El juego nos salvará del “Fútbol IA”

Hola, ¿cómo estamos?

Lo dijo Juanma Lillo, maestro de Pep Guardiola, su asistente técnico entre 2020 y 2022 en Manchester City, durante Qatar 2022: “No nos damos cuenta del lío que hemos hecho. Hemos globalizado la metodología hasta el punto de que se ha colado en la Copa del Mundo: si hicieras que los jugadores de Camerún y Brasil se cambiaran la camiseta en el entretiempo, ni te darías cuenta”. Bastian Schweinsteiger, campeón en el Mundial de Brasil 2014, conectó ahora las dos eliminaciones consecutivas en primera ronda de Alemania (Rusia 2018 y Qatar 2022) con la identidad futbolística: “Cuando Guardiola llegó al Bayern Munich, todos creían que teníamos que jugar ese fútbol de pases cortos, y estábamos perdiendo nuestros valores. La mayoría miraba a Alemania como una selección luchadora que corría hasta el final. Nos olvidamos de nuestras fortalezas en los últimos ocho años, estábamos enfocados en jugar bien la pelota entre nosotros”.

En medio del “progreso” de la Inteligencia Artificial (IA) y los métodos que pretenden implantarse a nivel global (el City Group es dueño de 13 clubes desperdigados en cinco continentes), Lillo y Schweinsteiger vuelven a certificar que el fútbol es un hecho cultural y que el juego es un sustrato de su acervo. ¿Recuerdan cuando un mensaje dominante repetía que Messi debía jugar en la selección como en el Barcelona, que había que buscarle sus Xavi e Iniesta en celeste y blanco? El cenit del Barça de Guardiola confundió a la “opinión pública”, provocó una legión de falsos profetas e imitadores y barrió a las características locales en procura de la unificación de lo que se consideraba “jugar bien”. De ahí esa sensación de que todos los equipos juegan igual y que no importa que un jugador haya nacido en Brasil o en Marruecos o en Senegal (selecciones que le ganaron amistosos a Brasil en 2023), porque se integrará a un método-sistema “inteligente”. “En las categorías del fútbol base se juega mucho por el resultado -dijo Paulo Henrique Ganso, el N° 10 de Fluminense-. No hay incentivo de jugar: todo el mundo posicional, muy táctico, muy mecánico, no como el fútbol brasileño, que es de movimientos creativos, de improvisación”.

El juego “posicional” o de “posición” -mantenerse en un espacio de la cancha y construir a través de “rondos” y triangulaciones- es la línea que baja la escuela de La Masía, exportada al mundo luego de los éxitos del Barcelona de Guardiola (entre 2007 y 2011, en el viejo predio La Candela de Boca en San Justo, funcionó el Proyecto Barcelona en Argentina). Las palabras de Juanma Lillo -“no nos damos cuenta del lío que hemos hecho, hemos globalizado la metodología”- son leídas como una autocrítica. Si cada vez más equipos intentan jugar igual, el juego se torna aburrido y triste porque se unifica. “Fútbol IA” en busca de optimizar un método. Fue quizás el “daño colateral” de aquel genial Barça, apoyado siempre en cierto eurocentrismo. Sin ánimo de imponer, en los últimos años una corriente le discute: el juego “aposicional” o “funcional”, que no trata de respetar posiciones, sino funciones: que la organización de los jugadores no se reduzca a la ocupación preestablecida de los espacios, sino a la idea de (des)ordenarse en la cancha en torno a donde esté la pelota. Este video en el canal de YouTube Lema Fútbol explica, muy simple, las diferencias entre el juego “posicional” y el “funcional”.

“El fútbol es un juego de acervo cultural. Las diferencias interpretativas no sólo lo mejoran y lo hacen más interesante, sino que ayudan a su desarrollo -advertía el periodista colombiano Eduardo Ustáriz (@10Kundera) en 2017-. Si lo uniforman, que es lo que tendría sentido para los clubes-franquicias, no es seguro que ayude a mejorar el nivel de competencia y juego. Y eso en caso de que se pueda uniformar, porque tampoco es seguro que la importación de recursos y métodos genere los mismos resultados en un lugar u otro. Podría, incluso, tener resultados negativos”. En busca del jogo bonito perdido, de la alegría y la creatividad, Brasil contrató a Fernando Diniz, que dirigirá a la vez a Fluminense. “Interino”, porque, aunque nadie sepa el futuro, el italiano Carlo Ancelotti asumirá para la Copa América 2024. Diniz es el entrenador que volvió a las raíces, que practica el juego “funcional”. “Las relaciones humanas que se establecen en un equipo de fútbol están muy por delante de la parte táctica. Las personas son el corazón del fútbol, ​​no la táctica -dijo Diniz-. En mi concepción de vivir la vida, prefiero que la vida sea más arte que ciencia, lo artístico marca para siempre, emociona a la gente. El fútbol tiene una forma y un gusto para mí. Aquellos que respetan al fútbol asumiendo su belleza tienen más posibilidades de ganar”.

