El progresismo de Larry Fink

Las aspiraciones políticas del dueño de Blackrock ayudaron a pavimentar el camino que crearon el Presidente y su ministro. Ahora el Fondo. Cómo está la política a un año de las PASO. Qué va a pasar con el BID. Y el paper de Nairobi.

Hola, ¿cómo estás? Espero que bien. Hoy se cumple un año del triunfo del Frente de Todos en las PASO 2019. De eso y otras cuatrocientas cosas vamos a hablar en la entrega de hoy que, ya te adelanto, es –por lejos– la más larga hasta el momento. Ojalá la disfrutes.

El progresismo de Larry Fink

Las reuniones del Fondo Monetario Internacional tienen tres metodologías. Informal to brief, donde se le traslada al directorio los temas que está abordando el staff. Informal to engage, en las cuales se discute un tema en particular antes de elevar una decisión formal. Y la del directorio en la que hay algo para decidir y se vota.

La del Webex del viernes previo al receso estival –y al acuerdo al que llegó la Argentina con los acreedores privados– fue de la familia de las primeras y abordó la reestructuración que estaba llevando a cabo nuestro país. En el mitin virtual –del cual participaron la Directora Gerente del organismo, Kristalina Gueorguieva; el representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos; el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Michael Kozak, entre otros– el staff contó que podría haber un pedido de programa con el Fondo en medio del período de suscripción.

Este planteo le dio más verosimilitud a la advertencia que había hecho Martín Guzmán: si el martes no había acuerdo con los acreedores privados, Argentina retiraba la oferta y acudía al organismo a pedir cobertura y hacer la reestructuración bajo el programa del FMI. La historia es conocida: Blackrock aceptó y nuestro país edificó el acuerdo por fuera de la tutela del Fondo.

Lo que es menos conocido es qué otro factor empujó al capitalista con rostro humano Larry Fink a aceptar la oferta y desandar el boicot que estaba ejerciendo sobre la propuesta local. Ocurrió un día después de la advertencia del staff. El sábado primero de agosto, el New York Times publicó una nota titulada “En las negociaciones de la deuda Argentina, un capitalismo más amable y gentil se enfrenta a una prueba” en la que los autores sugieren lo mal que se vería hacer defaultear a un país del Tercer Mundo mientras aspira a ser el secretario del Tesoro de una eventual administración de Joe Biden.

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El trabajo de Alberto Fernández con Guzmán y su equipo –con Chodos a la cabeza–, sumado a la intervención de Cristina Kirchner para sugerirle ceder al Presidente en un momento crucial de la negociación cerraron un primer capítulo que tuvo como protagonista secundario a Miguel Galuccio quien, como contó #OffTheRecord en su momento, le había manifestado a Fink que un acuerdo con Argentina le abriría una innumerable cantidad de oportunidades de negocios, entre ellas en YPF. Galuccio y Fink cultivan una relación de respeto, pero también de negocios: el fondo norteamericano es parte de Vista, la petrolera del Mago, a través de Riverstone. Además, Galuccio es parte del board de Schlumberger, donde Blackrock es accionista de manera directa e indirecta. Aquel primer llamado de Galuccio a Laurence fue a pedido de CFK.

Lo que viene, ya lo anticipó Guzmán, es una negociación compleja con el Fondo. El organismo presta para condicionar, no condiciona para prestar; su negocio es el condicionamiento. ¿Pero no había cambiado? Bueno, sí: le importan los controles de capitales, apoyó la idea de sustentabilidad, se peleó con Blackrock y dejó a nuestro país tener la reestructuración por afuera y antes del programa, algo que los más conspicuos economistas habían catalogado de “imposible” durante el período de negociaciones. Sin embargo, es bastante sencillo anticipar que va a pedirle a la Argentina una baja de jubilaciones y cierto monitoreo sobre la política monetaria: para el FMI todo banco central de país emergente técnicamente es suyo y se lo dejan manejar. Son como los gatos: creen que la casa es de ellos y te la prestan en el durante.

Mantengamos las tradiciones

“Si decía lo que iba a hacer no me votaba nadie”. La frase atribuida a Carlos Menem nunca existió. O, si existió, no hay registros confiables. No importa. “El BID siempre debe ser presidido por un latinoamericano y acompañado por un norteamericano”. El textual es atribuido a Dwight Eisenhower, trigésimo cuarto presidente de los Estados Unidos de América. Para el cubano-estadounidense Mauricio Claver-Carone, candidato de Donald Trump a presidir el BID, ese testimonio tampoco existió. Esto nos debería importar un poco más. Desde fines de los años 50, hay un pacto tácito: Europa preside el FMI, Estados Unidos el Banco Mundial y América Latina el BID.

