Elecciones en Ecuador

Ecuador tuvo elecciones presidenciales. El candidato de Rafael Correa, Andrés Arauz, irá a segunda vuelta el 11 de abril. El martes, el Senado de Estados Unidos avanza en el juicio político contra Trump. Mientras tanto, en Haití, el presidente denuncia “golpe de Estado”.

Buen día, ¿cómo estás? 

Ecuador tuvo ayer elecciones presidenciales. Hasta el momento, con el 97% escrutado, lo seguro es que tendrán segunda vuelta el 11 de abril (mismo día que las elecciones presidenciales en Perú y de la Constituyente en Chile), que Araúz disputará la presidencia y que el escenario está abierto. Lo que no es seguro es frente a quién. Hasta el momento, la diferencia entre el indigenista Yaku Pérez frente al empresario Guillermo Lasso, es de menos de un punto. La tendencia puede cambiar.

El martes, el Senado de Estados Unidos debatirá si avanza con el juicio político contra el ex presidente Donald Trump. Mientras tanto en Haití se complica todo, te cuento por qué. 

Arranquemos.

Elecciones en Ecuador

Ecuador tuvo elecciones presidenciales. También eligió a la totalidad de los miembros del Congreso y del Parlamento Andino. Escribo esto pasadas las 7 am del lunes, con algo más del 97% de las actas escrutadas. Según la última actualización el candidato de Rafael Correa, Andrés Arauz, gana la primera vuelta con el 32% de votos. El segundo lugar es para el indigenista Yaku Pérez con el 19.79% y pelea por entrar al balotaje el empresario Guillermo Lasso con el 19.61%. De mantenerse esta tendencia, el 11 de abril los y las ecuatorianas tendrán que elegir presidente entre Arauz y Pérez. Pero los resultados no son los definitivos, el escenario puede cambiar con el escrutinio final. Por eso, te recomiendo que antes de leer esto veas la última actualización del Consejo Nacional Electoral.

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Estas son algunas lecturas que puedo hacer hasta este momento:

  1. Buena elección para el correísmo aunque no garantiza un triunfo en segunda vuelta. El candidato de Correa ganó la primera vuelta con una ventaja clara sobre las otras 15 opciones electorales. Los 32 puntos son un buen número si tenemos en cuenta el escenario de hiper fragmentación partidaria y el hostigamiento que enfrentó el correísmo durante esta campaña. Un escenario electoral marcado por las noticias falsas, la imposibilidad de incluir al líder de su espacio político (condenado por corrupción) en la boleta y la demora en la oficialización de la candidatura del propio Arauz por parte de las instituciones electorales. Aún así, este número no garantiza un triunfo del correísmo en segunda vuelta. Arauz podría tener un piso electoral alto y un techo bajo. La oposición a Correa se presentó dividida, el correísmo fue unificado. Es difícil imaginar una fuga de votos del resto de las opciones políticas hacia este candidato, incluso entre los ex funcionarios del gobierno de Correa que se presentaron en esta elección. El escenario será peor aún para Arauz si se confirma que es Yaku Pérez quien entra a la segunda vuelta en lugar de Lasso. 
  1. Derrota para Guillermo Lasso aunque ingrese a segunda vuelta. Los números no fueron los esperados para el candidato liberal. El hecho de que esté rascando votos para ingresar a una segunda vuelta electoral marca el fracaso de un dirigente político que representa al sector conservador más tradicional. Esta fue la tercera candidatura de Lasso a presidente. Los 20 puntos que consiguió tienen sabor a poco en un escenario político que incluye a Correa en el exterior condenado por corrupción y después de cuatro años de un desastre político de Lenín Moreno. En esta elección, Lasso quedó ocho puntos por debajo de los resultados conseguidos en la primera vuelta de 2017 y se acerca más al 22% de 2013, elección en la que Correa ganó en primera vuelta con el 57% de los votos. El flaco porcentaje de Lasso es también una derrota para las propuestas políticas liberales de corte tradicional.
  1. Recambio político entre los conservadores. La otra sorpresa de la noche es el 16% de Xavier Hervas, un nombre nuevo en la política ecuatoriana. Es su primera elección. Su candidatura fue sorpresiva y se formalizó en el límite del cierre de las elecciones primarias. Es un empresario vinculado a los agronegocios y llegó para comerle votos y disputarle el espacio a Lasso. 
  1. Victoria política para Yaku Pérez. La posibilidad de que sea Yaku Pérez quien dispute la segunda vuelta electoral frente a Arauz era poco probable hace unas semanas atrás. Yaku, candidato por el partido indígena Pachakutik, llega con un discurso anticorreísta pero que busca escapar a la polarización. Está clara su posición de defensa al medio ambiente y a la diversidad cultural pero es muy borroso su plan económico. Las relaciones entre Pachakutik y Rafael Correa han sido siempre tirantes y hasta llegó a dividir este espacio político. En las elecciones de 2006, cuando Correa enfrentó al empresario Álvaro Noboa a la presidencia en segunda vuelta, Pachakutik respaldó a Correa aunque sin acuerdo de gobierno. Una vez en la presidencia, la relación se rompió rápido. El techo es alto para este candidato. De ingresar a segunda vuelta, son muchas las chances que tiene de poder superar a Arauz, ya que otros candidatos, como Lasso, dijeron públicamente que lo apoyarían ante una eventual segunda vuelta electoral.

