No sale de mi cabeza

Vamos a hablar de las vacunas que están disponibles en Argentina, de las que se están desarrollando y de algunos estudios locales.

Holis, ¿cómo andás? Yo acá, retomando nuestra correspondencia, pensando que las razones que hicieron que este mes y el anterior haya habido una edición menos no alcanzaron para sacarme la sensación de que ando corriendo. La última vez que te escribí te dije que estaba melancólica, hoy estoy nostálgica. A veces el tiempo pasa, las cosas también, pero una sigue medio en la misma.

Hay un tiempo, el cotidiano, que me parece que pasa más lento. El efecto de haberme acostumbrado a una vida en la que, como dijo María Galindo al principio de la pandemia, sólo está permitido trabajar y en la que, a la vez (esto lo digo yo), el trabajo no conduce a la novedad, al movimiento. Siento profundamente la adecuación al acto repetitivo de sobrevivir. Mientras tanto, los cambios son bruscos y se sienten imprevisibles, y eso hace que esté permanentemente alerta, que sienta que no se me puede escapar ningún detalle porque podría ser determinante. Estoy sobrestimulada y aburrida, como para que me pongan en un museo bajo la denominación “ejemplar de millenial”.

*El meme dice: Capital: vamos a crear nuevas tecnologías para hacer la producción más eficiente y aumentar las ganancias/La clase trabajadora: para que podamos trabajar menos, no?/para que podamos trabajar menos, verdad?

Escribo entonces esta carta con la sensación ambivalente de una rutina laboral en la que se inserta lo diferente, empezando por conversar de lo mismo con gente que de otra forma no conocería. La propuesta de hoy es ir tras la novedad con la seguridad de ser viejos conocidos.

Tengo un par de babies explotándome el cel

Los genes nostálgicos tan característicos de esa otra orilla del Río de la Plata me confieren cierta cualidad triste, pero también muy buena memoria. ¿Te acordás cuando pensábamos en LA vacuna? Ahora agarro el teléfono y veo un mensaje de una amiga preguntándome si darse la de Johnson & Johnson porque supo que los muy infrecuentes casos de trombosis aparecen en mujeres de nuestra edad, un audio de un amigo pidiéndome bibliografía para pasarle al padre porque dice que si le toca “la rusa” no se la da, un DM de otra amiga que me cuenta sus síntomas después de inocularse con la de Oxford y me consulta para saber si alguno amerita una consulta médica. 

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*El meme dice: Nadie: / Las personas que recibieron la vacuna de AstraZeneca:

Ante lo inabarcable que resulta la novedad en este nivel de multiplicidad, las noticias sobre vacunas de hoy van recortadas con enfoque territorial: vamos a hablar de las que están disponibles en Argentina, de las que se están desarrollando y de algunos estudios locales.

1- Este mapa de las vacunas que publicó la Universidad de San Martín viene muy bien para tener a mano algunos datos fundamentales. Sobre la campaña de vacunación: se superaron las 20 millones de dosis (entre Sputnik V, AstraZeneca y Sinopharm) y casi el 30% de la población recibió al menos una dosis. Sobre las vacunas en desarrollo: hay 6 en fase preclínica (la de pruebas en animales) lideradas por Universidades Nacionales e investigadores del CONICET junto a laboratorios locales. El proyecto más reciente es de la Universidad Nacional de Córdoba en conjunto con la Universidad Federal de San Pablo y la Universidad de la Sorbona, y tiene la particularidad de que vendría en forma de pastilla.

2- La vacuna “ARVAC Cecilia Grierson” (de la que hablamos en esta edición) recibirá 60 millones de pesos de la Agencia I+D+i para terminar su fase preclínica. El más avanzado de los desarrollos locales obtuvo dos prototipos de vacunas que generaron altos niveles de anticuerpos en animales. La tecnología empleada (proteínas recombinantes) ya se usa en vacunas como la de la Hepatitis B y el VPH, por lo que el conocimiento previo sobre su seguridad hace pensar que podría aplicarse en bebés, niños, adolescentes, embarazadas y personas inmunosuprimidas. Por otro lado, este tipo de vacuna no requiere condiciones excepcionales de almacenamiento, por lo que resultan más baratas y fáciles de producir y distribuir. Se espera que con el nuevo financiamiento puedan terminarse los ensayos de seguridad y capacidad inmune para pasar a la etapa de prueba en humanos.