Sin embargo, Claver consiguió una docena de presidentes latinoamericanos que apoyaron velozmente su candidatura. Uno de ellos fue el uruguayo Luis Lacalle-Pou. Argentina tiene su propio candidato, Gustavo Beliz. Y Costa Rica la suya, Laura Chinchilla. El reglamento del BID sostiene que se necesita un quórum del 75% para la asamblea que va a elegir al nuevo presidente. Argentina necesitaría juntar el 25,1% para tabicarla. Un riesgo, sin dudas, en el marco de la renegociación con el Fondo. ¿Cómo jugarán los europeos? El alto representante para la Política Exterior y Seguridad Común, el español Josep Borrell, ya escribió que la pandemia no permite prestar “la atención necesaria” al relevo de la institución, sobre todo “si consideramos la presentación, sin precedentes, de una candidatura para presidir el Banco por parte del Gobierno de los Estados Unidos”. Sin embargo, ¿qué pasa si el BID no suspende la asamblea? ¿Los europeos darán quórum?

Mientras tanto, Claver-Carome sostiene que uno de sus objetivos es volcar mucho dinero de su administración al BID para reconstruir América latina. Un filántropo. Este movimiento de ajedrez, junto con América Crece, son dos elementos para intentar contrarrestar el crecimiento de China en la región. It’s a developing story.

Cambiemos tiene que cambiar

“Al final del camino sólo recuerdas una batalla, la que libraste contigo mismo, el verdadero enemigo; la que te hizo único”. El texto es de la etiqueta del vino El enemigo. Cuenta la leyenda que fue el presente que Marcos Peña le envió a Alfonso Prat-Gay luego de su alejamiento indecoroso del gobierno de Macri.

Eso fue hace tiempo. Hoy el ex Presidente pasea con barbijo por Saint-Tropez y el ex ministro de Hacienda critica con la misma vehemencia y seguridad el acuerdo con los bonistas y la gestión sanitaria de la pandemia. Mientras tanto, Peña consolida su vínculo con un Horacio Rodríguez Larreta que ya está armando sus equipos con la cabeza puesta en el 2023. 

“La moderación va a garpar políticamente. Si los ruidosos tuvieron ocho meses la cancha libre y los moderados sin hablar están donde están…”. La reflexión surge del entorno de María Eugenia Vidal ante la consulta de #OffTheRecord sobre el protagonismo de Fernando Iglesias y Waldo Wolff en el bloque de Diputados o Patricia Bullrich en sus apariciones públicas. La ex gobernadora ocupa sus días en videoconferencias gestionadas por Cristian Ritondo con dirigentes del interior y almuerza una vez por mes con Hernán Lacunza.

Elisa Carrió, por su parte, reapareció en una semana atravesada por la discusión sobre la reforma judicial. El rumor más fuerte la involucra en una candidatura en la provincia de Buenos Aires. Tiene sentido. En una lista más larga, Carrió podría meter a más dirigentes propios que en territorio porteño. De ser así no sería descabellado pensar en Vidal regresando a la Ciudad de Buenos Aires. Este enroque sería otro motivo de celebración para la líder de la CC: la candidatura de MEV podría tabicar la presencia de Bullrich y Martín Lousteau, dos enemigos históricos de Lilita. En los equipos de Vidal y Carrió aseguran que esas son “especulaciones”. “Puede ser Lilita, puede ser María Eugenia o puede ser cualquier otro. El peronismo tampoco tiene a una figura conocida para el 2021, falta mucho”, reflexionan ante la consulta de Cenital. 

