Sé que sobran ganas pero siempre hay algo que mata

Un compilado de noticias que logran captar mi escasa atención.

Holis, ¿cómo andás? Yo, errática. La concentración me dura lo que tardan mis gatos en hacer un ruido. El buen humor, el lapso entre que me despierto y leo un tweet reaccionario. El malo, lo que tardan en llegar un delivery con una porción de torta y Lauti en atenderme el teléfono y consolarme. Otrora una persona disciplinada, estos días se me pasan sin saber bien en qué, no logro armar agenda, tardo 3 horas en hacer algo que me llevaba 20 minutos, se me acumulan tragos sin tomar con personas que quiero, de repente decido usar una tarde para ir a mirar muebles que no necesito.

* El meme dice: Dios después de poner el punto g masculino en el ano y luego decir que la homosexualidad es un pecado/soy tan impredecible, no puedo creer que hice eso (rarísima la traducción, ¿algún intérprete o traductor en la sala?)

A esta altura, no puedo más que pensar que estoy hecha a imagen y semejanza de la pandemia. Me llegan fotos de mis amichas vacunándose, qué bien. En Reino Unido aumentan los casos y las muertes, qué mal. Abren los cines, qué bien. Prolongan el confinamiento en Sidney, qué mal. No dudo de la eficacia y necesidad de vacunarnos todos y están llegando vacunas, qué bien. Creo que, a pesar de mi escepticismo general y lo que dice la información con la que cuento, me ilusioné con que la vacunación iba a terminar con los contagios y no va a ser tan así, qué mal.

Se me agolpan los pensamientos en la frente y las sensaciones en la mandíbula que aprieto, los pies que golpeteo, el cuello que me suena. Pero lo que pienso no me importa mucho. Sé que la pandemia no es azarosa y que yo tampoco. Que estoy cansada y cuando estoy cansada solo me queda lugar para hacer lo que tengo ganas y pensar lo que lo justifica. Y que es peligroso, pero extraño cuando el peligro podía ser una decisión individual. Cuando podía hacer cosas que sabía que no me convenían porque quería saber cómo se sentían. En el segundo año de pandemia, me doy cuenta que el riesgo era un lujo que la presión por contener el destino de la humanidad en mi prudencia agotó tanto como a mi cabeza. Quiero pensar mal, equivocarme a propósito y no puedo, así que pienso cualquier cosa. Salto de un tema al otro. Escribo una oración, agarro el celu. Escribo otra, me hago un sanguchito. Termino un párrafo. Respiro. Sigo, no pienso.

La edición de hoy, entonces, va medio así: un compilado de cosas que logran captar mi escasa atención. Te las tiro sin ningún tipo de relación entre sí, evaluación de su relevancia en la formación de opinión pública o intención de hacerlas circular. Ya verán vos y tu inestabilidad qué tienen ganas de hacer con eso.

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Mi heroína en este lío

Cuando cuesta prestar atención no hay nada peor que el sobreestímulo, porque no solo pesa no tenerla sino no saber dónde ponerla si la tuviéramos. Así como todo el tiempo se identifican nuevas variantes y mutaciones del coronavirus gracias a los sistemas de vigilancia epidemiológica, también vamos conociendo nuevos aspectos de la respuesta inmune gracias a que la observamos permanentemente.

En esta nota de Nature se describe la investigación que descubrió que hay un tipo de anticuerpo que neutraliza no solo muchas variantes de coronavirus, sino también varios otros patógenos de la familia.

Al analizar 12 tipos de anticuerpos aislados a partir de muestras de pacientes recuperados, el equipo se concentró en lo que llamamos “complejo llave-cerradura”, que son ciertas partes de los virus que se unen a ciertas partes de las células. En este caso, lo que hicieron fue compilar una lista de miles de mutaciones de las “llaves” de un montón de variantes de coronavirus y de otros virus parecidos, todos pertenecientes a un grupo llamado sarbecovirus. Después, probaron cómo interactuaban con los anticuerpos, considerando que, si las “llaves” entraban en las “cerraduras”, los anticuerpos funcionaban, ya que de esta forma se unen a los virus y no los dejan entrar en las células.

Un tipo de anticuerpo, el S2H97, se adhirió a todas las variantes de sarbecovirus que probaron, impidiendo que se propagaran entre las células cultivadas en el laboratorio, así como protegiendo hámsters de infectarse con coronavirus.

