Vicentin: el tiempo juega a favor de JxC, que busca su 125

A medida que pasan los días y el conglomerado opositor va sumando ruido en contra de la expropiación de Vicentin decrecen las chances de que el proyecto anunciado por el Presidente tenga un trámite veloz en el Congreso. La iniciativa, comunicada por Alberto Fernández en conferencia de prensa hace 10 días, todavía no pasó de ser un borrador y muchas declaraciones oficiales, sin lograr materializarse en la Mesa de Entradas del Senado de la Nación. En ese interín, Juntos por el Cambio y el sector más antiperonista de la Mesa de Enlace se encargaron de despabilar a los ciudadanos de cacerola fácil y sumaron presión sobre los diputados que terminarán definiendo la suerte del demorado proyecto: los “federales” de Roberto Lavagna y Juan Schiaretti, entre otros.

Con 41 votos que allanan el camino en el Senado, la inquietud del Frente de Todos pasa por Diputados, adonde necesita ayuda para convertir a sus 119 votos en una mayoría sólida que asegure el quórum (129) y la sanción. El único lugar adonde buscar esas voluntades extra son los interbloques Federal (que preside Eduardo “Bali” Bucca) y Unidad Federal para el Desarrollo (a cargo de José Luis Ramón). No son bancadas homogéneas o con una jefatura política unificada, aunque han logrado coordinar objetivos. En el Interbloque Federal revistan los diputados de Schiaretti, los de Lavagna y los socialistas. En Unidad Federal, en tanto, recalaron -por intermediación del ex presidente de la Cámara, Emilio Monzó- los tres ex cambiemitas que rompieron con el PRO en diciembre Pablo Ansaloni (cuyo gremio, Uatre, se pronunció a favor de la expropiación), Antonio Carambia y Beatriz Ávila. Ahora comparten bancada con Ramon, tres diputados misioneros y un rionegrino del oficialismo provincial.

Por ahora, en el conteo de votos que monitorean periódicamente el radical Mario Negri y el larretista Álvaro González, Juntos por el Cambio necesita conseguir 4 votos más por la negativa y no cree posible lograrlos. Por ahora. La lectura que hacen los opositores tiene que ver con la situación financiera de las provincias y su dependencia de la Nación para afrontar, sobre todo, la deuda en dólares que tomaron durante el gobierno de Mauricio Macri. Particularmente delicada es la situación de Córdoba, que debe 2.600 millones de dólares y se enfrenta a la necesidad de reestructurar cuanto antes, pero está atada a la negociación que lleva adelante el ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán.

El lunes feriado, Negri aprovechó la jornada para reunirse con la Mesa de Enlace en su provincia. Participaron también otros diputados de Juntos por el Cambio y, aunque también habían sido invitados los peronistas que responden a Schiaretti, avisaron que irán más adelante. Esa ausencia generó suspicacias. “Votan con los K, por eso no fueron. El Gringo está hasta las manos de deuda y tiene la Caja de Jubilaciones en llamas”, rezongaban en el bloque opositor. “El gobernador va a hacer lo que sea mejor para los cordobeses”, dicen crípticos en el gabinete provincial. Sin los cuatro votos cordobeses de Alejandra Vigo, Claudia Márquez, Paulo Cassinerio y Carlos Gutiérrez, Juntos por el Cambio no cree posible llegar a los 129 para tener certeza absoluta de que podrá bloquear la expropiación.

A tono con la hipótesis opositora, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, anunció en las últimas horas un fondo fiduciario de $ 120.000 millones para Córdoba, Santa Fe (sede de Vicentin), Misiones y Santa Cruz. Nada es casual. Además de los mediterráneos, también serán claves los votos de los misioneros Flavia Morales, Diego Sartori y Ricardo Wellbach, del Frente de la Concordia, y del rionegrino Luis Digiácomo de Juntos Somos Río Negro. El fundador de esa fuerza política, Alberto Weretilneck, apoyó con su voto en el Senado la creación de una comisión para investigar lo que definió como una “conducta cuasidelictiva” por parte de Vicentin.

