¿Quién manda en Juntos por el Cambio?

Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal cuestionan la jefatura a Mauricio Macri, un ensayo que ya fracasó en años anteriores. Sin riesgo de ruptura, la definición se situará en las candidaturas. El jefe de Gobierno asegura que podría ir con lista propia. Randazzo, con apoyos cruzados. El desempeño electoral de los oficialismos -a nivel global- bajo la lupa.

Hola, ¿cómo estás? Espero que bien. La (momentánea) paz oficialista pone los ojos en la interna de JxC que entra en etapa de definiciones.

Lo esencial es invisible a los ojos, pero cabe en un cierre de listas

La duda fue casi imperceptible. María Eugenia Vidal respondía a una pregunta sobre su vínculo con Máximo Kirchner. “En cualquier país del mundo debería ser lo normal. Eso no hace que cuando termina nuestra conversación, con quien sea que yo lo haga, yo me vuelva kirchnerista y ellos se vuelvan… de Juntos por el Cambio”. La pausa recuerda algo curiosamente poco comentado: ¿por qué ningún dirigente opositor se reconoce como macrista? La vacilación de Vidal recuerda a algo que se contó en este espacio y tiene que ver con las encuestas que miraban los inquilinos de la Casa Rosada en el 2017. En aquel momento, Marcos Peña advertía que lo único que aglutinaba a los votantes de Cambiemos era el rechazo a Cristina Kirchner y que, al ser consultados por los motivos de apoyo a Mauricio Macri -excluyendo el malestar con la expresidenta-, esa identificación se volvía más brumosa. Es decir: hace cuatro años, los votantes del entonces oficialismo no se sentían macristas. Y ahora ese fenómeno se trasladó a dirigentes como Vidal. Toda una novedad.

Macri, como se refería Borges al personaje del guapo de las orillas de Buenos Aires, es, con los suyos, “en el mejor de los casos un estoico; en el peor, un profesional del barullo, un especialista de la intimidación”. Allí radica la principal preocupación de Vidal y Horacio Rodríguez Larreta: el expresidente puede detentar una impopularidad muy alta, pero tiene una enorme capacidad de daño. La única que no parece temerle es Elisa Carrió que, algunos dicen, es la que fuerza el camino que debe(ría) recorrer Larreta. La empresa de demolición en la que se transformó Lilita se explica también en su enfrentamiento con Patricia Bullrich. Hay que mirar a ellas dos para saber lo que ni Macri ni Larreta pueden decir. En las últimas horas esta deliberación interna tomó velocidad: en el entorno del jefe de Gobierno aseguran que crece la posibilidad de ir con lista propia a las elecciones de este año. El objetivo de Larreta, se ha dicho, es competir con Vidal en Ciudad y Diego Santilli en Provincia de Buenos Aires. “Jorge se ganó el derecho a jugar”, le dijo Macri sobre su primo en la reunión que mantuvieron el jueves en las oficinas que el expresidente tiene en el edificio Vacaciones donde también acordaron apoyar a Gustavo Santos en Córdoba, Alfredo Cornejo en Mendoza y Federico Angelini en Santa Fe. En CABA, Macri va a reconocer a “los que bancaron en estos dos años”, según dijeron en su entorno a #OffTheRecord. No sería de extrañar, entonces, la presencia de Fernando Iglesias, Pablo Avelluto o Hernán Lombardi en una potencial lista encabezada por la titular del PRO y ya es un hecho que Darío Nieto será candidato a legislador. Larreta tiene una idea diferente: piensa en una propuesta donde se vean representados todos los sectores que integran JxC. “Disputar la interna en el ‘23 es un riesgo demasiado alto, parece que Horacio se decidió a adelantarla a este año”, reflexionó con este medio un dirigente que quiere ver para creer.

Mientras tanto, desde la Ciudad colaboran de varias maneras diferentes con la candidatura de un Florencio Randazzo que eligió el aumento del 40% para los trabajadores del Congreso de la Nación como un nuevo episodio para manifestar su distancia con el Frente de Todos: “Con más de un 70% de pobreza infantil en el conurbano, comercios y pymes que cierran y millones de trabajadores que no llegan a fin de mes y ahora pagarán retroactivos. Con esa realidad, la política se aumentó un 40% sus sueldos. ¿Perdieron el sentido común o el corazón?”. Le podría preguntar a Graciela Camaño y Alejandro Rodríguez, los diputados randazzistas que acompañaron junto a Cristian Ritondo, Juan Manuel López y Mario Negri el pedido de descongelamiento a las autoridades de la Cámara de Diputados. Antes que Randazzo, la presidenta del PRO había expuesto el aumento legislativo y fue acompañada por Florencia Arietto. En el grupo de WhatsApp de los diputados de PRO no se lo tomaron bien: comenzaron a enviar los tuits en los que Arietto le pedía a Bullrich explicaciones sobre el paradero de Santiago Maldonado.