Si el City Group sigue los lineamientos metódicos de la casa matriz de Manchester, tanto en la India (Mumbai City) como en Uruguay (Montevideo City Torque), el plantel de Atlético Huila de Colombia presenció en el Estadio Banco Guayaquil el 3–2 ante Argentinos Juniors de Independiente del Valle, que le dio el primer puesto del grupo E de la Copa Libertadores. En mayo, Huila fue comprado por el Grupo Independiente, de Michel Deller, empresario inmobiliario ecuatoriano, a partir de los éxitos de Independiente del Valle. Finalista de la Libertadores 2016 y ganador de las Copa Sudamericana 2019 y 2022, enfrentará a Deportivo Pereira en los octavos de la actual Libertadores. Pero su real valía es la fabricación de talentos: 10 de los 26 jugadores de Ecuador en Qatar habían pasado por Independiente del Valle. Deller, avisó, replicará “el método” en Atlético Huila de Colombia. El fútbol de implantes se tutea con el modelo “multiclub” (el Royale Union Saint-Gilloise, club de Bélgica en el que jugará Kevin Mac Allister, es de Tony Bloom, propietario del Brighton de la Premier League, en el que jugaba su hermano Alexis Mac Allister, que pasó al Liverpool para la temporada 2023/24).

A contramano de la evangelización, Guardiola se reinventa, innova. En Barcelona, Bayern Munich o Manchester City. Ganó la última Champions League con un centrodelantero fijo (el androide Erling Haaland) después de cranear el “falso 9” en el Barcelona y fortaleció la defensa con John Stones, un central reconvertido en mediocampista, después del juego “interno” con extremos. Haaland nació en Leeds cuando su padre jugaba en el club de la ciudad inglesa. Y Stones, un flaco de 1,88 m, se curtió en sus inicios con dos temporadas con el Barnsley en la segunda división. Para otros, Guardiola “se traicionó”. ¿Acaso no se adaptó un poco al tradicional juego inglés, más físico y pragmático?

“¿Qué tienen en común los tres últimos entrenadores campeones del mundo? –se preguntó József Bozsik en Ponto Futuro-. Supieron reinsertar la cultura futbolística del país con las exigencias del fútbol contemporáneo. Joachim Löw mantuvo la verticalidad y el físico alemán, pero con algunos elementos de juego posicional. Didier Deschamps mantuvo la tradición del juego funcional en el medio. En los 80, la gente pensó el juego con los brillantes Tigana, Giresse y Platini, y los rápidos Rocheteau y Papin. En la Francia de Deschamps, el equipo retrocedió, cediendo la posesión a Pogba, Matuidi y Griezmann, para crear, con Mbappé corriendo, regateando y definiendo, y el útil Giroud como pivote. Y Lionel Scaloni también: adaptó el estilo argentino a las exigencias contemporáneas”. Para más placer, volvamos a ver el gol de Ángel Di María en la final ante Francia del Mundial de Qatar, un gol que parece ya conformar la esencia del fútbol argentino.

Pizza post cancha

• En el primero con 32 selecciones, Argentina debutará el lunes 24 a las 3 ante Italia en el Mundial femenino de Nueva Zelanda y Australia 2023. El objetivo de la selección: lograr el primer triunfo mundialista en su historia. El desafío: profundizar el crecimiento, la profesionalización y la inclusión. Lo seguimos de cerca en el sitio El Femenino.
• Revista Meta publicó el libro Semilleros, que recorre las historias de los 26 futbolistas campeones del mundo con la selección en Qatar 2022 pero en sus clubes de barrio, donde todo empezó. Va el prólogo, de Ariel Scher.
• Cristian Grosso es uno de los mejores entrevistadores de fútbol. Acá charla con Daniel Oldrá, DT de Godoy Cruz: “Hoy hay muchos chicos que no comen. Los clubes hacen un trabajo social tremendo conteniéndolos, dándoles un plato de comida, un lugar donde sobrevivir. La gente se cree que al pibe hay que ponerlo para que haga goles y listo”.
• ¿Vieron las imágenes de Kylian Mbappé en Camerún, donde visitó -y revolucionó- Djébalé, el pueblo en el que nació su padre Wilfried antes de emigrar como un chico refugiado a Francia? Mbappé llegó en balsa a Djébalé, fue recibido por el jefe de la aldea, y luego ataviado con las ropas de la etnia sawa.
  

Antes del cierre, recordemos a Lucas González, porque se hizo justicia: los tres efectivos de la Policía de la Ciudad que asesinaron al jugador de la Sexta de Barracas Central en 2021 fueron condenados a cadena perpetua. El gatillo fácil, consta en un fallo histórico, fue motivado por “odio racial” con “alevosía”. En 2022, ya en la Quinta División, el plantel en el que jugaba Lucas empezó el año con un nuevo técnico en el vestuario: cuando nombró a los jugadores en la lista de la AFA, sin nunca rescatarse, citó a Lucas González. En otra entrega deberíamos indagar cómo se trabaja en las inferiores del fútbol argentino.

Esto fue todo.

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Salú y abrazo,

Roberto Parrottino (Roberto Parrottino)