El hijo díscolo de Internet

Hablamos de Aaron Swartz, co-fundador de Reddit y un puente entre la internet privada y pública.

Hola, ¿cómo va todo por ahí?

Acá bien. Resulta que me mudé y me puse a buscar una casa dónde vivir. Una de las opciones que contemplé fue un departamento que queda exactamente en frente de un estadio de fútbol. Además de ver fotos y un video donde un señor muy amable me dice que se puede poner un poco ruidoso, recurrí a Google y le pregunté “¿Es peligroso vivir frente al estadio del Arsenal?”. El primer resultado era un post en Reddit en el que alguien preguntaba “¿Cómo es vivir cerca del estadio Emirates?” y, después de la primera respuesta que era un chiste socarrón (“si te aguantás la pestilencia constante de la derrota, todo bien”), la gente comentaba a partir de su propia experiencia. Fue útil leerlo.  

Esa debe haber sido la vez número cinco o seis en mi vida que entré a Reddit. Te lo confieso: no entiendo Reddit. Así que decidí aprender sobre ella. Hay mucho material, pero vamos de a poco. Hoy empezamos por la historia de uno de sus fundadores: Aaron Swartz. Vi el documental The Internet’s Own Boy, y te cuento esto. 

La historia de Aaron Swartz

Nació el 8 de noviembre de 1986 en Estados Unidos. Era un nene muy creativo. Empezó a leer antes que todos sus compañeros, y aprendió a programar de chiquito. Su curiosidad era infinita, y sus padres la alimentaban. A los 12 años y para una clase del colegio armó una página web llamada InfoBase donde cada uno podía escribir cosas que supiera o conociera (¿te suena?). A la maestra no le gustó: “No podés dejar que cualquiera sea el autor de una enciclopedia.” A los 14 años colaboró en el desarrollo del formato RSS (Really Simple Syndication) y pronto se involucró en temas de copyright. No le cerraba cómo funcionaba y quería cambiarlo. 

En la foto que está acá abajo está charlando del tema con Lawrence Lessig, un profesor de derecho de Harvard de los más importantes en el ámbito de la regulación de internet. Aaron tenía 15 años cuando lo contactó para ir a verlo debatir estos temas ante la Corte Suprema de Estados Unidos, y se sumó luego a su proyecto Creative Commons –un formato de copyright alternativo en el que no “todos los derechos están reservados”, solo algunos– ayudando a escribir el código del sistema.

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Unos años después se anotó en Stanford para hacer su carrera universitaria. Al año ganó un puesto para desarrollar su proyecto en una “incubadora tecnológica” llamada Y Combinator. En criollo: un señor que entiende mucho de tecnología y negocios, y que ya se hizo millonario vendiendo una empresa que creó, ofrece dinero a jóvenes con ideas para desarrollar sus proyectos. Aaron fue uno de los elegidos. Su proyecto se llamaba Infogami, pero no avanzaba. Al tiempo lo abandonó y se sumó al proyecto de otros dos hombres que participaban de la incubadora (no había mujeres entre los elegidos). Se trataba de Steve Hauffman y Alexis Ohanian, y su proyecto sería luego conocido como Reddit. 

El nombre Reddit viene de “read it” que sería “lo leí”. Originalmente esta página era un compendio de links. La idea era que la gente leía cosas y las compartía ahí. Era como una edición “curada” de todo eso que hay allá afuera. Empezó siendo algo muy de nicho (“la esquina geek de internet”), y luego creció hasta convertirse en el gigante que es hoy: un conjunto de foros temáticos con 430 millones de usuarios activos por mes –es más grande que Twitter–. Básicamente: la gente postea cosas en subreddits temáticos y otros usuarios le votan pulgar para arriba o pulgar para abajo (y eso sube o baja el post). En la historia y el desarrollo de Reddit hay muchas cosas interesantes de las que hablaré en otro momento –dos claves: violencia en redes, y cómo los usuarios convirtieron algo que era una cosa, en otra distinta–.

