No se puede hacer una tortilla sin romper algunos huevos

A 231 años de la Revolución Francesa, ¿quién fue Haussmann y por qué es el gran transformador de París?

Hola, ¿cómo estás? Por acá bien, aunque un poco ansioso, esperando el anuncio presidencial que define si en el AMBA pasamos de fase o seguimos con el homenaje a Marcelo Bielsa, que con dos triunfos esta semana está a punto de llevar al Leeds a la primera división de la liga inglesa. 

Mejor vamos a lo nuestro.

También esta semana, pero en Francia y hace 231 años, pasaban otras cosas importantes. Los tres principios de la Revolución Francesa -libertad, igualdad y fraternidad- todavía hoy estructuran a las principales democracias del mundo, y los derechos que consagraron los revolucionarios se consideran esenciales en gran parte de las sociedades actuales. Pero sus impactos directos e indirectos en lo urbano tampoco fueron menores. 

Ahora bien, la ciudad que albergó las revueltas contra la Monarquía Absoluta no es la París que se conoce hoy. La capital francesa mutó como casi ninguna otra. La manera de concebir a la ciudad por parte de la nobleza no era la misma que la de la burguesía, cuya etimología –bourgeoisie– remite justamente a quienes vivían en la ciudad.

Antes de la toma de la Bastilla, otra revolución, la Industrial, había empezado a introducir modificaciones en el modo de habitar la ciudad, no sólo en París. La organización del trabajo en talleres y fábricas, el crecimiento demográfico y las nuevas técnicas y materiales dieron lugar a edificaciones diferentes y a obras de infraestructura y saneamiento nunca vistas hasta el momento que, como te conté en varias oportunidades, servían para prevenir muertes por distintas epidemias. 

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Pero la transformación más profunda de París llegó recién más de sesenta años después de que rodara la cabeza de Luis XVI. La Ciudad Luz había sido testigo en esos años de numerosas revueltas con apoyo obrero, entre las cuales se destacan las de 1830 y las de 1848, estas últimas retratadas en crónicas escritas por Carlos Marx y recopiladas por Friedrich Engels en La lucha de clases en Francia de 1848 a 1850. Las calles angostas y una trama urbana enmarañada eran el escenario perfecto para las revueltas, porque dificultaban el trabajo de control y represión del ejército.  

La cosa es que Luis Napoleón Bonaparte -sobrino del que todes conocemos y que luego sería conocido como Napoleón III, en su faceta de emperador- tenía como uno de sus objetivos principales terminar con esa tradición obrera de hacer barricadas para derrocar gobernantes tiranos. Es ahí cuando aparece en escena Georges–Eugène Haussmann, quien es designado Prefecto del Departamento del Sena en 1853, un año después de que Napoleón III se autoproclamara emperador.

Haussmann recibió vía libre por parte del Segundo Imperio para expropiar cualquier inmueble con tal de rediseñar radicalmente París. En el Reglamento de urbanismo de 1859 se determinaba por primera vez la altura máxima de las edificaciones en relación al ancho de las calles, así como también los materiales permitidos en las construcciones y en las fachadas, que debían cumplir con ciertos criterios que reflejaban la sensación de orden que se quería imponer desde el gobierno. 

Y el plan urbano demolió miles de casas y edificios históricos para garantizar la nueva organización territorial, así como también nuevas hectáreas dedicadas a parques y plazas, también incluyó la construcción de decenas de miles de viviendas destinadas a familias de menores recursos.  

Como mencioné antes, uno de los pilares del plan de Haussmann fue el trazado de calles y avenidas. Durante las dos décadas de trabajo a su cargo se abrieron 95 kilómetros de calles nuevas en el centro y 70 en la periferia

La idea de las nuevas calles y avenidas abundantemente arboladas -en forma de los hoy famosos bulevares- era permitir la comunicación fluida entre estaciones de tren, pero al mismo tiempo facilitar el despliegue rápido de las tropas en caso de ser necesario y dificultar la construcción de barricadas. 

Hay cierto consenso acerca de que la experiencia socialista de la Comuna de París en 1871, luego de que Napoleón III fuera derrotado en la guerra franco-prusiana, fue fugaz justamente debido a que la trama urbana pensada por Hausmann le facilitó la entrada al ejército y la represión que terminó con decenas de miles de personas ejecutadas durante la Semana Sangrienta.

El espacio público y la infraestructura eran los otros dos pilares que completaban las ideas de Haussmann. El segundo punto estuvo a cargo del ingeniero François Eugène Belgrand que según este artículo “aumentó el caudal de suministro de agua y la red se incrementó de 747 a 1.545 kilómetros”.

Calles trazadas por Haussmann

“La red de alcantarillado pasó de 146 a 560 kilómetros (…). Hasta la primera mitad del siglo XIX, las aguas residuales desembocaban en el Sena limitando la disponibilidad de agua potable al hacer deplorable la higiene en el río. Belgrand diseñó túneles para distribuir el agua fácilmente en la ciudad, construyó una serie de acueductos que duplicó la cantidad disponible de líquido por habitante y se incrementó de manera considerable el número de viviendas con agua corriente; a la par, construyó otro sistema para sacar el agua no potable y ocuparla en la limpieza de las calles y el riego de jardines públicos”.

El Plan de Haussmann lo trascendió temporal y geográficamente ya que muchas de sus propuestas se aplicaron en París hasta bien entrado el siglo XX y sus propuestas las retomaron urbanistas en varias ciudades de Europa -como Cerdá en Barcelona, del que ya te hablé- y del mundo. 

