Guzmán y el Lobo

Los riesgos para la vuelta. El ministro de economía y el deporte.

Hola, ¿cómo estamos?

Onel Hernández subió una foto de Fidel Castro pateando una pelota y escribió El Jefe. Aunque el delantero del Norwich –equipo que juega en la Championship– mantiene diferencias con el gobierno cubano porque, por densidades burocráticas, le niegan su chance de jugar en la selección, le pareció atinado publicar un archivo histórico en sus redes sociales. Automáticamente, recibió mensajes como: “Perdiste mi respeto como persona”. El gusanismo se puede poner áspero dentro y fuera de la virtualidad. Al día siguiente, intentó limar asperezas: “Mi gente, no quise ofender a nadie con esta foto, que me gustó porque muestra que Cuba no es ajena al fútbol. La política es muy complicada y yo soy un deportista, no un político. Quienes me conocen saben que amo a Cuba y su pueblo”. En un fenómeno muy particular, los futbolistas de la liga inglesa atraviesan un año de mucho pronunciamiento y compromiso. La imagen que posteó vale más que todas estas palabras:

La ansiedad: la secuela de la pandemia

El planteo surgió del cuerpo técnico de Boca ante la pregunta sobre a qué es lo que más le temen: “La ansiedad. Hay chicos que hace cuatro meses que ni siquiera se ponen botines. Van a querer llegar y hacer todo a la vez”. Querer excluir al futbolista de la condición de ser humano es un imposible, aunque las publicidades los dibujen como superhéroes. Cómo trabajar con la adrenalina social sin lastimar las piernas ha consumido la cabeza de entrenadores –también– ansiosos. Invité a algunos entrenadores, de Primera y de otras divisiones, a que reflexionaran al respecto. La pelota va para ellos.

Sebastián Beccacece, de Racing

“El tema emocional afecta lo que vamos sintiendo. La ansiedad es un estado emocional, generalmente, negativo. Porque vamos anticipándonos a esa amenaza que todavía no está presente y queremos vivirla desde antes. En caso de que esto se siguiera prolongando, todas esas situaciones hipotéticas de inseguridad sobre lo que va o no va a pasar va generando todo el tiempo ese estadío. Cada vez se hace mayor y más difícil de gestionar. ¿Y dónde descarga eso el futbolista? A través de la acción: en el entrenamiento o en la adrenalina de un partido donde se siente observado. Pasa mucho tiempo conviviendo con este estado emocional de incertidumbre, que le ocurre a cualquier ser humano, sumado a que la posibilidad de descarga en la actividad que ellos realizan es el cuerpo, a través del juego.Entonces, al aumentar esos niveles, se va generando una situación demasiado compleja que es muy difícil de manejar. Por eso, corren riesgo otras facetas como la salud emocional. A eso se le suma la complejidad de los jugadores más grandes que dudan de cómo estará su cuerpo. Todo eso es ansiedad.”

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Sergio Rondina, entrenador de Arsenal

“Después de estos 140 días fue mutando lo que es la ansiedad. Arrancamos la cuarentena pensando que a los quince días volvía todo a la normalidad. Se terminó un campeonato y, con eso, el 30 de junio se vencían un montón de contratos. Muchos de los chicos sabían que no iban a poder jugar juntos en una cancha. Pero a esa ansiedad tratamos de sobrellevarla con los entrenamientos vía Zoom. Los hacíamos todos los días de lunes a viernes por la tarde. Al terminar tratábamos de hablar con cada uno para ver cómo estaban en lo familiar. Se retomó devuelta con la mitad del plantel que había arrancado el año. Esto del regreso del 10 de agosto es como que ha cambiado el ánimo a todos. Más allá de que la vuelta va a ser progresiva, ya saber que vas al club, es un disparador para la cabeza. Es mejor que correr en tu balcón. Lo manejamos conectándonos todos los días. Me saco el sombrero ante los dos profes que cada día cambiaban la rutina para que no fuera aburrido”.