Pero ahora vuelvo a Aaron. Reddit era al principio esos links, y una cosa bastante caótica. Pero va creciendo. De que posteen solo sus creadores con distintos alias para que parezca que hay gente se fueron sumando personas. Y un día los compró Condé Nast (una editorial internacional de revistas a cargo de publicaciones como Vogue, The New Yorker y otras). Aaron tenía 19 años y un millón de dólares en el banco. También empezó a tener un “trabajo de escritorio”. Tenía que ir todos los días a las oficinas de la revista Wired a trabajar. Lo odiaba y lo criticaba públicamente –bueno, en su blog–. Muy pronto, lo echaron. Y ahí empezó una segunda etapa en la vida de Aaron: una directamente vinculada a la política.

Básicamente Aaron empezó a manifestar su preocupación por el control sobre esa cosa enorme que es Internet. La red de redes es, en teoría, un democratizador de la expresión. Si pensamos en la tele o en la radio, no solo hay límites cuantitativos sobre lo que se puede transmitir, sino que se requieren una cantidad de recursos para estar ahí. Con internet, en cambio, cualquiera puede hacer cosas –un blog, por ejemplo–. Pero ¿es realmente así? Aaron decía que las restricciones ya no tenían que ver con el acceso (aunque si leíste el primer newsletter sabés que esto no es tan así), sino con el control en los resultados de las búsquedas. Aaron, señoras, está hablando de sitios como Google que rápidamente se convirtieron en los guardianes de la entrada a internet. En sus palabras: ahora todos tienen una licencia para hablar, la pregunta es a quién vamos a escuchar.

Con este tipo de cosas en mente, en 2008 Aaron fundó Watchdog.net, organización que controla al gobierno difundiendo información pública. Ese mismo año escribió el Guerrilla Open Access Manifesto que habla de que la información es poder y es nuestro deber difundirla, abrir las puertas, bajarse cosas y compartirlas. Participó también en la creación de Open Library que va de poner copias digitales de libros a disposición pública. Una frase suya: “Los libros son un legado cultural y que eso esté en manos de una corporación da miedo”. Al mismo tiempo colaboró para liberar expedientes y fallos judiciales –todos en una base de datos del gobierno, de “libre” pero de acceso pago–. Lo que hizo Aaron era “simple”: escribir un código para bajarse los documentos automáticamente desde bibliotecas públicas. Su objetivo: que cosas que son de dominio público (definido como el patrimonio intelectual que no está restringido por derechos de autor) estén efectivamente a disposición del público. Es muy interesante pensar esto en su equivalente físico. Es como si alguien tumbase un muro y habilitase un parque hasta entonces privado para que quien quiera pueda pisarlo.

A continuación hizo algo que resultaría determinante en su vida. Mientras tenía una beca en la Universidad de Harvard para investigar sobre corrupción política, se cruzó a la vecina MIT e instaló su computadora en un sótano para bajar archivos de JSTOR –una biblioteca digital paga–. Si tenés suscripción (vos o la institución académica en la que estudiás o trabajás), accedés a una cantidad de libros y artículos (producidos por gente en las mismas universidades e instituciones que pagan esa suscripción); si no, no. Aaron estaba usando la suscripción de MIT para bajarse esos documentos. Personal de la universidad descubrió la computadora, pero en vez de intervenir en el momento decidieron instalar una cámara. Lo agarraron in fraganti. En enero de 2011, lo arrestaron. Inmediatamente, JSTOR y el gobierno de Estados Unidos iniciaron demandas en su contra. Luego JSTOR la retiró, pero el gobierno persistió, amenazando con mandarlo a la cárcel. El caso fue tomado por la Fiscalía nacional, o sea, era algo grande. 

Mientras tanto, Aaron se volcó aún más a causas políticas, encabezando una campaña que se volvió masiva contra el proyecto de ley SOPA (Stop Online Piracy Act). Se trataba de una legislación supuestamente destinada a combatir la piratería que terminaba dejando expuestos a sitios de internet a ser cerrados por cualquier denuncia, sin mucho proceso. 