Un examen más detallado de la estructura molecular de S2H97 reveló que se enfoca en una región del complejo llave-cerradura que hasta ahora no se había visto y que está bien escondida, una sección que sólo se revela cuando «la llave» se levanta para unirse a un receptor celular. Los investigadores señalan que las moléculas que se orientan a esta región del complejo podrían generar protección contra múltiples virus, y algún día podrían utilizarse en vacunas contra todos los sarbecovirus.

Y termino de nuevo con otra

Vamos con tema variantes y, ya que hoy estoy re en una, vamos con tema variantes desde las fuentes primarias. Porque en esto que me pasa con la falta de atención me está resultando más fácil leer papers que noticias. Los primeros me obligan a tener algo para anotar cerca, recordar nombres técnicos y chequear gráficos. Con las noticias, en cambio, leo la mitad y me disperso. Así que acá te dejo dos trabajos que me permitieron procesar algo de data sobre las variantes:

1- En éste se documenta la actividad neutralizante del suero de personas vacunadas con Sputnik V para variantes de preocupación internacional y otras endémicas de Moscú. ¿Los resultados? Para las variantes endémicas, la de Reino Unido y un tipo de variante de delta (la .3), no hubo disminución significativa de la actividad neutralizante. Para la variante sudafricana, la gamma y otro tipo de variante delta (la .2), sí. Y acá podemos introducir un concepto, el fold change, que describe la relación entre dos mediciones del mismo parámetro, en este caso, la actividad neutralizante. Por ejemplo, un cambio de 30 a 15 se describe como una disminución del fold (o fold decrease) de 0.5. En este caso, el fold decrease en la actividad neutralizante para las variantes sudafricana, gamma y la delta.2 fue de 3.1, 2.8 y 2.5  respectivamente, un valor menor que el reportado para otras vacunas.

2- Y ahora que sabés lo que es el fold decrease, este apartado va cortito y al pie. En un análisis de plasma de individuos vacunados con fórmulas de ARN (como son las vacunas de Pfizer o Moderna), se observó un fold decrease de 2 y 3.5, respectivamente. Lo que se midió fue la actividad neutralizante de 34 anticuerpos específicos contra una mutación presente en las variantes californianas y se vio disminución en 14, así como la anulación de la actividad neutralizante de todos los anticuerpos específicos que se midieron contra otras 2 mutaciones de las mismas variantes. 

¿Qué implican estos estudios? Que los parámetros observados anteriormente para determinar la capacidad inmunogenerativa de las vacunas tienen valores menores cuando se miden con las nuevas variantes. ¿Eso quiere decir que las vacunas no sirven? No. La respuesta inmune es compleja y estas investigaciones miden parámetros muy específicos, que pueden ser importantes pero que no reflejan el todo. La efectividad de las vacunas se mide con ensayos clínicos y monitoreos de casos, pero, en caso de observarse una disminución de la efectividad, tener estas observaciones tan puntuales es muy útil para buscar dónde hay que hacer ajustes.

No se llena este vacío

Si hay algo con lo que me siento una mosca yendo hacia la luz en términos de atención es con las teorías conspirativas. Sobre todo porque suelen surgir de dudas genuinas, como por ejemplo, ¿de dónde salió el coronavirus?

Si bien ya hemos dicho que la posición respecto al accidente de laboratorio no califica como teoría conspirativa sino que es algo que debe ser evaluado, no puedo evitar pensarlo cinematográficamente. Pero, además de mi vocación por el drama, sería un alivio, ¿no? Un accidente o error, incluso una voluntad maligna infinita, son mucho más fáciles de manejar que un sistema desbocado. Sin embargo, hay nueva evidencia que apoya la teoría de un origen natural, a saber:

  • Un informe que documenta que, durante los dos años previos a la pandemia, los mercados en Wuhan vendían animales vivos susceptibles al virus, incluidas civetas de las palmeras y perros mapaches, dos criaturas que me dieron ganas de escribir el news en chino a ver si me mandan fotos de estas mascotas (por supuesto mi atención se desvió completamente y pasé una hora mirando fotos de los animales).
  • Hay mucha similitud entre la epidemia de COVID y la de SARS: los dos virus surgieron en China hacia el final del otoño y los primeros casos aparecieron cerca de mercados de animales en ciudades (Wuhan y Shenzhen). En el caso del SARS, se logró establecer que se originó en virus que infectaron murciélagos en zonas lejanas a Shenzhen. Basándose en la distribución de virus parecidos al coronavirus en Asia, sería razonable suponer que el origen estará lejos de Wuhan.
  • Uno de los firmantes de la carta que pedía tomar más en serio la teoría de la fuga del laboratorio es ahora coautor de un paper que argumenta a favor del origen natural. ¿Las razones del cambio de opinión? El mercado está en el epicentro de la pandemia y se ve como los primeros casos son bien cercanos a él y se van dispersando. En cambio, no se ve un cluster de casos tempranos cerca del laboratorio.
  • El genoma del coronavirus no muestra señales de haber sido manipulado y la diversidad de virus de esta familia encontrada en los murciélagos asiáticos bien podría dar cuenta de la deriva evolutiva del coronavirus.

Obvio que hay investigadores que dicen que no se tiene en cuenta, por ejemplo, la posibilidad de que un trabajador del laboratorio haya contraído coronavirus mientras hacía trabajo de campo con murciélagos o que, básicamente, lo que están diciendo es que, como las pandemias anteriores fueron de origen natural, ésta también. Habrá que esperar a ver qué dice la comisión que Joe Biden armó para investigar la teoría del laboratorio. Seguiremos atentos.

No hagas que vaya a buscarte y te diga todo lo que siento

Nada captura tanto la atención como una discusión. Si veo algo con lo que no estoy de acuerdo, hacia allá voy. Si alguien me confronta, me es imposible soltar la conversación hasta demostrar que tengo razón o que me demuestren que estoy equivocada.

Este artículo de Aeon habla de las discusiones como una parte vital del desarrollo del pensamiento humano.

Arranca con los hermanos Wright, señalando que los creadores del aeroplano no eran científicos ni ingenieros, no habían ido a la universidad ni contaban con el apoyo de una corporación, pero sí eran grandes discutidores. Después de cenar, su papá les daba un tema y los hacía discutir vigorosamente sin ser irrespetuosos. Después, los hacía cambiar de posición, el que estaba a favor pasaba a estar en contra y volvían a empezar. Su habilidad para discutir productivamente fue la que los hizo llegar a la idea que permitió sostener un medio de transporte en el aire.

Sigue con Sócrates, que se paraba en una plaza y le preguntaba a la gente en qué creía y les iba haciendo preguntas para que justificaran esa creencia. La persistencia del cuestionamiento solía mostrar que la seguridad inicial no se sostenía tan impolutamente. La idea fundamental detrás de este proceso es que personas con distintas perspectivas pueden disentir de forma taxativa pero aun así colaborar, como en el ideal jurídico, en el que en los juicios cada parte disecta los argumentos de la otra para encontrar la justicia.

Salto a hoy. Esto se está perdiendo. El desacuerdo está asociado con tirrias personales, estrés y futilidad, en parte por el tipo de peleas horribles que vemos en las redes sociales. Además, gracias a la investigación en cognición humana, cada vez estamos más conscientes de los sesgos al argumentar, como el famoso sesgo de confirmación, que nos hace elegir un lado y sostenerlo en vez de formar una posición sopesando evidencia proveniente de distintas posiciones. Solemos buscar cosas que confirmen nuestra opinión más que cosas que la refuten, aunque el segundo método es el que nos podría dar una confirmación más fuerte. Por otro lado, evitar la confrontación no tiene un efecto constructivo, sino que anquilosa nuestras diferencias y las transforma en resentimiento silencioso.

La nota continúa diciendo que los humanos tenemos una aversión a la posibilidad de estar equivocados. Esto nos hace más propensos a creer mentiras de aquellos que nos dicen cosas que ya estamos dispuestos a creer. Esto no tendría sentido evolutivo si la razón sirviera para buscar la verdad, pero, según algunos investigadores, la razón evolucionó para hacernos argumentar mejor. 