Pablo Riccheti, entrenador Santamarina de Tandil

“Cuando se cortó, hablamos con todos y les dijimos que creíamos que era muy difícil retomar las actividades antes del 30 de junio. Esa era una fecha clave porque muchos finalizaban su contrato. Íbamos a trabajar como si volviéramos al día siguiente. Hicimos un trabajo personalizado, el profe les pidió detalles de dónde estaban, qué condiciones tenían, qué materiales. Nosotros no tenemos opción de entregarles materiales así que intercedimos con el club y con el gimnasio donde entrenamos para que les llegara. Hicimos Zoom no para trabajar lo físico, sino para acompañarlos. Les preguntamos qué necesitaban. Les íbamos subiendo material futbolístico propio y de su posición. También libros o charlas. Siempre les remarcamos que estamos abiertos a lo que precisaran. Con los que la tenían más complicada hablábamos más seguido. Con los que estaban en familia menos. Tratamos de acompañarlos sin ponerles más obligaciones que las que solo tienen por ser profesionales, que es entrenarse. Nada de pedirles que manden registros de lo que hacían. Fue difícil. De todas formas, lo hemos manejado bastante bien. Los jugadores quieren volver, confían en nosotros, pero no solo por el laburo, sino porque sienten que no los abandonamos. Creo que la clave es que el jugador sienta que no lo abandonaste. Quizás ni lo necesitás en el equipo pero no lo abandonaste. Como persona no lo dejaste solo”.

Manuel Fernández, entrenador de Agropecuario

“No creo que haya un abordaje que garantice calmar la ansiedad de los futbolistas. Creo que el gran secreto está, como dijo Guardiola, en poder dar en la tecla justa y encontrar el traje a medida de cada futbolista para poder calmar su ansiedad. Por otro lado, me pregunto: ¿Cómo manifiesta el futbolista ansiedad? ¿Tomando malas decisiones? ¿Apurado en las mismas?

Sigo encontrando en el juego y en el análisis las herramientas que nos ayudan a jugar mejor y que también de manera indirecta ayudan a calmar la ansiedad. Es decir, la medicina entra por la interpretación del juego y genera anticuerpos contra la ansiedad.

Lo único que puedo vincular y que no pude experimentar, pero que lo vamos a hacer en cualquier momento para conseguir quizás esa receta más directa contra la ansiedad es el yoga. Tengo excelentes referencias y va a ser lo próximo que exploremos. Seguramente como cuerpo técnico para vivenciarlo y luego ver si lo bajamos a los futbolistas.

En pandemia, en donde quizás los niveles de ansiedad estuvieron más altos producto de la incertidumbre, consideramos que lo mejor era estar cerca de la persona y lejos del futbolista. Los llamaba todas las semanas para ver cómo estaban pero no les hablaba de fútbol si no de la vida, les recomendaba lecturas, series y películas, ver cómo estaba la familia. De a poco fuimos incrementando cada fase y de a poco la exigencia fue cada vez mayor para volverlos a conectar con la idea y con el proyecto”.

Delantero y del Lobo

Martín Guzmán quedó en el epicentro de las pupilas argentinas cuando esta semana cerró el acuerdo de deuda. Desde sus redes sociales, Gimnasia y Esgrima La Plata saludó al ministro de Economía y a Marcelo Delmar, representante del consorcio de acreedores privados. Meses antes de la apertura de la negociación, los dos mantuvieron una conversación que comenzó asumiendo el primer punto de coincidencia para una buena relación: ser triperos. Desde el Estado, el hijo de un histórico profesor de tenis en el club. Desde los bonistas, el hijo de Héctor Delman, presidente en cinco mandatos del Lobo. Factor nunca menor: Diego Maradona es su entrenador.

Desde ese dato podemos comenzar las historias y anécdotas deportivas del  discípulo del Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz:

