Todo lo sólido se desvanece en el aire

Se cayó WhatsApp y con eso se cayó internet, en una edición especial de Burofax.

Hola, ¿cómo estás? Este es un envío especial de Burofax por la caída de ayer.

Todas las redes de Facebook (o sea Facebook, WhatsApp e Instagram) estuvieron caídas por más de siete horas y todos tuvimos tiempo para darnos cuenta qué lugar tan importante ocupan los productos de Zuckerberg en nuestras vidas. Es irónico que Facebook brille más por su ausencia que por su presencia. Tan incorporado lo tenemos a nuestra vida, que reparamos poco en el enorme espacio que ocupa. En cambio, cuando no está, se nota mucho.

La razón por la que se cayó es irrelevante, ya está arreglado y seguramente eso que pasó no vuelva a pasar -aunque seguramente también estas redes vuelvan a caerse-. Me interesa ir más allá del hecho puntual y hablar de tres cosas: qué es internet, qué rol cumple WhatsApp para la población y qué rol cumple Facebook para los gobiernos. 

Sobre lo primero, internet es literalmente una red de redes y hay de todo, pero lo cierto es que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en tres o cuatro sitios -que en muchos casos pertenecen a la misma compañía-. Es decir, para algunas personas internet es Facebook y esto se hizo evidente hace varios años con el escándalo de Free Basics. Ya lo mencioné en una edición del newsletter, Free Basics era el nombre de la internet gratuita que Zuckerberg prometió para ciertas regiones de India, pero luego resultó que lo que planeaba proveer gratis no era internet, sino Facebook. Esto es, te conectabas a la red con el servicio de Facebook y accedías a Facebook -y no al resto de la internet-. Ese caso era un poco exagerado (¡se nota mucho!), pero en realidad todos pasamos mucho tiempo, si no la mayor parte de nuestro tiempo, en estas redes con dueño y no, simplemente, en internet. 

Sobre el rol de WhatsApp para la población hace tiempo se habla de que Facebook es un servicio básico, tan básico como la electricidad o el gas, y que debería ser regulado como tal. Por supuesto esto varía entre países (en Estados Unidos se usa poco WhatsApp, en otros muchísimo), pero en los países en que la penetración de esa red de mensajería es total (por ejemplo, Brasil) es básicamente el teléfono y el medio de comunicación básico. Entonces lo que pasó ayer no es un “no puedo mandarme stickers con amigues”, sino un “no puedo comunicarme con nadie”. Con la diferencia de que cuando se corta la luz, tenemos un número al que llamar y acá no había con quién comunicarse. Ojo, si Facebook no hubiera comprado Instagram en 2012 y WhatsApp en 2014, ayer se hubiera caído una red de mensajería, y no tres. Esto es, se ha vuelto un servicio básico a base de concentración.

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Finalmente, un comentario sobre Facebook y los gobiernos. Cada vez más las administraciones usan Facebook y sus redes para comunicar políticas. No sólo Aerolíneas Argentinas te atiende por WhatsApp, sino que el gobierno argentino estaba dando turnos para la vacuna por esa misma red. Esto es sumamente riesgoso, porque es una privatización encubierta, sin contrato y sin aviso. Nuevamente, cuando se corta la luz el gobierno puede tomar medidas (ejemplo, multar empresas), pero cuando se corta WhatsApp, no hay nada que ningún gobierno pueda hacer.

Yapa: en estas semanas salió en todos lados el nombre de una ex empleada de Facebook que, decepcionada con la empresa, filtró documentos y datos. Los diarios reportaron que Frances Haugen afirma que “Facebook pone sus ganancias por encima del bien público”. Premio revelación. Más allá de contar estas novedades, Frances entregó al Wall Street Journal varios documentos valiosos que comprueban que esta empresa sabe bien qué hace y qué no hace, y que no comete errores, sino aciertos en lo que es un rumbo determinado. Haugen pide que los gobiernos regulen a esta empresa -algo que creo que va a suceder más temprano que tarde-.

Gracias por llegar hasta acá.

Un abrazo,

Jimena

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Soy economista (UBA) y Doctora en Ciencia Política (Cornell University). Me interesan las diferentes formas de organización de las economías, la articulación entre lo público y lo privado y la relación entre el capital y el trabajo, entre otros temas. Nací en Perú, crecí en Buenos Aires, estudié en Estados Unidos, y vivo en Londres. La pandemia me llevó a descubrir el amor por las plantas y ahora estoy rodeada de ellas.