Quizás aprenda a estar en soledad

Entrás a Twitter y parece una remake de Her, entrás a Instagram y parece una remake de Calígula. Anticuerpos de llama y estrategias de comunicación para surfear la incertidumbre.

Holis, ¿cómo va? ¿Qué onda en tu lugar de residencia? Acá en CABA si no fuera por los barbijos una se olvidaría de la pandemia. Los bares están abiertos, la gente pasea. Pero en los diarios y los noticieros todo es sigue la cuarentena. ¿Hasta cuándo va a durar el encierro? Entrás a Twitter y parece una remake de Her, entrás a Instagram y parece una remake de Calígula.

No sé si a vos te pasa también, pero esa tensión es lo que me hace sentir verdaderamente aislada. Aunque ahora pueda tomar una birra en el parque con una amiga, mi percepción del entorno entre tanta información cruzada me genera mucha desconfianza y la falta de certezas me hace sentir irreversiblemente sola.

En el medio, aquí estoy, tratando de dar las noticias, sabiendo que las redes sociales, CABA y el noticiero no son la realidad toda y dudando de que tal cosa exista. Pero aún si la existencia de una verdad que aguarda a ser revelada fuera otra forma de ficción, no da lo mismo cualquier interpretación. Así que demos comienzo a nuestro ritual de los lunes, hoy, con un tinte más optimista que de costumbre, porque si hay para elegir elijamos la ilusión.

Maldita noche, no quiero esperar

En esta tensión entre la certeza incondicional y el reduccionismo relativista, la pandemia. Nadie diría que 10 meses es mucho tiempo en valores absolutos, pero nadie duda de que se hizo larga. Todos estamos saturados de información y a la vez esperamos con ansias la noticia que lo cambie todo. En el medio, están las novedades que tenemos. Vamos con el coronanews de esta semana:

1- Se anunció que un equipo argentino logró frenar la replicación del virus en condiciones de laboratorio gracias a anticuerpos de llamas y gallinas. Como explica esta nota de Pablo Esteban, en esta primera instancia se infectó a varias llamas y se esperó que se inmunizaran. Luego, se clonaron todos sus genes para ver qué anticuerpos son los que efectivamente neutralizan al virus. Esto es algo muy complejo, ya que deben hacerse cientos de pruebas mezclando anticuerpos con virus en células. Por suerte, encontraron dos que frenan la reproducción del coronavirus de manera contundente.

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En el caso de las gallinas, se trabajó con los huevos. Las gallinas poseen un tipo de anticuerpos, los IgY, que se usan para un montón de cosas, como tratamientos para la diarrea en terneros. Estos anticuerpos, a diferencia de los que están presentes en la sangre, se concentran en las yemas.

Dado lo auspicioso de los resultados, se espera comenzar pronto con los ensayos preclínicos en ratones y, de repetirse el éxito, pasar a humanos. Para esto último, los investigadores están buscando una empresa farmacéutica que posea la infraestructura necesaria para producir fármacos aptos para consumo humano que contengan los anticuerpos. Todo dependerá de la capacidad tecnológica instalada y del financiamiento disponible.

En el mejor escenario posible, estos desarrollos permitirían la fabricación de tratamientos complementarios a las vacunas que podrían administrarse en dosis más altas para quienes ya cursan la enfermedad mediante inyecciones y en dosis más bajas en forma de spray o nebulización a modo de prevención, como bien explica el ministro de ciencia Roberto Salvarezza en esta entrevista con Paloma Bokser. 

2- La organización Our World In Data, que recopila datos a nivel global, anunció que, debido a problemas de calidad y confianza, las cifras de testeos en Argentina ya no se publicarían en su web. ¿Qué pasó? Este hilo de Nicolás Martorell lo explica claramente. Resulta que en el último tiempo, nuestro país reportaba una positividad (tests que dieron positivo sobre total de tests hechos) de más del 60%, mientras que la OMS recomienda que el número esté por debajo del 5%. 

Dado que muchos casos son asintomáticos, este número podría indicar que el conteo de casos es por demás impreciso, ya que los que llegan a testearse son solo una pequeña porción del total. Sin embargo, al mirar datos sobre muertes y casos, la proporción entre ambas variables es similar a la de muchos otros países. Si en efecto estuviéramos detectando muchos menos casos de los que hay, las muertes serían una proporción mucho mayor del total de casos reportados.

¿Por qué entonces el índice de positividad es tan alto? Por un lado, porque nuestra capacidad de testeo es reducida y muchos tests se destinan a confirmar casos (esto quiere decir que se realizan a personas que presentan síntomas) y no se utilizan como herramienta de rastreo. Por otro, ante la excesiva demanda puede suceder que se priorice la carga de tests positivos y los negativos no se reflejen en los números oficiales.