Quedan muchos otros análisis pendientes como la cuestión territorial de un país dividido políticamente entre la costa y la sierra o, dicho de otro modo, entre Quito y Guayaquil; también el débil triunfo del correísmo en el Legislativo con, hasta el momento, un 28 por ciento; entre otros tantos enfoques posibles que se irán desprendiendo en estos días. Pero ya son las 9 am y si no entrego este newsletter ya, me matan. 

Seguiremos hablando de esto.

El silencio de Trump

Este martes empieza en el Senado el juicio político contra Donald Trump. Los demócratas lo acusan de haber «incitado a la insurrección». Los abogados del ex presidente dicen que  nunca llamó a tomar el Congreso y que el proceso de juicio político es inconstitucional porque ya terminó su mandato. El debate estará puesto en este último punto. Mientras tanto, Trump sigue en silencio. 

  • ¿Es constitucional el juicio político sin Trump en la Casa Blanca?

Existe un vacío legal en el tema. De un lado, la estrategia de los abogados de Trump es que el debate en el Senado se enfoque en la supuesta inconstitucionalidad del proceso. La defensa podría argumentar que el juicio no tiene sentido ya que Trump no es presidente. Eso podría crear un camino de salida un poco más cómodo para los senadores republicanos. Del otro, los demócratas dicen que la toma del Congreso no habría pasado sin Trump y que por lo que debe rendir cuentas. 

  • ¿Por qué avanzar con un juicio político contra Trump si ya terminó su mandato?

Existen varias respuestas a esta pregunta. Una de ellas es que lo que buscan los demócratas con una eventual condena es prohibirle a Trump ocupar cargos públicos en el futuro.

  • ¿Hay posibilidades de que sea condenado?

Pocas. Para que esto pase se necesita una mayoría de dos tercios de los 100 miembros del Senado. Si los 50 demócratas votaran para condenarlo, 17 republicanos tendrían que unirse a ellos para alcanzar ese umbral.

¿Qué pasa en Haití?

Haití profundiza aún más su crisis política.

¿Qué es lo que pasó? El presidente Jovenel Moïse se negó a dejar el cargo que, según la oposición, terminaba ayer.

¿Por qué? Porque dice que su mandato de cinco años terminará el 7 de febrero de 2022 en lugar de este año.

¿En qué sostiene esto? Moïse dice que tomó juramento como presidente en 2017, en lugar de 2016, al haber tenido que repetir las elecciones de 2015. La oposición sostiene que la elección de Moïse fue en 2015 y que los resultados fueron impugnados pero que finalmente se los reconoció en 2016. Lo cierto es que Moïse se respalda en la fecha de su juramento y no en las elecciones. La oposición dice que debe tener en cuenta la fecha de las elecciones y no en su juramento.

¿Qué pasó ayer? Se negó a entregar el poder. Eso generó protestas y levantamientos internos, lo que llevó al presidente a denunciar un intento de golpe de Estado.

¿Cómo está ahora en Haití? Según las crónicas, las calles de Puerto Príncipe están militarizadas y Moïse sigue en el poder.

Vamos con un poco de contexto. Diego, un amigo que estuvo en Haití más de una vez y estudió su historia, me cuenta que esto no es más que un nuevo episodio en el enfrentamiento que vienen manteniendo dos grupos políticos desde la caída de la dictadura de los Duvalier en 1987. Lo que podríamos llamar una especie de «grieta» a la haitiana. 

“De un lado, tenemos a la élite de grandes comerciantes y propietarios, en general mulatos, a quienes se suma la clase media profesional negra, nacionalista y duvalierista. En los 90, su cara visible fueron los militares. Pero tras la disolución del Ejército, a partir de los 2000, apoyaron a diversos candidatos hasta que lograron la victoria con Michel Martelly (2011-2016). El actual presidente Moïse es el delfín político de Martelly. En la vereda de enfrente tenemos a los sectores de izquierda, sindicatos, estudiantes, curas ex tercermundistas y defensores de los derechos humanos. Fueron masivamente populares en los 90 gracias al carisma de Jean Betrand Aristide, que logró la participación de las masas rurales en las elecciones. Sin embargo, su política radical dividió a su partido y lo enfrentó a los militares y los Estados Unidos, lo que determinó su exilio. En el medio del conflicto entre estos dos sectores hay un tercer actor muy importante: la comunidad internacional. Liderada por Estados Unidos, Francia y Canadá. El único consenso que han tenido los tres actores a lo largo de los últimos 30 años ha sido impedir un autoritarismo similar al de Duvalier”, me explica Diego. 

Tendremos que estar atentos a lo que pase en Haití esta semana.

Esto es todo por hoy. 

Te cuento que las dos próximas semanas estaré de vacaciones. Así que nos volvemos a encontrar la primera semana de marzo. Espero que me extrañes.

Un beso,

Ayelén

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Soy periodista especializada en política internacional. Estudié Ciencia Política (UBA) y tengo un máster en Periodismo (UTDT). Viví un tiempo en Caracas, Madrid y Londres. Co-conduzco la Edición Internacional del noticiero de TV Pública y soy columnista en la semana en la Edición Central. Produzco y conduzco el podcast de análisis político de la revista Nueva Sociedad y escribo en distintos medios como Le Monde Diplomatique. Tengo tres obsesiones políticas: Bolivia, Brasil y Venezuela.