La más tramposa

La pandemia no terminó. Y no solo es parte de nuestro presente, sino también de nuestro futuro. Todavía hay novedades sobre el coronavirus.

Holis, ¿cómo andás? Yo acá, tratando de escribirte sin que me distraigan WhatsApp y Telegram, que volvieron a estar rebosantes de planes y salidas. La verdad es que no sé bien cómo ubicarme en la situación. Entiendo que las condiciones epidemiológicas cambiaron, pero también en este tiempo logré comprender que no son algo estable. Y no hablo de comprender en términos de entender, racionalizar, sino de algo completamente internalizado, de reacciones corporales, de construcción de sentidos. 

Entonces, estoy despistada respecto a cómo tomarme mis reacciones frente a algunas invitaciones, no sé si pensarlas como algo parecido al estrés postraumático, tipo “Agostina estos son resabios de un tiempo pasado, tenés que hacer algo con los miedos porque ya son sobre cosas que no existen” o si considerar que la prudencia es la actitud que se adapta mejor a mis necesidades, creencias y procesamiento de información.

Por ahora, voy tratando de distinguir. Por ejemplo, sé que usar barbijo en espacios cerrados es algo que no me incomoda, me tranquiliza y está de acuerdo con las recomendaciones sanitarias en este momento, pero el hecho de que me dé asco y repugnancia pensar en comer adentro de un restaurante porque se me hizo muy patente la imagen de respirar saliva ajena ya es otra cosa, algo a trabajar. 

Así que hoy te propongo que pensemos en eso de que una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa tratando de pensar qué cosa es importante tener en cuenta a la hora de ser parte de nuestro propio contexto.

Algo agresiva

Empecemos por el principio, ¿qué es la pandemia en este momento? Hay pocos casos, muchas vacunas, terapias intensivas vacías y una cantidad de muertes sensiblemente baja. Pero la pandemia no terminó. Todavía hay gente que se enferma y no sabemos hasta dónde y hasta cuándo no nos podemos enfermar los que no estamos enfermos. Y esto no solo es parte de nuestro presente, sino también de nuestro futuro. Así que vamos a traer el pasado al presente para pensar lo que viene con el primer coronanews en varias semanas.

En Cenital nos importa que entiendas. Por eso nos propusimos contar de manera sencilla una realidad compleja. Si te gusta lo que hacemos, ayudanos a seguir. Sumate a nuestro círculo de Mejores amigos.

1- ¿Te acordás de los test de diagnóstico? Espero que sí, porque incluso llegué a hacerte un cuadro comparativo sobre los desarrollos argentinos que permitieron detectar infecciones por coronavirus en tiempo récord. Y aunque ya no aparezcan más entre los tweets destacados de la jornada, varios institutos siguen trabajando en ellos. Tal es el caso de la Fundación Instituto Leloir y su proyecto “COVIDAR-Ag”, un test de antígenos 100% argentino que podría permitir determinar si una persona está infectada en 15 minutos y, probablemente, con qué variante.

El funcionamiento es parecido al de los test de embarazo, son tiras reactivas, o sea, una superficie que reacciona de cierta manera ante la presencia de cierta cosa específica, en este caso de proteínas del virus, que se obtendrían mediante muestras de hisopado nasal. La gran novedad es que, para usarlo, no se necesitaría estar en un hospital o un laboratorio, por lo que sería accesible para situaciones de la vida cotidiana ya habilitadas, como clases presenciales, viajes en transporte público o cruce de fronteras.

*El meme dice: test rápido de COVID/meterse un dedo en el culo lo más profundo que se pueda/negativo (huele a mierda)/positivo(no huele a nada)

El gran desafío es generar un buen dispositivo para tomar muestras, lo que garantizaría que los test puedan autogestionarse. Hoy, las muestras se extraen con un hisopado nasofaríngeo que debe realizar el personal de salud. Para que uno pudiera ir a una farmacia y hacerse el test solo o con asistencia por videollamada, el hisopado debería ser nasal. En criollo, cambiar la obtención de muestras del fondo del cráneo a algo más parecido a una clásica limpieza de fosas nasales de conductor en un semáforo. Las pruebas actuales están revisando que no haya diferencias significativas en los resultados obtenidos con uno y otro método.

2- Sobre el programa COVAX de la OMS nos hemos explayado largo y tendido en varias ediciones, especialmente por su estrepitoso fracaso a la hora de garantizar una distribución equitativa de vacunas entre países ricos y pobres. En este artículo del Bureau of Investigative Journalism hay más razones para putearlos. Resulta que varias donaciones de Canadá y el Reino Unido vía COVAX llegaron a África pocas semanas antes de vencerse. Para países con sistemas de salud precarios, esto representa un gran problema.

