El mundial del clima

Qué está pasando en la cumbre de cambio climático. Cómo llega Argentina. Frenar la deforestación para 2030. El anuncio de inversión de hidrógeno verde. Hablamos con una activista en Glasgow, un especialista en bosques y el ministro de Desarrollo Productivo de la Nación, Matías Kulfas.

¡Hola! ¿Cómo estás?

Hoy voy todo con títulos grandilocuentes como para compensar la nula energía que me queda para terminar este mes. 

Vamos a hacer un picado por varios temas y ángulos de lo que va sucediendo en la COP26 y hablar con varias personas que nos van a ayudar a pensarlos. 

Capaz se hace un poco largo, pero vos acompañame que vale la pena.

¿Qué está pasando en Glasgow?

En este preciso instante se está llevando adelante la COP26, el encuentro anual de los líderes mundiales para tratar el cambio climático. 

En Cenital nos importa que entiendas. Por eso nos propusimos contar de manera sencilla una realidad compleja. Si te gusta lo que hacemos, ayudanos a seguir. Sumate a nuestro círculo de Mejores amigos.

En la entrega del lunes de Mundo Propio, Juan contó de qué va la COP y por qué es importante. A modo de síntesis: es la COP post pandemia, post vuelta de Estados Unidos a la mesa y es la instancia en la que se espera que los países expliciten cómo van a hacer para cumplir con el Acuerdo de París (donde los países se comprometen a llevar a cabo medidas para limitar el calentamiento global a 1.5-2°C). 

Particularmente, se negocia financiamiento (cuándo, cuánto y la proporción para mitigación o adaptación) y la reglamentación del artículo 6 del Acuerdo que es el que regula los mercados de carbono y cuándo y cómo se comercializan y contabilizan las reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero. 

Otro punto general es quiénes fueron. De América Latina faltaron los dos mayores emisores: Brasil y México; del resto del mundo los faltazos importantes fueron Putin y Xi Jinping. Por estas ausencias ya se habló de fracaso del evento, pero esperemos que finalice la cumbre para ver cómo esto impacta en su resultado final.

Este artículo del Financial Times da un muy buen panorama del momento inicial de la COP y lo que se juega ahí.

¿Cómo llega Argentina?

Nuestro país llega disperso. Por un lado, la negociación de la deuda con el FMI se cuela en todos los pronunciamientos oficiales, planteando por ejemplo el canje de deuda por acción ambiental.

Por el otro, el gobierno no llegó a construir una hoja de ruta unificada respecto de la implementación de las acciones de mitigación y adaptación al cambio climático que requiere el Acuerdo de París en general y la COP en particular. Así, el Ministerio de Agricultura, pocos días antes del comienzo de la cumbre, emitió un comunicado conjunto con el sector del campo enfatizando su rol en el desarrollo sostenible. Por otro lado, la Secretaría de Energía publicó en el Boletín Oficial sus Lineamientos para un Plan de Transición Energética al 2030. Mientras que el Ministerio de Ambiente llevó un borrador de la Estrategia de Largo Plazo.

Son tensiones propias de un proceso de transición a la sustentabilidad que se da en un país en vías de desarrollo con actores sociales empoderados y un estado debilitado. Pero necesitan ordenarse para que la transición no nos deje aún peor parados.

Luchemos por el bosque

Ya sabemos que el cambio climático no se trata solo de la producción de energía, sino también de los cambios de uso de la tierra y la protección de los bosques. Con esa preocupación en mente, más de 100 países firmaron una declaración para frenar la deforestación para 2030. 

En verde los países firmantes.

También sabemos que estas declaraciones son ver para creer. En este sentido,  le pregunté a Lucas Figueroa, Mg en Derechos Humanos y Democratización (UNSAM) y becario doctoral del CONICET que se especializa en deforestación y la Ley de Bosques, qué implica esta firma para Argentina.

–¿Qué estrategias propuso el gobierno argentino para frenar la deforestación?

