Internet como campo de maniobras

A veces aburre estar todo el día online. Pero la virtualidad también puede amplificar las emociones y la creatividad. En este Hilo, una deriva por los senderos alternativos de Internet: del arte digital a los juegos grupales, de las fiestas reinventadas a los oráculos algorítmicos. Porque no todo es procrastinación ni chatarra digital.

Hola, ¿qué tal? Espero que más o menos bien. Por acá padeciendo un poco los embates del invierno. 

La idea de esta quincena es dedicarnos a diseccionar la omnipresencia de Internet en nuestras vidas. Doy por sentado que gran parte de tu actividad diaria sucede con conexión. ¿Y no te pasa a veces de sentir que hacés siempre los mismos recorridos en una red infinita que podría tener muchísimas más posibilidades? A mí sí. Es como conocer de memoria el camino del colectivo al que te subiste sin ganas de mirar más por la ventana. Así que aquí derivaré por una serie de senderos alternativos, ojalá nuevos y estimulantes para vos. 

Separando el trabajo, las redes sociales, e incluso los portales de noticias o de películas y series, Internet tiene un arco gigante de cosas que ofrecernos. La clave es relativizar eso de que el ocio en la web implica estar “perdiendo tiempo”. El tiempo no se pierde ni se encuentra. Según cómo se la use, la tecnología también puede amplificar las emociones y la creatividad. No es todo procrastinación ni chatarra digital. Uno de los paladines de estas máximas es el artista y escritor neoyorquino Kenneth Goldsmith, el creador de un archivo inmenso de arte llamado Ubu, autor de un libro sobre Escritura no-creativa a partir de recursos de la web, y docente de un workshop muy estimulante: Cómo perder tiempo en Internet (al que asistí cuando lo dio en Buenos Aires y estuvo genial). 

Crear en entornos digitales 

Muchos artistas toman los recursos de la web como trampolín creativo. Una obra emblemática en este sentido data de 2012: El Peronismo (spam) de Charly Gradin. Armado como un poema que se escribe solo en la pantalla, fue realizado a partir de la búsqueda en Google del sintagma “el peronismo es como…”. Con citas de Corach, de Marechal, y un reguero de comparaciones descollantes, esta obra tecnopoética hipnotiza en solo 5 minutos. Denle play con los parlantes prendidos o los auriculares puestos. Un link muy útil para traficar como regalo.

Otra obra interesante es Dedicatoria, de la editora y artista digital argentina Ana Laura Caruso. Ella se dedicó durante casi una década a compilar dedicatorias encontradas en libros y las reunió aquí. El concepto es simple y el resultado es maravilloso. Despojadas de toda referencia al libro o autor en cuestión, quitadas de su lugar marginal, las dedicatorias se activan y proponen sentidos nuevos.

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Y llegamos a Los Cartógrafos, un podcast de piezas sonoras que combinan literatura con interpretación y música. Lo curaron durante algunos años Romina Zanellato, Nahuel Ugazio y la inmensa Rosario Bléfari, una artista tan fresca y necesaria que con su ausencia abre un vacío enorme. Este podcast partía de un texto narrativo de algún autor o autora contemporáneo, que luego era leído por una actriz o actor, y musicalizado por una banda o solista. Hay combinaciones rutilantes como Romina Paula + Pilar Gamboa + La Gran Pérdida de Energía o Sergio Bizzio + Tálata Rodríguez + Los Reyes del Falsete, entre muchas otras. Es ideal para poner la mente en remojo y escuchar con los ojos cerrados. 

Y ya que hablamos de Bléfari, esta semana que estuvo marcada por su muerte me puse a leer sus últimos textos y encontré este pasaje sobre su relación con Internet: “Por momentos tengo el impulso loco de poner en el buscador de Google cosas que no están seguramente en ninguna parte, cosas de mi vida. Me había pasado cuando recién comenzó la era de internet y conocí YouTube. Sentía el impulso de poner cosas como ‘infancia en el Llao Llao’ o ‘Mar del Plata, Nochebuena de 1965’, y verme bebé o tirándome en un trineo”. Qué poderoso sería poder googlear recuerdos, ¿no? Hasta siempre, Rosario. Y muchas gracias, hermosa.

Internet como patio de juegos

Supongo que estarán de acuerdo con la siguiente afirmación: la pandemia clausuró la diversión. La pateó del mapa. Anuló esa capacidad de reírnos despreocupadamente porque está pasando algo grave y peligroso. Ahora a lo sumo atinamos a volver a ver videos de cosas que nos divirtieron en otra época para reactivar algo de ese efecto. A la vez el juego y la risa son clave para transitar un momento tan traumático, aunque sea como chivo expiatorio. Me niego a no pasarla bien en ningún momento de la semana. 

