Radiografía de la educación pública porteña

Estiman que unos 25 mil chicos no cuentan con su vacante asignada para el presente ciclo lectivo. ¿Es un problema solucionable para la Ciudad de Buenos Aires? ¿Es culpa de la gestión o de la estructura que el conflicto se repita año tras año?

«Hasta abril no tenemos los números definitivos». La oración se repite entre voceros del ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires y refiere a los números de falta de vacantes en la inscripción online. Es decir, «los números definitivos» del sistema educativo van a llegar un mes después de empezado el ciclo lectivo y las autoridades ministeriales del distrito no hacen declaraciones hasta entonces. Así de hermética es la cartera educativa, una de las áreas más sensibles de la gestión del macrismo en territorio porteño, hoy conducida por la rionegrina Soledad Acuña, como ocurre desde que Horacio Rodríguez Larreta asumió la jefatura de gobierno, en 2015.

Algunas organizaciones de padres y madres calculan unos 25 mil chicos sin su vacante asignada para las clases de este año y reciben el apoyo de gremios docentes como la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), que los acompañan en las movilizaciones, al tiempo que reclaman para este año un aumento salarial del 40 por ciento. ¿Es el asunto de vacantes un problema solucionable para la Ciudad de Buenos Aires? ¿Es culpa de la gestión o de la estructura que el conflicto se repita año tras año? Paso a paso.

Composición, tema: universo escolar

Las vacantes que se habilitan cada año para los alumnos que viven en la Ciudad de Buenos Aires se dividen en tres niveles: inicial, primario y secundario. Si bien suele haber reclamos por falta de cupos para primaria y secundaria, el que genera mayores demandas es el inicial, más conocido como «jardín de infantes y preescolar», y ahí la disputa no es sólo de espacio sino también interpretativa.

El gobierno porteño argumenta que en la Argentina la escolaridad es obligatoria a partir de los 4 años de edad. Ocurre que la Constitución porteña, en su artículo 24, indica que el Estado debe «asegurar y financiar la educación pública, estatal, laica y gratuita en todos los niveles y modalidades, a partir de los cuarenta y cinco días de vida hasta el nivel superior». Se calcula que hay cerca de medio millón de chicos de 3 años de edad, pero los escolarizados representan la mitad.

En la última década, casi 200 mil chicos se inscribieron cada año para el secundario y poco menos de 300 mil en el nivel primario, la mitad de ellos en escuelas privadas, tendencia que fue en crecimiento.

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Escuelas privadas

«En la Ciudad de Buenos Aires, hace varios años que no hay paros docentes. Ha crecido la matrícula privada…la matrícula estatal sobre la privada», se corrigió hace un par de años el entonces jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, Marcos Peña, en su presentación ante el Congreso.

De acuerdo a la Dirección de Estadísticas y Censos de la Ciudad, en 2008 hubo 715.960 alumnos, sumando los tres niveles: 370.395 en el ámbito estatal y 345.565 en el privado. En 2015, el total fue 760.117: 389.229 en el estatal, 370.888 en el privado. Hubo una suba de 5% en el ámbito estatal y un 7,3% en el universo de escuelas privadas. En los últimos cinco años, las cifras se van modificando también en función de la crisis económica, pero se calcula que los datos más claros se verán con el Censo nacional que se hará en octubre.

Un informe del gobierno nacional de 2017 indica que hay grandes diferencias con otras provincias. Mientras que en la Ciudad de Buenos Aires, el 50% de la matrícula de inicial, primaria y secundaria asiste a escuelas de gestión privada, en la provincia de Formosa lo hace el 11%.

El sur de la Ciudad es la zona con menos escuelas públicas y, por ende, menos vacantes disponibles y superpoblación. Por eso el reclamo de mayores establecimientos educativos suele concentrarse en ese territorio y también la mayor dificultad para acceder a un cupo, ya que hay también problemas con el traslado, aunque el gobierno dispone para eso de algunos micros escolares.

La culpa del sistema online

El sistema de inscripción en línea es un método web del Ministerio de Educación porteño para quienes quieran ingresar a escuelas de gestión pública. Ofrece una lista de cinco escuelas, pre-seleccionadas según el barrio, y se pueden agregar tres más a elección. El método le da prioridad a que haya hermanos en la misma escuela y que quede cerca del domicilio.

Vacantes para Todxs en las Escuelas Públicas es una organización de padres y madres de alumnos, que surgió a fines de 2013 con la implementación del sistema de inscripción online. El ministro porteño de entonces, Esteban Bullrich, reconocía 7 mil niños en lista de espera después de la primera inscripción. Familias, docentes y organizaciones sociales empezaron a reclamar por esos números, por la falta de nuevas escuelas y por las malas condiciones edilicias.

