Más difícil que conseguir el CBU de una inmobiliaria

¿Cómo vamos a volver a salir a la calle? Veamos algunas pistas de otras ciudades del mundo.

Hola, ¿cómo estás? Casi un mes de ASPO nomás. ¿Ya te diste cuenta que no eras tan antisocial como pensabas? ¿Ya te arrepentiste de haber rechazado ese fútbol 5 o esa birra con amigues porque tenías fiaca? Lo único bueno de todo esto es que en mi caso el FOMO se ha reducido a niveles históricos. Sí, metí ASPO y FOMO en el párrafo inicial.

Todo parece indicar que el pico del COVID-19 se va corriendo gracias a que la cuarentena tiene alto acatamiento. En un homenaje a Eduardo Galeano a días del aniversario de su fallecimiento podríamos decir que el pico del coronavirus es como la utopía. Pero en lugar de servirnos para caminar nos sirve para todo lo contrario.

Mejor vamos a lo nuestro.

Más allá de que la “cuarentena administrada” anunciada el viernes pasado por el Gobierno nacional no cambia demasiado para la mayor parte de la población de grandes ciudades, al menos hasta el 26 de abril, ya despertó una serie de elucubraciones sobre de qué manera vamos a volver a salir a la calle. Veamos qué pistas podemos encontrar en otras ciudades del mundo y qué consecuencias urbanas puede traernos la necesidad de distanciamiento social.

En esta nota para City Lab, Sarah Holder da algunas recomendaciones de, en caso de tener permitido salir a la calle a hacer algunas actividades, cómo calcular la distancia necesaria con la otra persona. Uno me pareció tan oscuro como útil: “Si no sabés cuánta distancia son 6 pies, imaginate a una persona tirada en el suelo e intentá no pisarla”.

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Por acá, el subte de Buenos Aires amaneció el primer día de cuarentena administrada con algunas intervenciones que buscan evitar las aglomeraciones que se dieron la semana previa al comienzo de la cuarentena total.

En Nueva York, la ciudad que ya superó a Italia en cantidad de infectados, es muy difícil mantener la distancia necesaria. Aaron Gordon lo demostró en este artículo donde sostiene que el espacio “usable” (sacando árboles, bolsas de basura y demás elementos) de las veredas neoyorquinas no permiten mantener la distancia de 1,8 metros recomendada.

En Nueva Zelanda, donde en los últimos días ya no se registraron nuevas muertes por el virus, el gobierno dio por terminada la cuarentena más rígida y comienza a permitir la circulación pero siempre y cuando se mantenga una distancia social de dos metros entre las personas. Para lograr el objetivo, se ordenó que se aumente el gasto público no en barbijos o guantes sino en senderos peatonales así como también en reconvertir calles utilizadas por autos en ciclovías, al menos de manera temporaria.

La Agencia de Transporte de Nueva Zelanda va a invertir cerca de 100 millones de dólares en nuevas ciclovías a través de un fondo llamado Streets for People que ya existía desde antes de la emergencia del coronavirus y se dedica a algo que se llama “urbanismo táctico”. Lo que básicamente trata de hacer, mediante diferentes intervenciones, es que las calles sean más seguras para peatones y ciclistas. Su objetivo ahora es hacerlo de manera rápida y con materiales simples como separaciones con canteros o pintura. En Berlín y en Montreal, entre otras ciudades, están tomando decisiones del mismo tipo.

Es que al ser fundamental para eludir aglomeraciones, el uso de la bicicleta puede crecer y mucho. En Suiza, según un estudio de la Universidad de Basel que siguió a 250 usuarios con un GPS, muestra un incremento de más de tres veces en la cantidad promedio de kilómetros recorridos en bicicleta desde que arrancó el confinamiento. Según datos que publicó Rafael Skiadaressis en su cuenta de twitter, en Seúl, la capital de Corea del Sur, el uso de bicicletas públicas aumentó en hora pico un 93% respecto del mismo período el año pasado.

En Francia, donde Macron ya anunció una relajación de la cuarentena recién a partir del 11 de mayo, estudia cómo fomentar el uso de la bicicleta una vez que la gente empiece a salir a la calle de nuevo. La idea es que en las principales avenidas de París haya carriles exclusivos al menos de manera provisoria para bicicletas y así desincentivar el uso del colectivo o el subte. En España, la ministra de Transición Ecológica Teresa Ribera celebró la medida anunciada por el país vecino y prometió impulsar medidas similares.

El debate por el uso de la bicicleta también llegó a los sistemas de bicicletas compartidas que gestionan las ciudades. En la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, las Ecobici quedaron fuera de servicio el mismo día que se anunció el aislamiento obligatorio. Más allá de que el servicio venía teniendo fallas severas podría haber sido una buena alternativa para trabajadores esenciales pero se optó por suspenderlo, entiendo yo, para no fomentar que la gente se mueva de sus casas.