  • Ricardo “Topo” Guzmán fue profesor de tenis en Gimnasia durante décadas. Sus hijos educaron el mismo deporte en el club. En la cancha 4, la que queda abajo de una de las tribunas del Bosque, de cemento, Martín empezó a destacarse en la raqueta. Su referente es Rafael Nadal e intenta jugar con el mismo estilo: ganar por poner una pelota más que el otro en la cancha. Es un jugador de fondo, lanzador de tiros cruzados con efecto. Haber aprendido en esa superficie lo preparó para defenderse en Nueva York, donde el US Open es la referencia.
  • Por su padre, se volvió hincha de Gimnasia. La adolescencia lo agarró con la magia del equipo de Timoteo Griguol. Guillermo Barros Schelotto era su ídolo. Para esos días, iba a la tribuna Centenario. Luego, se pasó a la platea. Ya vivía en Nueva York, estaba de pasada y su vuelo de regreso caía en el partido de vuelta de la histórica Promoción contra Atlético Rafaela, en julio de 2009. Lo vería un poco por tele y después se iría al aeropuerto. La ida, en Santa Fe, había salido 0-3. A los 43 minutos del segundo tiempo, los de Madelón ganaban apenas 1-0 y tenían dos jugadores menos. Toda la magia del mundo cayó sobre Franco Niell, metió dos goles y zafaron del descenso. Guzmán llegó sobre la hora al avión, pero seguro de que el Lobo se quedaba. El video es emocionante.
  • El descenso era una rampa segura para Gimnasia, en 2019, hasta que apareció Maradona. Guzmán llegaba al cargo de ministro de Economía, Diego visitaba a Alberto Fernández y él aprovechaba para llevarle una camiseta y una pelota para que se la firmara. El 10 fue el ídolo de toda la vida. Todavía en su familia recuerdan las dos horas que lloró cuando su madre entró al cuarto y le anunció, en 1994, que a Diego le habían cortado las piernas. El coronavirus suspendió los descensos en Argentina y, otra vez, zafaron. En los chats con los amigos, se dio manija con el rumor de la llegada de Ronaldinho al Bosque. Pero el brasileño continúa preso en Brasil.
  • De enganche o de delantero, con las medias bajas, Guzmán tiene una obsesión juegue donde juegue: saberse los nombres de los compañeros. Barrio Jardín se llama el equipo que comparte con su hermano. La nomenclatura es en honor a la zona popular de La Plata donde nació. Con esos colores, la leyenda cuenta que metió su mejor gol: en el predio La Selección, contra el Crisfa, el partido se moría con derrota por 2-1 cuando uno de los centrales de su equipo, en vez de salir jugando, detectó a lo lejos que el futbolista que sería ministro tiraba una diagonal de izquierda a derecha. Viajó el bochazo, él corría mirando para atrás, cayó cerca del área, el arquero venía saliendo, la agarró en el aire y la picó.
  • En el doctorado que hizo en 2012 en la Brown University brilló en un particular equipo del Departamento de Economía. Ser de los años avanzados obligó a sus integrantes a convertirse en un conjunto mañoso que pudiera lidiar con la juventud de los primeros grados. Viejos mañosos y nerds: nadie, por estereotipos, podía catalogarlos de candidatos. Guzmán, admiten sus compañeros, estaba por encima del nivel grupal. Se desempeñaba como centrodelantero, se asociaba con los demás y era el goleador del campeonato. En la final, contra un rival con cierta historia, iban perdiendo 1-0. El ministro encaró, un rival le pegó una patada, la pelota rebotó y entró. Se quedó tirado en el piso. Alguien llegó para festejar y él sollozó que se había roto. Le propusieron salir y su rostro adquirió su típica seriedad: “Mirá si voy a salir ahora”. Sobre el final, metió el gol del campeonato. Sin celebrar demasiado se fue al hospital. Los estudios le dieron doble fractura en el pie. Ese mismo día lo operaron.
  • En Estados Unidos, en la escuela de política y gobierno de Columbia, continuó sudando en el césped. Frecuentaba las canchas públicas de Riverside Park, frente al río Hudson. Esto es lo que dijeron sobre su estilo quienes allí lo vieron: “No es un jugador particularmente rápido, pero cuida muy bien la pelota. Le gusta pedirla para iniciar y crear hacia adelante”. En esta entrevista en Clarín, confesó que su bebida preferida es el agua. En consonancia con la vida deportiva que lleva, no usa ascensores, se ejercita en escaleras y, cuando puede, sale a correr.
  • En una entrevista en TNT Sports, Alberto Fernández confesó: “En la Quinta de Olivos jugamos el equipo de Casa de Gobierno contra los ministros. Tengo un duelo enorme con Guzmán, que es un extraordinario jugador de fútbol, pero hasta acá le vengo ganando. La primera vez que jugamos me hizo un gol de otro mundo, me pateó de afuera del área y la vi entrar en el ángulo. Desde ahí me agarró mucho odio porque no le dejé hacer un gol nunca más». 
  • En los picados en Olivos, compartió delantera con Maca Sánchez, futbolista de San Lorenzo y titular del Instituto de la Juventud. Así define a su compañero de ataque: “Es un jugador con talento, gambeteador, encarador. Es serio, no habla en la cancha, pero juega muy bien y es muy solidario con el equipo, siempre baja a recuperar cuando perdemos la pelota. Es de esos delanteros que juegan en equipo”. 