En este artículo de la BBC podés encontrar otros detalles de las ideas de Haussmann y una cita de Napoleón que da cuenta que de alguna manera su sobrino había materializado uno de sus anhelos. Desde su exilio en Santa Helena, escribió: «Si tan solo los cielos me hubieran dado veinte años más de mandato y un poco de tiempo libre, uno buscaría en vano a la vieja París; nada quedaría de ella, más que vestigios». 

En ese artículo también se menciona la vinculación de Haussmann con otro urbanista -suizo de origen, pero nacionalizado francés- muy influyente, aunque ¿por suerte? no llegó a aplicar sus ideas urbanísticas al nivel que sí lo hizo en la arquitectura. 

Le Corbusier ideó otro plan para París en 1925, llamado Plan Voisin, donde a grandes rasgos planteaba aumentar la capacidad de la ciudad para contener a tres millones de habitantes (hoy París tiene 2,1) a través de la construcción de rascacielos. También incluía parques gigantescos que demandaban demoler una parte significativa de la ciudad y la construcción de numerosas autopistas que atravesarían la ciudad. Este último rasgo del plan de Le Corbusier despierta aún hoy alguna suspicacia ya que su patrocinador era Gabriel Voisin, un fabricante de autos.       

Modelo del Plan Voisin

La idea de Le Corbusier, igual que la de Haussmann, estaba centrada en la racionalidad, el crecimiento demográfico, descomprimir el centro de la ciudad, la comunicación rápida y los grandes parques y espacios públicos. Si en el camino tenía que demoler un tercio de París y su historia, valía la pena.

Fort Apache

Otro de los grandes transformadores urbanos fue Robert Moses, quien aún hoy tiene numerosos detractores y defensores. Moses, como ya te conté alguna vez, modificó para siempre la fisonomía de la ciudad de Nueva York. Su plan urbano, aplicado desde principios de la década del 20 hasta 1962 era bastante parecido al de Haussmann y estaba influenciado por las ideas de Le Corbusier. Autopistas, puentes, parques y grandes proyectos de vivienda.

No me voy a volver a meter en la historia de Moses, que es bien interesante (la podés leer en su biografía cuyo autor, Robert Caro, ganó un Pulitzer: The Power Broker) porque ya estoy excedido de caracteres pero lo quería mencionar por su relación con Haussmann y también porque esta semana escuché un capítulo de este podcast donde se relaciona a Moses y la construcción de la Cross Bronx Expressway con el surgimiento de una banda de puertorriqueños que vivían en el Bronx, hacían música y también un poco de política: Ghetto Brothers (‘Los hermanos del Ghetto’). Maridan bien la música y el urbanismo.

Escuchando el podcast también me enteré de que hay una vinculación entre el Barrio Ejército de Los Andes (rebautizado Fuerte Apache por un periodista hace décadas) y el Bronx neoyorquino. 

La autopista que atraviesa aún hoy el Bronx por la mitad expulsó numerosas familias de su barrio pero sobre todo hizo que el valor de las propiedades cayera de manera estrepitosa, perjudicando a las familias, en su mayoría pobres e inmigrantes latinos o afrodescendientes, que vivían en la zona. 

Para Moses eran todos daños colaterales en pos de una ciudad mejor integrada. De hecho, uno de sus refranes de cabecera era “no se puede hacer una tortilla sin romper algunos huevos”. Yo había escuchado que esa frase era de Juan Perón o de Joseph Stalin, pero parece que su origen nos lleva adonde empezó este correo. Aparentemente pertenece a François de Charette, un contrarrevolucionario francés que cuando fue capturado en 1796 y acusado de matar a miles de personas pronunció la frase. En realidad dijo “omelette”, no tortilla.

Bonus tracks

  • Me recomendaron otros dos podcast esta semana que empecé a escuchar. Este sobre la gentrificación de Vancouver y este sobre urbanismo en Rosario. Ambos y andan muy bien.
  • Según un informe de la UADE hacen falta casi siete salarios medios para comprar 1 (un) metro cuadrado en la ciudad de Buenos Aires. Los salarios perdieron un 40% de la capacidad de compra de inmuebles, por la caída del salario en dólares que no fue acompañada por la caída de los precios. Una idea: quizás el problema es que las propiedades se vendan en dólares.   
  • El GCBA está actualizando su Plan Urbano Ambiental pero la oposición porteña denuncia que no fue invitada a participar y que tampoco hay previstos mecanismos de participación ciudadana efectivos. Es un plan que tiene consecuencias muy concretas e importantes para quienes habitan la ciudad de Buenos Aires ya que aborda temas de espacio público, vivienda y transporte. 
  • Me gustó este hilo de Guadalupe Granero sobre las consecuencias de que la especulación financiera se mezcle con la política de vivienda. 
  • Open House Buenos Aires estrena su edición virtual este fin de semana. Su edición en la vida prepandémica es hermosa y la virtualidad nos libera de la presión de conseguir cupo para entrar a ese edificio que siempre quisimos.
  • Este meme que me mandó Federico Poore me representa bastante. 

“Acá guardamos los estudios de caso donde incrementar la oferta de casas de lujo solucionó la crisis habitacional” 

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Eso es todo por hoy, amigue. Espero que disfrutes leer estas líneas tanto como yo disfruté escribirlas.

Abrazos, 

Fer

Escribe sobre temas urbanos. Vivienda, transporte, infraestructura y espacio público son los ejes principales de su trabajo. Estudió Sociología en la UBA y cursó maestrías en Sociología Económica (UNSAM) y en Ciudades (The New School, Nueva York). Bostero de Román, en sus ratos libres juega a la pelota con amigos. Siempre tiene ganas de hacer un asado.