“Va a ser muy importante el timing. Cambiemos está laburando a full, es su oportunidad de tener una primera victoria importante”, reconocen en la bancada opositora. A medida que pasan los días, se esperanzan con lograr un bloqueo en Diputados. La demora del Gobierno en enviar el proyecto de ley, sienten, los favorece. Al igual que las protestas en Santa Fe y, de más está decirlo, la desigual cobertura mediática que reciben las manifestaciones provinciales a favor de la expropiación, como la que llevaron adelante los trabajadores que no cobran sus sueldos.

Preparando la discusión, circula en el macrismo un texto de una carilla con la versión del ex presidente del Banco Nación, Javier González Fraga, para explicar el millonario crédito otorgado a Vicentin aún cuando la empresa ya mostraba dificultades para devolver el dinero.

Según el punto 4 de ese paper, ”el empeoramiento de la situación financiera de la empresa se agrava cuando, a partir de comienzos del 2019, crece la probabilidad de que el kirchnerismo vuelva al gobierno”. Para Juntos por el Cambio, fue la adhesión de los votantes al proyecto del Frente de Todos lo que causó el aumento del riesgo país, “lo que encarece y dificulta el crédito externo, que es la fuente habitual de financiamiento de estas empresas exportadoras”, explica el documento. Además, también culpa al peronismo por “el riesgo de devaluación que se verifica al pasar el tipo de cambio a $40 y se intensifica después de las PASO cuando supera los $60 por dólar” y por “la corrida financiera pos PASO de depósitos en dólares que impide que Vicentín logre financiamiento en la banca local”. Nada dice de la demora de Mauricio Macri en ajustar el control de capitales. Además, dice el texto, “el temor a mayores retenciones, que se confirma en diciembre, incita a los productores que tenían granos en Vicentin a solicitar el pago de los mismos con anticipación” y “ese monto superaba los u$s 400 millones”. Una cuestión de expectativas, a juicio de González Fraga.

El ex titular del Nación rechaza en negritas que el proceso de endeudamiento de la empresa con el Banco haya superado los márgenes permitidos y señala que las versiones “sobre las presiones de la Casa Rosada (para seguir prestándole dinero) son inexactas y no hay un solo funcionario que las subscriba”. Llamativamente las califica de “inexactas” y no de “falsas” o “mentirosas”.

González Fraga está imputado judicialmente junto a los directivos de Vicentin Gustavo Nardelli y Alberto Padoan en el juzgado de Julián Ercolini por estos manejos, aunque todavía no fueron citados a declaración indagatoria.

Esa, la de “declaración indagatoria” es una fórmula que cada vez más se multiplica en las crónicas periodísticas sobre ex funcionarios. Tal vez en los próximos días aparezca en titulares periodísticos junto al nombre del ex secretario de Finanzas, Santiago Bausili, investigado en la fiscalía de Federico Delgado por negociaciones incompatibles en la emisión de deuda externa. El fiscal recibió en las últimas horas un informe de la Oficina Anticorrupción en el que consta que Bausili incurrió en conflictos de interés.

Lo insólito del episodio es que esa incompatibilidad había sido establecida durante la gestión de Laura Alonso al frente de la OA, pero la funcionaria no llegó a remitir el dictamen al juzgado que investiga no solo a Bausili sino también al ex ministro de Finanzas Luis “Toto” Caputo. La causa data de 2018. Entonces, el diputado nacional Rodolfo Tailhade denunció que Bausili cobró bonos del Deutsche Bank -entidad para la que había trabajado- mientras ya estaba trabajando en el gobierno de Mauricio Macri. Y que además, junto al ministro Caputo, designaron nada menos que al Deutsche Bank para colocar bonos argentinos a cambio de jugosas comisiones en dólares.