3- Un estudio de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades en Estados Unidos reveló que en 2020 se produjeron 300.000 muertes más que en un año promedio, de las que dos tercios se adjudican a la COVID-19. El crecimiento se dio especialmente en el sector demográfico de entre 25 y 44 años, que reportó el mayor aumento en decesos respecto a años anteriores con un 26.5%. Si bien no puede afirmarse con certeza que la causa de este cambio sea la pandemia actual, este indicador nos hace pensar que tal vez los efectos del coronavirus en la gente joven hayan sido subestimados.

4- ¿Te acordás que en la edición anterior te conté de la Declaración de Great Barrington pidiendo que se aplique la estrategia de la inmunidad de rebaño? Bueno, hace unos días salió otra carta abierta (si, los científicos somos como Napoleón y Josefina) firmada por más de 80 investigadores en la que se afirma que la inmunidad de rebaño es “una falacia peligrosa sin evidencia científica”. 

Va un fragmento: “Cualquier estrategia de gestión de pandemias que se base en la inmunidad a las infecciones naturales, para el COVID-19 es defectuosa. La transmisión descontrolada en personas jóvenes conlleva un riesgo significativo de morbilidad y mortalidad en toda la población. Además del costo humano, esto afectaría a la fuerza de trabajo en su conjunto y desbordaría la capacidad de los sistemas de atención de la salud para proporcionar cuidados intensivos y de rutina. Además, no hay pruebas de que exista una inmunidad protectora duradera contra el SARS-CoV-2 después de una infección natural, y la transmisión endémica que sería consecuencia de la disminución de la inmunidad presentaría un riesgo para las poblaciones vulnerables en un futuro indefinido. Esa estrategia no pondría fin a la pandemia del COVID-19, sino que daría lugar a epidemias recurrentes, como ocurrió con numerosas enfermedades infecciosas antes de la llegada de la vacunación. También supondría una carga inaceptable para la economía y los trabajadores de la salud, muchos de los cuales han muerto a causa de COVID-19 o han sufrido traumas por tener que practicar medicina de emergencia. Además, todavía no comprendemos quiénes podrían padecer de COVID prolongado. Definir quiénes son vulnerables es complejo, pero incluso si consideramos a quienes corren el riesgo de padecer enfermedades graves, la proporción de personas vulnerables constituye hasta un 30% de la población en algunas regiones. Las pruebas empíricas de muchos países demuestran que no es factible restringir los brotes espontáneos a determinados sectores de la sociedad. Con ese enfoque también se corre el riesgo de exacerbar aún más las desigualdades socioeconómicas y las discriminaciones estructurales ya puestas al descubierto por la pandemia. Los esfuerzos especiales para proteger a los más vulnerables son esenciales, pero deben ir de la mano de estrategias múltiples a nivel de la población”.

Yo no renuncio nunca

La incertidumbre, imprecisión y contradicción suelen ser esgrimidas como argumentos para no decir nada. Yo creo que en muchos casos son inevitables y, si se explicitan, pueden enriquecer notablemente lo que se dice, porque nos obligan a dar explicaciones mejores para sostener nuestras posiciones.

Van algunos proyectos de otros comunicadores que no se rinden y siguen diciendo:

1- Heidi Larson, una antropóloga inglesa, fundó el Vaccine Confidence Project, un grupo interdisciplinario que se dedica a la detección temprana de rumores que minen la confianza en las vacunas.

¿La clave? No considerar que quienes no quieren vacunarse o vacunar a sus hijos son ignorantes negadores de la ciencia, sino que son personas con dudas genuinas en busca de información fidedigna. De hecho, no usa el término anti-vacunas por considerarlo demasiado antagónico.

Su estrategia tiene dos partes. Primero, las mediciones. Conocer el fenómeno. Por ejemplo, hace poco hicieron un experimento en Reino Unido en el que le preguntaron a 3000 personas si se darían una vacuna contra la COVID-19 si existiera. El 54% respondió que sí. Luego, les mostraron unos videos en los que se afirmaba que el 97% de quienes reciban la vacuna se volverán infértiles. Después de verlo, el porcentaje de predispocisión a darse la vacuna cayó un 6%.

La segunda es tomar este tipo de indicadores para revertir una tendencia que observó en casi todas las comunicaciones oficiales al respecto: o decir lo que uno cree que la gente debería saber, sino responder a lo que la gente ya está dudando.