Se proponen fundamentalmente dos estrategias: 1- modificar la ley de bosques, aunque el gobierno no especificó qué parte quiere cambiar, se sabe de la pretensión de eliminar la categoría verde; 2- incorporar la figura de delito ambiental en casos de deforestación. Después de varios años de descenso (desde la sanción de la ley de bosques en 2007 en adelante), hoy estamos en un gran problema con respecto a la deforestación, ya que esta volvió a aumentar en 2020. 

De hecho, actualmente estamos a niveles similares a los de 2012 (por encima de las 300 mil hectáreas perdidas). El dato interesante es que, según información del Ministerio de Ambiente, el 53% de lo perdido en 2020 se debe a incendios forestales. Mientras que, hasta 2019, en todos los años evaluados la principal causa de pérdida de los bosques era la expansión de la frontera agropecuaria. En este sentido, las políticas de mitigación y adaptación al cambio climático se vuelven fundamentales para proteger nuestros bosques nativos de los aumentos de sequías y las olas de calor.

Y, te agrego que los índices de probabilidad de incendio por sequía y calor en el sur vuelven a ser fuertes, por lo que se pueden repetir los eventos de incendios forestales fuertes en la cordillera.

Gracias Lucas por las buenas noticias. (Y el título de la sección).

Más declaraciones

El gobierno también se comprometió, junto a otros 102 países, a reducir las emisiones de metano en un 30% para el 2030. Es un gas que en materia de efecto invernadero es 80 veces más potente que el CO2 y entre sus principales fuentes tiene a la ganadería. De hecho el 15% de las emisiones argentinas provienen de esa actividad. En su discurso, el Presidente pidió financiamiento para generar políticas de adaptabilidad en un sector tan relevante económicamente para el país.

La COP de la juventud

Una particularidad de esta COP es que fueron muchísimos jóvenes. Entre ellos, hay varios de nuestro país. Hablé con Azul Schvartzman, de EcoHouse, para preguntarle un poco cómo la está viendo. 

–Azu, para vos, ¿qué es lo clave que se tiene que definir en esta COP?

En esta COP se tienen que definir dos cosas claves como mínimo: 1- el libro de reglas del artículo 6 del Acuerdo de París; 2- la meta de 100.000 millones de dólares para financiar las acciones de mitigación y adaptación en los países pobres. Pero, de nuevo, ese es el piso mínimo. En esta COP también se espera que los países actualicen sus compromisos en materia de acción climática (las NDC) buscando más ambición, presenten sus planes a largo plazo (LTS) y que se trabaje en los mecanismos de transparencia y accountability que plantea el Acuerdo de París.

–Hasta ahora, ¿qué resultados ves? ¿Tenés algún indicio de algo que nos pueda generar esperanza o preocupación?

Por ahora hay mucho anuncio y poco resultado. También quiero remarcar que las declaraciones (como la de metano y bosques) no son acuerdos como el de París porque no tienen una metodología de aplicación y seguimiento concreta.

En cuanto a las negociaciones parece ser que el tema del artículo 6 viene bien. Hasta ayer se habían generado dos borradores de texto para el libro de reglas. Veremos cómo avanza este tema los próximos días. También hay conversaciones de pasillo que dicen que es mejor dejarlo abierto que cerrarlo de una mala manera. En pocas palabras, tiene el potencial de ser el talón de aquiles del Acuerdo de París.

Por otra parte, en cuanto a la meta de los 100.000 millones, hay avances pero seguimos cortos. Quienes hoy tienen la presidencia (Reino Unido) aumentaron su compromiso a 11.6 mil millones de libras (a ser desembolsados en los próximos cuatro años). También en los últimos meses, Estados Unidos, Alemania y Canadá aumentaron sus promesas. En este sentido, el pasado 25 de octubre, la presidencia publicó un plan de ejecución de financiamiento climático y concluyó que esta meta recién se va a cumplir en 2023, es decir tres años tarde.

–Algo que caracteriza esta COP es la masiva presencia de la juventud, ¿vos ves que eso está generando otro tipo de presión?

