edificios, mozos o ayudantes de cocina, trabajadoras de casas particulares y feriantes. Son rubros de una enorme informalidad y buena parte de ellos quedan cubiertos con el Ingreso Familiar de Emergencia excepto, naturalmente, el de encargados de edificios.

Si bien la prioridad de la Casa Rosada es la cuestión sanitaria, nadie quiere descuidar la seguridad y, por lo tanto, la contención social. Desde allí pueden entenderse las medidas anunciadas por Martín Guzmán y Claudio Moroni. Lo mismo ocurre en la Provincia de Buenos Aires donde el apuro por completar los hospitales que había abandonado la gestión anterior en zonas como La Matanza se complementa con la coordinación para el reparto de bolsones de comida.

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Respecto a la seguridad, hubo descontentos de intendentes bonaerenses con el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, porque retiró algunos policías en distritos donde no estaban realizando tareas que el funcionario consideraba vitales. “Los policías, igual que los médicos, se cansan o se enferman y necesitamos reservas: los estoy guardando para cuando haya bajas”, fue la respuesta castrense del médico y militar encargado del área más sensible que tiene hoy el gobierno de Axel Kicillof.

#QuedateEnTuCasa

En cuanto al acatamiento, “en el conurbano profundo fue de 85/90%” según uno de los dirigentes que acompañó a Alberto Fernández en su recorrida. “Es menor que en la Ciudad, pero más alto del que esperábamos, hasta el momento la gente parece haber tomado conciencia”. La referencia temporal no es fortuita. Atentos a las experiencias internacionales, tanto el oficialismo como la oposición saben que lo peor está por venir. Hasta el momento, Argentina está registrando la mitad de confirmados que Italia en el mismo lapso de tiempo si tomamos como día 1 el caso número 100 –79 en el caso de ambos países– que es el acuerdo de los epidemiólogos. Sin embargo, está en el promedio de los países que duplicaron sus positivos cada tres días.

El objetivo de la cuarentena que con certeza se va a extender primero hasta mediados de abril y luego, mínimo, hasta fin de ese mes, es que la curva en algún momento comience a achatarse y eso depende casi exclusivamente del cumplimiento de la cuarentena. ¿El objetivo? Ganar tiempo hasta que aparezca un tratamiento farmacológico. Según los papers especializados ha habido ensayos bastante satisfactorios en países como Alemania o Estados Unidos aunque los más optimistas no ubican su nacimiento hasta dentro de 60 o 90 días. A armarse de paciencia.

Alberto, Horacio y los testeos

Otro de los ítems que trajo controversia esta semana fue la capacidad de detección del coronavirus por parte del Estado argentino que hasta el fin de semana testeaba en términos reales la mitad que los Estados Unidos y similar a la media mundial. No sólo esa herramienta ya se descentralizó a otras provincias sino que la República Popular China enviará un total de 50 mil kits para acelerar el proceso de búsqueda.

Una situación particular respecto a esto se dio en redes sociales donde un escritor y un teólogo, ambos del riñón de Marcos Peña, criticaron el manejo oficial ante la pandemia mientras la política en su conjunto –tan agraviada en diversas ocasiones– se encolumna detrás de una pelea común demostrando estar a una altura que, esperemos, replique la sociedad civil. Los comentarios de los ex funcionarios, uno de ellos en su momento con despacho en Casa Rosada, podrían abordarse desde los datos: según los informes de ejecución presupuestaria que mostró Noelia Barral Grigera en el programa Brotes Verdes, la gestión de Mauricio Macri bajó a la mitad el presupuesto del Instituto Malbrán -donde se hacen los testeos- y a un tercio los sueldos de su personal.

Sin embargo, uno de los motivos que puede tener inquieto al peñismo y que se traduce torpemente en los tuits antes mencionados es el crecimiento silencioso de Horacio Rodríguez Larreta como referente opositor. Conocedor como nadie de la botonera de la Ciudad y más a gusto de gestionar esta crisis con Fernández de lo que hubiera estado con Macri, el jefe de Gobierno se posiciona como un líder al que puso en ese lugar su capacidad de trabajo y espera, pero sin dudas la coyuntura local y global.