3- Una vacuna de una sola dosis mostró resultados prometedores al aplicarse en roedores. Desarrollado por investigadores del CONICET y del Instituto Leloir en colaboración con la empresa biotecnológica Vaxinz, el fármaco generó inmunidad en ratones, que se mantuvo a los 5 meses de la inoculación. En este caso, el principio activo funciona de forma parecida al de otras vacunas como la Sputnik o la de CanSino, que usan adenovirus humanos modificados. Osvaldo Podhajcer, coordinador del proyecto, señala dos aspectos fundamentales de la investigación: “Con la emergencia de nuevas variantes, decidimos que nuestra opción también fuera capaz de demostrar eficacia frente a todas las que tienen transmisión comunitaria en la región (….) (Nuestra vacuna) responde a las necesidades de nuestros países, en vías de desarrollo: la idea es que se suministre fácil a través de una sola inoculación para reducir la producción masiva a la mitad y que pueda ser almacenada en cualquier lugar sin demasiados requisitos”.

4- Se realizó el primer estudio de efectividad de la primera dosis de la Sputnik V en condiciones extra laboratorio fuera de Rusia. Fue en la Provincia de Buenos Aires y arrojó los siguientes resultados: 78.6% para evitar casos, 84.7% para evitar muertes y 87.6% para reducir hospitalizaciones en personas de 60 a 79 años. El monitoreo se realizó sobre 186.581 individuos de entre 60 y 79 años. Para arribar a los resultados, se comparó la proporción de infecciones confirmadas, muertes y hospitalizaciones entre vacunados y no vacunados, luego de los 21 días de inoculada la primera dosis y hasta los 40 posteriores. La investigación fue enviada a una revista para ser evaluada por pares para su publicación.

5- Se recomienda vacunar a personas embarazadas. Si bien en los ensayos clínicos no se incluyeron por razones de seguridad, hoy “ya tenemos información de mujeres vacunadas durante el embarazo por ser médicas, enfermeras, personal de seguridad, y lo que se ve es que no hay problema. Las vacunas no son a virus vivo, entonces no puede haber malformaciones ni pueden afectar la salud de las mujeres. Por eso, hoy les decimos a las mujeres que sí, que si quieren vacunarse, que se vacunen. En el segundo o tercer trimestre, sobre todo si tienen factores de riesgo, pero independientemente de esto, el Covid es peligroso. La Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, la semana pasada, mencionó que el 11% de las mujeres en esas salas eran embarazadas. Y si nos preguntan qué vacuna les conviene aplicarse, la que les toque. También durante la lactancia”, explica el obstetra Mario Sebastiani. Por otro lado, un estudio de los equipos técnicos del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires señala que la infección por coronavirus multiplica la mortalidad de las embarazadas y aumenta la tasa de partos prematuros.

Bonus track: este perfil de Concepción Campa Huergo, una farmaceútica cubana que desarrolló una vacuna contra la meningitis en los 80 en un laboratorio que recibía la visita de Fidel Castro todas las noches (si, ya sé que no cumple la condición inicial de comentar cosas Made In Argentina, pero si de recortes territoriales se trata no me vas a negar que Cuba sea fascinante).

Y ellas están buenas pero tú estás mejor

La nostalgia por tiempos más simples (que en realidad no eran porque no sabíamos nada del virus y estábamos encerrados) me lleva a completar la frase: “LA vacuna DEL coronavirus”. Como contracara de la competencia por la mejor vacuna está la de la variante más letal e infecciosa. Y, después, vienen las combinaciones vacuna-variante y una ya está para encomendarse a Darwin y que sea lo que sea.