Ante la falta de respuestas oficiales, en 2015 empezaron los amparos en la justicia, con apoyo de legisladores porteños del Frente de Izquierda de los Trabajadores. «Llevamos más de 500 amparos con un equipo de abogados que trabaja ad honorem para las familias», detalla Patricia Pines, de Vacante Para Todxs, y subraya: «El ministerio se niega a dar respuestas desde 2017, cuando, ante un pedido de informe de la Legislatura, reconoció que había 10.958 niños en lista de espera, la mayoría para nivel inicial. Haciendo una proyección, estimamos que este año quedaron fuera alrededor de 15 mil niños. Y a eso le sumamos otros 10 mil que asisten a Centros de Primera infancia (CPI)».

Centros de primera infancia

El gobierno porteño define a los CPI como «espacios creados para garantizar el crecimiento y desarrollo saludable de los niños de 45 días a tres años de edad en situación de vulnerabilidad social». Son guarderías con docentes contratados de marzo a diciembre, que no se rigen bajo el mismo estatuto que una escuela.

No suelen tener actividades de formación, sino sobre todo de cuidado de los niños, y tiene sus puestos concentrados en el sur de la Ciudad, el área de menores recursos de la Capital. Son gestionados por organizaciones de la sociedad civil y reciben un subsidio estatal para cuidar chicos. No dependen del Ministerio de Educación sino del área de Desarrollo Humano.

Fallos judiciales

En septiembre del año pasado, a raíz de los amparos judiciales, la jueza Elena Liberatori consideró probado que en la Ciudad, especialmente en el sur, reina «la falta lisa y llana de vacantes accesibles para les niñes y adolescentes (lo redactó en lenguaje inclusivo)», y ordenó al gobierno de la Ciudad que adopte «las medidas necesarias e inmediatas para garantizar el acceso a la educación primaria y secundaria» en los distritos escolares más afectados. Además, envió un oficio a la Legislatura para que «resuelva destinar los fondos presupuestales pertinentes» e impulse «acciones tendientes a brindar una solución integral». Y agregó que el Ejecutivo porteño debe financiar los gastos de traslado de esos padres y madres que deben llevar a los chicos a una escuela alejada del hogar.

Pero Liberatori va más allá con su fallo y se enoja con el gobierno porteño por su versión sobre la cantidad de escuelas construidas en la gestión.

Nuevos edificios escolares

El gobierno de Horacio Rodríguez Larreta informó el año pasado, en su primera gestión, que se construyeron 54 nuevas escuelas. Sin embargo, Larreta toma como su gestión cuando era jefe de gabinete porteño, es decir, cuenta desde que su espacio político, el PRO, empezó a gobernar el distrito, en 2007. La jueza Liberatori lo retó.

El fallo dice que muchas de las 54 escuelas mencionadas fueron construidas en 2008 y aclara: «Las únicas escuelas que podrían (…) considerarse construidas y, por ende, nuevas durante esta gestión gubernamental, son las 5 informadas como inauguradas durante 2016, 2017 y 2018 (…), que se ubican en la Comuna 8 al sur de la CABA, pero que lejos están del número de 54 escuelas nuevas o de 35 escuelas nuevas situadas en la zona sur».

Otros problemas de infraestructura

A mediados de 2019, un informe de la Multisectorial por la Escuela Pública, junto a algunos gremios docentes, denunció que 26 escuelas públicas de la Ciudad debieron suspender sus clases por problemas edilicios y de mantenimiento. En algunas había ratas, en otras faltaba calefacción, agua, luz, había problemas con la provisión de gas, cloacales, de filtraciones, y había obras sin terminar.

Para este año, está en riesgo el comienzo de clases en la Escuela 12 del Distrito Escolar 5, en la Villa 21-24 de Barracas, y hubo problemas similares todo el verano en el Barrio 31 de Retiro, donde desde enero funciona la nueva sede el Ministerio de Educación de la Ciudad.

El ministerio

En una entrevista al diario Perfil en diciembre pasado, la ministra Acuña se molestó con las primeras denuncias sobre falta de vacantes para este año, que ya mencionaban la cifra de 2 5mil: «Es un número político e inventado. Si una familia no obtiene la primera opción, elige la segunda y ahí el proceso es personal, cara a cara. Hasta abril es casi imposible saber cuántos chicos se habrían quedado sin vacantes».

Como ocurre desde que comenzó la inscripción online, lo que se difundirá en abril desde el ministerio no será la misma cifra de falta de vacantes que calculan los gremios, parte de la oposición y los padres y madres movilizados: será la cifra de los pocos alumnos de primaria y secundaria que no encontraron colegio y que, en palabras oficiales quedarán en lista de espera. Obligatorio o no, según la ley que se quiera acatar, lo concreto es que hay chicos desde los tres años que no tendrán las mismas chances que el resto, lo cual implicará que sus padres, tutores o encargados también encuentren sus derechos postergados. Al menos por ahora.

Me siento periodista desde antes de terminar la escuela, cuando colaboraba en programas de Rock & Pop y Supernova. Trabajo en Información General; salud y educación son mis temas preferidos. Hice tele de chica y madrugué siete años para el aire de Metro. Hoy soy conductora de Ahora Dicen en Futurock. Trato de no ser tan porteñocéntrica.