Crece el consumo de todas las drogas

Según la ONU, Argentina es donde más fuerte aumentó el uso de cocaína en los últimos diez años. Preocupa el avance de los opiáceos. Cuál es el porcentaje de consumidores que tiene dependencia de las sustancias.

El consumo de drogas está en ascenso permanente en el mundo y la Argentina no es la excepción, encabezando ese aumento en la región. Así lo confirman distintos estudios y lo ratifican todos los consultados para este dossier. María Migliore, ministra de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad de Buenos Aires, percibió además algo específico en la pandemia: “Yo veo claramente un aumento del consumo que se notó mucho por esos días. Sobre todo cuando arrancó: escuelas cerradas, la cuarentena, poca actividad”. 

El último informe de drogas de Naciones Unidas (ONU) revela cuatro datos importantes: 

  1. la cantidad de consumidores del mundo en la última década creció un 26% 
  2. los niveles de consumo entre jóvenes son más altos que los de las generaciones anteriores
  3. sigue subiendo la venta a través de internet y redes sociales
  4. Argentina es el país donde más creció el consumo de cocaína en los últimos diez años. 

La Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD) dice que la Argentina lidera el consumo de cocaína en Sudamérica en porcentaje de población, con un 2,6% del universo de entre 15 y 64 años. Detrás se ubican Chile, con el 2,4%; Uruguay, con el 1,4%; Colombia, 0,8%; Brasil, con el 0,7; Venezuela, 0,6%; Perú, 0,5%; mientras que, en Paraguay y Ecuador, el índice de consumo alcanza el 0,3%.

Aunque Argentina es el país con mayor aumento de consumo de cocaína, Uruguay lidera el ránking per cápita: “Uruguay, Argentina y Chile son, en ese orden, los países con mayor consumo per cápita de cocaína en la región, a la vez que los de mayor ingreso per cápita”, dice el documento. 

La última encuesta oficial a nivel nacional es de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (SEDRONAR) de 2017 y dice que la marihuana es la droga ilícita que más se consume en el país, al igual que sucede en el mundo. “Entre 2010 y 2017, el consumo creció en todos los grupos de edad, tanto en varones como en mujeres. Sin embargo, son los varones y los jóvenes comprendidos entre los 18 y 24 años los que presentan las mayores tasas”, dice el informe. Sobre la cocaína en el país, dice SEDRONAR que “el 5,3 % de la población entre 12 y 65 años la consumió alguna vez en su vida, lo que implica un incremento del 100% con respecto al estudio del 2010. En comparación con el año 2010 se triplicó el consumo alguna vez en la vida entre adolescentes”. Resta conocer las cifras actualizadas.

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Ese trabajo nacional detalla que el consumo de pasta base de cocaína (“paco”) era, al menos hasta 2017, cercano al 1% de las personas de entre 18 y 24 años. Las cifras indican que Salta quintuplica el promedio nacional en ese consumo: es 0,5 a nivel nacional, mientras que en la provincia del norte la cifra se eleva a 2,5. Esa problemática habitual en barrios populares de todo el país llevó al nacimiento, en 2010, de la asociación Madres contra el Paco y por la Vida. Fue creada en Villa Lamadrid, Lomas de Zamora, cuando un grupo de mujeres que en los años 90 asistía a un comedor comunitario se organizó para prevenir y abordar en el territorio esos consumos problemáticos.

Panorama en el mundo

Para la ONU, el aumento mundial del consumo de drogas se debe, en parte, al crecimiento de la población de 2010 a 2020, que es el periodo estudiado (un 12%). Dice también que son unas 284 millones las personas de entre 15 y 64 años que consumieron algún tipo de droga en 2020 (una de cada 18), pero apenas un 13,6% de los consumidores sufrió trastornos derivados de las drogas, es decir, dependencia o necesidad de tratamientos. También vale la pena considerar que, en 2019, se registraron casi 500.000 muertes relacionadas con las drogas, lo cual representa un aumento del 17,5% en una década, con los opioides como la más letal, con el 77% del total. Por ahora, en el mundo, el cannabis sigue siendo el estupefaciente más consumido, con 209 millones de usuarios, un 23% más que en 2010.