Pensamos qué pasa a un año de las PASO

  1. El 49 a «41» de las últimas elecciones presidenciales generales le permitió a ciertos sectores de la oposición construir el mito de la paridad, de cierto empate político. Sin embargo, esa narrativa autocomplaciente le hizo daño a ese sector: le obstruyó el proceso de humildad y autocrítica que tenía que hacer frente a la sociedad para recrearse. Hoy el dirigente de mejor imagen en el país es el Presidente y el de peor imagen en el país es el expresidente.
  2. Lejos del clima de anomia del 2001, donde el dolor social se dirigía contra las instituciones e instancias de gobiernos, desde marzo casi todos los oficialismos en la Argentina (locales, provinciales y nacional) han mejorado sus niveles de aprobación. Mayoritariamente, la sociedad no culpa a los gobiernos por la pandemia ni por sus consecuencias. Lo que mira –hasta ahora– es qué han hecho esos gobiernos frente a esa pandemia. 
  3. El punto anterior permite abordar lo que, según mi verdad relativa, muchos siguen sin comprender. La imagen política y comunicacional del año. El símbolo Larreta, Kicillof, Alberto. Los tres, en el peor mes de la pandemia y de la economía en muchos años, tienen valoraciones positivas mayoritarias y superiores a las que tenían cada uno el primero de marzo. ¿Por qué? Porque la sociedad –otra vez: hasta el momento– está premiando la seriedad, cooperación y responsabilidad que ve en esa imagen. Los consultores, nosotros los periodistas y Twitter estamos –para variar– en cualquiera; esa imagen ha llevado más tranquilidad a los hogares no politizados que cualquier spot publicitario. La tranquilidad de «los que mandan se dejaron de pelear y están trabajando en conjunto».
  4. El arquitecto publicitario del triunfo de Kicillof, Ignacio Ramirez, y Jaime Durán Barba, hoy piensan lo mismo: «No hay oposición». Macri, en Francia, no dijo una sola palabra de aliento a la sociedad; tampoco le envió un tuit a Vidal cuando se contagió ni pidió ayuda para Larreta. Difícil pensar, a menos que ocurra un cisne negro, que alguno de los tres no se imponga en los comicios del año que viene.
  5. La economía: el deterioro es alarmante y el estallido podría estar por delante, no detrás como piensa un sector del Gobierno. Por su parte, la oposición se ilusiona con que la crisis determine el clima electoral: razonamiento precovid. Según los sondeos que me acercó gentilmente Ramírez, el 65% de los argentinos reparte culpas por la crisis económica entre Macri y la pandemia. Otra posible pregunta para pensar lo que viene: ¿qué espacio político tiene más capacidad para recuperar la economía cuando se termine el virus? FdT, 50% / Cambiemos, 25%. 

En los medios hay poca memoria de las causas de la derrota de JxC. Sus credenciales de capacidad de gestión, constitutivas de la promesa PRO original «sabemos hacer», quedaron muy dañadas. La pandemia agudiza miedos y fragilidades; acentúa sed social de protección pública, y legitima la intervención reguladora y protectora del Estado. Es decir, hay una elaboración ideológica colectiva en curso poco favorable a Cambiemos. Una aproximación para pensar, a un año del 47-32 de las PASO 2019.

Nairobi y el experimento “antipobre”

El Banco Mundial encargó un trabajo a cuatro investigadores para saber cómo sería la reacción en un barrio vulnerable de Nairobi, Kenia, ante el corte del servicio de agua por parte de la empresa proveedora. Hicieron un experimento para testear el efecto de cortar el agua corriente sobre la tasa de pago: a un barrio sí y a los otros solo avisos de corte, como grupo de control. Quienes no pagaron tuvieron 9 meses el servicio de agua cortado. Aquí el descargo de los investigadores tras las críticas sobre la ética del experimento. A continuación, algunas consideraciones sobre el estudio sobre el cual respetaremos las citas en inglés para ser lo más rigurosos posibles. Les recomiendo que lleguen hasta el final. Vamos:

  1. El problema que parece originar la investigación es el hecho de que la expansión del servicio de agua potable que se dio entre 2013 y 2018 no generó repago, ya que “3 meses luego de estar conectados a la red, el 57% de los clientes no había pagado una sola factura, y el porcentaje de pago había disminuido”. El paper no investiga, ni reconoce, otras posibles hipótesis. Es posible que los ciudadanos no pagaran por problemas económicos, porque las tarifas fueran demasiado caras o por una decisión colectiva de algún tipo. Esto no se explora.

“The government invested USD 427 million in water and sewer infrastructure, and then used USD 7 million to finance a combination of subsidies and credit to reduce compound connection costs that successfully expanded connections to near universal levels between 2013 – 2018. However, after three months of being connected, 57% of the customers had yet to make any payment and the share of bills paid continued to fall over time (Figure 1).”

