Elecciones 2001: la marcha de la bronca

El voto bronca copó las elecciones del 14 de octubre de 2001 y llegó a récords históricos. Facu Cruz escribe una edición especial de #LaGenteVota como si estuviera ahí, en el pasado y ve que el gobierno nacional de la Alianza sufrió un duro golpe, perdió votos en todo el país y la mayoría en ambas Cámaras.

Hola, ¿cómo estás?

Yo estoy un poco preocupado, no te lo voy a negar. El domingo pasado se llevaron a cabo las 10° elecciones nacionales (11° si contamos las convencionales constituyentes de abril de 1994), las 6° legislativas de mitad de mandato desde el retorno a la democracia y el resultado sorprende por todos lados. Creo que se viene un período de calentura importante con la política argentina, y los datos así lo muestran. Hay cosas que nunca pasaron, y ahora sí. Hay cosas que pensamos que no iban a pasar, y también pasaron. Te las voy a desagregar en distintos apartados.

Vení, seguime. Yo sí que no te voy a defraudar.

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La participación por el piso, el voto bronca por las nubes

Tal vez la nota más singular de estas elecciones legislativas se ve en la participación electoral con las dos caras de su moneda. De uno de sus lados podemos ver el nivel de asistencia a ejercer el voto. De los datos reportados oficialmente, las elecciones legislativas del 2001 son las de más baja participación electoral desde el retorno a la democracia: un magro 75,47%. Rompe así la barrera de la anterior, la de 1997, que tuvo un 79,62% y lo hace en 4 puntos. Es un montón. Tal vez tengamos que acostumbrarnos a que de acá en adelante no volverá a votar, al menos, el 80% del padrón.

El gráfico a continuación es aún más shockeante. La tendencia lineal (puntos) muestra que continúa la senda a la baja, lo cual permite pensar que estamos entrando en una fase de crisis de todo el sistema político. A este vaticinio se suma que el promedio cada dos elecciones (guiones) se había recuperado en 1997-1999, pero volvió a caer ahora. A ver hasta dónde llega.

Gráfico, Gráfico de barras

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Fuente: elaboración propia en base a Enciclopedia Encarta.

La otra cara de la moneda es la opuesta: el ausentismo. Si la participación es la más baja, entonces los faltazos del domingo 14 de octubre son los más altos de la historia. Esto tiene un refuerzo adicional en lo que los medios llamaron el “voto bronca”, una combinación de voto en blanco (dejar el sobre vacío) con voto nulo (romper las boletas, votar a Clemente, a Mafalda o la feta de salame que más te guste). Si sumamos ambos valores, el voto bronca se multiplicó por 6 respecto del promedio histórico. De hecho, desde 1983 hasta la fecha, la sumatoria de las proporciones de voto nulo de cada elección nacional no llega a superar el 13,23% que registró la jornada electoral. 

Esto, a mí, me hace acordar a “La marcha de la bronca” de Pedro y Pablo, pero esta vez no es contra los militares. Tal vez lo que la ciudadanía está pidiendo es mayor apertura en la selección de candidaturas, una renovación de la dirigencia política y la posibilidad de intervenir de manera más directa en los asuntos públicos. No sé, se las dejo picando.

Fuente: elaboración propia en base a Enciclopedia Encarta.Gráfico, Histograma

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Ganadores y perdedores

Es difícil encontrar ganadores en un proceso electoral que significa una alerta para toda la dirigencia política. A pesar de eso, haré el intento. Más que un ganador electoral, podemos hablar de un resurgimiento con supervivencia en la figura del Partido Justicialista. Después de perder la presidencia en 1999 siendo oficialismo y al calor de la dura interna más viva que nunca, el dominante actor político fundado por Juan Domingo Perón sostuvo su piso electoral a nivel nacional y ganó en la mayoría de los distritos. Obtuvo el primer lugar en 15 de las 24 provincias, a pesar de haber perdido poco más de 660.000 votos respecto de las elecciones nacionales de 1999. La oposición peronista resurge así de las cenizas, esperando la oportunidad para volver a la Casa Rosada. Aún no queda claro quién será el líder nacional del partido, pero hay uno que pica en punta: Eduardo Duhalde. Fue quien lideró la ofensiva en tierra bonaerense, quien sostuvo un piso de votos decente en medio de la batahola generalizada y quien le ganó al otro gran líder partidario nacional, Raúl Alfonsín (UCR). De acá en adelante seguramente se vendrá una disputa por la silla del peronismo con Carlos Saúl Menem. La interna no se acabó.