La oposición enfrenta un problema que ya supo resolver. Así como militó las aperturas en el AMBA que oficiaron de caja de resonancia para el resto del país y luego culpó al gobierno por la escalada de contagiados y muertos, Juntos por el Cambio mutó, en bloque, a acusar a la Casa Rosada de intercambiar las vacunas por votos. Deben ser pocos votos, porque hasta hace diez días el problema era que no había vacunas. No es el único tema que eligió JxC. Como contamos en la última entrega, una filtración de un documento de Cancillería llevó a que se publicara como noticia la salida de Argentina del grupo de países que patrocinaron la investigación por delitos de lesa humanidad sobre el gobierno de Venezuela. La comunicación se realizó el mismo día de la salida argentina del Grupo de Lima y no implicó, en modo alguno, una opinión local sobre el trabajo de la fiscal y el proceso, que dejó expresamente a salvo en el documento. Bensouda se encuentra en un lugar curioso. Mientras el gobierno de Venezuela la acusa de ser títere del imperialismo, la abogada nacida en Gambia tuvo hasta abril prohibida la entrada a los Estados Unidos gracias a sanciones impuestas por el gobierno de Donald Trump que la castigó por intentar investigar el accionar de los militares estadounidenses en el exterior. Es de presumir que las autoridades norteamericanas estuvieran al tanto de la posición argentina desde el día de la comunicación sin necesidad de leer los diarios argentinos. Esto no le impidió al enviado del presidente Biden, Juan González, incluir a Argentina en el marco de su primera gira por la región. 

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Con este panorama y si nada extraño sucede en los escritorios de la democracia peruana, Pedro Castillo será consagrado como el próximo presidente de Perú. El maestro cajamarqueño saldará un turbulento mandato en el que cuatro personas ocuparon la presidencia y las causas de corrupción vinculadas a la brasileña Odebrecht empañaron a toda la dirigencia política. Castillo, dirigente sindical docente, aparece fuera de ese sistema cuestionado y también del consenso económico que desde la caída de Alberto Fujimori se mantuvo sin importar el sector político a cargo de la presidencia. Alberto Fernández, con toda seguridad, estará tomando nota desde Argentina. Desde su elección como presidente hasta el momento, dos fenómenos diferentes pero relacionados han caracterizado a la región. Una crisis en la representación política, tratada en otra entrega de este espacio, y un cambio de color en el mapa regional. Donde sólo había derechas, las movilizaciones sociales acompañaron un corrimiento del mapa a posiciones mucho más izquierdistas. Independientemente de lo que vaya a cumplir, Castillo tiene el programa más radical con el que un candidato haya llegado a la presidencia en América del Sur. Sin contar la pervivencia del chavismo en Venezuela, sumará a las victorias de Arce en Bolivia, de la izquierda en la constituyente chilena y al terremoto social que sacude Colombia. Fernández, que asumió como un candidato de tendencia progresista, rodeado de centroderechas y ultraderechas en los países vecinos, de pronto aparece como un moderado que lidera un país políticamente estable en un continente en ebullición. Para los Estados Unidos y las potencias occidentales, la interlocución argentina podría adquirir otro valor. Los esfuerzos de Lula da Silva por construir un agrupamiento democrático contra el bolsonarismo, con acercamientos incluso a sectores de centroderecha, podrían sumar densidad al sitial de Argentina. El respaldo explícito en el que confluyeron Lula y Fernando Henrique Cardoso a la postura del gobierno nacional contra el brasileño en las negociaciones por la flexibilización del Arancel Externo Común del Mercosur tal vez sea una muestra elocuente.

No sólo Perú va a elecciones. Es por eso que en el Gobierno miran con asombro las encuestas que muestran competitivo al Frente de Todos a pesar de sus múltiples esfuerzos. Un interesante trabajo del politólogo Facundo Cruz -que será desarrollado con más profundidad en las próximas entregas de #LaGenteVota– muestra que la pandemia les pesó menos de lo que se piensa a quienes gobiernan. A nivel global, los oficialismos -en presidenciales o legislativas- se impusieron en 49 elecciones mientras que perdieron 17. Si bien en América los cambios están más repartidos -8 victorias oficialistas vs. 7 derrotas-, se mantiene la tendencia mundial. En el caso del peronismo kirchnerista, la tendencia es de 16 años sin triunfos en elecciones de medio término.

Bonus track

  • Argentina espera las dos millones de vacunas de Sinopharm que llegarían entre el 25 y el 30 de este mes. A mediados del que viene debería completarse el acuerdo con las cuatro restantes. En paralelo se está avanzando con producción local Sinopharm/Sinergium. Si todos los procesos cumplen los pasos previstos, la producción podría arrancar en agosto. La planta del laboratorio tiene capacidad (contando con el antígeno de Sinopharm) para producir un millón de dosis por semana.

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La recomendación de hoy es Varamo de César Aira.

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Iván

Es director de un medio que pensó para leer a los periodistas que escriben en él. Sus momentos preferidos son los cierres de listas, el día de las elecciones y las finales en Madrid. Además de River, podría tener un tatuaje de Messi y el Indio, pero no le gustan los tatuajes. Le hubiera encantado ser diplomático. Los de Internacionales dicen que es un conservador popular.