El mundo no le está prestando atención a Rusia. Debería.

En la discusión global del coronavirus se habla de Estados Unidos, China, Europa y hasta Brasil; sin embargo, poco se conoce de la situación en el país gobernado por Vladimir Putin.

¿Qué pasa en Rusia?

Hasta el momento, hay en el país más de 53 mil contagiados y más de 450 muertos. Cifras que parecen mínimas si se las compara con los más de 780 mil infectados y más 42 mil fallecidos en Estados Unidos. El primer caso en territorio ruso surgió el pasado 31 de enero, con una pareja de chinos que habían llegado al país, y registró la primera muerte recién el 19 de marzo. Una de los primeras medidas que tomó Putin fue cerrar la frontera de más de 4 mil kilómetros que comparte con China, pese a los costos económicos que eso le genera al país.

Actualmente no hay una cuarentena estricta decretada por el gobierno federal que aplique a todo el territorio, sino más bien es una sugerencia. Sin embargo, en gran parte de las jurisdicciones como Moscú, la más afectada por el COVID-19, sí se impuso el aislamiento obligatorio. El pasado 26 de marzo, en cadena nacional Putin anunció que decretó vacaciones pagas y obligatorias hasta el 5 de abril, plazo que ahora se extendió hasta el 30.

¿Qué medidas se tomaron?

“El gobierno invirtió casi 450 millones de dólares para hacerse de 95 mil nuevas camas y, como en gran parte de los países, comenzó a activar lo que podemos llamar reservistas de la salud (graduados, investigadores, médicos, profesores). Rusia es uno de los países que más tests realizó: cerca de 1 millón y medio de pruebas, pero si bien la tasa de efectividad de la que habla el gobierno es de casi un 98% naturalmente hay temor de que no sea tan así el caso”, explica en diálogo con Cenital el Licenciado en Relaciones Internacionales y vocal de la Fundación Globalizar, Martín Rodríguez Ossés.

Por su lado, la profesora de Historia en la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP), y traductora e intérprete de ruso, Noelia Pérez Rivaben, explica que Rusia obtuvo los tests rápidos que le permiten realizar miles de pruebas a diarios, pero ante la duda que generan sus resultados el ministro de Salud, Mijaíl Murashko, tomó una polémica medida. “Se decidió que cualquier persona que se presente con síntomas de neumonía van a ser tratados como pacientes de Covid-19. Eso es un arma de doble filo, de logística porque el sistema de salud está al borde del colapso y también puede ser que sea un paciente con neumonía. Para esa persona es una sentencia de muerte porque lo estás poniendo en un pabellón con otros infectados de Covid- 19”.

Al margen de los cuestionamientos sobre la validez de los tests, Pérez Rivaben cuenta que desde el momento en el que llegaron los primeros contagiados al país a fines de enero, Putin tomó rápidamente medidas como el cierre de fronteras y cancelación de vuelos, pese al costo económico que le significara al país, ya que recibe más de dos millones de turistas chinos al año, entre otros acuerdos comerciales que se vieron perjudicados.

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¿Qué ha priorizado Putin, salud o economía? “Si hubiese que elegir un bando, Putin claramente se situó en el bando de la economía. Está muy preocupado por la economía rusa. En un mensaje de la semana pasada dijo que lo más importante es la vida de las personas, pero tampoco hay que descuidar la economía. Él está particularmente preocupado por caída del precio del petróleo”, afirma la historiadora.

Putin y su Referéndum en cuarentena

El pasado 24 de marzo, Putin visitó el Hospital Kommunarka, central en el combate al coronavirus, y se reunió con su director, Denís Protsenko. A los pocos días, el funcionario sanitario dio positivo de Covid-19. Por ese motivo, el mandatario ruso se mantiene en aislamiento en la residencia presidencial, desde donde brinda sus discursos y continúa con sus actividades. De acuerdo a la información transmitida desde su gobierno, los resultados del ex KGB dieron negativo. “Y si le diera positivo probablemente nunca nos enteremos”, asegura Pérez Rivaben sobre el estado de salud del jefe del Ejecutivo.

Desde la residencia presidencial, Putin también anunció que se aplazó el Referéndum que debía realizarse el 22 de abril. En enero pasado, el mandatario presentó un proyecto de reforma para modificar algunos artículos de la Constitución, que no tendrían otro objetivo más que permitir al Presidente volver a presentarse en las elecciones de 2024, después de 20 años en el poder y de haber modificado con anterioridad las normas para permanecer en el Ejecutivo.