Fuente: elaboración propia en base a Billiken Ilustrado. En rojo la Alianza, en azul el PJ y en verde distintos partidos provinciales.

Todo, igual, puede ser más caótico todavía. Si la ciudadanía se cansó y quiso mandar un mensaje a Fernando De La Rúa, a la Alianza que viene sosteniendo y a todo el gobierno nacional, entonces eso se ve claramente en este gráfico. Acá podes observar el porcentaje de votos obtenidos en cada provincia argentina en la elección de 2001 (eje horizontal) y en 1999 (eje vertical). Si las provincias se agrupan en el cuadrante superior izquierdo, eso quiere decir que hubo una alta proporción de votos en 1999 con una baja en 2001. En el cuadrante superior derecho se ubican las provincias donde cada fuerza tuvo altos apoyos en 1999 e igual de buenos resultados en 2001. Los cuadrantes inferiores indican baja proporción de votos en 1999 e igual de baja en 2001 (a la izquierda) o más alta dos años después (a la derecha).

Fuente: elaboración propia en base a Revista Segundamano (especial elecciones).

Si vos estás viendo lo mismo que yo, entonces a la Alianza le soltaron la mano. El gráfico a la izquierda muestra la gran mayoría de los distritos ubicados en el cuadrante superior izquierdo, lo cual significa que en 1999 De La Rúa – Álvarez sacaron una buena cantidad de votos en esos distritos, pero los candidatos legislativos del gobierno nacional no tanto: perdieron votos en todas las provincias. Hubo, de hecho, 14 de 24 distritos donde perdieron más de 20 puntos respecto de la presidencial inmediata anterior. La línea de tendencia refuerza un cachetazo con su baja inclinación. A la derecha, en cambio, el peronismo tiene más para sonreír. Varios distritos están ubicados en el cuadrante derecho superior, lo cual indica que hubo una buena proporción de votos en 1999, y en 2001 se sostuvo o incluso creció. En 11 provincias hubo un aumento en la proporción de votos. La línea de tendencia está más inclinada al alza y acercándose a la Casa Rosada.

¿Cómo queda el Congreso de la Nación?

Este escenario es, sin dudas, negativo para el gobierno nacional de la Alianza. El resultado electoral tiene su correlato institucional en las bancas legislativas y eso deja a De La Rúa no solo sin su renunciado vicepresidente Carlos “Chacho” Álvarez sino también sin mayoría en ambas cámaras. El golpe más duro, tal vez, viene en Diputados, donde la Alianza contaba con 131 bancas propias (+12 de Acción por la República) sobre 257. La fuerte derrota en varias provincias derivó en una merma de 27 bancas que, sumadas a ciertas disidencias internas y rompimientos del bloque, dejaron al oficialismo nacional con 97 bancas (+10 de Acción por la República). Mientras tanto, el PJ reunió 118 bancas, y se transformó en la primera minoría y en posición de reclamar la presidencia del recinto. No vaya a ser que esto sirva como antecedente futuro. Ojo.

El Senado de la Nación debutó electoralmente en este 2001. Producto del Pacto de Olivos y de la reforma constitucional del 1994, los representantes de las provincias son electos de manera directa desde este año. Si el peronismo venía logrando mayorías en el Cementerio de los Elefantes a partir del control de las provincias de menor peso y caudal electoral, este cambio en las reglas de juego no generaron una excepción. Con el reparto ya aplicado, el PJ logra una cómoda mayoría de 42 bancas sobre 72 dada la ampliación a 3 por provincia. La Alianza, en cambio, queda con 26, lo cual le impide presionar para elegir al Presidente Provisional del Senado, actualmente segundo en la línea sucesoria después de la renuncia de “Chacho” Álvarez en octubre del año pasado.

