Lo que nos cuesta crecer

El estancamiento secular de la economía, el gran drama argentino. Los indicadores de la semana y algunas cositas más.

Hola, ¿cómo estás? Hoy necesito que tu estado de ánimo esté bien arriba, porque el tema que vamos a analizar no viene con buenas noticias. Ya sé que encima estamos en medio de una pandemia, pero justamente por eso más que nunca hay que tenerlo presente. Porque cuando salgamos de ésta, tenemos bastantes cosas por resolver y lo que vamos a ver hoy creo que es lo más importante de todo. Así que agarrate un pote de dulce de leche (o lo que a vos te ponga de buen humor) y arranquemos.

El último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM), que nuclea a más de 50 consultoras y centros de estudios del país, estimó que para 2020 el PBI caerá 9,5%, con un leve rebote para 2021 (+4,5%). De confirmarse estos datos, Argentina se encontraría por segunda vez atravesando una “década perdida”: el crecimiento del PBI sería nulo (en realidad, levemente negativo, -0,7%), lo que significa que durante 10 años la economía no habría logrado aumentar el nivel de producción y de ingresos.

Independientemente de que lo que suceda durante este año y el próximo, atravesado por la pandemia, es innegable que la economía tiene un problema que no le permite crecer sostenidamente. Si tomamos los últimos 8 años, el resultado es el mismo: el crecimiento promedio para 2011-2019 fue prácticamente nulo (0,4%).

PBI a precios constantes

Fuente: INDEC

¿Pero tan importante es que la economía crezca sostenidamente? Sí, es muy importante, porque es una condición necesaria –pero no suficiente– para mejorar la calidad de vida de la población, ya que, a mayor tamaño de la economía, mayor es el total de ingresos que genera.

Por eso, al analizarlo en términos per cápita (es decir, teniendo en cuenta el total de la población), el resultado es aún más grave, ya que la población viene creciendo a razón de 1% por año. Es decir, tenemos el mismo tamaño de ingresos (la misma “torta”), pero ahora eso se distribuye entre una mayor cantidad de personas. Con lo cual, el PBI per cápita actual es un 10% menor al de 2011, que es lo mismo que decir que hoy somos –en promedio– un 10% más pobres que hace 8 años.

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De lo anterior se desprende que la economía debería crecer por lo menos 1% al año para lograr mantener el mismo nivel de ingresos per cápita. De todas maneras, esto claramente sería insuficiente, ya que todavía hay mucha gente cuyos ingresos no alcanzan para lograr condiciones mínimas de calidad de vida. Es un lujo que solo podrían darse los países más desarrollados (con elevados PBI per cápita) como Noruega, Corea del Sur, Australia, etc.

¿Y qué tan lejos estamos de esos países? Si miramos el vaso medio lleno, según el Banco Mundial para 2018 (último año con datos disponibles para todo el mundo) Argentina tenía un PBI per cápita de casi USD 23.000 dólares, lo que la ubica de mitad de tabla para arriba. Más específicamente, en el puesto 56°, sobre un total de aproximadamente 195 países. Por eso se la suele considerar como un país de ingresos “medios-altos”.

Igual acá aplica más que nunca la frase “mal de muchos, consuelo de tontos”. La ubicación de nuestro país, cuyas condiciones de vida para una buena cantidad de personas dista de ser aceptable, refleja que hay muchísimos países en peores condiciones.

PBI per cápita para 2018 (en dólares constantes)

Fuente: Banco Mundial

Por otro lado, estamos bastante lejos de los primeros puestos de la tabla, aunque es importante resaltar que en muchos casos el PBI per cápita, al ser un promedio, no refleja mejores condiciones de vida de toda la población. Por ejemplo Catar es el tercer país con mayor PBI per cápita y sin embargo se ubica en el puesto 41° según el índice de Desarrollo Humano.

Como referencia podemos tomar a España, país con buenas condiciones de vida, que actualmente tiene un PBI per cápita de USD 40.000. Como verás, lo que Argentina necesitaría, entonces, es crecer de manera sostenida por determinada cantidad de tiempo hasta lograr duplicar su PBI per cápita (tomando números redondos).

¿Y cuánto tiempo? Eso depende de la velocidad a la que crezca la economía, es decir, la tasa de crecimiento. Para que te des una idea, si Argentina lograra crecer 5% por año, en 15 años duplicaría su PBI per cápita y alcanzaría el nivel de España. Ahora, si en lugar de hacerlo al 5% lo hiciera al 3%, tardaría 24 años. Y si creciera al 1% tardaría 70 años. Fijate que puede parecer poco la diferencia entre crecer al 1% o al 5% y sin embargo cambia radicalmente el panorama. Eso es porque el crecimiento se acumula cada año, y entonces las diferencias se hacen cada vez más grandes.