En Timor Oriental, por ejemplo, tuvieron que desechar dosis porque ya estaban vencidas o se había cortado la cadena de frío por falta de freezers. La República Democrática del Congo devolvió a COVAX más de un millón de dosis porque no las iban a poder distribuir antes de que se vencieran. Sudán también devolvió dosis. El programa dice que las dosis devueltas pudieron ser redistribuidas en otros países africanos como si eso hiciera desaparecer el problema de los que tuvieron que devolverlos.

Mientras tanto, un análisis del grupo de investigación Airfinity sostiene que más de 100 millones de vacunas adquiridas por países del G7 y la Unión Europea van a vencer a fin de año y que deben ser redistribuidas de manera urgente. En este hilo, la farmacéutica experta en acceso a medicamentos Belén Tarrafeta sostiene que el hecho de “que haya medicamentos que caduquen en diferentes niveles de la cadena de suministro es normal, incluso con buenos sistemas de gestión”. “Esto se debe a razones diversas relacionadas con las características del producto, con su uso o con su distribución. Pero las proyecciones sobre excedentes de vacunas C19 que se atisban -por muchas terceras dosis que pongamos- no tiene precedente ni por su causa ni por la cantidad. Creo que, más allá de cómo solucionar el problema de gestionar los excedentes de vacunas C19 y del agravio que supone para países que las necesitan ya, no entiendo que no se pidan responsabilidades a la Comisión Europea por una gestión de compras que debería ser investigada”, se agrega en la investigación.

3- Esto también ya lo conversamos, pero el público se renueva, así que va otra vez con otra fuente, porque tal vez vos o alguna persona que te rodea se esté preguntando si se tiene que vacunar aunque ya haya tenido COVID. La respuesta corta es que sí. Este artículo del New York Times da razones más extensas, pero yo las voy a dar inextensas (?).

Básicamente: 

  • La inmunidad post COVID y los efectos de una segunda infección dependen de la edad, el estado de salud y la gravedad de la primera infección. O sea que no es parejo para todo el mundo como para concluir que si tuviste la enfermedad sos inmune o no hay peligro.
  • Aunque alguien haya desarrollado inmunidad por infección, la vacuna la refuerza y probablemente haga que dure más y proteja contra más variantes.
  • Sin la vacuna, es más probable que los anticuerpos generados por la infección desaparezcan, dejando a la persona más vulnerable a reinfecciones, enfermedad moderada por otras variantes y probablemente pasible de contagiar a otros. Es el mismo argumento que el que se usa para dar dosis de refuerzo a personas ya vacunadas.

4- Esta me mató de amor. Resulta que uno de los sitios de estadísticas más consultados de Australia fue creado y gestionado por tres chicos de 14 y 15 años. Desde el principio de la pandemia, CovidbaseAU publicó datos de Australia y el mundo sobre infecciones, hospitalizaciones, muertes y vacunación. El proyecto requiere bastante trabajo y organización, ya que reúne las publicaciones de ochos divisiones gubernamentales y del gobierno federal, que se emiten en distintos sitios y formatos.

Nick Evershed, editor de datos e indicadores de Guardian Australia, dijo que CovidBaseAU había hecho un trabajo impresionante recopilando información difícil de encontrar.

«En algunas ocasiones, sobre todo en lo que respecta a las cifras de importación y suministro de vacunas, he cotejado mis cifras con las suyas», dijo. «Hicieron un trabajo realmente bueno revisando todos los comunicados de prensa y las conferencias de prensa en las primeras etapas del programa, para obtener una buena imagen de la cantidad de dosis que Australia estaba produciendo o importando en varios momentos, lo que fue extremadamente útil cuando yo estaba recolectando datos similares», agregó.

En el tweet en el que revelaron sus identidades, los adolescentes dicen: “Hoy, los tres que llevamos a cabo CovidbaseAU, Jack, Wesley y Darcy nos dimos la primera dosis de la vacuna de Moderna. ¡Nos pareció que era un buen momento para compartir quiénes somos. Estamos muy contentos de estar finalmente incluidos en nuestros datos!”. Awwwww.

Que sabe mucho más que yo

Aunque el mundo ya no se sienta tan imprevisible, la imprevisibilidad nos habita. Vemos noticias de otros países y pensamos: “¿Por qué no va a pasar acá?”. Nos enteramos de cosas que le pasaron al primo del marido de Pampita y pensamos: “¿Por qué no a mí?”.

Si bien estas preguntas no tienen respuesta, también es interesante pensar cómo haríamos para dársela. De eso se trata la ciencia, ¿no? De encontrar formas para pensar sobre lo que no puede conocerse y conocerlo a través de las explicaciones que le damos. 

El proyecto Ciencia en 200 segundos va por ahí: con motivo de los 200 años de la UBA se armó esta plataforma en la que investigadores de todas las disciplinas hablan sobre su trabajo en videos de 200 segundos. Por supuesto, hay videos de pandemia que, aunque no puedan predecir qué va a pasar, nos pueden permitir tener un panorama sobre lo que sabemos y conocer disciplinas e investigaciones puntuales que abordan las dudas que tenemos.