A pesar de esto, el riesgo que une al Presidente y a Larreta es el resultado final de la gestión de crisis. Si bien Alberto aclara que los casos van a crecer y que muchos argentinos van a perder la vida, su tono calmado y en control de la situación puede confundir a un sector de la sociedad que tal vez se vea sorprendido cuando la pandemia derive en pandemónium. Si bien es cierto que el jefe político de María Eugenia Vidal no emite por fuera de anuncios oficiales, su suerte –hasta el momento– parece estar atada a la del Presidente. Por lo pronto, el administrador capitalino tiene una preocupación más inmediata: la Ciudad de Buenos Aires tiene más de 108 mil jubilados que superan los 80 años. El doble, en esa franja etaria, que La Matanza.

La danza del stock

Endurecer los controles para evitar “vivos” fue una de las primeras directivas del Presidente a sus funcionarios. “Empiecen por las grandes”, dijo. Así fue como entre AFIP y secretaría de Comercio hicieron relevamientos en domicilios de la empresa Farmacity –incluso el fiscal, donde se negaron por tres horas a recibir la orden de inspección– y detectaron, entre otras cosas, faltantes de un alcohol en gel que estaba, según las revistas de la cadena farmacéutica, en promoción 2×1 hasta el 23/03.

A través de una denuncia anónima, los funcionarios de línea de la DGI dieron con un depósito que la compañía tiene en el barrio porteño de Chacarita, pero que al llegar al lugar y según manifestó el encargado de seguridad, iba a estar cerrado hasta mañana. Grande fue la sorpresa cuando unos minutos después salía del galpón un camión que transportaba un cargamento del producto faltante. No fue la única: al ingresar al depósito, los inspectores se encontraron con 9 mil unidades del ansiado artículo.

“El stock que estaba en el depósito es el que luego se distribuye a las 250 farmacias. Debido a la creciente demanda cada vez que se reponen los productos más requeridos, estos son inmediatamente adquiridos. Se trata de productos elaborados por proveedores independientes. El proceso de distribución es dinámico, lo que llega, se distribuye”, explicaron voceros de la compañía ante #OffTheRecord.

El alcohol en gel, efectivamente, luego de la inspección llegó a las góndolas. No era, sin embargo, el que estaba en promoción 😔.

¿Y el Mundo en qué anda?

Aunque todavía no las conocemos, la crisis por el COVID-19 va a tener, sin dudas, consecuencias globales que van a exceder las enormes dificultades económicas que se avecinan. Pero aunque sea difícil, no hay que encandilarse aún: lo que hoy mismo parece una certeza, mañana podría desvanecerse, y tanto las herramientas disponibles, como las complicaciones posibles, aparecen plagadas de matices.

Un buen ejemplo de esto es la situación de China. Al comienzo del brote, algunos observadores hablaban del Chernobyl del Partido Comunista y aventuraban un declive irremediable del modelo de capitalismo oriental. Dos meses después, China es un ejemplo de contención de la enfermedad, con la curva de casos casi completamente aplanada e intentando retomar la normalidad, mientras sus científicos dan consejos sobre como deben cumplirse las medidas sanitarias extremas. Contrariamente a lo que se suponía en un principio, China parece salir políticamente fortalecida, mientras intenta recuperarse del impacto económico y despliega un renovado soft power alrededor del mundo, en forma de ayudas y consejos para superar la crisis en occidente. Mientras tanto, países democráticos como Israel y Corea del Sur incorporan herramientas de vigilancia masiva de sus ciudadanos.

Pase lo que pase, una cosa es segura: el mundo posterior al COVID-19 no va a ser el mismo. Aún si al final del día sólo significara una acentuación de las tendencias existentes, su profundización aparece tan marcada que la desnaturaliza. Si la crisis financiera de 2008 dio pie a la creación del G-20 como instancia de coordinación entre líderes, este coronavirus trae casi exclusivamente respuestas y estrategias nacionales. La competencia geopolítica se expresa incluso en la búsqueda del prestigio que traería la aprobación de la primera vacuna o tratamiento eficaz que, más allá de los datos compartidos por científicos de todas partes que posibilitan los desarrollos, no será visto como logro de la humanidad sino del país que llegue primero.