En palabras de Aaron se trataba del gobierno intentando controlar el mercado competitivo de ideas que es internet –aunque recordemos que, en sus propias palabras, Internet no es realmente un mercado competitivo–. Los que se oponían a la ley empezaron siendo pocos, pero con el correr de la campaña se fue sumando gente a la pelea. Y no es simplemente gente, se trata de minorías organizadas e intensas: los nerds. Wikipedia se apaga en protesta, Reddit también. Poco después, el Congreso dejó caer el proyecto de ley. Al tiempo Aaron arrancó otra campaña para dar a conocer estadísticas sobre el programa de espionaje que llevaba adelante el gobierno –este es un tema conocido ahora, pero Edward Snowden no aparecería en escena hasta dos años después–. 

Mientras tanto, el gobierno seguía con su investigación y en septiembre de 2012 agregó acusaciones contra Aaron, de 4 a 13. La mayoría de esas causas venían del Computer Fraud and Abuse Act. En el medio le ofreció un trato: declararse culpable a cambio de pasar 3 meses en una cárcel, un tiempo en una institución intermedia, y un año en prisión domiciliaria sin acceso a una computadora. Aaron se negó y el proceso judicial siguió su curso. ¿Por qué estaba el gobierno así de empecinado y ensañado? Al parecer querían hacer de este un caso ejemplar, que sentara jurisprudencia y funcionara como lección contundente para el activismo. 

Pero lo cierto es que el gobierno desconocía qué iba a hacer Aaron con todo el material de JSTOR. Esto es, resulta muy distinto si planeaba ponerse un kiosko llamado the A-STOR donde vender esos mismos libros y artículos académicos, que si se bajó toda esa biblioteca para leerla cada noche con la disciplina que todos anhelamos. O si la bajó para liberarla para países o instituciones a las que les resulta más costoso acceder a JSTOR –un Robin Hood versión tecno–. En todo caso, el gobierno trató a Aaron como un hacker más y contando todas las acusaciones lo expuso a casi 50 años de cárcel y un millón de dólares en multas. En enero de 2011, Aaron Swartz se suicidó. Tenía 26 años. En el funeral habló Tim Berners-Lee, el creador de la World Wide Web. Dijo: “Hackers por el bien, perdimos a uno de los nuestros”. Poco después, el gobierno de Estados Unidos retiró los cargos.

Una idea

Uno de los hermanos de Aaron cuenta que él siempre pensó que programar es magia y te permite lograr cosas que los seres humanos normales no pueden. Entonces, dice el hermano, si tuvieras ese poder, ¿lo usarías para el bien o para hacer plata? La pregunta así planteada me parece simplista y maniquea –de hecho creo que el documental cae un poco en eso–. Algo relevante en ese sentido es que no aparece el testimonio de Ohanian y Huffman, los otros fundadores de Reddit que se quedaron en la empresa. Pero tomemoslo como puntapié para pensar en las dos fuerzas que hay en internet: una hacia la apertura, democratización y dispersión de la información, y otra hacia el bloqueo, la jerarquización y el agrupamiento de la información en sitios pagos o con propaganda. La historia de Aaron Swartz me dejó una idea muy simple: no hay nada de “natural” en la forma de organización de la información que hay en internet. Sumo: hay muchos movimientos simultáneos a favor y en contra de más apertura y distintas propuestas sobre cómo estructurar la red, todas pasando al mismo tiempo. También me confirmó ese pensamiento inquietante con el que convivimos cada día: ¿Qué me pierdo al clickear solamente el primer resultado que arroja Google?

El del estribo

  • Para saber más de Aaron Swartz, te recomiendo el documental The Internet’s Own Boy y este artículo de The New Yorker. También te animo a surfear la web, sus huellas están por todas partes.

Cosas que pasan

Gracias por llegar hasta acá.

Un abrazo

Jimena

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Soy economista (UBA) y Doctora en Ciencia Política (Cornell University). Me interesan las diferentes formas de organización de las economías, la articulación entre lo público y lo privado y la relación entre el capital y el trabajo, entre otros temas. Nací en Perú, crecí en Buenos Aires, estudié en Estados Unidos, y vivo en Londres. La pandemia me llevó a descubrir el amor por las plantas y ahora estoy rodeada de ellas.