Entretiempo (anunciado por voz del estadio)

  • Rafael Nadal comunicó que no jugará el US Open: «Tras pensarlo mucho he decidido no participar este año. La situación sanitaria sigue muy complicada en todo el mundo con casos de COVID-19 y rebrotes que parecen fuera de control. Sabemos que el calendario de este año tras 4 meses sin jugar es una barbaridad».
  • El Ajax en Twitter tuvo que borrar una publicación machista en la que se estereotipaba el cuerpo de una mujer en la playa.
  • El fútbol femenino fue habilitado para recomenzar las actividades el próximo lunes. Todos los clubes, sin embargo, manifestaron no estar preparados para poder llevarlo adelante con los cuidados necesarios y pusieron como fecha tentativa el 9 de septiembre. La AFA mandó a hacer un relevamiento de las condiciones de las deportistas: el promedio da que 1 de cada 23 tiene auto propio para trasladarse. El resto deberá hacerlo en transporte público, algo que en abril había advertido Chiqui Tapia como un problema. El propio protocolo prohíbe ese movimiento: alguien deberá pagar los viajes privados. El 20 de agosto habrá reunión vía Zoom, quizás, para reprogramar la situación.

El reloj, Lerche y el juicio oral en Colón

Germán Lerche supo que estaba acabado el día en que un grupo de sabaleros se paró en la puerta del colegio donde trabajaba su pareja como maestra y repartió volantes a las madres y a los padres con los gastos de su tarjeta de crédito. El fin de semana, le habían roto el tabique a su hijo en un boliche. Unas semanas después, dejó su cargo. Ya le había pasado de ir a un supermercado y que la cajera le gritara: “A vos no te cobro ni en pedo”. Nunca más pudo caminar por el centro de Santa Fe. Al ex presidente de Colón, despreciado socialmente desde 2014 cuando su equipo se fue a la B, le llegó la hora que nunca le acontece a los dirigentes de fútbol: “El juicio será oral y público, y van a tener que ir», manifestó Ricardo Calvo Arrázola, el abogado que lleva el proceso de Colón en su contra. La principal causa que se investiga tiene como llave el uso de 1300 dólares de la tarjeta corporativa del club para pagar un departamento turístico.

Ya en 2012 tenía causas en la espalda: evasión fiscal y hechos delictivos en su Comisión Directiva. La primera, emitida por la AFIP. Desde ese año comenzaron los allanamientos a sus oficinas y a las de otros dirigentes implicados como Rubén Moncagata (ex vice), Carlos Marín (ex tesorero), Marcelo Maglianesi (ex secretario) y Osvaldo Pradolini (ex síndico). La fiscal Mariela Jiménez investiga, además, pases de jugadores vendidos en millones jamás bancarizados.

El impacto del descenso fue el detonante para que a Lerche se le cayeran los papeles. Un caso semejante al de Daniel Passarella, que está procesado por administración fraudulenta en River, en una causa que incluye gastos de crédito hasta en Disney. En su relación con la pérdida de la categoría, hubo dos acontecimientos ingambeteables: 

Hasta julio de 2014, cuando murió Julio Grondona, pocas cosas sucedían en el fútbol argentino sin el aval del mandamás de la AFA. En 2011, Lerche tuvo una etapa de muchísimo poder en la entidad con sede en Viamonte. Su cima aconteció en la Copa América 2011, cuando la Selección jugó dos partidos en el estadio Brigadier General Estanislao López –que él inauguró remodelado–. Tan arriba estaba que jugó una ficha para el circo: en un entrenamiento cerrado del conjunto de Sergio Batista, lo abrió sin aviso para el público, asegurando que la cosa se había desbordado. Fue en esa época en que una actitud del titular de Colón empezó a molestar mucho a Grondona: la presunción de poder.

Lerche era un abogado de clase media de Santa Fe. De joven, militó en la UCR y salió cuarto en un comicio para ocupar un cargo en el Concejo Deliberante. Lejos estaba de tener arcas acaudaladas y llegó a la presidencia de Colón luego de que José Vignatti, el hombre que ahora conduce la entidad y que lo había hecho entre 1992 y 2004, sugiriera no votar a ninguno de los otros candidatos. “En 2002 era un empleado del Concejo Deliberante que no tenía auto ni casa propia. Hoy vive en un country, paga Ganancias y maneja dos autos de alta gama. Sin embargo, asegura que desde que es presidente de Colón dejó de ganar plata. El pasivo del club supera los 100 millones de pesos”, escribió el periodista Nicolás Lovaisa, en el libro Mala Lerche.