Sí, totalmente. Desde la COP25 (Madrid, 2019) la juventud está muchísimo más presente en estos espacios, lo que por un lado presiona y empuja a los gobiernos y lleva más atención de los medios, pero por el otro también tensiona más la situación dentro de la zona azul (el lugar donde se toman las decisiones). Desde mi perspectiva, estamos en un momento de transición, todavía estos jóvenes no están siendo incorporados orgánicamente en las delegaciones, pero sí han logrado entrar y permanecer en estos espacios y ser un actor clave. Quien te dice y quizá en cinco años veamos un cambio en las dinámicas y formas de la convención. Solo un sueño.

La inversión del siglo

El lunes pasado, también en el marco de la COP, autoridades de la empresa australiana Fortescue anunciaron una millonaria inversión para producir hidrógeno verde en Argentina. Según declaraciones de la empresa, ya iniciaron trabajos de prospección en Río Negro y en el proyecto demandará una inversión de U$S 8.400 millones y creará 15.000 puestos directos de trabajo y entre 40.000 y 50.000 indirectos de aquí a 2028.

De esta manera, se espera convertir a Río Negro en un polo mundial exportador de hidrógeno verde en 2030. Para 2040 se prevé contar con una capacidad de producción de 2,2 millones de toneladas anuales, lo que cubriría una producción energética equivalente a, por ejemplo, la necesaria para cubrir el consumo de 1.600.ooo hogares o casi un 10% de la energía eléctrica consumida por Alemania en un año.

No tengo espacio acá pero te dejo una entrega de mayo donde hablamos sobre qué es, cómo funciona y por qué es importante el hidrógeno. (Espero que como lector de este news hayas podido explicarle a todo el mundo qué es el hidrógeno verde). A su vez, este hilo de Julio Mateo aborda varias preguntas sobre el proyecto.

Le pregunté a uno de los protagonistas del anuncio, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, sobre el proyecto.

–La energía para la producción de hidrógeno va a provenir de parques eólicos. Ya que tenemos capacidades en esa tecnología, ¿está contemplada la vinculación con las empresas IMPSA e INVAP?

Sí, en este proyecto la energía para la producción de hidrógeno va a provenir de la generación eólica y hemos discutido desde el primer día la vinculación con IMPSA e INVAP. Estamos dialogando para poder participar en la producción de aerogeneradores y otras aplicaciones, de manera tal que este proyecto genere un fuerte beneficio para toda la cadena industrial.

El proyecto de Fortescue se inicia con un avance importante de vinculación en materia de innovación tecnológica con el instituto público CSIRO en Australia. Así que la empresa tiene experiencia en materia de vinculación. Estamos pensando en la posibilidad de hacer intercambios, que científicos argentinos viajen a Australia para conocer más a fondo cómo se ha producido esta innovación.

–Y, más allá de los aerogeneradores, ¿qué aporte local está pensado en las diferentes etapas del proyecto? ¿Se están pensando instrumentos para desarrollar la cadena de valor del hidrógeno? 

Cabe destacar el trabajo que estamos realizando con diferentes sectores de la comunidad científica. En ese sentido, la gobernadora de Río Negro (Arabela Carreras) ya integró diferentes grupos de trabajo de científicos y tecnólogos vinculados al hidrógeno. 

Argentina tiene una experiencia que se denominó “cluster eólico”, donde, en torno a IMPSA, se generó una cantidad importante de proveedores para desarrollar la cadena eólica y otros sectores vinculados. La crisis de IMPSA puso en crisis este cluster, pero hoy hay un gran entusiasmo. Todos los sectores industriales y tecnológicos vinculados a la cadena están viendo una oportunidad enorme. Ya los hemos convocado, hemos conversado con ellos y del lado de Fortescue hay una excelente disposición. 

De acuerdo a lo que hemos conversado con Andrew Forrest (el dueño de Fortescue), de parte de la empresa tienen un fuerte interés en involucrarse con las comunidades. Así lo han manifestado en su trayectoria. Así que esperamos que este proyecto tenga solidez en todas sus partes: por supuesto, en el plan tecno-productivo, pero también en la implementación, que realmente promueva el desarrollo en las comunidades, genere exportaciones y puestos de trabajo. Además, el proyecto comprende la construcción de una planta electrolizadora y de un puerto de aguas profundas, y todo eso va a traccionar mucho sobre la industria metalmecánica nacional y por supuesto sobre la construcción. Estamos hablando de 15.000 empleos directos y cerca de 50.000 indirectos. Estamos convencidos de que esto va a ser un beneficio enorme para la provincia de Río Negro y para toda la Argentina, porque los proveedores se van a extender por todo el país.