La cuarentena no le impidió al presidente ruso mantenerse atento a lo que pasa en el mundo. “Putin no deja la geopolítica nunca, es uno de los pocos líderes que en medio de la pandemia está llevando ayuda a otros países. Junto con China, y Cuba que son los países que hoy están enviando ayuda a otros estados. En el caso particular de Rusia, envió asistencia a Italia, Venezuela, Irán, Corea del Norte, Estados Unidos, Serbia, y varios países de la ex URSS”, explica Pérez Rivaben. La historiadora cuenta que envían a otros territorios equipos protectores, y barbijos que realizan prisioneros, militares y estudiantes rusos, por orden del gobierno federal.

¿Y qué pasa con la relación con Estados Unidos en plena pandemia? “El Estado que tiende los puentes es Rusia. Creo que la Federación necesita despegarse en algún punto de China porque necesita no perder a Europa, que es el la región que más necesita en términos comerciales y la que le va a permitir levantar las sanciones. Estados Unidos es el garante. Para Rusia significa algo más simbólico que otra cosa: que Estados Unidos y Rusia se lleven bien para los rusos equivale a que su país importa en el mundo, más allá de lo económico. Es fundamental que Norteamérica lo lea como un igual, eso es central. Por eso es súper importante para Rusia este tipo de vinculaciones, aún en los actos más chiquitos como el envío de barbijos”, analiza Rodríguez Ossés sobre el reciente intercambio entre ambos mandatarios, quienes mantuvieron diversas llamadas telefónicas en los últimos días sobre la crisis del petróleo y la pandemia.

Crisis del petróleo

La noticia es un de impacto mundial con pocos precedentes, sin embargo, pasó un tanto desapercibida en medio de tantos titulares que informan miles de muertes a diario a causa del CVOID-19. Días atrás y con una fuerte intervención de Donald Trump, Putin y el príncipe saudita Mohammed Bin Salman lograron llegar a un acuerdo para recortar la oferta de petróleo en el mercado. El precio Brent, que se toma como referencia, llegó a valer 20 dólares el barril, su costo más bajo en años, a causa de la caída abrupta de la demanda (¿quién carga combustible en cuarentena?).  La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) +, que incluye a Rusia, acordó reducir aproximadamente un 10% de la producción, lo que sitúa en 9,7 millones de barriles diarios a partir de mayo.  

“Arabia Saudita, que tiene mucha más espalda no sólo por reservas sino porque los costos de extracción son más bajos, apostó como ya lo había hecho anteriormente a subir la oferta. Más que nada porque es una carrera que debilita mucho a Irán y a sus competidores regionales, pero ese conflicto toca de lleno al resto de las economías principales y Trump medió para lograr un equilibrio de la oferta y evitar que se desplome el precio”, explica Rodríguez Ossés sobre el reciente conflicto.

El país gobernado por Putin es el octavo exportador de crudo a nivel internacional, mientras que es el primer vendedor de gas. “Arabia Saudita puede detener y retomar la producción en cualquier momento; Rusia no se puede dar el lujo de abrir y cerrar la canilla cuando quiere, por eso y por el nacionalismo que nunca está exento cuando hablamos de Rusia, fue que se llegó a esta crisis del petróleo”, dice la historiadora. 

¿Qué hay que seguir?

“La situación en Rusia es grave, no es tan grave como fue en China, Italia o Estados Unidos, o posiblemente Brasil, pero tampoco es la mejor situación y se espera que empeore en los próximos días. El pico de la enfermedad se espera para mediados o fines de mayo”, aclara Pérez Rivaben y agrega además que los pronósticos económicos más optimistas vaticinan una caída de la economía del 5% para este año. 

Rodríguez Ossés señala que Rusia salió bastante airosa de la crisis de 2008, debido al incremento de los últimos años de ahorro, de casi 530 mil millones de dólares. Sin embargo, las proyecciones para este 2020 indican también una caída económica en torno al 2,5% y el cierre del 10% de las empresas rusas. El especialista señala que hay que considerar además las sanciones económicas aplicadas al país, los costos de logística por su territorio, y la primarización de la economía. En ese contexto, destaca que se haya llegado a una negociación petrolífera no sólo para Rusia, sino también para el mundo: “Es un acuerdo sumamente importante porque de acá a un año la recesión global va a ser muy grande y estos acuerdos, si bien no involucran a la periferia, en última instancia la va a proteger de desequilibrios mayúsculos”.

Cómo Rusia logró mantener el nivel de contagios pese a ser vecino de China, algunos lo atribuyen a la rápida respuesta del Presidente para cerrar fronteras, y se suma la cantidad de pruebas que realizan a diario. Para otros, se debe a cierto secretismo u ocultamiento de los números reales. Con una u otra posición, el país no está exento de colapsar como lo hicieron las otras potencias. 

Soy periodista de política internacional. Me interesa lo que pasa en Latinoamérica, Medio Oriente y el Magreb. Hago radio en Nacional AM870 y Futurock. Soy del rojo por herencia familiar y de Colo Colo por amor, voy en bici a todos lados y me malhumoro cuando se me pincha una rueda.