  1. El artículo reconoce que la provisión del servicio es deficiente, ya que sólo el 40% de los complejos habitacionales recibieron efectivamente agua durante la semana anterior al estudio.  “Service quality  subsequently deteriorated. Based on data from a representative  panel survey of 587 households from Kayole Soweto, the proportion of compounds that received water from their water point in the past week fell from 95% to 40% between 2014 and 2018.” El paper asume (pero no prueba) que la caída en la prestación del servicio se debe a la insostenibilidad causada por la falta de pago, y no al revés: que la falta de pago es una decisión individual frente a la evidente erosión del servicio público. ¿Por qué pagar lo que no se recibe?
  1. El hallazgo: que los hogares a los cuales efectivamente se les cortó el agua pagaron con más rapidez la totalidad o una parte de lo adeudado que aquellos hogares a los cuales se realizó una intervención comunitaria “soft”, es casi banal. A las personas les interesa tener acceso al agua; si se las cortan harán lo posible por volver a tener el servicio. El paper encuentra que luego de realizar ese pago parcial para ser reconectado, la tasa de pago disminuye y finaliza con una advertencia; que la amenaza debe ser constante: “NCWSC may need to use the threat in an ongoing basis to fully change payment behavior”. Sin embargo, nada se dice de si el aumento en la tasa de pago mejoró la provisión efectiva de agua a los hogares o se trata que paguen más por un servicio deficiente.
  1. Leyendo con atención, parece que el interés real del estudio es averiguar si una política de corte del servicio de agua por mora generaba algún tipo de reacción política: los autores sostienen que las compañías de agua “dudan” de cortar el servicio a los morosos porque temen “los costos políticos” de tal decisión y la “pérdida de apoyo”. Los autores celebran comprobar que la decisión de cortar el agua no llevó ni a disturbios políticos ni a pérdida de la confianza en la compañía. Hay que señalar, sin embargo, que parece llamativa la ignorancia del hecho de que el acceso al agua potable es un tema de gran sensibilidad política. De hecho, los barrios pobres de Nairobi son objeto de violencia sistemática, como por ejemplo en 2017, cuando la policía descendió en varios de los slums luego de las elecciones tildadas de fraudulentas y dejó en ellos 24 asesinados, incluyendo dos niños. Innumerables papers describen como la violencia policial es un factor central en asegurar que la población no se rebele ante la falta de servicios básicos. Cabe la pregunta (no tratada en el paper) del contexto de la falta de reacción.
  1. El paper encuentra que el corte del servicio de agua afecta a los inquilinos, a pesar de que el sujeto legal de la mora no son ellos sino los dueños de la propiedad. ¿Cuál es el rol de los propietarios? ¿Son ellos los que incumplen el pago o los inquilinos? En el grupo cuyo servicio fue cortado, los investigadores encontraron que aumentaron las ganancias de los propietarios y también el valor de los alquileres. Nairobi Water fue beneficiada, los propietarios también, ¿fueron beneficiados los inquilinos? ¿Cómo?

Preguntas metodológicas y éticas

  1. El paper se presenta como una investigación “pura”, generada por una pregunta teórica: si el corte del servicio aumenta la probabilidad del usuario moroso de pagar. El informe dice “trabajamos con la compañía de agua de Nairobi”. Sin embargo, el disclaimer posterior realizado por los autores señala que “Nairobi Water asked the World Bank for help in thinking through ways to improve payment”. Este es un objetivo mucho más angosto y enfocado: ayudar a la compañía a reducir el nivel de mora. Esto parecería ser casi una consultoría empresaria, no un paper de ciencia básica caracterizado por una actitud de distanciamiento para con todos los actores involucrados. 
  1. El paper sostiene que: “We use high-frequency administrative billing and payment data from NCWSC to measure our primary repayment outcomes. Jisomee Mita is  a web-based ICT platform that enabled customers to use a mobile phone to self-read meters, receive and pay water bills, and check their  current  balance  at  any  time.  We  use  billing  data  from  Jisomee  Mita,  which  contains water  consumption,  invoice  amounts, payment  history,  current  balance, and  contact information of the customer for merging with survey and treatment assignment data. When payments or balance checks are submitted, the Jisomee Mita data are updated automatically. However, monthly standing charges are applied to each account independent of whether a customer made a payment or billing enquiry which means that each customer’s balance is updated at least once a month”. Esto parecería indicar que el equipo de investigación tuvo acceso a las bases de datos de los y las usuarias del agua corriente, incluyendo su información personal, balance, historia de pago e información de contacto. Esta es información sensible. ¿Bajo qué régimen legal se obtuvo? ¿Con qué protocolos o compromisos de anonimidad? ¿Quién tomó esta decisión en Nairobi Water, que es una compañía privada de capital estatal? ¿Lo sabían los ciudadanos?
  1. Sin embargo, sabemos que cualquier investigación social genera dilemas éticos. La idea de que es posible ser un observador externo es simplemente falsa. Pero, para explicitar y minimizar los riesgos, existe toda una panoplia de procedimientos de consentimiento informado y revisión ética. El paper va a contramano de las mejores prácticas en investigación social ya que no revela si fueron cumplidos o no estos reaseguros, a saber:
  1. ¿Fue aprobado el diseño experimental por los Institutional review board (IRB) del Banco Mundial, de las Universidades empleadoras de los investigadoras, y de Nairobi Water (suponiendo que la tenga)? ¿Cuándo, cómo, con qué revisiones?
  2. ¿Cuáles fueron las contrapartes keniatas? ¿Quién hablaba por los usuarios? ¿Consultaron especialistas y académicos del país? ¿Partidos políticos? ¿Actores sociales? ¿El equipo de trabajo era exclusivamente extranjero?
  3. ¿Sabían las poblaciones de la investigación que estaban siendo parte de un experimento social a gran escala? ¿Firmaron consentimientos informados? ¿Se les informó que era un proyecto financiado por el World Bank? ¿Podía un hogar o individuo hacer el necesario “opt out” y negarse a participar en el estudio? 
  4. ¿Qué mecanismos se usaron para garantizar el “doble ciego” necesario para conformar el grupo de control? 
  5. Los autores señalan que el carácter absolutamente imperativo del servicio de agua hace que el mismo sea “objeto de soborno”, ie., que los clientes paguen sobornos para no ser desconectados. En este estudio, pertenecer al grupo de control significaba (según parece) no ser inmediatamente desconectado. ¿Cuáles eran los mecanismos de selección ciega del grupo de control? ¿Existía posibilidad de corrupción? 

