Había otro Chile

Con la Convención Constituyente, comenzó una nueva etapa democrática en el país trasandino. Además, un sector de Brasil sale a la calle a pedir el impeachment de Jair Bolsonaro, ¿es posible que avance el proceso de juicio político contra el mandatario? Y, por último, se profundiza el avance talibán en Afganistán.

Buen día, ¿cómo estás? 

Primera semana de trabajo para la Convención Constituyente en Chile. La elección de la representante mapuche, Elisa Loncon, como presidenta de la Convención marca el comienzo de una nueva etapa democrática en el país.

En Brasil, después de una semana sacudida por las denuncias de corrupción contra el gobierno federal por la compra de las vacunas, la posibilidad de un impeachment contra Bolsonaro retoma el centro de la agenda política. ¿Cómo impacta este elemento en la política brasileña? Una charla con Oliver Stuenkel, profesor de la Fundación Getulio Vargas en San Pablo, nos ayudará a entenderlo.

En Afganistán ganan terreno los talibanes después del comienzo del retiro de las tropas estadounidenses. 

Empezamos.

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Había otro Chile 

Había otro Chile. También capaz de tomar decisiones. Lo veníamos viendo en las protestas de estos últimos años y en los últimos resultados electorales. Pero terminó de quedar claro ayer: Elisa Loncon Antileo fue electa presidenta de la Convención Constituyente, el organismo que se encargará de redactar la nueva Constitución.

Loncon es una de las 17 representantes de los pueblos originarios. También es doctora en Lingüística, ambientalista, una mujer con perspectiva de género, sin trayectoria partidaria y, sobre todo, con un fuerte liderazgo dentro del pueblo mapuche. 

En la tarde del domingo, después de conseguir los votos necesarios para asumir la presidencia, se acercó con una bandera mapuche al micrófono y dio sus primeras palabras en mapudungun. Recién después, comenzó en español. Dijo que la nueva Convención llega para cambiar la historia del país.

“Estamos instalando aquí una manera de ser plural, democráticos, participativos. Por eso, esta Convención transformará a Chile en un país plurinacional, intercultural, que no atente contra los derechos de las mujeres, un Chile que cuide a la Madre Tierra”. Escuchá el discurso completo, acá

El cargo de presidenta de la Convención Constituyente es importante “no solo por lo simbólico de presidir la primera Convención democrática, paritaria en género y representación de los pueblos indígenas en Chile, sino porque es la persona encargada de dirigir las sesiones, las reuniones y eso tiene mucho peso en el proceso”, me explica Pamela Figueroa, coordinadora del Observatorio Nueva Constitución.

También le pregunté a Pablo Borquez, asesor de uno de los 155 representantes constituyentes, cuánto peso tiene la presidencia. “El papel de la presidencia dentro de la Convención es llegar a acuerdos pero también imponer una voz en caso que la discusión se bloquee. Es significativo que Loncon haya sido electa presidenta porque representa la emergencia de un Chile postergado, en este caso, el de los pueblos originarios, con quienes el Estado Chileno tiene una deuda histórica en el respeto a los derechos humanos, reconocimiento, cosmovisión, trato, pero también territorio”, analiza Pablo.

Si bien en las primeras horas de ayer se dieron algunos choques con un grupo de personas que había querido acompañar el ingreso de los constituyentes al Congreso, Pamela cuenta que el clima social en Chile, en este momento, es “tranquilo y esperanzador». «La incorporación de nuevos actores sociales y políticos va a ser bueno para la legitimidad democrática”, agrega.

A casi dos años de las protestas en Chile, la Convención Constituyente ya es un hecho. Fueron necesarios varios meses de manifestaciones para que un sector de la sociedad chilena, poco visible y excluido de los espacios de poder, pasará a ocupar el centro de la escena política.

Esta será la primera semana de un proceso que durará nueve meses. Después de la redacción, a mediados de 2022, los chilenos votarán en un nuevo plebiscito para aprobar o rechazar el nuevo texto constitucional que salga de esa Convención.

Pablo sintetiza la agenda constituyente de esta semana en algunos puntos clave. En primer lugar, tendrán que definir el reglamento interno, también la conformación y la posibilidad de ampliar la mesa directiva para asegurar las mayor diversidad política y, en tercer lugar, deberán evaluar el presupuesto destinado a las tareas de la Convención. Por último, definirán los mecanismos de participación de la ciudadanía, esto significa discutir la forma de abrir la Convención al pueblo de Chile. 

Todo lo que sigue es terreno desconocido. Los procesos Constituyentes, cuando nacen empujados desde abajo, no suelen ser escenarios previsibles, sino más bien todo lo contrario. 

La amenaza del impeachment contra Bolsonaro

El sábado pasado, miles de personas volvieron a tomar las calles, por tercera vez en un mes, para pedir que avance un juicio político contra el presidente de Brasil. Esta nueva etapa del reclamo llega después del anuncio de un súper pedido de impeachment y de la emergencia de denuncias por supuestos sobreprecios en la compra de vacunas.

Hablé con Oliver Stuenkel, profesor del Fundación Getulio Vargas en San Pablo, para preguntarle cuán cerca o no está Brasil de concretar este nuevo pedido de juicio político y cómo incide este elemento y la vuelta del expresidente Lula en la escena política. 

-¿Pensás que es posible que avance el pedido de impeachment?