En estas últimas semanas, la variante más mentada ha sido la Delta, que se identificó en India y que hoy genera el 90% de los contagios en Reino Unido. En esta nota de Pablo Esteban hay algunas claves informativas para tener en cuenta:

  • La variante india es más contagiosa que la de Reino Unido. Se calcula que dentro de una casa es 1.6 veces más probable transmitirla.
  • Provoca un mayor riesgo de hospitalización
  • La sintomatología es levemente distinta: a los síntomas conocidos se les suma goteo por la nariz

¿Y las vacunas? Parece que funcionan. Si bien se vio que el 33% de los casos infectados con esta variante que requirieron hospitalización en Reino Unido tenían al menos una dosis de vacuna aplicada, este estudio, en el que se usó suero de personas inmunizadas con dos dosis de la vacuna de Pfizer, mostró efectividad para neutralizar la variante Delta con valores un poco inferiores que para otras, pero aún dentro de los estándares. Fuera del laboratorio, un informe de las instituciones sanitarias inglesas comparó datos de casos de personas vacunadas y no vacunadas y observó que con una sola dosis de la vacuna hay una disminución significativa para prevenir la infección sintomática, pero que con dos la brecha no se percibe, tanto con la vacuna de Pfizer como con la de AstraZeneca (con AstraZeneca, la efectividad es del 71% con una dosis y 92% con dos; mientras que con Pfizer, es del 94% y 96% respectivamente). Mientras tanto, el Instituto Gamaleya anunció que la Sputnik V es la vacuna más efectiva contra esta variante y que ya mandaron la data a una revista para que sea revisada y publicada.

Bonus track: será porque en Europa no se consigue, pero la variante andina (o Lambda), que ya fue detectada en Argentina y otros 28 países, tuvo mucha menos prensa a pesar de haber sido declarada “de interés” por la OMS. En principio, esto significa que más países van a empezar a rastrear la variante y hacer estudios de contagiosidad y eficacia de las vacunas.

Estás cansada de que estos cabrones te digan lo mismo

La nostalgia tiene eso de ver el pasado mejor de lo que fue. Y como yo quiero que me recuerden mejor de lo que soy, voy a hacer lo que va a permitir la nostalgia de mañana, o sea, decir lo de siempre para posibilitar la añoranza, porque viste que cuando hay que evocar lo cálido nunca se apela a lo extraordinario sino a lo cotidiano. Así que acá va: la pandemia exacerbó las desigualdades preexistentes, entre ellas, las consecuencias de respirar.

¿Las consecuencias de respirar? ¿Se volvió loca esta mujer? Yo ya la veía medio medio con lo de la nostalgia y la presión de la rutina, pero con esto terminó de patinar. Bueno, todavía no, querido amigo. Resulta que los ricos respiran más fácil. 

En el artículo que lleva este título tan chocante, se analiza la calidad del aire en Estados Unidos durante las últimas 6 décadas. En resumen: en 1970 los niveles de polución llegaron a su máximo histórico y, desde ahí, entre las políticas para bajar las emisiones de gases de efecto invernadero y las regulaciones de riesgos laborales los indicadores generales de calidad de aire exterior e interior mejoraron. Pero sí, adivinaste, la mejora no fue igual en todos lados ni para todo el mundo.

Las diferencias en la salud respiratoria según clase social se han mantenido igual o, inclusive, profundizado. Algo que hace que no todos lleguemos en las mismas condiciones a la pandemia. Un estudio titulado “Desigualdad socioeconómica en la salud respiratoria en Estados Unidos entre 1959 y 2018”, que estudió encuestas nacionales con información sobre hábitos y síntomas, sostiene que:

  • Los datos sobre tests de función pulmonar muestran que la brecha entre ricos y pobres se amplió desde 1971. 
  • En la década del 80, ser o no fumador no correlacionaba directamente con la clase, mientras que, en las décadas subsiguientes, la cantidad de fumadores disminuyó notablemente en las clases de mayor poder adquisitivo y no cambió tanto entre las personas más pobres.
  • En 1971 el asma infantil tenía una prevalencia similar interclase, mientras que ahora, en el quintil de menores ingresos, es el doble que en el de mayores, lo que está asociado a factores ambientales como la polución.
  • La incidencia de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), un factor de riesgo para la COVID-19, también aumentó su incidencia entre las personas más pobres respecto a las más ricas. Algunos factores asociados a la EPOC: fumar, condiciones laborales insalubres, polución y dificultad de acceso al sistema de salud.