En el debate acerca de la naturaleza de la inteligencia humana, hay dos posiciones: «interaccionistas» e «intelectualistas». Para los intelectualistas, la finalidad de nuestra capacidad de razonamiento es permitir a los individuos adquirir conocimientos sobre el mundo. Para los interaccionistas, en cambio, la razón no ha evolucionado para ayudar a los individuos a alcanzar la verdad, sino para facilitar la comunicación y la cooperación en grupo, un factor determinante para la supervivencia de estos primates pequeños y débiles que somos. “Aunque los seres humanos hemos acumulado un vasto acervo de conocimientos colectivos, cada uno de nosotros por sí solo sabe sorprendentemente poco, y a menudo menos de lo que se imagina (por ejemplo, tendemos a sobreestimar nuestra comprensión incluso de elementos mundanos, como cierres, inodoros y bicicletas). Sin embargo, cada uno de nosotros está conectado a una vasta red de inteligencia, que incluye tanto a los muertos como a los vivos”.

Según esta perspectiva, el sesgo de confirmación es, en realidad, una característica, no un error, de la cognición humana. Maximiza la contribución de cada individuo a un grupo, motivándolo a generar nueva información y nuevos argumentos. Cuando alguien nos contradice, nos motiva a pensar en todas las razones por las que tenemos razón y la otra persona está equivocada. Puede que lo hagamos por razones egoístas o emotivas, como justificarnos o demostrar nuestra inteligencia. Aun así, estamos ayudando a generar una diversidad de puntos de vista y a seleccionar los argumentos más sólidos. Cuando nos sentimos obligados a exponer los mejores argumentos posibles, las respuestas que surjan serán más fuertes por haberse forjado en el desacuerdo.

Sin embargo, no todos los debates se dan productivamente. A veces, la gente simplemente coincide con la persona que se expresa con más confianza, o le da la razón a alguien porque parece ser lo más educado. Otras, cada uno defiende su punto de vista más allá de lo razonable y todo se convierte en una batalla de egos. ¿Cómo salir de esas dinámicas? Primero, disentir abiertamente. La inteligencia no sirve de nada si lo único que sucede es que las personas asienten frente a las voces más dominantes o al escuchar a quienes les caen bien. Segundo, hay que permitir la pasión sin que esto se convierta en ver quién grita más fuerte. Cuanto más fuerte se ponga la discusión más hay que escuchar. Tercero, la discusión debe darse entre personas que tienen un objetivo en común. Si cada uno aporta su sesgado y apasionado punto de vista recordando que la responsabilidad de argumentar bien no es para defender la propia reputación sino para lograr algo, lo que va a importar no es tener razón sino que la tengamos.

Como si hubiera nacido para esto

¿Leer para la tesis? Para qué si puedo pasar 16 minutos viendo este video de YouTube con doblaje en español y enterarme qué onda el experimento evolutivo más largo del mundo.

Resulta que en 1988 (me gustaría decir que el experimento más largo del mundo tiene más años que yo, pero no) empezaron a cultivar bacterias para observar las variaciones entre generaciones. Hoy, van por la camada n°74500. La misma cantidad de generaciones humanas equivaldría a 1.5 millones de años de evolución.

Si hoy no tenés 16 minutos, te recomiendo perder tu valiosa atención con este flash de experimento en el que, como todas las bacterias surgen de células individuales, puede considerarse que las mutaciones se dan de forma independiente, o sea que si se observa lo mismo en distintas colonias no puede atribuirse a un ancestro común que heredó el mismo rasgo. No es la selección natural repitiendo lo mismo una y otra vez, sino el mismo resultado a partir de distintos comienzos. Evolución, bb.

Quiere alguien con futuro y sin tanto cambio de humor

Son casi las 11 de la noche, iba a empezar este newsletter cuando me desperté, lo terminé arrancando a las 5 de la tarde. Paré incontables veces para mirar el celu, para hacerme un té. Cambié todas las noticias que había elegido, saqué varias porque se estaba haciendo tarde y lo estoy cerrando sin saber si dije algo, pero sabiendo que te hablé.

Me gustaría que escribir tuviera opción de fade out, porque hoy no tengo ninguna conclusión, solo el placer de saber que, a mis ganas de escribirte le responden tus ganas de leerme. Y que ya somos lo suficientemente amigos como para no necesitar excusas para mandarnos un mail.

Te mando un abrazo enorme,

Agostina

p/d: las refes de este news son de este temazo del último nuevo punk.

Soy comunicadora científica. Desde hace tres años formo parte del colectivo Economía Femini(s)ta, donde edito la sección de ciencia y coordino la campaña #MenstruAcción. Vivo en el Abasto con mis dos gatos y mi tortuga. A la tardecita me siento en algún bar del barrio a tomar vermú y discutir lecturas con amigas.