Milei en cadena: sigue el ajuste y solo habrá rebote si hay lluvia de inversiones

El Presidente apostó a la épica y maquilló los números para intentar sostener a una población que viene aguantando. Hoy marchan las universidades. ¿Punto de inflexión?

Tras una semana particularmente negativa para su gobierno por el rechazo del FMI a enviar fondos frescos, el autoaumento de sueldo de los senadores (incluyendo a los libertarios) y el reclamo de las universidades públicas (que hoy tendrá su corolario), el presidente Javier Milei buscó retomar la centralidad de la agenda con un festejo del ajuste. Apostó a toda la artillería comunicacional del Estado: cadena nacional, en horario central, con réplica en redes a caballito del ejército de trolls oficiales. Y a números embellecidos: superávit financiero de 0,2% del PBI para el primer trimestre, dijo el Presidente, lo que no sucedía desde 2008.

Pero por si fuera poco, y como ese ahorro, aunque festejado, no alcanza, Milei anunció: “Hemos recorrido más de la mitad del camino (falta todavía un ¿40%, 30%?). Este es el último tramo de un esfuerzo heroico que los argentinos estamos haciendo y por primera vez en mucho tiempo esta vez el esfuerzo va a valer la pena”. Es decir, lo que en la previa algunos analistas evaluaban como el posible anuncio del levantamiento del cepo o de la llegada de dólares frescos terminó siendo una ratificación del recorte. Con un condimento extraño: el Presidente se desdijo de su exaltación de la “licuadora” y argumentó que casi todo el ahorro fue por “motosierra”.

“Este milagro económico que ha sido lograr superávit financiero trimestral luego de casi 20 años, responde, a diferencia de lo que suelen afirmar los que quieren el fracaso de este gobierno, en enorme medida a lo que durante la campaña llamamos ‘motosierra’ y no como dicen algunos a la licuación del gasto público”, dijo Milei, un mes después de haber reconocido lo contrario. Acaso reivindicar recortarle poder adquisitivo a los jubilados sirva en una entrevista con LN+ pero no en una cadena nacional en prime time.

Fue, sin dudas, llamativa la decisión del presidente de hacer eje en ese tema. Según dijo, de los cinco puntos del déficit del Tesoro que recortó, solo 0,4% corresponden a la decisión de cambiar la fórmula de ajuste de las jubilaciones. Analiza los números a contramano del 99% de los economistas. Como dijo el primer ministro de Economía de Mauricio Macri, Alfonso Prat Gay: “La mitad del ajuste fiscal del primer trimestre es recorte real en jubilaciones. Fin.”

También con mirada crítica, el economista Roberto Cachanosky advirtió que el Gobierno logra los números que festeja el presidente con licuación del gasto y aumento de impuestos: el PAÍS, que pasó de 7,5% a 17,5%; y los impuestos integrados en las boletas de servicios como la energía eléctrica o el gas, que aumentan al ritmo del incremento en el precio de esos servicios. Habría que sumar a ese paquete, señaló Cachanosky en IP, el intento de restablecer Ganancias para los trabajadores. A esta mirada crítica se sumaron, más esperables, las voces del panperonismo, como lo llama Sergio Massa.

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El ajuste, además, resultó ser la única promesa de campaña que Javier Milei mantiene viva. A doce horas del comienzo de la marcha en contra del recorte a la universidad pública, el mandatario no dudó en avisar: “No esperen la salida de la mano del gasto público. La era del supuesto Estado presente ha terminado”. Y, como ya había hecho en Bariloche, prometió devolverle al sector privado “quince puntos del PBI” bajo la forma de una rebaja impositiva que favorezca las inversiones.

Y es en ese punto, en la expectativa por la lluvia de inversiones, donde el presidente mostró sus cartas. Según coinciden analistas y economistas de distintas vertientes ideológicas y partidarias, el modelo económico de Milei solo cierra con una inyección de dólares que por ahora no están dispuestos a aportar ni los privados ni el FMI. A unos les prometió baja de impuestos, al Fondo, que insistentemente le pide que tenga cuidado con que el peso del ajuste no recaiga sobre los más necesitados, le aseguró que la licuadora “es económicamente sustentable y moralmente deseable”. A su lado estaba, parado estoico, el ministro de Economía, Luis Caputo, que en las últimas 48 horas escuchó: “Soy una doctora en química trabajando para el gobierno de los Estados Unidos gracias a haber estudiado en la universidad nacional que ustedes están tratando de liquidar”, en Miami; y “Chorro, hijo de puta, devolvé la que te robaste”, en Casa Rosada. A la última frase le respondió con un fuck you.

Otras lecturas:

«Las señales de la Corte meten presión a Diputados para voltear el DNU». Por Noelia Barral Grigera.
«El Gobierno prepara apertura gradual del cepo con prioridad para importadores». Por Esteban Rafele.

Es periodista, licenciada en Comunicación Social. Conduce el noticiero central del canal IP. Es docente titular de la cátedra Televisión en la Facultad de Ciencias Sociales de la UNLZ. Es autora de El Otro Yo, la biografía de Nicolás Caputo (Planeta, 2017).