En el mundo también hay contrastes. Mientras en Madrid se tomó la misma medida que en Buenos Aires, ciudades como Glasgow, Washington D.C o Moscú –entre muchas otras– decidieron fomentar el uso del sistema público de bicis haciéndolo gratuito de manera transitoria.

Si querés saber más sobre medidas de movilidad y COVID-19, nuestro amigo Rafael Skiadaressis me hizo llegar este documento que armó la estadounidense NACTO (Asociación Nacional de Transporte Urbano) y que las distintas agencias de transporte del mundo van actualizando. Tiene muchísima información.

La ciudad de los 15 minutos

Además del ancho de las veredas para mantener la distancia, otro de los temas que volvió a poner en primer plano la cuarentena es un tema de debate de larga data en el urbanismo: la mixtura de usos y las ciudades compactas. En el correo de la semana pasada hablamos un poco de la incidencia de la densidad en el virus. Pero, aunque relacionados, la mixtura de usos no se trata sólo de cuántas personas viven en determinado espacio sino qué servicios e infraestructura urbana tienen a una distancia razonable caminando.

A esa distancia razonable la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, le puso números. Durante la campaña que finalmente le dio la reelección, prometió transformar a París en la ciudad de los 15 minutosLa dirigente socialista se propone que todo habitante de la ciudad tenga a ese tiempo de distancia a pie o en bicicleta un supermercado, un parque, un bar, un centro educativo y –lo más difícil– su lugar de trabajo. En este contexto, propuestas como esta también muestran beneficios nuevos ya que reducirían drásticamente las aglomeraciones en el transporte público y en los edificios de las zonas céntricas.

En línea con este concepto, el estudio que realizaron investigadores del Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad de San Martín busca responder cuáles son las condiciones materiales de la cuarentena en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Lo hacen calculando a qué tiempo de distancia caminando se encuentran servicios tales como bancos, cajeros automáticos, supermercados y almacenes.

El mapa que construyeron muestra que mientras que si vivís en el barrio porteño de Recoleta probablemente tengas un cajero automático a menos de 5 minutos de tu casa, si vivís en González Catán tengas que caminar al menos 20 minutos para retirar efectivo. Lo mismo sucede entre San Isidro (3 minutos) y Florencio Varela (15 minutos). Y esto lo agrego yo: es mucho más probable que necesites más el efectivo en el segundo caso que en el primero, donde la bancarización de los comercios está más extendida.

No es solamente un problema del ‘conurbano profundo’. En la CABA podés encontrar desigualdades también. Por ejemplo, en Belgrano, hay tiempos de acceso similares a San Isidro. Pero yendo al sur de la ciudad –en Villa Soldati–, estos valores superan los 15 minutos”, señala el coordinador de la investigación y Profesor de Métodos Cuantitativos en la UNSAM, Germán Rosati.

Bonus tracks

El rematador menos pensado. Gustavo Posse, intendente de San Isidro por Juntos por el Cambio, anunció que tiene previsto rematar alrededor de 40 inmuebles –casi todos mansiones en los barrios de Martínez y Acassuso– con deudas millonarias por ABL que arrastran hace años. Prevé recaudar, una vez que reabran los tribunales para iniciar el proceso, alrededor de 15 millones de dólares.

Más difícil que conseguir el CBU de una inmobiliaria. Cuando algo no te salga, te regalo esta analogía. Según la última encuesta de la Federación Nacional de Inquilinos, la mitad de las familias que alquilan no recibieron el CBU que por ley están obligados a dar las inmobiliarias y los dueños. La misma encuesta reveló que más del 40% no pudo pagar el alquiler correspondiente al mes de abril.

La pesada herencia. El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ordenó el uso de tapabocas obligatorio en su distrito la misma semana que se supo que pagó sobreprecios de hasta 4 veces el precio de mercado por barbijos. Mientras la mayoría de los medios no paran de insistir con el tema (ah, re) sigue la pesada herencia del dengue, que tocó un nuevo récord por estos días. Casi 1.000 casos sólo en las tres comunas del sur de la ciudad y más de 2.000 en total, una cifra superior a todos los casos de 2018 y 2019 sumados. Te recomiendo mucho este hilo con datos sobre el tema de Nicolás Sidicaro.

Eso es todo por hoy, amigue. Espero que hayas disfrutado la lectura de este correo como yo disfruté de la escritura del mismo.

Espero que tengas un lindo fin de semana.

Abrazos,

Fer

Escribe sobre temas urbanos. Vivienda, transporte, infraestructura y espacio público son los ejes principales de su trabajo. Estudió Sociología en la UBA y cursó maestrías en Sociología Económica (UNSAM) y en Ciudades (The New School, Nueva York). Bostero de Román, en sus ratos libres juega a la pelota con amigos. Siempre tiene ganas de hacer un asado.