El deporte de Milei en año de Juegos Olímpicos  

La delegación nacional en tiempos de ajuste. El debate por las SAD. La Copa América de Estados Unidos y el futuro de Messi, Di María y Scaloni.

La anécdota es un buen símbolo de nuestro fútbol. La contó Florent Torchut, periodista francés que tiene tatuado en su pierna izquierda el mapa argentino (incluye Islas Malvinas). Corresponsal de France Football y L’Equipe, Torchut presentaba el martes pasado en Buenos Aires su libro “Rey Leo”, sobre Leo Messi, a quien entrevistó numerosas veces, antes de cada entrega de los ocho Balones de Oro que ganó el rosarino. Florent contaba el martes su primera entrevista a Messi tras la muerte de Diego Maradona.

La pregunta era cantada. Y Leo inició un monólogo realmente sentido. Más de dos minutos hablando sobre Diego. Messi hablaba sin mirar a la cara a Torchut. No pudo advertir que el colega iniciaba un llanto silencioso, emocionado por lo que estaba escuchando. Y porque además él había realizado la última entrevista a Maradona vivo. Cuando Messi advierte por fin que Torchut está llorando se sorprende. “¡Sos un hijo de puta!”, le dice Florent a Messi, bien porteño, sabedor de que el insulto era en realidad un elogio y un agradecimiento. Fútbol argento en su esencia. Puro sentimiento. Y en la escena, los dos máximos héroes de la pelota criolla.

Pero el deporte, sabemos, es mucho más que fútbol. Por eso, si tuviéramos que ensayar un balance de 2023 no podríamos dejar de contar escenas algo más inquietantes. Porque el 2024 que inicia será año de Juegos Olímpicos (en París, del 26 de julio al 11 de agosto). Y porque el nuevo gobierno de Javier Milei sigue sin dar señales ni mensajes sobre cómo cuidará a nuestros atletas, en medio de políticas de ajuste que, inevitable, impactarán en la preparación.

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El representante de jugadores

Nos mudamos al 11 de diciembre. Día siguiente de la asunción de Milei como nuevo presidente de la Argentina. El ex periodista y representante de jugadores Ricardo Schlieper, anunciado extraoficialmente como nuevo titular del deporte, va a la Secretaría de Deportes. Es en el Cenard, la casa de los atletas. Allí se preparan, comen y duermen casi todas nuestras esperanzas deportivas, actuales y futuras. Pasaron dos semanas de aquella visita. Hoy, Schlieper, de 64 años, un ex Ucedé que en 2011 fue candidato a intendente de Rosario por el Pro, todavía no tiene designación oficial como subsecretario de Deportes, área que quedará bajo dependencia del Ministerio de Interior. El hombre que reemplazará a Inés Arrondo (la ex Leona que comandó el deporte durante la gestión de Alberto Fernández) carece de nombramiento formal. También carece de equipo propio. Y, se teme, también carecerá de dinero.

¿Dejamos que la emoción, fuerza y popularidad del fútbol domine todo, aún en año olímpico? Porque el fútbol también ocupará agenda afuera de la cancha. Habrá debate, renovado e intenso, porque el gobierno incluyó en su Decretazo del miércoles la facultad de que los clubes deportivos, centenarias asociaciones civiles en manos de los socios, sobrevivientes de todas las crisis, formadores de cracks y protección de otros miles y miles de pibes y pibas “no campeones”, puedan convertirse en Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), una figura que el propio Schlieper ya había resaltado en sus redes sociales.

Se trata de un debate que fracasó en los gobiernos neoliberales de Carlos Menem y Mauricio Macri. Pero que volverá pese a que la AFA y la mayoría de los clubes escribieron en sus Estatutos su decisión de mantener su histórica configuración de Asociaciones Civiles. Y pese también a que el primer gran golpe, el fallido intento de retorno de Macri a Boca, terminó siendo el primer gran fracaso público de la alianza que nos gobierna. Para Milei porque sufrió sus primeros insultos públicos cuando fue a votar a la Bombonera. Y para Macri no solo por la paliza electoral que le propinó Juan Román Riquelme, sino también porque la pelota expuso de modo brutal un abuso de poder que incluyó oscuros manejos judiciales. Recuperar a Boca, con el ruido que Boca significa, hubiese significado no solo un negocio privado de la nueva Bombonera. Era también el gran ejemplo de capitales privados del exterior en el manejo de nuestros clubes. Ya no. Como advierte el colega Ernesto Cherquis Bialo: ¿apuntará ahora Macri contra Claudio “Chiqui”Tapia y la AFA, como ya lo hizo en su gobierno anterior de 2015–19?

La incertidumbre de la Scaloneta

Este año fue cerrando con la fiesta por el primer aniversario de Catar, uno de cuyos campeones (Nicolás Tagliafico) tiene como representante justamente a Schlieper. Tenemos películas, documentales y nuevos libros sobre el Mundial dorado. Y la selección todavía fuerte, que cierra el año como número uno del ranking mundial de la FIFA. Pero es un cierre con inesperada incertidumbre. Porque el DT Lionel Scaloni casi seguramente estará en la Copa América de Estados Unidos (del 20 de junio al 14 de julio), en la que Argentina defenderá el título que ganó en el Maracaná con gol célebre de Ángel Di María, quien ya confirmó que se despedirá del equipo apenas concluya la Copa.