¿Qué puede seguir a este futuro negro para la agenda legislativa oficialista? Los caminos son dos, opuestos y con imprevisibles resultados. La Alianza puede negociar con el peronismo un paquete de leyes para enfrentar la deuda con acreedores internacionales (FMI y otros), intentar resolver la crisis económica interna y buscar una salida a la convertibilidad. Esto, claramente, dejaría pegado al PJ opositor luego de que la ciudadanía votó con castigo al oficialismo. Los incentivos son más bien escasos. La otra alternativa es que De La Rúa se sostenga como pueda golpeando la mesa y gobernando por decreto. Dado que desde 1994 los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) han sido reconocidos en el texto constitucional, la Presidencia de la Nación tiene herramientas para legislar, salvo en materia penal, tributaria, electoral o del régimen de partidos políticos. Como aún no fue aprobada la ley que debe reglamentar este instrumento, por ahí puede continuar el camino de Carlos Menem. Si las profundas reformas de los ’90 se hicieron de esta manera, la salida de alguna de ellas puede replicar el mismo mecanismo y cerrar el círculo como una tragedia (o un drama) griego. La historia puede absolverlo.

Elecciones pintorescas

  • No solo hubo elecciones nacionales el domingo pasado, sino también provinciales: Corrientes votó gobernador y legisladores provinciales. Este proceso buscó normalizar el distrito después de que Fernando De La Rúa decretara la intervención de la provincia el 16 de diciembre de 1999, la segunda en la década de los ’90 después de la definida por Carlos Saúl Menem. Primero se hizo cargo de los poderes provinciales Ramón Mestre, veterano dirigente cordobés al que le gusta llamarse “el bombero” por su fama para apagar incendios. Cuando éste fue designado Ministro del Interior en marzo del corriente año con el recambio de gabinete que incluyó el ingreso de Cavallo, asumió la intervención un novel dirigente cordobés y radical que seguramente será noticia en el futuro: Oscar Aguad. Pero esta no es la única noticia que dejó la elección provincial. Con el nuevo sistema electoral será  la segunda vez consecutiva que habrá segunda vuelta. La batalla final el 4 de noviembre próximo será entre dos todo terreno. Por un lado, el oficialista Partido Nuevo (PaNu), en alianza con el PJ provincial, liderado por Raúl Rolando Romero Feris, ex gobernador entre 1993 y 1997, que alcanzó el 43,04% de los votos en la primera vuelta. Enfrente estará Ricardo Colombi, dirigente radical de la provincia que logró el 40,94% en coalición con los liberales correntinos, antiguos aliados de los autonomistas y de la familia Romero Feris. Gane quien gane tendrá que encontrar la manera de negociar con el perdedor. Lo que sí llamó la atención es una novel estrategia a la que apalearon todos los espacios políticos como fue formar alianzas electorales a partir de la implementación de listas espejo. Es decir, distintas boletas de distintos partidos políticos pero con los mismos candidatos a los mismos cargos públicos en juego. En años anteriores no se había visto este recurso en uso, y uno piensa que tal vez se vuelva tradición en la política correntina.

Recuelectorales

Si las elecciones de este 2001 con bronca te dejaron manija, te dejo tres textos que hablan bastante de lo que viene pasando en política argentina en su dimensión partidaria:

  • En 20 años un grupo de intrépidos politólogos va a publicar un libro que hará un balance sobre esta turbulenta época. Yo lo sé porque tengo el diario del lunes y porque seré uno de ellos. “Después del terremoto. El sistema político argentino a 20 años de la crisis del 2001” es una compilación que armaré con Gastón Pérez Alfaro, y que será de acceso libre y gratuito. Un montón de respetados colegas, amigos y amigas se sumarán. Podrán leerlo completo o por partes acá. También tendrá cuenta de Twitter. Lo editará China Editora y la gráfica será del gran Costhanzo. Si te subiste al Delorean, contame qué te pareció. Me encantaría leerte porque es un proyecto que querré mucho.
  • Juan Carlos Torre anda distribuyendo este mimeo con un título tentador y, a la vez, provocador: los huérfanos de la política.
  • Pronto saldrá un libro que plantea una idea interesante: la política argentina se está desnacionalizando. Ojo al piojo. Lo coordinan Ernesto Calvo y Marcelo Escolar, quien fuera legislador de la Ciudad de Buenos Aires por el FREPASO además de Convencional Constituyente. Seguramente a futuro los estaremos leyendo (y citando) mucho.

Eso es todo por hoy. Te recomiendo que le vayas cargando nafta al auto por las dudas. Si sos de Racing, paso a paso. Si no, también. Un abrazo electoral, cuidate y nos leemos (espero) pronto,

Facu

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Politólogo, consultor e investigador independiente. Hoy lo encuentran dando clases en UBA y UTDT. Le encantan las elecciones y le sacan menos canas verdes que Racing. Un hobby que tiene es aprender la historia de los partidos políticos. Cree que la política marida muy bien con un tinto.