-Pienso que las manifestaciones que estamos viendo, el escándalo de corrupción, la economía complicada y el mal manejo de la pandemia complican a Bolsonaro pero no creo que estemos cerca de un impeachment. Eso dependerá de la evolución de las manifestaciones y también del apoyo del centrão [partidos de centro derecha en el Congreso que garantizan la gobernabilidad al presidente] que todavía conserva. 

-¿Cómo creés que impacta el debate sobre el impeachment en la política brasileña?

-Mirá, el impeachment es un proceso que, si avanza, termina por tomar centralidad en el debate público y estamos muy cerca de las elecciones. No creo que la élite política brasileña quiera habilitar un proceso cuando falta sólo un año para las elecciones. Cuanto más nos acercamos a las elecciones veo menos probable que avance el pedido de impeachment. 

-¿Pensás que un impeachment contra Bolsonaro puede beneficiar al PT?

-No creo que al PT le sirva. Desde el punto de vista electoral, sería mucho mejor para ellos tener a Bolsonaro como candidato. Para Lula, Bolsonaro es un adversario mucho más fácil que un candidato de centro, como por ejemplo João Doria. 

-¿Qué elementos se necesitan para que pueda avanzar el pedido de impeachment?

-Tiene que haber una crisis económica, sostenidas manifestaciones masivas en las calles, casos de corrupción, un nivel de aprobación que esté cerca del 15% y algún movimiento por parte del vicepresidente, Hamilton Mourão. En el caso de Bolsonaro, esto último no pasa y todavía tiene un cuarto de la población que lo apoya. 

-¿Sería bueno para Brasil una nueva destitución de un presidente?

-Pienso que avanzar con otro impeachment implicaría un costo grande para el país. Pero, al mismo tiempo, creo que estamos en una situación muy peligrosa desde el punto de vista democrático. Cada día que Bolsonaro gobierna aumenta el riesgo de una ruptura democrática. Pienso que el costo de mantener a Bolsonaro como presidente, sumado al riesgo de que no reconozca el resultado de las elecciones de 2021, es más grande que el de avanzar con un impeachment. 

-¿Pensás que un impeachment contra Bolsonaro podría terminar por beneficiarlo?

-Tal vez lo mejor para debilitar al bolsonarismo sea derrotarlo en las elecciones de manera decisiva antes que avanzar con un impeachment. Eso puede ser usado por el presidente para acrecentar las teorías de la conspiración y decir que existe una organización en su contra.

-¿Cómo creés que impactó el regreso de Lula en el escenario político de estos últimos meses?

-El regreso de Lula lo veo como positivo. Siempre estuvo la sensación de que su condena tenía elementos políticos, que el juez Sergio Moro actuó de manera parcial. Por lo tanto, tiene el derecho a presentarse como candidato. Pero, además de eso, me parece saludable que en esta situación Bolsonaro tenga un candidato opositor fuerte. 

-¿Creés que la vuelta de Lula condiciona este último tramo de gobierno de Bolsonaro?

-Sí, Bolsonaro le tiene miedo a Lula. Eso se nota. 

-¿Cómo ves una elección Bolsonaro vs Lula?

-Sin lugar a dudas, ese escenario profundiza la polarización. Pero para mí no es un problema porque no son dos polos comparables. No es la extrema derecha contra la extrema izquierda sino un candidato de centro izquierda con otro de extrema derecha. Lula busca posicionarse como un candidato no radical. 

-¿Cuántas posibilidades ves de que Bolsonaro pierda la elección?

-Creo que, por primera vez desde el inicio de la presidencia de Bolsonaro, podemos imaginar un escenario en el cual el mandatario pierda las elecciones. Antes de la vuelta de Lula no había ningún candidato que pudiera hacerle frente. 

Avanzada talibán en Afganistán

Desde que el gobierno de Estados Unidos anunció el retiro de sus tropas, después de dos décadas en combate, el control talibán del territorio afgano es cada vez más fuerte. ¿Dónde estamos parados hoy?

Dimensión territorial. Los talibanes controlan hasta el momento unos 80 de los 407 distritos de Afganistán. Ya son cinco de veinticuatro, las provincias que están siendo amenazadas. 

Bagram. La base aérea de Bagram era el núcleo de la campaña de Estados Unidos en Afganistán, el lugar desde donde digitaba sus operaciones más importantes. El viernes, Washington cedió el control. 

Un poco de contexto. Desde mediados de la década del noventa, Al Qaeda plantó su base en Afganistán de la mano de Osama Bin Laden. Al Qaeda pudo operar desde ahí gracias a la protección que recibía del gobierno talibán. Los talibanes habían tomado el control de todo el país en 1996, después de la retirada del Ejército Rojo soviético, que desató una profunda guerra civil. Después del ataque de Al Qaeda a las Torres Gemelas, en 2001, que terminaron en la invasión militar de Estados Unidos en Afganistán, los talibanes perdieron el control del país hasta estos días. 

Hasta acá llegamos por hoy.

Nos vemos la próxima semana, 

Ayelén

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Soy periodista especializada en política internacional. Estudié Ciencia Política (UBA) y tengo un máster en Periodismo (UTDT). Viví un tiempo en Caracas, Madrid y Londres. Co-conduzco la Edición Internacional del noticiero de TV Pública y soy columnista en la semana en la Edición Central. Produzco y conduzco el podcast de análisis político de la revista Nueva Sociedad y escribo en distintos medios como Le Monde Diplomatique. Tengo tres obsesiones políticas: Bolivia, Brasil y Venezuela.