Acá es donde queda claro que no solo es importante que la economía crezca, sino que además lo tiene que hacer a cierta velocidad, de lo contrario nos llevaría una eternidad. Para que lo entiendas, creo que la mejor analogía es pensarlo como una carrera, cuya meta es alcanzar a esos países, pero donde no todos parten de la misma línea de largada. Por ejemplo, Hungría saldría unos metros delante nuestro, mientras que Honduras arrancaría bastante más atrás (ver gráfico anterior).

Ahora bien, que estemos más cerca de la meta no significa que lleguemos antes. Para avanzar no solo hay que crecer, sino que hay que hacerlo a una velocidad mayor que el resto. El problema se vuelve todavía más complejo, porque la meta también se mueve (los países que están delante nuestro, como España, siguen creciendo). Este video lo resume bastante bien (tip: le pueden aumentar la velocidad de reproducción para que vaya más rápido).

Por eso es tan grave lo de la falta de crecimiento. Durante los últimos 8 años, no solo quedamos rezagados frente a otros países que se encontraban detrás, sino que la meta se alejó.

Bueno, ¿pero capaz este es un problema generalizado en todo el mundo? Lamentablemente no. En los últimos años la gran mayoría de los países logró crecer (aunque a diferentes velocidades, claro está). Del total de 195 países, hubo solamente once que entre 2011 y 2018 no lograron crecer, y uno de esos fue Argentina. 

Me adelanto a la siguiente pregunta: identificar las causas que están por detrás de este problema no tiene una respuesta única ni sencilla. Pero acá no le escapamos a las cosas difíciles, así que –si la coyuntura nos deja– le vamos a dedicar las próximas entregas a tratar de desentrañar los (varios) factores que están por detrás de este problema.

Si no te podés aguantar, la respuesta (muy pero muy) corta está vinculada con el tema de las divisas, ya que la economía necesita una cierta cantidad de dólares por año para poder crecer de manera sostenida pero no está logrando generarlos. Así que eso implica meterse con las exportaciones, las importaciones, el ahorro, la deuda externa, los capitales de portafolio y varias cuestiones más que iremos viendo semana a semana.

Para no terminar con tanto pesimismo, una vez pasada la pandemia y si se logra una reestructuración exitosa de la deuda, las condiciones están dadas para que la economía retome la senda del crecimiento. El desafío, como vimos, será sostenerlo en el tiempo.

Los indicadores económicos, saliendo de cuarentena

  • Índice de precios: El INDEC publicó el IPC de mayo, que volvió a mostrar una desaceleración significativa, marcando un aumento del 1,5% de los precios. En particular, el rubro Alimentos y Bebidas, uno de los más importantes y que venía creciendo fuerte, aumentó solo 0,7%. Además, también se incrementó la cantidad de bienes relevados, lo cual consolida el resultado.
  • Uso de la capacidad instalada: El INDEC publicó la UCI para abril, que se ubicó en 42%, lo que implica una reducción de  10 puntos porcentuales respecto de marzo. De ese modo, se confirma que durante abril la actividad industrial sufrió un freno mucho mayor debido a la cuarentena.
  • Evolución del empleo exceptuado: El Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI), que forma parte del Ministerio de Producción, publicó un informe sumamente completo sobre la actividad económica y el impacto del ATE y el IFE. En particular, el dato más alentador es el del incremento del empleo exceptuado en casi todo el país, que refleja la flexibilización de la cuarentena y la recuperación del nivel de actividad.

Evolución del empleo exceptuado por provincias y total país (% del empleo formal sobre el total de empresas)

CEP XXI y Dirección Nacional de Articulación de Asuntos Productivos con las Provincias, Ministerio de Desarrollo Productivo

¿Más economía?

Para la cartera de la dama o bolsillo del caballero, hoy traigo dos webinarios sobre temas de género (uno sobre coronavirus y equidad de género y el otro sobre las brechas de género en el mercado laboral).

Por el lado de los podcasts, el Centro para la Evaluación de Políticas (CEPE) lanzó un ciclo de entrevistas a expertos en políticas públicas, sobre temas como educación, empleo, desarrollo urbano y evaluación de impacto. En particular recomiendo éste, con Soledad Guilera y Martín Montané, que nos cuentan sobre las herramientas tecnológicas que están utilizando los distintos países para hacer el rastreo de personas con COVID-19.

También tengo recomendaciones para el Día del Padre, ¿qué te pensabas? Si a tu viejo le interesa la economía y la historia argentina, ni lo dudes; regalale Cuando los economistas alcanzaron el poder, de Mariana Heredia. Un hermoso libro que rastrea y analiza el ascenso de los economistas en la influencia social y política del país durante las últimas décadas.

Hasta acá llegamos por hoy. Ojalá que algo de todo esto te haya servido para que ahora entiendas un poco más de esta cosa tan difícil que parece la economía argentina. 

Espero tu respuesta. Te mando un abrazo grande.

Juanma

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Me dedico a estudiar la macroeconomía argentina, algo que en este país debe ser similar a tener un doctorado en física molecular. Soy magister en Desarrollo Económico en la UNSAM y estoy haciendo el Doctorado homónimo en la UNQUI. Padre de gemelas y docente universitario.