Sus críticos aseguran que mucho no sabía de fútbol, pero su personalidad lo llevó a hacer cosas inesperadas, como contratar a Gabriel Batistuta como manager del club. Su deseo por vincularse con estrellas lo sacudió algunas veces: Bati andaba en su camioneta, con algunos amigos –uno de ellos relata esta anécdota– y recibió una llamada en altavoz del presidente que le dio una orden –que hizo estallar de risa a sus compañeros–. “Tenemos que traer a Samuel”, le indicó, a tan solo un año de que el defensor ganara la Champions League con el Inter. De la misma manera, se floreaba asegurando que Lionel Messi lo llamaba frecuentemente para consultarle sobre la actualidad sabalera. “Desde siempre digo que quiero ser, sin Messi, el Barcelona de Argentina y para eso laburamos”, declaró a la prensa.

Lerche sorprendió a aquellos que lo oyeron revelar que paraba en un departamento en Puerto Madero. O circulando en autos importados. Pero uno de sus hechos más insólitos, mientras presidía Colón, fue la desaparición de la Virgen de Guadalupe. El altar estaba en el club y unos jugadores, tratando de cambiarle el rumbo a las desgracias, la sacaron. Se les rompió. Lerche salió en el medio a cubrirlos, argumentando que estaba en restauración. 

La mentira siempre tiene patas cortas y eso le jugó una mala pasada: tras ser uno de los emblemas del AFA plus –un sistema para manejar el derecho de admisión en los estadios–, afirmó que su club tenía resuelto el problema de las barras bravas. El diario Clarín consigna que, en 2012, desde las arcas institucionales salieron 97 mil pesos para pagar las fianzas de 35 detenidos, en Asunción, tras una batalla con Cerro Porteño por la Copa Sudamericana.

La pregunta igual es por qué Grondona le soltó la mano a uno de sus alfiles. La frivolidad es la causa que se señala y hay un hecho que habría rebalsado el vaso: en una gira de la Selección, en la que Don Julio no estaba, una importante marca de relojes le regaló una edición limitada a la AFA. Nunca llegó a Viamonte. Según un testigo en el viaje, Lerche fue el último que la tuvo en sus manos. 

“Tengo el culo limpio, me molesta que me digan ladrón. La justicia demostrará mi inocencia”, fue la defensa pública que presentó. Lo próximo será en la Justicia.

Pizza post cancha

  • Juan Manuel Herebella ha dado múltiples clases de saberes durante la cuarentena. Su rol como ex jugador, médico y periodista es un aporte invaluable. Esta columna sobre las condiciones en las que regresa el fútbol me parece clave.
  • Ricardo La Volpe es un impulsor de una metodología de juego en el continente. Ya retirado de la profesión, esta entrevista con Mariano Verrina en Clarín vuela.
  • Espíritu Guerrero Editor reedita un clásico de la temática de juego como es Homo Ludens de Johan Huizinga. Este libro es –desde hace 80 años– consulta obligatoria para cualquier persona que quiera abordar la lúdica y el juego. Lo consiguen por acá.
  • El partido entre Sevilla y Roma fue una obra de arte de Ever Banega. A su tobillo ya le conté cerca de diez empuñaduras distintas para dar pases. Cuando termine la Europa League se irá a Al Shabab de Emiratos Árabes. Este clip de grandes momentos de su carrera son un placer.
  • La Coordinadora de Derechos Humanos del Fútbol Argentino hoy hará una entrevista abierta a Pedro Saborido, a las 19. Yo no me la perderé.

Esto fue todo.

Quizás no lo creas, pero este newsletter llevó más de cincuenta comunicaciones telefónicas. En Cenital se transpira la camiseta. Si se siente reflejado eso en las tribunas, acá pueden tirarnos un centro.

Abrazo,

Zequi

Soy periodista desde 2009, aunque pasé mi vida en redacciones con mi padre. Cubrí un Mundial, tres Copa América y vi partidos en cuatro continentes diferentes. Soy de la Generación de los Messis, porque tengo 29 y no vi a Maradona. Desde niño, pienso que a las mujeres les tendría que gustar el fútbol: por suerte, es la era del fútbol femenino y en diez años, no tengo dudas, tendremos estadios llenos.