Cuando los investigadores examinaron los datos de las encuestas, descubrieron que ninguna de las brechas de salud pulmonar respecto al poder adquisitivo se había reducido en las últimas seis décadas. Todas ellas han persistido o se han ampliado. A los encuestados se les pidió que informaran sobre agitación al hacer un esfuerzo, tos y jadeos. Incluso cuando la incidencia general de estos problemas disminuyó, las disparidades de ingresos y educación aumentaron. Como bien señala Steffie Woolhandler, médica y profesora del CUNY’s Hunter College, “los estadounidenses más pobres no están disfrutando los frutos del progreso”.

Bonus track: el Observatorio del Conurbano Bonaerense de la Universidad de General Sarmiento releva algunas variables ambientales en esta zona del país.

No sales de mi cabeza

Como todo, la nostalgia requiere el ejercicio de un privilegio: recordar. Y estos días, la capacidad de pensar en el pasado fue noticia cuando se anunció la aprobación de un fármaco llamado Adulhem para el tratamiento del Alzheimer. El comunicado lanzado por la Administración de Drogas y Alimentos estadounidense (FDA) generó bastante polémica, dado que la droga fue aprobada mediante un procedimiento rápido, o sea, sin la evidencia que se requiere en general.

¿Cuál es la principal controversia? Que lo que se hizo fue observar un factor fisiológico en 3.482 pacientes incluyendo el grupo de control: la reducción de placas de beta amiloide, una proteína que es el principal componente de las placas seniles, depósitos que se encuentran en el cerebro de pacientes con Alzheimer y otras demencias. Si bien hay varios estudios que asocian la enfermedad con su aparición, no se ha determinado que detener su formación impida el desarrollo de la enfermedad y estas investigaciones no hicieron seguimiento de los pacientes. Digamos que aprobaron una droga por resultados muy buenos sobre un factor fisiológico que se supone crucial para el desarrollo de la enfermedad, en un escenario en el que es eso o nada. Y que esta aprobación acelerada se da bajo la condición de que la farmaceútica haga un nuevo ensayo clínico que, si no muestra resultados, podría llevar a que el Adulhem se retire del mercado. Pequeño detalle: lo hicieron en un país con 6.2 millones de personas que padecen la enfermedad y sin sistema de salud pública. Las cuentas se las dejo a ustedes.

Bonus track: así como no tiene tratamiento, los mecanismos de detección del Alzheimer también son complicados. En esta nota hay data sobre un test de sangre en desarrollo que podría permitir saber si tenés Alzheimer hasta 20 años antes de que se manifieste la enfermedad.

Y yo detrás de ti, como un chambol

Termino esta carta pensando que crear nostalgia en perseguir la novedad es un poco dar vuelta la rutina. Oponer la añoranza a la adrenalina como forma de revalorizar esos procesos que requieren maduración en tiempos explosivos. Un poco como esa descripción tan linda de la ciencia que hizo Newton, la de poder ver lejos por subirse a hombros de gigantes (la imprecisión de la cita es notable pero la intención es buena). Lo que nos pasa es nuevo pero nosotros no, y todas las experiencias son recursos, no solo las que quedan lindas en Instagram. A veces estar bien es darse el tiempo para transitar el abatimiento en vez de ceder al impulso de la euforia. Dejarnos llevar por lo que pasa sin que eso se lleve puesto lo que nos pasa.

Te mando un beso enorme,

Agostina

p/d: las refes de este news son de este tema que demuestra que toda la elegancia de la mirada agridulce del pasado se diluye ante lo que verdaderamente se extraña: la pista de baile

Soy comunicadora científica. Desde hace tres años formo parte del colectivo Economía Femini(s)ta, donde edito la sección de ciencia y coordino la campaña #MenstruAcción. Vivo en el Abasto con mis dos gatos y mi tortuga. A la tardecita me siento en algún bar del barrio a tomar vermú y discutir lecturas con amigas.