Manual para ganar elecciones

Continúan los debates en el Frente de Todos sobre la economía pre electoral y el (no) manejo de la justicia. La oposición apuesta a jugarle la interna al oficialismo. China y lo que viene.

Hola, ¿cómo estás? Espero que bien. La muerte de Carlos Menem me llevó a buscar archivos para recordar cómo era el clima de época en los ‘90 y, en lo que respecta a los medios y el volumen del debate en ellos, el deterioro es desolador. Así que con este ímpetu luminoso inauguramos el #OffTheRecord de la jornada. 

Debates en el desfiladero II

La semana pasada, además de revelar la reunión en la residencia de los Massa, continuamos el abordaje de un tema que venimos siguiendo hace un mes: el debate que se está dando al interior del Frente de Todos por la sintonía fina frente a definiciones económicas que van a determinar, en buena parte, la performance electoral del oficialismo que tiene una coincidencia transversal: la política es el instrumento para transformar la realidad y por eso el espacio tiene que construir poder político. La herramienta más efectiva y conocida hasta el momento para eso es ganar elecciones. 

Si Argentina tuviera la máquina de imprimir dólares y tasas al 0% e inflación del 1% el paquete de inversión social debería ser -y haber sido- mucho más agresivo que el que fue. No tiene nada de eso. Lo que diferenció al kirchnerismo de sus adversarios desde su aparición en el 2003 fue tener muy en claro con qué recursos contaba para llevar adelante determinados objetivos políticos que luego derramaban en medidas económicas. Como ninguna otra interpretación del peronismo, fue una extraordinaria máquina de construir poder y ganar elecciones presidenciales. La brújula se le desmagnetiza, sin embargo, en las de medio término: el Frente para la Victoria perdió las de 2009, 2013 y Unidad Ciudadana las de 2017. Si bien esta última ofició de interna anticipada del peronismo, la frialdad de los números muestra que hace 16 años que el kirchnerismo -en cualquiera de sus variantes- no gana una elección legislativa.

El Frente de Todos necesita un triunfo en los comicios de medio término para llevar adelante las reformas necesarias en materia judicial que permitan echar luz sobre maniobras como la que el viernes ejecutó Casación que hubiera hecho sonrojar al mismísimo Norberto Oyarbide. Para eso hay dos diagnósticos. En el entorno de Cristina creen que las ganancias de las empresas durante el macrismo les permitirían tolerar un aumento muy acotado que le de aire a la sociedad para recuperar poder de compra. Axel Kicillof, por su parte, propone postergar el acuerdo con el FMI para después de octubre. En esto se da una singularidad interesante: es lo mismo que planteó Martín Redrado el domingo en el Financial Times.

En Economía sostienen que la convergencia de las variables mencionadas en la entrega anterior es necesaria para “tranquilizar la economía” y por lo tanto tranquilizar la política. Más subsidios son más pesos circulantes y eso es, en parte, más presión sobre el dólar. La suba de los precios en general y de los alimentos en particular ya dejaron de ser una luz de alarma para empezar a formar parte de reuniones con tonos elevados y adjetivos que sólo se oyen en momentos de crisis. El aumento de los combustibles en los primeros tres meses del año y de las tarifas en el segundo trimestre podría perjudicar al oficialismo en la contienda de este 2021. Sin embargo, una devaluación, en este contexto, sería la sentencia de muerte para las aspiraciones electorales del oficialismo.

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La oposición formal y comunicacional comenzó a jugar esa interna. Partieron el debate en una confrontación entre Guzmán y Kicillof con el objetivo de presentar al ministro enfrentado a la figura política de mayor cercanía de la vicepresidenta, lo que implicaría un descenso en las acciones del discípulo de Joseph Stiglitz a quien consideran uno de los últimos diques para reinstalar la narrativa bolivariana del gobierno. Si los medios que piden la prisión de Cristina se deshacen de elogios con el ministro de Economía, la operación es evidente. Igual de sorprendente debería ser la torpeza del oficialismo de no advertir la maniobra. 

Un escenario similar se da en la justicia. El sector más revulsivo del Frente le demanda al Presidente que acelere las transformaciones en los tres temas en los que fracasó institucionalmente el gobierno de Cristina Kirchner: medios, campo y Poder Judicial. La derrota con el voto de Julio Cobos en la 125 -que, con el tiempo, se puede interpretar como el punto de partida de la identidad kirchnerista-, las cautelares que impidieron la aplicación de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y de la llamada ley de Democratización de la Justicia -estas dos últimas en momentos de enorme poder de los gobiernos kirchneristas- demuestran que los reclamos de un sector de la base electoral del oficialismo tienen ímpetus nobles, pero de éxito improbable.