4. La encuesta posterior le preguntaba a los dueños de los complejos habitacionales las “percepciones sobre si sus inquilinos se quejaban de los servicios de agua y saneamiento, y si los inquilinos mantenían las viviendas en buena condición”. Sin embargo, a los inquilinos sólo le pedían que pusieran un valor numérico a su relación con el propietario. ¿Por qué la asimetría?

5. El agua es un tema de gran conflicto político en Nairobi, una ciudad en donde los water shortages son crónicos. La compañía Nairobi Water fue convertida en una sociedad privada de propiedad estatal en el año 2002 y la totalidad de su cúpula fue removida en 2009 por acusaciones de corrupción. Muchos activistas y ONGs están involucrados en intentos de reforma de la  gobernanza del agua en Nairobi. ¿Fueron consultados de alguna manera?

Como les conté al comienzo, el 8 de agosto los autores publicaron un disclaimer en el que sostienen que a) Nairobi Water habría desconectado el servicio de todas formas, así que su intervención no cambió nada, salvo que b) de hecho, por su intervención un grupo no fue desconectado. Sin embargo, el 8 de mayo, uno de los investigadores dio una explicación ligeramente distinta del asunto. En la grabación, Gertler dice que enfrentaban un problema: la compañía no les cortaba el servicio de agua. Entonces, ellos –los investigadores– les propusieron hacer una prueba piloto interrumpiendo el servicio. Es decir, el estudio motivó la acción de la compañía y, por lo tanto, no fueron simples observadores neutrales.

¿Por qué nos interesa un paper sobre un experimento de dudosa ética en una villa de Nairobi? Porque uno de sus autores fue Sebastián Galiani, ex viceministro de Economía del gobierno de Mauricio Macri.

Bonus track

  • “No necesitamos a nadie, vamos a citar a comisiones y sesión. Que ellos le expliquen a la gente que no quieren ir a trabajar”, fue la respuesta ante #OffTheRecord de una autoridad parlamentaria del FdT ante la consulta sobre la negativa de JxC a sesionar virtualmente.
  • El Gobierno no está pensando en un ingreso universal. Así lo confirmó Martín Guzmán en un reportaje con el programa Hagan algo en C5N.
  • Sobre CFK vs Google, esta nota de Andrés Piazza.

Antes del libro, te quiero recordar que –producto de la situación global y del rubro en particular, pero también del ethos de Cenital– abrimos la posibilidad de que seas parte del proyecto a través del sistema de apoyo económico para poder seguir creciendo. A partir del domingo ya podés participar por los beneficios si sos parte de la comunidad  ❤️.

La recomendación de hoy es Cayó sobre su rostro de David Viñas.

Ojalá hayas disfrutado de este correo tanto como yo. Estoy muy agradecido por tu amistad que, aunque sea espectral, para mí no tiene precio.

Iván

Es director de un medio que pensó para leer a los periodistas que escriben en él. Sus momentos preferidos son los cierres de listas, el día de las elecciones y las finales en Madrid. Además de River, podría tener un tatuaje de Messi y el Indio, pero no le gustan los tatuajes. Le hubiera encantado ser diplomático. Los de Internacionales dicen que es un conservador popular.