Nueva política migratoria en el Reino Unido: qué hay que saber

Esto es lo que "tomar de vuelta el control" significa en la práctica.

Prometió que iba a retomar el control. Prometió trabajo y estabilidad. Prometió ponerle un stop a todos los que estaban entrando, y se puede decir que el Primer Ministro del Reino Unido, Boris Johnson, viene cumpliendo punto por punto con sus promesas electorales. El martes de la semana pasada, el gobierno anunció en sus canales oficiales un cambio radical en las políticas de reglamentación migratoria girando hacía el modelo australiano-canadiense de calificación por puntos.

¿De dónde viene la cosa?

El Primer Ministro británico, no inventó el agua tibia. Desde hace ya varios años, incluidos aquellos en los que su antecesora Theresa May ocupó el ministerio del Interior, las actitudes políticas de los británicos fueron escalando en hostilidad hacía los inmigrantes. Un ejemplo de esto fueron las reiteradas declaraciones de May que tenían como propósito disuadir a los futuros inmigrantes y provocar la salida de aquellos que ya estaban en el territorio.

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Uno de los estandartes del Brexit fue el deseo de ponerle freno de mano a la inmigración, que se veía como un problema, y May llegó a Downey Street con el objetivo de regular la política migratoria como pata de lo que sería el Brexit. Su sucesor, Boris Johnson llegó con su «Get Brexit Done», que culminó en la salida del 31 de enero. Días después su Secretaria de Interior, Priti Patel, fue la encargada de anunciar las nuevas medidas migratorias, inaugurando así las medidas post- brexit.

Para Joaquín Arango Vila-Belda, Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid y Director del Centro de Estudios sobre Migraciones y Ciudadanía de España, las actitudes políticas de los británicos hacia la inmigración fueron cada vez mas hostiles, adversas y xenófobas. Esto aplica especialmente en los sectores agricultores: «Cuanto más rural es la zona, como han mostrado los estudios, mayor es el sentimiento de rechazo hacia los inmigrantes, afirma, en diálogo con Cenital.

Prominencia de la «Inmigración» en la opinión pública en el Reino Unido
Fuente: The Migration observatory

Desde que Johnson llegó a la cabeza del gobierno la migración se puso en el centro del debate. Se vio en el Brexit «una oportunidad política para eliminar la distorsión causada por la libertad de la UE», como menciona el diario The Guardian en su tapa de ese día.

Calificando gente

Las nuevas reglas migratorias tienen el propósito de restringir el ingreso de trabajadores poco cualificados, especialmente de aquellos del Este de Europa, por lo que estos deberán reunir ciertos criterios como estos.

Fuente: Home Office UK (traducido)
Bajo este nuevo sistema se requiere un total de 70 puntos para ser un posible candidato.

Para Arango Vila- Belda las consecuencias de esto son claras. Enfatiza en que el gobierno está haciendo afirmaciones poco claras acerca del modelo australiano, pero el mensaje fundamental es que solo se quieren migrantes cualificados. Pero, ¿cómo se mide la cualificación? Con ingresos anuales altísimos y títulos terciarios (Phds), lo que deja tajantemente fuera a los inmigrantes no cualificados, que son aquellos que el país recibió con brazos abiertos en 2004, cuando se unieron los países de Europa del Este a la Unión Europea, dando a entender que eran necesarios para la economía.

Se menciona con mucha frecuencia el deseo de atraer a los mejores cerebros y talentos de otros lugares del mundo.

¿Quién va a cosechar las zanahorias?

Mediante estas medidas el gobierno británico pretende estimular a las personas económicamente inactivas para que entren a formar parte del sistema. Arango Vila- Belda plantea que esto es «imposible», y afirma que «los británicos no van a realizar los trabajos que los inmigrantes realizan diariamente».

Aclara que la economía británica se benefició durante muchos años del trabajo de los inmigrantes, por lo que la explicación del creciente rechazo no tiene razones racionales sino emocionales.

Los sectores de construcción, hospitalidad, cuidado, alimentos y bebidas van a tener grandes vacíos y esto va a afectar profundamente a la economía. Diferentes grupos empresariales ya han expresado sus reservas respecto a la posible falta de mano de obra.

Pegados con una curita

La UE fue golpeada el 31 de enero con la partida del Reino Unido. Los estados que permanecen realizan un esfuerzo para evitar futuras fracturas que puedan llevar a que otros estados sigan el camino de su vecino.

«Países como Holanda, Austria y Dinamarca, tienen políticas migratorias muy rígidas pero mientras sigan en la UE están contenidos y se mantienen los ‘lineamientos para todos’ menciona Arango Vila- Belda. Plantea que hasta ahora no se han visto señales y de igual manera es demasiado pronto para dar diagnósticos. «Por ahora hay más retórica y poca implementación».

«Están haciendo suyo el modelo australiano- canadiense, aunque de momento no se sabe cómo planean hacerlo, por ahora solo hay declaraciones». El nuevo modelo no se ha implementado -el anterior continúa vigente- y los retos comienzan a hacerse evidentes. El político británico Nigel Farage, uno de los referentes del euroesceptismo y líder del Partido del Brexit, tuiteó al respecto y mencionó que recuperar el control es un elemento importante, pero que ese control debe ser ejercido.

Periodista. Estudiante de Comunicación y Ciencia Política en la UBA. Adicta al café.