Los estados nacionales aparecen fortalecidos. La falta de coordinación de la respuesta mediante instituciones globales e incluso regionales deja claro su lugar como máxima forma de organización humana relevante en un mundo anárquico. Mientras las necesidades derivadas de la paralización parcial de la actividad humana permiten a los estados gastar sin pensar en límites y constreñimientos como el déficit fiscal, el miedo de la población a la propagación de la enfermedad minimiza hasta la insignificancia el lugar de valores como la privacidad, la autonomía o la libertad de circulación frente al despliegue de la autoridad pública.

Las realidades caóticas y trágicas en Italia y España, desbordadas y abandonadas en su capacidad de respuesta, la propagación del virus por todo el continente y medidas como el cierre del parlamento en Hungría, dan testimonio de la incapacidad de las instituciones europeas de proveer a una respuesta común y adecuada.

Los Estados Unidos, por su parte, aparecen expuestos por la respuesta de Donald Trump, minimizando riesgos e impactos del brote, por las insuficiencias e inequidades del sistema de salud y por las disfuncionalidades del sistema político. El lugar de su liderazgo global, en tiempos de America First, se evidencia en la noticia, difundida por las autoridades alemanas, que el gobierno norteamericano buscaba para sí el monopolio de un eventual tratamiento y que para eso buscaba hacerse con el control de una firma alemana cuyos desarrollos aparecen promisorios.

Como en el caso chino, todo puede cambiar de un momento a otro. La capacidad del estado norteamericano para gastar, con las tasas de interés en cero, no tiene casi límites en la práctica, y la crisis confirmó la preeminencia del rol del dólar como divisa global. Una acción decidida del gobierno estadounidense que además termine siendo exitosa, no debería descartarse.

Ayer la Fed anunció que va a intervenir adquiriendo bonos soberanos del tesoro estadounidense de manera ilimitada para proveer dólares al sistema, pero eso no es todo. También va a adquirir bonos corporativos y créditos de particulares para dar apoyo a pequeños comerciantes y consumidores. Una intervención monetaria gigantesca, de cientos de miles de dólares que se dará al margen del paquete de estímulo fiscal que se negociaba en el Congreso estadounidense y podía alcanzar la cifra de 2 billones (si, millones de millones) de dólares.

Del lado europeo, la intervención de su Banco Central, con compras masivas de bonos sobre el final de la semana, es lo que permitió que la crisis sanitaria y económica no represente, para Italia, España o Grecia, un riesgo de crisis de deuda similar al de Argentina o el de la propia Grecia hace unos años. La institucionalidad continental, como dijimos, aparece comatosa pero, de despertar, su potencialidad no debería desestimarse.

Bonus track

  • La gestión de la crisis del coronavirus en Brasil, a cargo de Jair Bolsonaro, es un experimento criminal que puede traerle consecuencias graves a nuestro país. Y ayer ocurrió uno de los episodios más curiosos hasta el momento:

Periodista– ¿Por qué fueron orientados a no usar máscaras hoy si utilizaron la última vez? ¿Qué cambió en el protocolo?

Ministros– (Largo silencio)

Locutora– “Vamos para la próxima pregunta”.

¿No me crees? Miralo vos mismo.

  • “Tienen mucha más plata que nosotros.” La frase, en tono de reclamo, la repitieron varios intendentes del Gran Buenos Aires, incómodos con la –dicen– cantidad de recursos que le destina a los movimientos sociales la secretaría de la Economía Social en comparación a las herramientas que reciben los jefes comunales.
  • “Es el momento de declarar la cesación de pagos.” La frase, otra vez, fue dicha por un Rodríguez Saa –en este caso Alberto a su tocayo nacional– en la reunión del jueves a la noche en la Quinta de Olivos. “No, es el momento de arreglar”, fue la respuesta del Presidente que recibió con mucho entusiasmo el comunicado del FMI sobre la potencial quita y los plazos de la deuda argentina.


La recomendación de hoy es Los plebeyos, de Marta Lopetegui.

Ojalá hayas disfrutado de este correo tanto como yo. Estoy muy agradecido por tu amistad que, aunque sea espectral, para mí no tiene precio.

Iván

Es director de un medio que pensó para leer a los periodistas que escriben en él. Sus momentos preferidos son los cierres de listas, el día de las elecciones y las finales en Madrid. Además de River, podría tener un tatuaje de Messi y el Indio, pero no le gustan los tatuajes. Le hubiera encantado ser diplomático. Los de Internacionales dicen que es un conservador popular.