La revolución americana

Joseph Biden asumió con el mote de ''presidente de transición''. Sin embargo, en su primer discurso ante la Asamblea Legislativa mostró un perfil izquierdista disruptivo tanto para la prensa como para su partido. ¿Quedará en el plano discursivo o podrá llevarlo a la práctica?

Hace aproximadamente un año, Donald Trump era el presidente de los Estados Unidos y tenía una posición electoral cómoda (aunque no definitiva) producto del crecimiento económico. Su respuesta caótica a la pandemia mundial todavía no era evidente. Al comienzo de la temporada de las primarias, la interna demócrata estaba dividida entre Bernie Sanders, que representaba a los nuevos sectores a la izquierda del partido, y los segmentos centristas tradicionales dentro del partido. En este último segmento revistaba el actual presidente Joseph Biden, que representaba el centrismo partidario más aceptable para el votante estadounidense pero que a la vez parecía menos capaz de despertar pasiones al ser un veterano miembro del establishment partidario. Cuando se fue haciendo evidente que sería el candidato demócrata, se fue solidificando la opinión que, de ganar, sería un presidente casi “de transición”: su perfil moderado y su experiencia como vicepresidente de Obama podían servir para sacar a Trump, pero su avanzada edad, su perfil demográfico (un anciano blanco de la costa este) y su conservadurismo en relación a otros miembros de su partido no parecían anticipar una gestión audaz. Incluso se llegó a mencionar que estaba dispuesto a no presentarse a la reelección, quedando como un presidente de sólo cuatro años. 

Sin embargo, en su primer discurso ante la Asamblea Legislativa, el pasado 28 de abril, Biden mostró un perfil izquierdista bastante rupturista con lo que venía siendo la línea partidaria desde Clinton hasta ahora. Salario mínimo, sindicatos fuertes, críticas a la teoría del derrame, sistema tributario progresivo, impuesto a las grandes fortunas: Sanders parecía haberle escrito el discurso. Por supuesto, fue tan sólo un discurso, y como tal, fue excesivamente ambicioso y tal vez no muy realista… Pero aún así, ¿a qué se debe este cambio aparentemente tan radical? 

Una primera explicación tiene que ver con el funcionamiento de la representación de demandas. Algunas investigaciones académicas muestran que las primarias son en general una muy buena señal de las preferencias del electorado, e incluso que explican los giros programáticos de los partidos. La candidatura de Sanders en las campañas de 2016 y 2020, pero también la aparición de figuras como la diputada Ocasio-Cortez o la senadora Warren, muestran que había una demanda en esta dirección luego de varios años de deterioro de la clase media estadounidense. En este sentido, así como el Partido Republicano se fue moviendo progresivamente a la derecha desde Reagan (llegando al paroxismo con Trump), la aparición de Biden no debería sorprender tanto. 

Asimismo, hay razones coyunturales. La pandemia es una crisis enorme que abre la ventana para políticas extraordinarias. Al igual que la Gran Depresión en los treinta, son los momentos críticos los que permiten políticas audaces. Tradicionalmente en Estados Unidos, las grandes crisis suelen concentrar recursos de poder en el Ejecutivo y reducir el poder de veto de actores poderosos como los empresarios

Además de las explicaciones estructurales, es posible que haya habido un buen componente de estrategia de Biden. Consciente de que se lo consideraba un presidente débil y de transición, tenía poco para perder y decidió jugar fuerte. Los que señalan que siempre fue conservador suelen olvidar que hay varios ejemplos de líderes políticos que “leen” la coyuntura y se mueven acorde. Reagan había sido líder izquierdista en su juventud y Roosevelt era un aristócrata neoyorquino, pero rápidamente entendieron qué rol podían jugar.

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Biden abrió el debate sobre el papel del gobierno tal como Reagan lo hizo hace cuarenta años. Fue tan sólo un discurso, pero cuestionar tan directamente algunos cimientos de la economía estadounidense no es poca cosa. Queda por delante ver si las estrechas mayorías legislativas que posee le permitirán ir a fondo.

Profesor de Ciencia Política en la Universidad de San Martín (UNSAM) y Universidad Torcuato Di Tella (UTDT).