El control del Palacio Nereu

Brasil elige a los nuevos líderes del Congreso. Bolsonaro presiona para mantener el control sobre el Legislativo y evitar un juicio político. Mientras en Rusia crecen las protestas contra el gobierno, en Ecuador transitan la última semana antes de las presidenciales del domingo. Además, a horas del anuncio de la toma del poder por parte del Ejército en Myanmar, un documental sobre el genocidio rohingya.

Buen día, ¿cómo estás?

Brasil elige hoy a los nuevos presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado. Jair Bolsonaro sigue de cerca los movimientos en el Congreso que pueden llegar a incidir en los siguientes dos años de gobierno así como en las elecciones presidenciales de 2022. 

En Ecuador es la última semana antes de las presidenciales del domingo. Poco clima electoral, mucha incertidumbre y dos preferidos, entre ellos, Andrés Arauz, el candidato del expresidente Rafael Correa. 

En Rusia, el opositor Alexei Nalvany se presenta hoy a declarar ante la Justicia después de otro fin de semana de protestas y arrestos a manifestantes opositores.  

Además, un documental sobre el genocidio rohingya de Myanmar a horas de la detención de Aung San Suu Kyi, la declaración del estado de emergencia por parte del Ejército y designación de un general como presidente interino. 

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Empecemos. 

El control del Palacio Nereu

El Palacio Nereu Ramos, sede del Congreso Nacional de Brasil, definirá hoy a los nuevos presidentes de Diputados y Senado. Los movimientos en el Legislativo pueden incidir en el futuro político de Bolsonaro. ¿De qué manera? Veamos. 

Primero, la fragmentación del sistema de partidos en Brasil exige tejer alianzas para poder gobernar. El tema quedó más que claro durante los gobiernos del PT. En el proceso de destitución de Dilma Rousseff quedó al descubierto, por un lado, cómo funcionan los mecanismos para garantizar ese respaldo: 1) dinero para opositores (mensalão) y 2) cargos en el gobierno. Por el otro, la confirmación de que sin ese apoyo en el Congreso es difícil continuar en el poder aún en un país presidencialista. 

Este escenario se profundiza en el caso de Bolsonaro, un presidente sin partido que necesita de los partidos aliados más que ningún otro. Su candidato en Diputados es Arthur Lira del partido Progresistas (PP, derecha). Para el Senado, apoya a Rodrigo Pacheco (DEM). Esta nota profundiza en el tema. 

Segundo, el titular de la Cámara de Diputados es quien decide si recibe los pedidos de juicio político contra el Presidente o los guarda en un cajón. Hasta el momento existen más de 60 pedidos de impeachment contra Bolsonaro. Todos ellos fueron frenados por el presidente de la Cámara Baja, Rodrigo Maia, del partido DE (centro-derecha). Maia forma parte del llamado «centro» (centro). Este espacio político representa a un grupo de partidos conservadores que, por lo general, no llegan al Palacio del Planalto pero que tiene poder en posibilitar la gobernabilidad. Es decir, en aliarse con quien el partido gobernante a cambio de cargos en el gobierno, obras públicas para sus distritos o dinero. 

En la mañana de ayer, en varias ciudades del país, partidos opositores al gobierno convocaron a caravanas pidiendo juicio político contra Bolsonaro. Un anticipo a la movilización nacional programada para el 21 de febrero a favor del impeachment. Las causas detrás de este nuevo pedido de destitución: el mal manejo de la pandemia.

Tercero, estas nominaciones pueden incidir en el futuro político de Jair Bolsonaro porque ellos serán quienes definan la agenda política en el Congreso en el 2022, año de elecciones presidenciales. Estos serán los nuevos responsables de llevar la agenda legislativa de los 513 diputados y 81 senadores hasta febrero de 2023. Bolsonaro aspira a la reelección. Para eso quiere limitar el número de oponentes. Su objetivo: polarizar el escenario político, es decir, ir a una segunda vuelta con un nombre de izquierda y así reeditar la polarización con el PT de 2018.

Ecuador elige presidente

De las 16 fórmulas que competirán el domingo solo tres opciones parecen tener alguna chance: el candidato de Rafael Correa, Andrés Arauz, el empresario liberal Guillermo Lasso y, un poco más lejos, el dirigente indígena Yaku Pérez. ¿Cuáles son las particularidades de esta elección?

Primero, la fragmentación del sistema de partidos. Nunca antes en Ecuador se presentaron tantas fórmulas presidenciales como este año. La implosión del partido Alianza País que se desató después de la pelea entre Lenin Moreno y Correa inauguró una etapa de multipartidismo extremo. 