Si se suma al análisis el efecto del tabaco y el alcohol, las cifras son muy superiores: en 2019, unas 12 millones de muertes en el mundo estuvieron relacionadas con el uso de sustancias psicoactivas. Las drogas representaron el 5% de esas muertes, frente al 73,1% del tabaco y el 21,5% del alcohol, siendo las sustancias legales de más fácil acceso. Otra advertencia del reporte de ONU es que, si se prolonga la guerra lanzada por Rusia en Ucrania, este país podría convertirse en un centro de producción de anfetaminas, una tendencia que ya se vio en otras zonas de conflicto, como Siria o Birmania.

También el informe hace distinción de géneros: dice que la mayoría de los consumidores de opioides o cocaína son hombres, pero las mujeres tienden a aumentar su ritmo de consumo y a desarrollar trastornos por uso de drogas con mayor rapidez que los hombres. “Se calcula que las mujeres representan actualmente entre el 45% y el 49% de quienes consumen anfetaminas y usuarios no médicos de estimulantes farmacéuticos, opiáceos farmacéuticos, sedantes y tranquilizantes”, pero están infrarrepresentadas en tratamientos de drogadicción. 

Efecto covid

Uno de los últimos trabajos de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) dice que, “en un principio, las restricciones relacionadas con la pandemia de COVID-19 interrumpieron las rutas de tráfico de drogas y las cadenas de suministro de precursores en América del Norte. Sin embargo, los traficantes de drogas encontraron rápidamente otras rutas y métodos” y precisa datos de un trabajo del Departamento de Estado de los Estados Unidos: “Se indicó que habían aumentado la fabricación, el tráfico y el consumo de metanfetamina y que México seguía siendo la principal fuente de heroína y metanfetamina para los Estados Unidos, que era a su vez el principal país de tránsito de la cocaína procedente de América del Sur y una fuente y ruta de tránsito del fentanilo. Canadá siguió siendo una de las principales fuentes de tráfico de drogas sintéticas, cannabis y éxtasis hacia los Estados Unidos. El Ministerio de Salud del Canadá indicó que, desde 2019, la metanfetamina y la cocaína habían pasado a ser las dos sustancias incautadas con más frecuencia por las fuerzas del orden de ese país”.

Dice también el reporte de JIFE que, en “el confinamiento inicial por la COVID-19, se incrementó el tráfico de cocaína procedente de América del Sur por vía marítima, en particular hacia países de Centroamérica. En el segundo semestre de 2020, cuando se aligeraron algunas de las restricciones, las cantidades de droga incautada en América Latina y el Caribe indicaron que las actividades de tráfico se habían reanudado”.

Desde el Observatorio Argentino de Drogas (OAD), SEDRONAR estudió las modificaciones en los hábitos de consumo durante el aislamiento preventivo de la pandemia (ASPO). De ahí se desprende que “la situación de excepcionalidad que instituye el ASPO, resultó constituirse en un extraordinario analizador de los fenómenos sociales. Mostró la importancia de la multidimensionalidad en las situaciones de consumo, especialmente el peso de los grandes estructuradores de la vida social como el trabajo y la gran relevancia que tienen los vínculos sociales para el modo en que los consumos de sustancias se relacionan con otras tantas prácticas (…) en la mayoría de los grupos se comentó que se extrañaban tanto personas como espacios de sociabilidad por fuera del hogar”.

Consumos problemáticos

Algunos dirán que ese número va subiendo porque es porcentual y sube también la población, pero lo concreto es que sigue siendo bajo el porcentaje de los consumidores que abusa de las sustancias y sufre trastornos derivados de ellas. Hoy, ese 13,6% de los consumidores que, según ONU, padece dependencia o necesidad de tratamientos representa a unas 38.624.000 personas en el mundo. 

