¿Qué tan real es el fútbol?

En la corrida del huevo y la gallina es difícil saber si la política le robó léxicos al fútbol o fue al revés.

No entiendo por qué, pero ganar tiene una sensación adictiva y perder tiene ratos muy dolorosos. Este correo te llega un sábado a la mañana y el mate ya tiene olor a fútbol. Pero hasta que pite el árbitro, podemos pensar qué estructura hay detrás de tanta pasión.

“En Barcelona tenemos tres opciones: dos imposibles y una posible. La única opción posible es que el partido acabe con un marcador ajustado y perdamos la eliminatoria”. Así arrancó la arenga de José Mourinho a sus jugadores del Real Madrid en una semifinal de Champions. Un jugador de ese vestuario contó que los trató de perdedores para tocarles el orgullo. 

A mí siempre me llamó la atención saber qué tan real era todo ese fútbol. De qué están hechos los ídolos. Si la pelota se parece más al barrio o al PcFutbol. Todavía no lo descubrí. 

Soy periodista desde 2009. Cubrí un Mundial, tres Copa América, más de diez Superclásicos y vi partidos en cuatro continentes diferentes. El último Mundial lo viví como encargado de la comunicación del cuerpo técnico de la Selección. Un flash, un delirio y la experiencia más alucinante de mi vida.

En Cenital nos importa que entiendas. Por eso nos propusimos contar de manera sencilla una realidad compleja. Si te gusta lo que hacemos, ayudanos a seguir. Sumate a nuestro círculo de Mejores amigos.

Tácticas, pases, estrategias y offsides. En la corrida del huevo y la gallina es difícil saber si la política le robó léxicos al fútbol o fue al revés. La pregunta es cómo un juego -porque lo fue, lo es y lo será- se transformó en el volante central de una ensalada donde el poder entró con condimentos.

Herederos ricos, lavadores seriales, dirigentes con apetito de fama, ídolos a los que les calentaron el oído, poderosos con el berretín de jugar a ser DTs. Clubes que primero fueron espacios de reuniones de inmigrantes y corporaciones que nacieron para enlazar empresas. Pocas cosas como el fútbol han medido tan bien la temperatura de la vida desde el siglo XX hasta hoy. 

Si el feminismo copa las calles, la FIFA abre la boca para comerse el negocio. Si un presidente quiere hablarle al pueblo, cita a entrenadores. Si se quiere ganar un Oscar, se llena la cancha de Huracán. Jugar bien es la idea de este newsletter. Si se gana, mejor.

Hasta el sábado.

Soy periodista desde 2009, aunque pasé mi vida en redacciones con mi padre. Cubrí un Mundial, tres Copa América y vi partidos en cuatro continentes diferentes. Soy de la Generación de los Messis, porque tengo 29 y no vi a Maradona. Desde niño, pienso que a las mujeres les tendría que gustar el fútbol: por suerte, es la era del fútbol femenino y en diez años, no tengo dudas, tendremos estadios llenos.