La oposición está muy cómoda con el sistema actual. Con una parte de Comodoro Py funcionando bajo la presencia constante de sus operadores -cuando no a merced del temor de algunos magistrados a las tapas de los diarios- y la Corte en pie de guerra contra CFK -con alianzas intramuros que eran impensadas hasta hace algunos meses-, ¿qué incentivos tiene para validar cambios? ¿Por qué modificaría la estrategia si puede responder ante los periodistas que la justicia no funciona y luego tabicar cualquier debate que impulse una reforma? ¿Cómo haría el gobierno para convencer a sus rivales de ampliar el máximo tribunal? Y de lograrlo, ¿cómo haría para nombrar sólo jueces propuestos por el oficialismo que necesitan los ⅔ del Senado? Quien puede dar fe que el escenario es más complejo de lo que sugieren estas demandas coléricas es la funcionaria -recomendada para el puesto por una persona de extrema confianza de CFK- que se pidió licencia para no firmar un desestimiento en una causa sensible para la opinión pública. Put the money where your mouth is dicen los norteamericanos.

El futuro llegó hace rato

El jueves, Sabino Vaca Narvaja -que será embajador en la República Popular China- expuso ante la Comisión de Acuerdos que preside la mendocina Anabel Fernández Sagasti y profundizó sobre los aspectos centrales de la relación con el país asiático. En una alocución que abarcó desde carne bovina hasta exportaciones de tecnología satelital argentina, el que fuera hasta hace poco Representante Especial comercial repasó algunos hitos centrales recientes en la relación con China como la renovación del swap que hoy representa el 43% de las reservas del Banco Central y la llegada de insumos médicos en el momento de mayor incertidumbre de la pandemia -con 46 vuelos sanitarios que llegaron al país en un marco de brutal competencia global y contribuyeron a la resiliencia del Sistema de Salud. 

El designado Embajador no esquivó las cuestiones más espinosas sobre la relación bilateral, donde encontró preocupaciones convergentes del opositor Ernesto Félix Martínez y el ex canciller Jorge Taiana, por el déficit comercial bilateral. Ante las preguntas de los senadores, Vaca Narvaja mostró algunas alternativas para reducir ese déficit y defendió el agregado de valor local, subiendo eslabones en la cadena productiva. Un camino que recorre el tan controvertido proyecto de instalación en el país de granjas porcinas, que permitiría al país vender carne de cerdo en lugar de la soja que le sirve de alimento. 

También señaló que, aún con términos de intercambio similares a los argentinos, países vecinos como Brasil, Chile y Perú tienen una balanza superavitaria gracias a la importancia bilateral de la actividad minera, un sector con potencial de crecimiento en nuestro país, especialmente en la explotación de cobre y carbonato de litio. El Embajador designado enfatizó, también en ese área, la posibilidad de agregar valor. El reciente convenio suscrito con una firma china para la fabricación en el país de baterías de litio para buses eléctricos lo tuvo como protagonista. 

Vaca Narvaja dejó para el final la que posiblemente constituya la decisión geopolítica más importante del año en curso. La posibilidad de que Argentina avance en su integración a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, la mayor iniciativa de integración económica global del gobierno chino, que en la región ya integran Bolivia, Uruguay y Chile. Una apuesta por aprovechar las oportunidades que ofrece un país que crecerá este año por encima del 8% y que cuenta con más de 400 millones de consumidores de sectores medios y altos.

Bonus track

  • Las medidas que tomó el gobierno de la PBA no cayeron bien en la bonaerense que, según pudo saber #OffTheRecord, tiene apuntado al jefe de Gabinete Carlos Bianco sobre quien pretende descargar una feroz campaña negativa.
  • Preocupación de Cristina Fernández de Kirchner por el aumento de la inseguridad en el Conurbano. No sería extraño que esta semana o la que viene vuelva a reeditarse el debate sobre la cantidad de gendarmes o policías que debería haber -y, según la VP, no hay- en territorio bonaerense.

Dejame recordarte algo, máxime en la antesala de nuevos productos de Cenital: nos gustaría que seas parte del proyecto a través del sistema de apoyo económico para poder seguir creciendo.

La recomendación de hoy -me estoy quedando sin libros 😭- es El caballero inexistente de Italo Calvino.

Ojalá hayas disfrutado de este correo tanto como yo. Estoy muy agradecido por tu amistad que, aunque sea espectral, para mí no tiene precio.

Iván

Soy director de un medio que pensé para leer a los periodistas que escriben en él. Mis momentos preferidos son los cierres de listas, el día de las elecciones y las finales en Madrid. Además de River, podría tener un tatuaje de Messi y el Indio, pero no me gustan los tatuajes. Me hubiera encantado ser diplomático. Los de Internacionales dicen que soy un conservador popular.