El informe anterior de la ONU decía que, entre los “consumidores de cannabis, opiáceos, cocaína y ETA (estimulantes de tipo anfetamínico), se calculan entre 16 y 38 millones los consumidores problemáticos de drogas en 2008, lo que supone entre el 10% y el 15% de todas las personas que consumieron drogas ese año”. Indicaba también el trabajo que, “después de los opiáceos, la cocaína es la droga más problemática en todo el mundo, especialmente en América. Aunque esa proporción ha disminuido, cerca de la mitad (46%) de todas las personas que reciben tratamiento en América, lo recibe por consumo de cocaína”. 

Medidas locales

“Las problemáticas de consumo vienen teniendo una creciente prevalencia a nivel mundial y se observan en todos los estamentos sociales: no sólo emergen como respuesta al padecimiento subjetivo o a la vulneración de derechos, sino que también funcionan como dadoras de identidad, en un contexto de sociedad de consumo y fragmentación de los lazos sociales, además de un significativo aumento de la medicalización de la vida”, analiza para Cenital la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, y advierte: “Por eso es necesario diseñar respuestas sanitarias integrales e intersectoriales, que puedan abordar de manera situada a personas y comunidades a partir de procesos de fortalecimiento del tejido comunitario, con especial énfasis en el acceso a derechos”. 

La funcionaria dice que eso inspiró el Plan Federal de Abordaje Integral de Salud Mental y Consumos problemáticos, presentado hace unos meses por el presidente Alberto Fernández, para “fortalecer, integrar y ejercer la rectoría en el abordaje integral e integrado de los consumos problemáticos, teniendo en cuenta las particularidades geográficas y culturales de cada jurisdicción, y una perspectiva de géneros”. 

El Plan Integral Nacional (ley 26.934) ofrece atención gratuita y entiende por consumo problemático “cualquier conducta que no podés controlar y que afecta tu salud física, psíquica o tus relaciones sociales”. Además, detalla: “Son consumos problemáticos: el alcohol, el tabaco, las drogas, el juego, la tecnología, las compras, la alimentación o cualquier otro consumo que un médico diagnostique como compulsivo, es decir, fuera de tu control”.

Opiáceos

Para ONU, el mundo sufre hoy dos epidemias del uso no médico de algunos opiáceos. En Estados Unidos, el fentanilo, una droga sintética cien veces más potente que la morfina, que impulsó el año pasado más de 100.000 muertes por sobredosis. Y en África, el tramadol, un analgésico potente, derivado de la morfina, que Naciones Unidas tilda de «amenaza».

Según datos del Centro de Estadísticas Sanitarias de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), las muertes anuales por sobredosis de drogas alcanzaron el año pasado el récord de 105.752 fallecimientos en el período de 12 meses que finalizó en octubre de 2021.

Deep y dark web

La ONU dice que “los mercados de droga en la web oscura surgieron hace apenas una década, pero los más grandes alcanzan ya un valor de al menos 315 millones de dólares en ventas anuales. Aunque esto es solo una fracción de las ventas totales de drogas, la tendencia va en aumento, ya que se ha cuadruplicado entre 2011 y 2017 y entre mediados de 2017 y 2020”, lo cual describe un mercado cada vez más globalizado con “drogas más disponibles y accesibles en cualquier lugar”. Para el organismo, “esto, a su vez, podría desencadenar cambios acelerados en los patrones de consumo de drogas y tener implicaciones para la salud pública”.

Se siente periodista desde antes de terminar la escuela, cuando colaboraba en programas de Rock & Pop y Supernova. Trabajó en Información General; salud y educación son sus temas preferidos. Hizo tele de chica y madrugó siete años para el aire de Metro. Hoy es conductora de Ahora Dicen en Futurock. Trata de no ser tan porteñocéntrica.