Pero esta tendencia no fue solo dentro del bloque oficialista. El historiador ecuatoriano Pablo Ospina Peralta explica en esta nota que “la coalición de izquierdas opositoras al gobierno de Correa, que presentó dos candidaturas unitarias en 2013 y 2017, se encuentra ahora dispersa en cinco candidaturas diferentes. El mismo panorama de dispersión se constata entre los pedazos que todavía se mueven del antiguo Alianza País: al menos cuatro candidaturas encabezadas o promovidas por antiguos funcionarios del correísmo”. 

Segundo, existe una opción de centro competitiva y esquiva a los extremos. La candidatura de Yaku Pérez (Pachakutik) llega con una agenda fuerte en lo ambiental y social y busca abrirse paso ante un escenario de polarización que plantea la pelea entre Arauz y Lasso. Desde la llegada de Rafael Correa al poder, Pachakutik no había podido superar los 7 puntos en las urnas.

Tercero, el alto nivel de falta de definición sobre la oficialización de las candidaturas. El tira y afloje entre los distintos líderes políticos y las instituciones electorales sobre la confirmación de candidatura generó mucha desconfianza y desinterés de la sociedad sobre el tema. La falta de certezas sobre a quién dirigirán su voto está por encima del 30% en la mayoría de las encuestas. Nunca antes se había cosechado una cifra tan alta en una fecha tan cercana al día de la elección.

Último, el descontento social con la política. El presidente Lenin Moreno termina su mandato con más del 90% de imagen negativa de su gobierno. Pero el descontento no solo afecta a Moreno sino al amplio arco político. Los cuatro años de peleas entre Moreno y Correa, el proceso de judicialización de la política y las denuncias de corrupción no han hecho más que alejar a la dirigencia política de la gente, situación que ahora se traduce en un fuerte desinterés electoral.

Protestas opositoras en Rusia

Alexei Nalvany hoy se presentará a declarar ante la Justicia después de dos semanas de arresto desde que, a principios de enero, volvió a Rusia luego de denunciar al gobierno por envenenamiento.

La sentencia dictada en 2014, que fue suspendida durante tres años y medio, puede hacerse efectiva este año. Desde la oposición la ven como una causa armada para impedir que Nalvany se presente a las elecciones y correrlo de la carrera política.

Ayer, por segundo fin de semana consecutivo, tuvieron lugar protestas en toda Rusia que terminaron con más de 5.000 personas detenidas, incluida la esposa de Navalny. 

Lo que suceda en las próximas semanas depende de cómo una mayoría de la sociedad rusa perciba la acción de la policía y defina la legitimidad o no en los reclamos de los manifestantes.

Todo ocio es político

La dictadura militar que se impuso en Birmania en 1962 hasta 2011 le cambió el nombre al país. Hace más de dos décadas Birmania pasó a llamarse Myanmar. Pero la oposición democrática se resistió durante años a llamarle así porque consideraban que la junta militar no tenía poder para renombrarla. Desde el 2011, la ONU reconoció a la República de Myanmar como el nombre oficial.

Aung San Suu Kyi, líder del oficialismo de Myanmar y premio Nobel de la Paz, fue detenida ayer por el Ejército y desató el temor a un nuevo golpe de Estado en un país donde la influencia de los militares en la política sigue siendo alta. La declaración del estado de emergencia por un año y la designación de un general como presidente interino por parte del Ejército a última hora de ayer complican el escenario. 

Esta semana nos exigirá tener la mirada atenta en lo que pasé ahí.

Pero más que por Aung San Suu Kyi, conocemos Myanmar por uno de los conflictos políticos de mayor alcance internacional: la persecución a los rohingya, una minoría musulmana no reconocida por el gobierno durante años. 

Los rohingya forman cerca de 5% de los 60 millones de habitantes pero Myanmar se niega a otorgarles la ciudadanía. Los considera inmigrantes ilegales provenientes de Bangladesh. Hace unos meses vi este documental de la gran Gianna Toboni sobre el tema. Tal vez te pueda llegar a interesar. 

Hasta aquí llegamos hoy.

Un abrazo, 

Ayelén

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Soy periodista especializada en política internacional. Estudié Ciencia Política (UBA) y tengo un máster en Periodismo (UTDT). Viví un tiempo en Caracas, Madrid y Londres. Co-conduzco la Edición Internacional del noticiero de TV Pública y soy columnista en la semana en la Edición Central. Produzco y conduzco el podcast de análisis político de la revista Nueva Sociedad y escribo en distintos medios como Le Monde Diplomatique. Tengo tres obsesiones políticas: Bolivia, Brasil y Venezuela.