Una de las cosas más divertidas de la cuarentena es jugar online al Pictionary con amigos y amigas. Se hace a partir de esta web y no es necesario para nada hacer Zoom ni verse las caras. En este salón de juego virtual a cada participante le toca una palabra random y la dibuja –tener mouse es una ventaja importante, colorear también–. El resto arriesga hasta que adivina en un chat que funciona a la derecha de la pantalla. Ver dibujar a les amigues es gracioso y competir le da una dosis de adrenalina interesante. Y si no lean este texto del periodista Lucas Garófalo, que juega casi todas las noches y evangeliza con la experiencia.

Otro juego que funciona sobre todo para compartir con adultos mayores timberos es el Coronabingo. Tiene una interfaz muy básica con dos cartones por jugador y porotos virtuales para marcar los números que tira el bolillero. Por suerte, además, indica el significado de cada uno, para cantar como Riverito.

Y si estás para algo más solitario, podés quedarte horas en el Pac-Man más grande del mundo. Ahí elegís en qué laberinto empezar, y podés ir entrando y saliendo de todos, creados por miles de fanáticos. Si te logueás con Facebook, podés inventar el tuyo. Elige tu propio Pac-Man.

En movimiento permanente

Volviendo al tema de la clausura de la diversión en plena pandemia, la fiesta es un tópico que tuvo que reinventarse. Una de las alternativas más creativas vino del lado del DJ Villa Diamante y la VJ Carla Sanguinetti, que armaron #HastaLaPista, un ciclo de música y visuales que sale los jueves, sábados y domingos en vivos de YouTube. Ya tuvieron más de 60 emisiones con 70 artistes invitades. La que más disfruto es la de los domingos, la más indie, llamada Empacho digital. Empieza a las 22 y tiene secciones, como si fuera un programa de radio: Momento García, con temas de Charly, y también otra de escritura en vivo, con un o una TJ (¡text-jockeys!) invitade. Ya terminó Bake-Off, así que fijate…

Y otra fiesta –en este caso electrónica– que se transformó es la #FamilyAffair. Este colectivo de DJs y productores armaron una plataforma de divulgación de contenidos para nutrir nuestra cultura electrónica local y regional a través de la difusión de universos sonoros secretos y no convencionales. A los ya habituales ciclos de escucha y danza y ferias de discos y fanzines que se hacían con presencia física, se sumó ahora una radio experimental que estrena episodios cada jueves.

Reflexionar sobre Internet

Después del arte, el juego y la fiesta, nos ponemos mínimamente serias para pensar en la potencia de Internet en nuestras vidas, en sus formas de atravesamiento y en las consecuencias a través de estas recomendaciones. 

  • Lo and Behold. En este documental de 2016, Werner Herzog se pregunta sobre la historia de Internet desde lo macro –la primera computadora personal, los avances en la inteligencia artificial– a lo micro –la gente que sufre las radiaciones inalámbricas y tuvo que mudarse a uno de los pocos espacios en la Tierra donde están bloqueadas las señales, o los testimonios de un grupo de adictos a internet en rehabilitación–. Lucidez y datos duros narrados con la voz del director que más lejos llevó su curiosidad.
  • Amo Internet: ¿Qué fue lo primero que buscaste en Internet? ¿Cuál fue tu primer nick? ¿Qué es lo más preciado que te dio? Entre otras buenas preguntas que apuntan a nuestra historia sentimental con la World Wide Web, este Tumblr de Romina Zanellato reúne las respuestas de un puñado de periodistas, dibujantes, programadores y músicos. Santiago Motorizado, Rosario Bléfari, María Luque, Tamara Tenenbaum, María Riot y un larguísimo etcétera. Para ir picando.

Algoritmos y fe

No puedo despedirme sin dejarles las recomendaciones místicas, porque esto también es posible gracias a Internet. La primera es el Oráculo de Capturas de Pantalla, con su lema Algoritmos y fe. Sí, hay gente de bien que captura escenas de películas –con sus respectivos subtítulos– y las sube numeradas a esta web para que nos respondan cosas. Es sencillo: pensás una pregunta y entrás al oráculo. Yo pregunté cómo será el fin de la pandemia y esta fue la respuesta. Fuerte.

Y por el lado de la poesía, también existe el genial Girondo dice, un oráculo basado en los textos de uno de los escritores que mejor capturó la transición tecnológica de la modernidad –como lo demostró, por ejemplo en los 20 poemas para ser leídos en el tranvía, de 1922, una época en la que nadie leía en el transporte público–. Armado como un recurso pedagógico del canal Encuentro, en esta web hay que tipear una pregunta de cualquier tipo que será respondida con fragmentos de su obra. Acá va la que le hice yo:

Ahora sí, me despido hasta dentro de 15 días. 

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Un abrazo y que estés bien.

Malena

Es licenciada en Letras por la UBA y trabaja hace muchos años en la industria editorial. Fue editora en las revistas El Interpretador y Los Inrockuptibles. Forma parte del equipo de Caja Negra, una editorial psicoactiva y heterogénea. Tiene un ciclo de entrevistas con escritores y escritoras en el Malba. Si los libros fueran comestibles, podría alimentar a miles de personas con los que acumula en su biblioteca. Lo que más le gusta es viajar.