–Respecto de los impactos ambientales, aparecen dos preocupaciones principales: qué agua se va a utilizar para la electrólisis y cuánta superficie van a ocupar los parques y dónde. 

Los potenciales impactos ambientales han sido ampliamente estudiados, tanto por parte de la empresa como por el equipo del Ministerio de Desarrollo Productivo, que ha estado involucrado desde hace más de un año en el proyecto.

Esta es una iniciativa que va a tener un impacto muy positivo en términos de mitigación del cambio climático, ya que va a estar produciendo un combustible que genera cero emisiones contaminantes y que en toda su cadena es perfectamente trazable que genera cero emisiones.

El agua que se va a utilizar, lo manifestó la empresa, será agua de mar desalinizada. Las superficies requeridas para la instalación de los parques eólicos van a ser importantes. La localización definitiva va a depender de los estudios de vientos que se están llevando a cabo para definir la localización óptima. Esto ha sido trabajado todo este tiempo con la gobernadora justamente para que la localización no genere ningún tipo de perjuicio sobre las comunidades.  

–Se planteó que, en principio, este proyecto sería netamente exportador. ¿Hay horizonte de utilización de hidrógeno verde en el país? 

El proyecto será exportador durante esta década. Primero, porque es la manera de conseguir una escala muy importante, que permita reducir costos y volver competitiva a la actividad. Tengamos en cuenta que la manera específica de poder ir reemplazando eficazmente los combustibles fósiles por combustibles sin emisiones tiene que ver también con que llegue al consumidor a costos competitivos. En este sentido, una producción en escala destinada al mercado mundial es un elemento central para lograr esta competitividad.

Al mismo tiempo, este año enviamos al Congreso la ley de movilidad sustentable, que estimula la producción nacional de vehículos eléctricos y de cero emisiones [lo hablamos en este news]. En base a esta ley, durante esta década vamos a estar promoviendo que Argentina empiece a fabricar buses eléctricos, pick-ups, SUVs y vehículos de transporte particular, algunos con batería de litio, otros con hidrógeno. Y, en la medida que avance la década y tengamos un parque automotor significativo, por supuesto que el siguiente paso es utilizar ese hidrógeno verde para el mercado interno. 

Esto es parte de un plan estratégico, donde primero nos consolidamos como productores internacionales de combustibles verdes y, en simultáneo, vamos desarrollando un parque automotor de cero emisiones propio y para exportar a la región. Y luego llegaremos a un punto de encuentro donde, ya con un mercado de producción automotriz nacional consolidado, ese hidrógeno verde podrá ser utilizado en el mercado local.

Anotarnos los goles

Les que nos dedicamos a lo ambiental, al desarrollo sostenible, a tratar de encontrar puentes y puntos de alivio en la tensión entre desarrollo e impacto ambiental, solemos desesperanzarnos con los enormes desafíos que se nos presentan. 

Entonces, una vez que tenemos una noticia que va en la dirección correcta, tenemos una apuesta fuerte a la transición energética, a las tecnologías del futuro, festejemos. Permitámosnos la alegría.

Después hacemos todas las preguntas que hagan falta. Pero, si no, parece que nunca ganamos, que es imposible el mundo que soñamos. Y, si es inalcanzable, ¿para qué trabajamos?

Sí, soy una optimista inquebrantable.

Te mando un abrazo, nos leemos en dos semanas. 

Eli

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Soy licenciada en Ciencias Ambientales, magíster en Políticas Públicas y becaria doctoral en Ciencia Política en la UNSAM. En todos los ámbitos que puedo me dedico a sumergirme en los dilemas que nos presenta el desarrollo sustentable, uno de los mayores desafíos que enfrentamos en este siglo.