2- Con 2750 firmas de 44 países, se publicó el Primer manifiesto mundial contra las pseudociencias en salud. Dado que el título es bastante explicativo, van dos párrafos de la declaración: “Existe la creencia de que hay un conflicto entre la libertad de elección de un tratamiento médico y la eliminación de pseudoterapias, pero no es cierto. Según el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos toda persona tiene derecho a la asistencia médica. Mentir a los enfermos para venderles productos inservibles que pueden matarlos incumple el derecho de los ciudadanos a recibir información veraz sobre su salud. Así que, aunque un ciudadano tiene derecho a renunciar a un tratamiento médico estando correctamente informado, también es cierto que nadie tiene derecho a mentirle para obtener lucro económico a costa de su vida. Solo en un mundo donde consideráramos que mentir a un enfermo para obtener su dinero fuera ético podríamos permitir que se siguiera vendiendo homeopatía –o cualquier otra pseudoterapia– a los ciudadanos.

El peligro de las pseudociencias no solo está en la sustitución de tratamientos efectivos por otros engañosos. Además, existe un obvio retraso en la atención terapéutica en todos aquellos enfermos que, ante los primeros signos de una enfermedad, reciben productos falsos en lugar de medicamentos. Muchas veces, cuando llegan a la medicina, ya es demasiado tarde. También, varias de estas prácticas tienen efectos graves por sí mismas y pueden producir daños, e incluso la muerte, debido a sus efectos secundarios”.

3- El periodista chileno Nicolás Ríos y la argentina Aldana Vales crearon un servicio de noticias vía WhatsApp en español para inmigrantes que viven en la ciudad de Nueva York. El proyecto, que ganó un premio de la Online News Association en la categoría de periodismo comprometido, surgió luego de una investigación acerca de las vías de acceso a la información para dicho grupo. Hoy cuenta con 1000 suscriptores que reciben noticias basadas en sus requerimientos. Además de artículos especiales para la comunidad que abordan temas como trámites de inmigración y acceso a servicios de salud, así como eventos virtuales con expertos, cada usuario que hace una pregunta recibe una respuesta individual. Por otro lado, la plataforma se alió con la división neoyorkina de Univision para chequear rumores que circulaban entre usuarios y publicaron una nota sobre desinformación en pandemia.

Hace frío y te recuerdo más, mucho más

Estos días de sol y fresco anuncian los últimos momentos de unipandemia. ¿Se acuerdan que cuando todo esto empezó además de barbijo había que ponerse repelente?

Espero que, como fiel lector, hayas aprovechado el invierno para descacharrar. Mientras tanto, te cuento que en 2021 se llevará a cabo la primera prueba con mosquitos Aedes aegypti modificados genéticamente. El estudio se realizará en Cayos de la Florida en Estados Unidos y será liderado por Oxitec, una compañía biotecnológica. Los mosquitos en cuestión, bautizados “amistoso OX5034”, son criados en laboratorio y solo pueden sobrevivir si se les administra un antibiótico. La idea es liberar a los machos (que son los que no transmiten la enfermedad), para que se apareen con las poblaciones locales y pongan huevos inviables dado que no pueden eclosionar sin el antibiótico.

Los expertos advierten que la separación entre machos y hembras no es tan sencilla y que nada garantiza que no haya antibióticos en el ambiente, por lo que todo podría escalar a una situación simpsoniana en un abrir y cerrar de ojos.

Tu sonrisa por encontrar

Me gusta imaginarme que este news siempre llega con malas noticias pero que te hace reír igual, como me pasa a mi con las fotos de tus mascotas. Ante la incertidumbre, mi propuesta es simple: charla, memes, gatitos y perritos (ahora abajo de mi escritorio también está mi tortuga, que ya se despertó). Ante las noticias falsas y aunque no sea muy amiga del concepto de verdad, te doy una certeza: esto no se termina con la pandemia. La ciencia será siempre un punto de vista y nosotros seremos siempre amigos porque creemos que es el mejor posible.

Te mando un beso enorme,

Agostina

p/d: si no entendiste las referencias de esta edición te dejo este video en el que no solo vas a encontrar la canción sino una coreo muy posible para sacar en un recreo. Si, en cambio, las entendiste y te sentís nostálgico, acá te dejo una playlist con todos los capítulos del reality que originó el fenómeno.

Soy comunicadora científica. Desde hace tres años formo parte del colectivo Economía Femini(s)ta, donde edito la sección de ciencia y coordino la campaña #MenstruAcción. Vivo en el Abasto con mis dos gatos y mi tortuga. A la tardecita me siento en algún bar del barrio a tomar vermú y discutir lecturas con amigas.