A mí particularmente me gustó este que nada que ver. Se llama ¿Cómo se introduce la ESI en espacios curriculares del nivel secundario y de la formación docente? y lo narra la doctora en Educación Paula Fainsod. Creo que ya te conté esto, pero uno de mis trabajos es ser tutora del Programa Nacional de Educación Sexual Integral, en el que capacitamos de manera virtual a docentes de todo el país, así que me alegra especialmente que se haya incluido este tema como un tópico de ciencia aplicada relevante.

Y pones triste la mirada

Si continuamos hablando de la pandemia, ya no como un fenómeno o como un evento -entendiendo estos términos como designando cosas que pueden analizarse en sí mismas-,  sino como un suceso, o algo que sucede a la vez que otras cosas, tenemos que considerarla parte de la cotidianidad.

En general, tendemos a pensar las ideologías como la culminación de un cierto proceso, la deriva de una serie de eventos o el producto de un fenómeno, justamente para analizarlas en sí mismas. Sin embargo, las ideologías suceden más que emergen.

Tal vez, el ejemplo más claro de este ahora que habitamos sea el movimiento anti-vacunas. Cosas que dijimos acá: que no es lo mismo ser antivacunas que no querer vacunarse contra la COVID, que hay dudas legítimas que deben ser atendidas, que los argumentos muchas veces no alcanzan. En este artículo de The Guardian, George Monbiot dice algo más: que los antivacunas son parte de un proceso actual más grande que, mediante teorías conspirativas, está llevando a personas de izquierda hacia la derecha.

Van algunos puntos salientes del texto:

  • Hay un solapamiento histórico entre algunas ideas new age e ideologías de extrema derecha. Los nazis adherían a la astrología, los festivales paganos, la agricultura orgánica, la conservación de los bosques, la homeopatía y tendían a resistirse a las vacunas. Esto debe ser tenido en cuenta sin caer en “silogismos obscenos”, como sostener que, porque los nazis promovían creencias new age, la medicina alternativa y la conservación de los ecosistemas son cosas de nazis (y agrego que, porque los nazis promovían esas cosas, son todas lo mismo y ninguna debería ser promovida).
  • “Las creencias antivacunas coinciden en gran medida con la susceptibilidad a las teorías conspirativas. Esta tendencia se ha visto reforzada por los algoritmos de Facebook que dirigen a las personas que dudan de las vacunas hacia grupos de conspiración de extrema derecha. En algunos casos se han restablecido antiguos vínculos entre los movimientos de «bienestar» y la paranoia antisemita. La noción de «soberanía corporal», y de un cuerpo no contaminado por los productos químicos, ha comenzado a fusionarse con el temor de que una secta oscura esté tratando de privarnos de nuestra autonomía”.
  • Hay una tendencia a sobreanalizar estas tendencias y desestimar el rol de la idiotez. Hay antivacunas que se autodenominan “purasangre”, un término que le da escalofríos a cualquiera con dos dedos de frente. “En su defensa, si ni siquiera pueden interpretar correctamente Harry Potter (los malos se llaman a sí mismos “purasangre”), tampoco podemos pretender que detecten un eco de las leyes de Nüremberg”.
  • “Creo que esta síntesis de las culturas de izquierda y derecha se ha acelerado por el desánimo, la confusión y la traición. Después de que los partidos políticos de izquierda se alinearan con el poder corporativo, la derecha se apoderó del lenguaje que habían abandonado. Steve Bannon y Dominic Cummings reutilizaron brillantemente los temas de la izquierda de resistir al poder de la élite y recuperar el control de nuestras vidas. Ahora se ha producido un intercambio de lenguaje casi perfecto. Los partidos que antes pertenecían a la izquierda hablan de seguridad y estabilidad, mientras que los de la derecha hablan de liberación y revuelta”.

Aventurera de mil cosas

Mientras no sé qué hacer, hago lo que puedo. A veces puedo mucho y me sostengo con eso cuando puedo poco, pero no como recuerdo, no desde esa cosa condescendiente de resumir mi identidad en esos momentos lúcidos y pensar que lo mediocre y lo mezquino son una parte impropia que ya va a pasar. Me sostengo siendo una historia, que, como la de la ciencia, cambia de súbito y el resto del tiempo se hace con la costumbre. Espero que vos también estés pudiendo lo que puedas.

Te mando un beso enorme,

Agostina

p/d: creo que es un insulto a la cultura argentina siquiera concebir que no hayas cazado las refes de este news, pero si me estás leyendo desde otro país o desde un mundo en el que no existe la alegría acá te dejo la canción.

Soy comunicadora científica. Desde hace tres años formo parte del colectivo Economía Femini(s)ta, donde edito la sección de ciencia y coordino la campaña #MenstruAcción. Vivo en el Abasto con mis dos gatos y mi tortuga. A la tardecita me siento en algún bar del barrio a tomar vermú y discutir lecturas con amigas.