¿Se despedirá también Scaloni, como parecen indicarlo los rumores cada vez más coincidentes? Por diferencias que haya con la AFA de Tapia o temores de desgaste con jugadores campeones en Catar, el motivo central de la sorpresiva decisión que podría tomar Scaloni, dicen los más cercanos, sería más íntimo, más personal. Vinculado con el desgaste de cuatro años intensos y una personalidad muy emocional. Acaso demasiada vida dominada por la pelota, y una energía que también precisa conservarse para otros escenarios de la vida.

¿Y Messi? ¿Será la Copa América la despedida también del propio Messi? ¿No le apagará esa insulsa Liga de “soccer” de Estados Unidos (la MLS) algo del fuego competitivo que siempre lo distinguió y le sirvió de motor decisivo para lograr la coronación en su quinto Mundial y con 35 años? ¿Cómo impactará en Leo el retiro de Di María, su socio eterno en la selección que ambos comparten desde 2008? Quince años juntos en el equipo nacional. Títulos que se escaparon, silbidos para ambos en casa, finales perdidas y cierre dorado: Maracaná y Catar. Imposible saber hoy si la próxima Copa América también será su despedida. Lo dijo ya el propio Messi, por mucho que el país del soccer (etapa de retiro elegida por Leo) presione para que el 10 juegue el próximo Mundial. Una Copa que también se jugará en Estados Unidos (en 2026, junto con México y Canadá).

Los juegos de París

¿Los debates de Clubes SA y de selección relegarán al año olímpico? El deporte de alto rendimiento, es cierto, se alimenta de resultados. Y la selección es candidata a ganar la Copa América. No podemos decir lo mismo de nuestro deporte olímpico. Más aún, las esperanzas siempre mínimas de medallas serán todavía más ajustadas en París. La principal estará liderada por Pumas 7s, la selección de Seven de rugby que se consolidó en 2023 como gran sensación del circuito mundial y que además cerró el año con un éxito resonante en Sudáfrica. El equipo del DT Santiago Gómez Cora y de la estrella Marcos Moneta fue nuestra mejor selección nacional del año, de todos los deportes, y en un 2023 en el cual el rugby celebró también a Los Pumas como semifinalistas en el Mundial de Francia.

Pero el panorama general luce preocupante. “No hay un peso”, dice el nuevo gobierno. La simple prórroga del presupuesto de 2023 puede ser fatal para el deporte. No solo por la devaluación, sino también porque la prórroga sería sobre el presupuesto inicial (17.300 mil millones de pesos para la Secretaría de Deportes y 5.250 millones para el ENARD, el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo). No incluiría los aumentos concedidos a lo largo del año, que subieron a más de 20.000 millones el presupuesto total de la Secretaría y a casi 10.000 mil millones el del ENARD (que además cierra 2023 sin cobrar todavía dos cuotas por cerca de 3.000 millones de pesos).

El ENARD se ocupa del alto rendimiento deportivo y 2024, fue dicho, será año olímpico. Sus gastos son en dólares. Cobertura, materiales y viajes de los atletas. Un presupuesto magro lo dejaría rápidamente sin dinero y mucho antes inclusive de que comiencen los Juegos en París. A cargo del ENARD estará otra vez Diógenes de Urquiza, que ya estuvo al frente del deporte en el tramo final del gobierno de Mauricio Macri. Fue cuando el ENARD perdió caja propia, apoyo privado, autonomía y financiamiento, la Secretaría de Deportes fue rebajada al rango de Agencia y el Cenard sufrió peligro de mudanza. Su terreno en el barrio de Núñez, a metros de la ex ESMA, estuvo bajo amenaza de trasformarse en un proyecto inmobiliario, torres lujosas con vista al río.

Apenas un puñado de deportistas de élite resistió el proyecto en aquel momento, en medio de un silencio de las autoridades que se hizo estruendoso en el caso de Gerardo Werthein, todopoderoso presidente hasta 2021 del Comité Olímpico Argentino (COA) y miembro de uno de los grupos económicos más grandes del país. Dirigente de peso en el Comité Olímpico Internacional (COI), Werthein es hoy una figura aún más influyente, como nuevo embajador argentino en Estados Unidos. Una gestión suya acaso bastaría para que el deporte mantenga en 2024 el dinero que precisa. ¿Se buscará una nueva caja de financiamiento a través de las apuestas deportivas? Por ahora domina la incertidumbre. Y muchos recuerdan la escena en plena campaña en la que Milei eliminaba ministerios con un fibrón negro, entre ellos el de Turismo y Deportes. Domina el miedo a recortes que afectarían no solo al alto rendimiento, sino a las escuelas deportivas distribuídas en todo el país, al deporte paralímpico, a los Juegos Evita y a los clubes de barrio, claves en medio de un tejido social tan dañado. Tan devastado.

Es periodista desde 1978. Año de Mundial en dictadura y formidable para entender que el deporte lo tenía todo: juego, política, negocio, pueblo, pasión, épica, drama, héroes y villanos. Escribió columnas por todos lados. De Página 12 a La Nación y del New York Times a Playboy. Trabajó en radios, TV, escribió libros, recibió algunos premios y cubró nueve Mundiales. Pero su mejor currículum es el recibo de sueldo. Mal o bien, cobró siempre por informar.