Freno de mano

Fin de semana de reuniones con la interna del FDT expuesta a cielo abierto. Massa busca los votos en el Congreso para la ley que quiere Alberto. Larreta retrocede a medias.

¡Buen sábado! Mirá este sol. Qué hermoso día, a pesar de todo. 

Estoy muy contenta de estar escribiéndote, tenía muchas ganas de inaugurar este espacio entre vos y yo. Y encima un 1 de mayo. ¡Feliz día del trabajador y la trabajadora! Buen augurio.

Que sea fin de semana y feriado no implica que haya descanso en la Argentina para la política ni mucho menos. Ayer, cuando pensábamos que el gran conflicto que iba a tener que solucionar el Gobierno era la pelea con la Ciudad de Buenos Aires por la gestión de la pandemia, el oficialismo decidió exponer una vez más su interna a cielo abierto y dedicó el día a intentar saldar, sin éxito, la pelea irresoluble que desde hace casi medio año mantienen el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el secretario de Energía, Federico Basualdo, respecto de cuánto y cuándo tiene que aumentar la electricidad durante 2021. 

“Guzmán está harto de las operaciones de La Cámpora con las tarifas”, explicaban ayer en Casa Rosada. ¿Tanto como para jugar todo su capital político en una cinchada con la jefa política de Basualdo, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner? La novela todavía no terminó.

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Este mismo oficialismo desencontrado e inconexo es el que va a intentar durante el fin de semana poner a punto la estrategia legislativa para que avance en el Congreso el proyecto de ley que anunció el Presidente para que diputados y senadores salden la discusión de qué medidas de restricción pueden tomar él y los gobernadores durante la pandemia.

El clima entre los socios fundadores del FDT, después de las cinco horas del subsecretario de Energía de Schrödinger, no es el mejor. Tal vez sea por eso que, mientras cerca de Sergio Massa aseguraban ayer que no habrá problemas para que el proyecto avance, en el entorno de Máximo Kirchner se mostraban sorprendidos y aseguraban no haber sido consultados antes del anuncio. “Nadie en el Congreso estaba avisado de esta situación”, me dijeron. 

En Casa Rosada, de todas formas, confían en que el texto estará listo la semana próxima y en que avanzará en el Congreso incluso generando discordia en las filas de Juntos por el Cambio: esperan tener los votos de legisladores opositores que responden a los gobernadores de Jujuy, de Mendoza y de Corrientes, por ejemplo. 

Mientras tanto, rige el DNU. ¿Y qué pasará el 21 de mayo? No voy a engañarte, las perspectivas no son buenas. La meteorología no acompaña tu deseo y el mío de que esta pesadilla se termine. Si para ese día baja la ocupación de las terapias intensivas, podrá aplicarse en el Gran Buenos Aires y en las ciudades más complicadas el plan de presencialidad administrada que Nicolás Trotta presentó hace algunos días y que por ahora el Gobierno no adoptó. Pero se viene el frío y el Presidente prefirió, en cambio, poner el freno de mano. Las estadísticas de contagios en los últimos quince días en Ciudad y Provincia le dan la razón: en el Conurbano, sin clases presenciales, los contagios crecieron cinco puntos porcentuales menos que cruzando la General Paz.

Horacio Rodríguez Larreta, algo desconcertado por la demora de la Corte en pronunciarse, sostendrá su decisión de mantener las escuelas abiertas, aunque no tanto. Mientras dice que las clases no contagian, anunció que los colegios secundarios pasarán a una combinación de virtualidad y presencialidad que deberá administrar cada establecimiento.

No es su única preocupación ni su único tironeo con la Nación. En la administración porteña hay ansiedad por el comienzo de la obra del Colector Bajo Costanera, que debe encarar Aysa. Es la continuación del Sistema Riachuelo que la Ciudad necesita para poder desarrollar los proyectos inmobiliarios del Tiro Federal y Costa Salguero, entre otros. Es una obra de unos 150 millones de dólares que provoca insistentes llamados desde Parque Patricios hacia las oficinas de Aysa. En las últimas semanas, sin embargo, esas llamadas se encontraron con una negativa tajante. 

A casi un año del fallecimiento de Ramona Medina, la vecina de la Villa 31 que había denunciado falta de agua en plena pandemia, en el oficialismo aseguran que la Ciudad aún no avanzó con el tendido de las redes adentro de los barrios, como había prometido. Y la titular de Aysa, Malena Galmarini, se cansó. Cuentan quienes trabajan con ella que una mañana llamó uno por uno a los integrantes de su equipo y les avisó: “Acá no se habla más del Colector Bajo Costanera hasta que la Ciudad no arranque con algo del tendido en los barrios, porque sino voy a conseguir los 150 palos verdes y los voy a poner yo, pero no en el Colector sino adentro de las villas”. El mensaje llegó fuerte y claro a Parque Patricios. Por algunos días dejaron de preguntar por la obra.

¡Y con esa pequeña historia me despido hasta dentro de dos semanas!

Espero que hayas disfrutado esta lectura de sábado.

Para el resto de la tarde, si no tenés planes, te dejo mi lista de Spotify que llamé “Para arriba”. Suelo usarla mientras limpio la casa. Te juro que es algo que me da vida.

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¡Besos y buen fin de semana!

NBG

Es periodista, licenciada en Comunicación Social. Conduce el noticiero central del canal IP. Es docente titular de la cátedra Televisión en la Facultad de Ciencias Sociales de la UNLZ. Es autora de El Otro Yo, la biografía de Nicolás Caputo (Planeta, 2017).